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¿Había estado los Estados Unidos prevenido del
ataque del 11 de septiembre?
Segunda parte: Vigilando a los piratas aéreos
Por Patrick Martin
12 Febrero 2002
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el autor
Ver Primera parte: Advertencias;
Segunda parte: Vigilando a los piratas
aéreos; Tercera parte:
Los Estados Unidos y el terrorismo del Medio Oriente;
Cuarta parte: La negativa en
investigar
Los Estados Unidos mantiene la mayor organización de
espionaje y vigilancia de telecomunicaciones del mundo. Ésta
se compone de varias agencias: la CIA, el FBI, la Agencia para
la Seguridad Nacional [ National Security Agency, NSA],
la Agencia de Espionaje para la Defensa [ Defense Intelligence
Agenc, DIA], la Organización de Defensa para
la Interceptación de Señales [ Defense Signals
Intercept Organization, DSIO], etc. Se calcula que
el presupuesto secreto que las financia a todas llega a la asombrosa
cantidad de $30 mil millones anuales.
Aún así, el gobierno de Bush sostiene que esta
enorme estructura para la seguridad nacional no tenía ni
la menor idea que casi dos docenas de hombres se preparaban a
secuestrar aviones jets de líneas comerciales y
estrellarlos contra el World Trade Center y el Pentágono.
Sobre ésto no existe siquiera una voz disidente en los
dóciles medios de prensa estadounidenses. Tampoco el público
ha pedido que quiten de sus puestos aquellos cuya aparente incompetenciasi
es que vamos a creer la versión oficialcausó
la muerte de casi 3,000 ciudadanos estadounidenses.
Lo que ha surgido durante los últimos cuatro meses,
sin embargo, es muy diferente a los eventos del 11 de septiembre
y su relación al complejo de espionaje militar de los Estados
Unidos. No es solamente que hubo advertencias frecuentes, que
se basaban en los informes de espionaje de países extranjeros
y las investigaciones del propio Estados Unidos sobre previas
agresiones terroristas [Había estado los Estados
Unidos prevenido del ataque del 11 de septiembre? Primera parte:
Advertencias], pero el mismo gobierno estadounidense tenía
a su dispocisión suficiente información obtenida
por medio del espionaje electrónico y directo, que se llevaba
a cabo durante esos días en contra de Osama bin Laden y
sus socios en la organización de Al Qaeda.
El espionaje electrónico contra bin
Laden
Se sabe muy bien que la NSA en otra época tenía
acceso casi total a las comunicaciones electrónicas de
bin Laden y compañía. Durante el período
justamente antes de los bombardeos de las embajadas estadounidenses
en Kenya y Tanzania en agosto de 1998, el espionaje era de alcance
tan largo que los funcionarios de la NSA solían
reproducir las conversaciones entre bin Laden y su madre para
causar impresión a los dignatarios visitantes y así
lograr aumentos en su presupuesto, cuyos fondos los suministra
el Congreso.
Según un informe, la NSA había grabado
casi todas esas conversaciones marcadas por medio de un teléfono
satélite que bin Laden usaba en Afganistán. Este
aparato portátil había sido comprado en Nueva York
para el dirigente de Al Qaeda, quien usó un poco más
de 2,000 minutospagados por adelantadopara telefonear
a sus cómplices en docenas de países, lo que sugiere
que no era el mejor conspirador del mundo. (Fuente: Los Angeles
Times, 21 septiembre 2001, El odio une a un enemigo
sin ejército, de Bob Drogin; Chicago Tribune,
16 septiembre 2001, Bin Laden y socios evaden la escucha
oculta de agencia de espionaje, de Scott Shane)
Funcionarios estadounidenses han sugerido que este acceso se
canceló bruscamente luego que bin Laden se diera cuenta
que las comunicaciones vigiladas le habían facilitado al
Pentágono convertir a un campamento de entrenamiento en
el este de Pakistán en el blanco de cohetes cruceros teledirigidos
lanzados bajo órdenes del Clinton. Según estos funcionarios,
el dirigente de Al Qaeda dejó de usar los teléfonos
y otros dispositivos electrónicos por completo y recurrió
a mensajeros y otras formas de comunicación directa que
no pueden vigilarse tan fácilmente.
