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¿Había estado los Estados Unidos prevenido del
ataque del 11 de septiembre?
Primera parte: Advertencias
Por Patrick Martin
11 Febrero 2002
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el autor
Ver Primera parte: Advertencias;
Segunda parte: Vigilando a los piratas
aéreos; Tercera parte:
Los Estados Unidos y el terrorismo del Medio Oriente;
Cuarta parte: La negativa en
investigar
No es necesario creer en una confabulación cuyos tentáculos
se extienden por todas partes, desde la Casa Blanca hasta el personal
de seguridad de las aerolíneas que permitió que
los piratas aéreos abordaran los aviones, para sospechar
que todo lo que sucedió el 11 de septiembre no se le ha
revelado al público estadounidense. La verdad es que la
explicación menos creíbley la de menos probabilidades
que la enorme estructura de espionaje interno estadounidense ignoró
totalmente las actividades de los piratas hasta que los aviones
se estrellaron contra las Torres Gemelas del World Trade Center
y el Pentágono.
Según la versión oficial, presentada de la manera
más vulgar imaginable por el director del FBI, Robert Mueller,
nadie en todo el gobierno de los Estados Unidos tenía la
menor idea de las identidades de los piratas del 11 de septiembre,
ni de sus métodos, ni de los blancos que escogerían.
Un minucioso repaso de la información que poco a poco ha
salido a relucir desde el 11 de septiembre muestra que estas declaraciones
no son solamente superficiales, sino clara, evidente y conscientemente
falsas.
El caso de Zacarías Moussaoui [Ver el artículo,
El extraño caso de Zacarías Moussaoui: rehusó
el FBI investigar a hombre acusado de participar en los ataques
del 11 de septiembre, de Patrick Martin, publicado el 12
de enero, 2002,] comprueba, de la manera más evidente,
que los ataques del 11 de septiembre representan un fracaso descomunal
por parte del FBI y de la CIA y una negligencia inexplicable para
tomar medidas [de defensa]. No sólo hubo suficientes advertencias
acerca de la posibilidad de una piratería suicida, sino
que varios de los piratas, inclusive Mohammed Atta, a quien se
le sospecha de dirigente principal, habían estado activamente
vigilados por agentes estadounidenses. No sería demasiado
exagerado afirmar que los terroristas sólo pudieron llevar
a cabo su asesina y destructiva labor debido a que las agencias
de espionaje estadounidenses habían ignorado varias advertencias,
rehusado poner en práctica las más básicas
acciones de defensa y aparentemente manifestado indiferencia a
la posibilidad que un ataque terrorista de semejante magnitud
pudiera ocurrir en suelo estadounidense.
Incluso ha de notarse que todos los poderes del gobierno han
rehusado conducir una investigación de las circunstancias
de este ataque, que causó la muerte de más civiles
estadounidenses en un solo día que todos los otros actos
de violencia en la historia de los Estados Unidos. Durante los
últimos cuatro meses que han transcurrido desde el 11 de
septiembre, no se ha emprendido ninguna investigación,
o aprendido alguna lección. Ni siquiera se ha asignado
ninguna responsabilidad.
De por sí, estos hechos revelan que altos funcionarios
de Washington tienen mucho que esconder.
Las advertencias de los gobiernos extranjeros
Durante varios meses antes del 11 de septiembre, los gobiernos
de por lo menos cuatro paísesAlemania, Egipto, Rusia
e Israelle advirtieron con detalle a EE.UU. que un ataque
terrorista era inminente. Cierto que estas alertas fueron fragmentarias,
pero en conjunto no sólo sirvieron para pronosticar la
magnitud del ataque y su blanco principal; también indicaron
que aviones comerciales pirateados serían el arma preferida
para llevarlo a cabo.
Según el artículo de uno de los principales periódicos
alemanes, publicado inmediatamente después de la destrucción
del World Trade Center, la agencia de espionaje alemán,
BDN, le había indicado en junio a su contraparte estadounidense
e israelí que terroristas del Medio Oriente planeaban
piratear aviones comerciales y usarlos como armas de ataque contra
símbolos importantes de las culturas estadounidense e israelí.