Pero muchos eruditos consideran que esta información
por parte los funcionarios del gobierno estadounidense es intencionalmente
errónea. Mohammed Heikal, periodista egipcio desde hace
mucho y ex vocero de ese gobierno, expresó, en una entrevista
con un periódico británico, su incredulidad que
bin Laden y su grupo Al Qaeda fueron capaces de dirigir los ataques
del 11 de septiembre sin el conocimiento de los Estados Unidos:
Bin Laden ha sido vigilado por años: todas sus llamadas
telefónicas habían sido interceptadas electrónicamente
y las agencias de espionaje de los Estados Unidos, Pakistán,
Arabia Saudita y Egipto ya han penetrado a Al Qaeda. Es imposible
mantener secreta una actividad tan organizada y sofisticada.
(Fuente: Entrevista de Haikal con el Guardián, 10
octubre 2001)
Mientras más sostiene los Estados Unidos que las actividades
de bin Laden son de calidad mundial y que requieren una coordinación
sofisticada, menos creíble es la declaración que
el espionaje electrónico no ha dado ningún resultado.
Desde el punto de vista práctico, sería casi imposible
organizar una red mundial capaz de dirigir ataques contra el Medio
Oriente, África, Asia, Europa y los Estados Unidos sin
hacer uso del intercambio electrónico de información.
La prensa ha publicado informes acerca ocasionales del hecho
que los socios de bin Laden, para no decir del dirigente fundamentalista
mismo, han llevado a cabo comunicaciones electrónicas que
han sido interceptadas por agencias de espionaje estadounidenses.
Richard Sale, corresponsal de la United Press Internactional
[ UPI], escribió sobre los partidiarios de bin Laden
que fueron sometidos a juicio el año pasado en Nueva York
y ha reportado que la NSA había descifradolas comunicaciones
en código de bin Laden. Puesto que los funcionarios estadounidenses
creen que el plan para los ataques del 11 de septiembre
probablemente se iniciaron hace ya dos años ( New
York Times, 14 octubre 2001), ésto sugiere que parte
de la información acerca de los preparativos para el 11
de septiembre ya se había interceptado electrónicamente.
(Fuente: United Press International, 13 febrero 2001)
Orrin Hatch, senador conservador que representa al estado de
Utah y cuyos vínculos a los ámbitos encargados de
guardar la seguridad nacional son muchos, expresó, de la
manera más clara, que los Estados Unidos exitosamente había
espiado la comunicación de Al Qaeda. Esta declaración
fue la más próxima, en términos de tiempo,
a los sucesos del 11 de septiembre . Hatch le informó a
la Associated Press [ AP]el mismo 11 de septiembre
que el gobierno de los Estados Unidos había estado vigilando
la comunicación electrónica de bin Laden cuando
se escuchó a dos de sus asesores celebrando la exitosa
agresión terrorista. Le dijo Hatch a la AP: Cierta
información que se ha obtenido indica que se escuchó
a ciertos socios de bin Laden confirmando que dos blancos habían
sido afectados. (Fuente: Associated Press, 11 septiembre
2001, El World Trade Center se derrumba mediante
ataque terrorista, de David Crary y Jerry Schwartz)
En una entrevista con el noticiero de la cadena de televisión
ABC ese mismo día, Hatch reiteró su declaración,
indicando que la CIA y el FBI le habían informado lo mismo.
La reacción del gobierno de Bush indica que esta declaración
fue verosímil. Donald Rumsfeld, secretario de defensa,
ferozmente criticó el informe ante el público, llamándole
una revelación de información clasificada que no
había sido autorizada. La Casa Blanca luego citó
esta revelación de información secreta como base
para negarle al Congreso información detallada sobre las
actividades anti terroristas de los Estados Unidos. No obstante,
Bush luego se vería obligado a seguir informando a miembros
selectos del Congreso estadounidense.
Existen varios informes más de la prensa acerca de espionaje
similar que se llevó a cabo exitosamente contra las comunicaciones
de Al Queda. Der Spiegel, revista alemana, dijo que agentes
del espionaje alemán, BND, habían interceptado
conversaciones telefónicas entre dos de los seguidores
de bin Laden. El 4 de octubre, el noticiero de la cadena de televisión
NBC reportó que dos días antes del ataque
contra el World Trade Center bin Laden había llamado
a su madre para decirle que En dos días te vas a
enterar de grandes noticias y no vas a saber de mí por
largo tiempo. La cadena de televisión NBC
dijo que cierta organización de espionaje extranjera había
grabado la llamada y transmitido la información a los EE.UU.