El periódico citó a estas fuentes del espionaje
alemán sin nombrarlas, pero éstas indicaron que
la información había provenido de Echelon [Escalón],
sistema de 120 satélites bajo el control de los Estados
Unidos que espía la comunicación electrónica
mundial. Aunque el mundo oficial no reconoce la existencia de
Echelon, se sabe que funciona por medio del esfuerzo colectivo
de los Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, Australia y
Nueva Zelanda. (Fuente: Frankfurter Allgemeine Zeitung,
14 septiembre 2001)
El 13 de junio, el gobierno egipcio la había enviado
a EE.UU. un mensaje urgente basado en una videocinta de Osama
bin Laden. El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, le declaró
al periódico francés, Le Figaro, que la amenaza
original ocurrió en Ginebra, justo antes de la Reunión
Cumbre de los Ocho. Recibió suficiente atención
como para desplazar a baterías antiaéreas alrededor
del Aeropuerto Cristóbal Colón de la ciudad italiana.
De acuerdo a Barak, bin Laden hablaba de asesinar al Presidente
Bush y a otros jefes de gobierno presentes en Ginebra. Era cuestión
de usar un avión repleto de explosivos. Se tomaron, pues,
precauciones. [Fuente: New York Times, 26 septiembre
2001, Dos líderes se refieren a complot para asesinar
a Bush en Ginebra, de David Sanger)
Según informes de la prensa rusa, agencias de espionaje
del país le advirtieron a la CIA durante el verano que
25 pilotos terroristas habían sido capacitados específicamente
para cumplir misiones suicidas. En una entrevista del 15 de septiembre
con la cadena MSNBC, el presidente ruso, Vladimir Putín,
confirmó que él mismo, en agosto, le había
ordenado a las agencias de espionaje rusas que le advirtieran
al gobierno estadounidense de la manera más
enfáticaque ataques contra aeropuertos y edificios
gubernamentales eran inminentes. (Fuente: Wildernes Web Site;
MSNBC)
El Sunday Telegraph, periódico ultra conservador
de Londres, que por lo regular apoya al gobierno de Bush con entusiasmo,
reportó que el servicio de espionaje israelí, Mossad,
le había advertido al FBI y a la CIA en agosto que aproximadamente
unos 200 partidarios de Osama bin Laden se estaban colando en
el país para preparar una gran agresión contra
los Estados Unidos. La advertencia se refirió de
un blanco enorme en que los estadounidenses se encontrarían
bastante indefensos. El Los Angeles Times citó
a funcionarios estadounidensessin nombrarlosque confirmaron
la advertencia de Mossad. (Fuente: Sunday Telegraph, 16
septiembre 2001, Servicio de espionaje israelí advirtió
urgentemente a la CIA de agresiones gravísimas, de
David Wastell y Philip Jacobson; Los Angeles Times, 20
septiembre 2001, Funcionarios advertidos de planes para
desatar agresión gravísima', de Richard
A. Serrano y John-Thor Dahlburg)
El Independiente, diario liberal británico, publicó
un artículo que sostiene que al gobierno estadounidense
repetidamente se le había advertido que un ataque
desvastador contra los Estados Unidos ya iba en marcha.
Este periódico citó una entrevista que al-Quds
al-arabi, periódico escrito en árabe basado
en Londres, le hiciera a Osama bin Laden a finales de agosto.
Aproximadamente durante el mismo período, por razones que
nunca se han explicado, medidas de seguridad más rigurosas
fueron ordenadas para el World Trade Center. (Fuente: El
Independiente, 17 septiembre 2001, Bush le hizo caso
omiso a varias advertencias sobre el ataque, de Andrew Gumbel)
A pesar de todas estas alertas, ninguna agencia del espionaje
estadounidense, durante los meses anteriores al 11 de septiembre,
advirtió que existía la posibilidad que sucediera
un ataque contra un blanco dentro del territorio mismo de los
Estados Unidos. La CIA y el FBI habían avisado acerca de
ataques probables contra bases militares o embajadas estadounidenses
en el Medio Oriente, Europa y Asia. El 7 de septiembre, el Ministerio
de Estado de los Estados Unidos lanza una alerta mundial acerca
de un ataque inminente que bin Laden y sus fanáticos iban
a desatar, pero ésta se enfoca en los establecimientos
relacionados con los Estados Unidoses en el este de Asia, sobretodo
en Japón, no dentro de los Estados Unidos mismo. Como admitiera
Richard Shelby, senador Republicano de mayor antigüedad en
el Comité del Senado sobre Cuestiones de Espionaje: Evidentemente
ésto fue un fracaso de gran magnitud. No teníamos
ninguna advertencia específica que los Estados Unidos iba
a ser agredido.