A estos informes hay que considerarlos con cautela, sobretodo
porque surgieron durante la víspera del ataque aéreo
estadounidense contra Afganistán. Sin embargo, es imposible
cegarse ante la siguiente conclusión: si las agencias de
espionaje de los Estados Unidos eran capaces de obtener semejante
información después del 11 de septiembre, también
lo eran antes de esa fecha. (Fuente: Toronto Globe & Mail,
5 octubre 2001)
Además de las comunicaciones actuales entre los secuestradores
y sus compinches conspiradores, hubo otro indicio electrónico
acerca del 11 de septiembre. Se ha circulado ampliamente que la
semana antes de la piratería suicida, ocurrió una
especulación repentina y sin explicación en el mercado
de acciones capitales de las aerolíneas American y
United. Se hicieron grandes apuestas que las acciones a
ambas empresas sufrirían enormes pérdidas, tal como
sucedió después que dos aviones jets de la
American y dos de la United habían sido secuestrados
y estrellados. Ninguna otra aerolínea atravesó por
semejante especulación, y todavía no se ha revelado
la identidad de las personas que hicieron miles de apuestas tipo
put; es decir, apuestas que las acciones sufrirían
pérdidas.
Menos conocido es el hecho que la CIA maneja un sistema de
programas de computadoras llamado Promis, que vigila semejantes
cambios repentinos en los precios y tiene un propósito
único: advertir con anticipación que cierta industria
o empresa puede convertirse en blanco de agresiones terroristas.
Este programa provee 24 horas de vigilancia al día. Ya
para el 7 de septiembre, pues, los agentes de la CIA, tienen que
haber estado conscientes de la posibilidad que las aerolíneas
American y United, iban a ser objetivos de ataques
terroristas. Según la cadena de televisión Fox
News Network, derechista y estridentemente a favor de Bush,
el FBI y el Departamento de Justicia han confirmado que el espionaje
estadounidense usaba a Promis desde el verano anterior. No hay
ningún indicio que la CIA le advirtiera a las aerolíneas
o a las agencias estadounidenses guardianes de la seguridad nacional.
¿A cuántos piratas aéreos
se les conocía?
Según la versión oficial del gobierno de Bush
sobre los ataques terroristas, antes del 11 de septiembre las
autoridades estadounidenses sabían sólo de 2 de
los 19 presuntos piratas suicidas: Kahlil Almihdhar y Nawaf Alhamzi.
Luego que se descubriera que el primero tenía vínculos
a un agente secreto de bin Laden en Malasia, la CIA le pidió
al FBI que los pusiera en su lista de los más buscados.
Relatos incontables publicados en la prensa trataron de resolver
las dudas que esta versión de los sucesos inevitablemente
planteó. ¿Cómo lograron dos hombres buscados
por el FBI y la CIAa quienes se les sospechaba estar vinculados
al hombre que el gobierno de los Estados Unidos había catalogado
como el terrorista más peligroso del mundocomprar
pasajes de primera clase carísimos (y solamente de ida)
y entonces abordar y secuestrar un avión jet el
11 de septiembre?
Almihdhar y Alhamzi aparentemente vivían en el sur de
California, en la vecindad de San Diego, por casi dos años,
saliendo y entrando de nuevo al país por lo menos una vez
justamente semanas antes de emitirse la lista de los más
buscados. Según cierto informe de prensa, el nombre
de Alhamzi hasta apareció en la guía telefónica
de San Diego. Ésto en sí pone en duda la manera
en que la prensa ha pintado a los secuestradores suicidas: como
conspiradores que no dejaban rastro y eran imposible de ser descubiertos.
(Fuente: Washington Post, diciembre 29 2001).
No obstante la manera en que estos dos futuros secuestradores
evitaron ser descubiertos, la lógica fundamental de la
versión oficialque estos dos habían sido los
únicos secuestradores a quienes se les había sospechado
de ser terroristas antes del 11 de septiembrees falsa.
Varios otros secuestradores u hombres a quienes ahora se les considera
haber sido cómplices habían llegado a la atención
de la policía y de las agencias de espionaje estadounidenses
antes de la destrucción del World Trade Center.
Sin embargo, se les permitió continuar sus planes.
También es extraño el caso Ziad Samir Jarrah,
uno de los hombres bajo sospecha de secuestrar el jet de
la Aerolínea United que se estrelló en el
estado de Pennsylvania. Funcionarios de los Emiratos Árabes
Unidos admiten que Jarrah arribó a EAU el 30 de enero de
2001 luego de haber pasado dos meses en Afganistán y Pakistán.
A petición de los Estados Unidos, éste había
sido interrogado por varias horas en el Aeropuerto Internacional
de Dubai. Se le permitió salir del país y llegó
a parar a Hamburgo vía Amsterdam. Luego voló a los
Estados Unidos.
A pesar que los Estados Unidos había mostrado suficiente
interés en que fuera detenido, se le permitió entrada
al país y Jarrah pronto se inscribió en una escuela
de vuelos. El 9 de septiembredos días antes del secuestroJarrah
fue detenido por exceso de velocidad en la carretera interestatal
95. Recibió una multa y se le permitió seguir. La
policía del estado de Maryland aparentemente buscó
su nombre en sus computadoras y no encontró nada extraño.
Reaccionando a las indagaciones que comenzaron después
del 11 de septiembre, funcionarios del FBI y la CIA sostuvieron
que ninguna de las dos agencias había tenido conocimiento
de Jarrah o que lo habían puesto en la lista de los más
buscados. Ésto a pesar que ocho meses anterior, en Dubai,
una agencia del gobierno de los Estados Unidos había tratado
de que lo detuvieran. (Fuente: Chicago Tribune, 14 diciembre
2001: Baltimore Sun, 14 diciembre 2001)
La revista Newsweek , en un ejemplar
especial publicado inmediatamente luego de los ataques del 11
de septiembre, hizo una declaración asombrosa acerca de
los vínculos que existían entre los secuestradores
y el sistema de seguridad nacional de los Estados Unidos. Citando
a fuentes militares de los Estados Unidos, la revista reportó
que durante la década de los 1990, cinco de los presuntos
secuestradores de los aviones puestos al servicio de los ataques
terroristas el martes pasado recibieron su capacitación
en instalaciones militares estadounidenses que se consideraban
seguras. Tres habían declarado que residían
en la Estación Naval Aérea [ Naval Air Station]en
Pensacola estado de la Florida, cuando llenaron sus solicitudes
para obtener sus licencias de conducir o registrar sus automóviles.
Otro recibió su capacitación en el Instituto de
la Guerra Aérea [ Air War College] en Montgomery,
estado de Alabama. Y el quinto recibió instrucción
de idioma en la Base Lackland de la Fuerza Aérea [ Lackland
Air Force Base] en San Antonio, Texas. Los tres hombres que
recibieron su instrucción en Pensacola se llamaban Saeed
Alghamdi y Ahmad Alnani, quienes estuvieron abordo del vuelo 93
de la aerolínea United, el cual se estrelló
en Pennsylvania, y Ahmed Alghamdi, quien iba abordo del vuelo
75 de la misma aerolínea que se estrelló contra
la torre sur del World Trade Center.
Funcionarios del FBI le informaron a las oficinas del senador
Bill Nelson (Demócrata, Florida) que agentes que habían
sido asignados al caso del World Trade Center /Pentágono
estaban investigando todos los vínculos con las instalaciones
militares, pero que no se había llegado a ninguna
conclusión debido a la incertidumbre que existía
en cuanto a si los piratas aéreos habían robado
las tarjetas de identificación de otros visitantes del
Medio Oriente en los Estados Unidos. Entre éstos se encontraban
muchos procedentes de la Arabia Saudita y de otros clientes de
EE.UU. en ese rincón del mundo.
Funcionarios sauditas trataron de refutar los informes que
decían que 15 de los 19 piratas eran ciudadanos sauditas.
No obstante, este alegato resultó ser correcto. La prensa
no ha seguido reportando lo de Pensacola. Ni Newsweek,
ni ningún otro de los principales medios de prensa, ha
seguido esta pista.
El caso de Mohammed Atta
Más extraordinario aún es el tratamiento dado
a Mohammed Atta, presunto dirigente de la piratería aérea.
Éste había despertado el interés de las policías
egipcia, alemana y estadounidense, pero durante el 2000 y el 2001
logró viajar entre Europa y los Estados Unidos sin ningún
contratiempo.