Además, hay que considerar la decisión del FBI
de no tomar acción contra Zacarías Moussaoui, teniendo
en cuenta torrente de advertencias desde el exterior del país.
Al gobierno estadounidense repetidamente se le había advertido
del peligro que corría con ataques devastadores por medio
de aviones comerciales pirateados. No obstante, el FBI decidió
no investigar a este hombrequien el espionaje francés
ha vinculado con bin Ladenque deseaba aprender a pilotear
un jet jumbo 747, pero no a despegar ni aterrizar. No fue
hasta después del 11 de septiembre que el Servicio de Inmigración
y Naturalización entregó a Moussaoui al FBI.
Investigaciones e inquietudes estadounidenses
A pesar de que las agencias de espionaje estadounidense han
sostenido que antes del 11 de septiembre no habían tomado
en cuenta la posibilidad de ataques suicidas por medio de aviones
comerciales, existen varios signos que el gobierno de los Estados
Unidos había tenido semejantes inquietudes durante los
ocho años anteriores .
Un comité de peritos, formado por el Pentágono
en 1993, debatió las maneras en que aviones podían
utilizarse para bombardear puntos sobresalientes de la nación.Se
consideraba radical pensar de esa manera. Era demasiado espantoso
para la época, dijo el coronel Doug Menarchik, jubilado
de la Fuerza Aérea, quien organizó un estudio, a
un costo de $150,000, para la Oficina sobre Actividades Especiales
y Conflictos de Poca Intensidad, auspiciada por Ministerio de
Estado. Luego de irme éste se murió silenciosamente.
Participantes del comité dijeron que la decisión
de no publicar planes de acción detallados se debió,
por lo menos parcialmente, al miedo que le tenían a la
posibilidad que a los terroristas se les ocurrieran las mismas
ideas. Un borrador de los planes llegó a circularse en
el Pentágono, el Ministerio de Justicia y la Agencia Federal
para la Resolución de Emergencias, pero funcionarios de
alto nivel en gobierno optaron por no publicarlo abiertamente.
(Fuente: Washington Post, 2 octubre 2001, Antes del
ataque, los Estados Unidos esperaba una agresión de índole
diferente, dándole énfasis a preparaciones de guerra
bacteriológica y química, de Jo Warrick y
Joe Stephens)
Tres ataques de aviones contra edificios tomaron lugar durante
1994. En el primero, que ocurrió en abril de año,
participó un ingeniero de vuelos de Federal Express
que iba a ser despedido. Luego de abordar un DC-10 como pasajero,
invadió la cabina del piloto. Había planeado estrellar
el avión contra un edificio de la empresa en Memphis (estado
de Tennesse), pero el personal del avión logró subyugarlo.
El segundo atentado sucedió en septiembre, cuando un piloto,
actuando por su propia cuenta, estrelló un avión
Cessna de un motor contra un árbol en los terrenos de la
Casa Blancaa poca distancia de la recámara del presidente.
El tercero sucedió en diciembre, cuando el Grupo Islámico
Armado se apoderó de un vuelo de Aïr France que
había despegado de Algeria. Los piratas forzaron al avión
a aterrizar en Marsella y ordenaron que se le llenara con 27 toneladas
de combustible, o sea, tres veces más de lo necesario para
llegar a París. Objetivo: chocarlo contra la Torre Eifel.
Fuerzas especiales francesas tomaron al avión por asalto
mientras éste todavía estaba en tierra. (Fuente:
New York Times, 3 octubre 2001, Piraterías
anteriores ofrecieron signos a los que se les hizo caso omiso,
de Mathew Wald)
En enero de 1995, la policía filipina arrestó
y torturó a Abedul Hakim Murad en un apartamento de Manila,
donde se descubrió equipo para hacer bombas. Les informó
acerca de planes para colocar simultáneamente, en 11 aviones
estadounidenses de línea comercial, dispositivos explosivos
de acción retardada y estrellar un avión contra
la sede de la CIA en Langley, estado de Virginia. Las preparaciones
para estas acciones ya habían avanzado tanto que Murad
detalló los vuelos que iban a ser pirateados; la mayoría
revetaría en pleno vuelo sobre el Océano Pacífico.
Murad había asistido escuelas de pilotos en los Estados
Unidos, había obtenido su licencia de piloto comercial,
y le informó a los investigadores que él mismo iba
a guiar el avión que iba a estrellarse contra la sede de
la CIA. Otro fundamentalista islámico iba a estrellar otro
avión contra el Pentágono. (Fuente: Washington
Post, 23 septiembre, Seguidores de bin Laden extienden
su red de terror por todo el globo terráqueo, de
Doug Struck, Howard Schneider, Karl Vick y Peter Baker).
Luego ese mismo año, el presunto organizador del primer
bombardeo contra el World Trade Center, Ramzi Ahmed Yousef,
fue capturado en Pakistán, entregado a agentes estadounidenses
y puesto en vuelo hacia los Estados Unidos, donde sería
sometido a juicio. Se rumora que durante el vuelo, Yousef hizo
alardes ante Brian Parr, agente del FBI, y otros agentes que lo
vigilaban, de haber estado en varias ocasiones a punto de detonar,
en un mismo día, bombas en una docena de aviones comerciales
y de poner en práctica un ataque suicida tipo kamikaze
contra la sede de la CIA. Yousef se refería al mismo complot
por el cual Abdul Hakim Murad había sido detenido en las
Filipinas. Murad fue entregado a los Estados Unidos por extradición.
Su testimonio jugó un papel estelar durante los trámites
de juicio, que terminaron en fallo de culpabilidad contra Yousef.
(Fuente: John Cooley, Guerras Profanas, New York, NY, 2000,
p. 247)
A principios de 1996, funcionarios de los Estados Unidos descubrieron
que avionetas de aerofumigación y vuelos suicidas podían
usarse como armas terroristas y comenzaron a tomar precauciones
bien complejas para prevenir un ataque aéreo durante las
Olimpiadas de verano en Atlanta [estado de Georgia]. Se desplegaron
helicópteros tipo Black Hawk y jets bajo
el mando del Servicio de Aduanas de los Estados Unidos para interceptar
a cualquier tipo de transporte aéreo que se considerara
sospechoso y que volara sobre los cielos de los eventos olímpicos.
Agentes vigilaban los vuelos de avionetas de aerofumigación
que tomaban lugar en una zona que cubría varios cientos
de millas alrededor del centro comercial de Atlanta. Agentes de
la policía también se esparcieron por los aeropuertos
regionales a través de todo el norte de Georgia para asegurar
que nadie se apoderara de una avioneta y tratara de atacar a los
eventos [olímpicos], declaró Woody Johnson,
quien en esa época era el agente del FBI encargado de administrar
las oficinas de Atlanta. Desde el 6 de julio hasta que los juegos
terminaron el 11 de agosto, la Administración Federal de
Aviación prohibió todo vuelo a una milla de distancia
de la Villa Olímpica donde se hospedaban los atletas. También
se ordenó que todo vuelo se mantuviera a una distancia
de tres millas de otros torneos durante un período que
comprendía las tres horas antes de los juegos y las tres
horas después de éstos acabar. (Fuente: Los Angeles
Times, 17 noviembre 2001, Se considera que los vuelos
suicidas y las avionetas de aerofumigación representan
una amenaza para los juegos olímpicos de 1996, de
Mark Fineman y Judy Pasternak)
Ya para el 1996 el FBI había comenzado a investigar
las actividades de estudiantes árabes en las escuelas secundarias
de los Estados Unidos. Funcionarios del gobierno admitieron que
agentes de las organizaciones encargadas de hacer cumplir
la ley estaban conscientes que menos de 12 personas vinculadas
a bin Laden habían asistido a estas escuelas. En
1996, agentes del FBI visitaron dos escuelas de vuelo para obtener
información acerca de varios pilotos árabes que
se habían capacitado ahí. Las dos escuelas estaban
entre las que habían recibido a Abdul Hakim Murad, quien
le había informado a la policía filipina y de los
Estados Unidos acerca de los planes para estrellar un avión
secuestrado contra la sede de la CIA. En 1998, agentes del FBI
interrogaron a gerentes de la Airman Flight School [ Escuela
de Vuelo para Pilotos] en Norman, estado de Oklahoma, acerca
de un estudiante graduado, que estudiaba para la maestría
o su doctorado, que cierto testimonio durante las diligencias
de un juicio lo había señalado como piloto de Osama
bin Laden. Por cierto que esta fue la escuela a la que Zacarías
Moussaoui luego asistió. Un artículo publicado en
el Washington Post concluye: Desde 1966, el FBI había
estado acumulando evidencia sobre terroristas internacionales
que estaban valiéndose de escuelas de vuelo estadounidenses
para aprender a ser pilotos de jets tipo jumbo.