De acuerdo a un informe que salió por el canal de televisión
pública ARD de Alemania, el servicio secreto egipcio
había interceptado sus llamadas telefónicas, por
medio de las cuales se averiguó que Atta recientemente
había partido de su domicilio en Hamburgo, Alemania, y
visitado a Afganistán. El programa alemán, difundido
el 23 de noviembre, aseveró que el FBI estadounidense había
seguido los pasos de Atta por varios meses en 2000, cuando viajó
varias veces de Hamburgo a Frankfurt y compró grandes cantidades
de substancias químicas con uso potencial para fabricar
explosivos. En 1999, la policía alemana también
interceptó una llamada telefónica entre varios fundamentalistas
islámicos que mencionaba el nombre de Atta. La agencia
de información británica, BBC, hizo el siguiente
comentario sobre el informe alemán: Las pruebas...ahondan
las inquietudes acerca de las agencias de espionaje: quizás
ya para el 11 de septiembre éstas sabían más
acerca de Atta de lo que se suponía, pero que fracasaron
en tomar acción. (Fuente: informe de la British
Broadcasting Corporation, 26 noviembre 2001)
Atta llegó a despertar la curiosidad de las autoridades
estadounidenses durante varias ocasiones en el 2001. A pesar de
haber excedido los términos de su visa, se le permitió
entrar de nuevo a los Estados Unidos en enero luego de haber viajado
a Alemania. Con visa de turista, aterrizó en Miami el 10
de enero en un vuelo desde Madrid; sin embargo, le dijo a los
inspectores de Inmigración que estaba tomando clases de
vuelo en los Estados Unidos, por lo cual se requería visa
de estudiante. Jeanne Butterfield, directora ejecutiva de la Asociación
Estadounidense de Abogados de Inmigración [ American
Immigration Lawyers Association], le declaró al Washington
Post: En el noventa por ciento de los casos le hubiesen
dicho que regresara al extranjero para solicitar la visa adecuada.
Se suppone que uno no puede llegar al país como turista
para entonces quedarse trabajando o asistir a la escuela.
Tenemos que enfatizar que este tipo, que recibía tratamiento
tan cordial y ameno, ¡previamente había estado bajo
la vigilancia del FBI por acumular materiales para la construcción
de explosivos!
Un informe de la televisión canadiense afirma que Atta
fue vinculado con un bombardeo terrorista en Israel y que la información
se le había entregado a los Estados Unidos antes de otorgarle
la visa de turista. (Fuente: Canadian Broadcasting Corporation
[Corporación Canadiense de Teledifusión], 14 septiembre
2001: informe de Diasna Swain desde Vero Beach, Florida)
Atta hizo otros viajes a Europa. Regresó a Alemania
en mayo y visitó a España en julio y, con el permiso
de la aduana y las oficinas de inmigración estadounidenses,
regresó al país cada vez. Otro informe de prensa
británico informa que Atta había estado bajo
vigilancia entre enero y mayo del año pasado, cuando aparentemente
se le observó comprando grandes cantidades de substancias
químicas en Frankfurt, presuntamente destinados a la producción
de explosivos y la guerra biológica. Se rumora que los
agentes estadounidenses que supuestamente le seguían la
pista a Atta fracasaron en informarle a las autoridades alemanas
acerca de su investigación. Esta revelaciónque
a Atta le habían seguido la pista mucho antes del 11 de
septiembreplantea una interrogativa: ¿por qué
fueron incapaces de detener a este individuo y así prevenir
los ataques? (Fuente: El Observador, 30 septiembre 2001)
Durante el verano de 2001, Atta recibió un giro de $100,000
de una cuenta bancaria en Pakistán presuntamente bajo el
control de un representante de Osama bin Laden. Funcionarios estadounidenses
repetidamente han mencionado este giro como prueba que bin Laden
inspiró los ataques del 11 de septiembre, pero lo que no
han podido explicar es como una cantidad de dinero tan enorme
pudo trasladarse sin ningún obstáculo a un individuo
que estaba bajo observación del FBI. Otro hecho asombroso:
según un periódico de la India, el hombre que en
realidad había autorizado el giro a Atta era el General
Mahmud Ahmed, dirigente de ISI, agencia de espionaje pakistani
y principal auspiciador de régimen Talibán en Afganistán.
Ahmed fue forzado a renunciar su puesto luego que la India hiciera
público su rol, confirmado por el FBI. El 11 de septiembre,
Ahmed se encontraba en Washington, D.C. consultando con funcionarios
del sistema de espionaje estadounidense. Quizás ello haya
sido una coincidencia. (Fuente: Informe de la CNN, 21 octubre
2001; The Times of India, 11 octubre 2001)
Continuará.
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