Según ciertos funcionarios, dos sucesos habían resultado
en investigaciones del FBI en varias de las escuelas: en Manila
se había descubierto un complot para reventar a aviones
estadounidenses de línea comercial se había descubierto;
y, ante un tribunal de la justicia, un socio de bin Laden había
prestado testimonio incriminante. (Fuente: Washington Post,
23 septiembre, El FBI sabía que los terroristas se
aprovechaban de las escuelas de vuelo, de Steve Fainaru
y James V, Grimaldi)
En los Juegos Olímpicos preliminares en Sydney, Australia,
según Paul McKinnon, ex superintendente de la policía
de la ciudad, ya se había del peligro que un avión
de línea comercial, con el tanque lleno de combustible,
se estrellara contra la ceremonia de apertura ante un público
televidente mundial. Añadió que a Osama bin
Laden se le consideraba la primera amenaza. Funcionarios del Comité
Internacional de las Olimpiadas [CIO] declararon que catástrofes
causadas por aviones que se estrellan ya habían sido integradas
a los planes de seguridad que regían todos los juegos olímpicos
desde 1972. Dijo uno de los funcionarios del CIO: Esa siempre
fue una de nuestras pesadillas. Durante 2001, el CIO llevó
a cabo extensas conversaciones con el FBI mientras se planeaba
la seguridad para las Olimpiadas de Invierno en Salt Lake City
[estado de Utah] (Fuente: Sydney Morning Herald, Pesadilla:
se estrella un avión contra las olimpiadas, de Jacqueline
Magnay)
La edición del informe anual de la Administración
Federal de Aviación, escrita en el 2000, se publicó
a principios del 2001. Sus datos acerca de los actos delictivos
contra la aviación afirmaron que aunque a bin Laden
no se le puede culpar de atacar a la aviación civil, él
tiene el motivo y la voluntad para ello. Añadió
que las actitudes anti occidentales y anti estadounidenses de
bin Laden lo convierten a él y a sus partidarios en una
amenaza de gran significado para la aviación civil, sobretodo
para la de los Estados Unidos. (Fuente: Administración
Federal de Aviación)
A principios de 2001, en la ciudad de Nueva York, se entabló
juicio contra cuatro acusados a quienes se les había imputado
el cargo de haber participado, en 1998, en el bombardeo de las
embajadas estadounidenses en Kenya y Tanzania. Ese juicio reveló
que dos militantes de bin Laden habían sido capacitados
como pilotos en los estados de Texas y Oklahoma. A otro se le
había pedido que tomara cursos. L'Houssaine Kherchtou,
socio de bin Laden que se convirtió en testigo de cargo
para el gobierno, le describió al tribunal la manera en
que le habían pedido que tomara cursos de vuelo en 1993.
Otro asistente de bien Laden, Essam al-Ridi, prestó testimonio
que había comprado un avión de guerra para bin Laden
y que lo había volado al Sudán. Al-Ridi se convirtió
en testigo de cargo del gobierno en 1998, cuando le entregó
al FBI información acerca de las actividades internas acerca
del complotpara la formación de pilotosque
había tomado lugar tres años antes del ataque del
11 de septiembre. El juicio se prolongó de febrero a julio
2001, pero éso no causó que las autoridades se pusieran
más alertas para proteger la aviación comercial
de los Estados Unidos. (Fuente: Copia taquigráfica del
tribunal disponible en www.cryptome.org)
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