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El callejón sin salida de la independencia catalana,
segunda parte
Por Alejandro López y Paul Mitchell
10 Diciembre 2012
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el autor
Este artículo fue publicado en inglés el dos
de noviembre.
Esta es la conclusión de un artículo en dos partes.
La primera parte fue publicada en español el 8 de diciembre.
En el este periodo en que vivimos, el desarrollo de la globalización
de la producción le ha dado un impulso objetivo a un nuevo
tipo de movimiento nacionalista cuyo objeto es desmembrar estados
existentes. El movimiento global del capital transnacional le
otorga a los territorios pequeños la capacidad de unirse
ellos mismos directamente al mercado mundial. Pequeños
territorios costeros con conexiones adecuadas de transporte, con
infraestructuras, y que cuenten con mano de obra barata, pueden
resultar más atractivos para el capital multinacional que
un gran país con una zona interior menos productiva.
Durante los años 1980 y 1990, Jordi Pujol dirigía
el gobernante partido catalán Convergència i Unió
(CiU). Pujol en 1960 había sido sentenciado a siete años
de prisión por organizar el canto público del himno
prohibido "Canción de la Bandera"(Cant de la
Senyera). Al salir de la cárcel, se propuso el objetivo
de que una España federal reconociera a Cataluña
como nación. Ejerció la presidencia de la Generalitat
entre 1980 y 2003. Durante ese periodo negociaba acuerdos con
cualquier partido que estuviera en el poder en Madrid, sea el
Partido Socialista Obrero Español (PSOE) o el Partido Popular
(PP), para obtener concesiones económicas. Tal fue su papel
durante estos años que fue nombrado "Español
del Año" por el periódico patriótico
y monárquico ABC.
En los años 90, se creó, para competir con los
Estados Unidos, la Unión Europea, el mayor mercado unificado
del mundo, armado con una moneda común y con la base para
expandirse hacia Europa Oriental. Con la apertura de regiones
con mano de obra a bajo costo en China e India, la élite
gobernante europea comenzó a rebajar sistemáticamente
los niveles de vida de la clase obrera y a reducir el gasto social
para permitir que las empresas europeas mejor compitieran en el
mercado mundial. Pujol fue uno de los principales políticos
españoles, junto con el entonces primer ministro español
José Maria Aznar, del PP, que les aseguraba a los líderes
de la UE que España cumpliría los criterios de Maastricht
de disciplina fiscal y liberalización económica.
En las elecciones de 1999, la CiU perdió su mayoría
absoluta en la Generalitat. No obstante, Pujol fue reelegido presidente
con los voto del PP. Ese trato traía consigo dejar a un
lado demandas de mayor autonomía y de un nuevo pacto fiscal.
El principal beneficiado del creciente sentimiento antigubernamental
fue el partido hermano del PSOE -el Partido Socialista Catalán
(Partit Socialista de Catalunya, PSC)- que prometió limitadas
reformas sociales. En algunos círculos se consideró
una amenaza para la estabilidad política española
que el CiU perdiera su mayoría. Un editorial del diario
derechista El Mundo señalaba en ese entonces:
El viejo y moderado nacionalismo periférico está
a la deriva en la España de hoy. Hasta ahora, dejando a
un lado algunas de sus mas estridentes ruidos -nunca demasiado
serios- las dos mayores fuerzas del nacionalismo catalán
y vasco, CiU y PNV, han jugado un papel muy estimable reduciendo
y canalizando de manera democrática las tendencias centrífugas
que existen en sus respectivas comunidades. A pesar de la mayor
o menor simpatía que cualquiera haya tenido con su perspectiva,
son innegables sus esfuerzos de basarse en la coexistencia y el
sentido común. Sin embargo, este último periodo
trae consigo melodías muy inquietantes.
Pujol afirmó en una entrevista reciente en el Financial
Times, "Hasta los años 2000, intentamos combinar una
política de identidad nacional y lingüística
proyectándola dentro del marco español, hicimos
una aportación importante creando la estabilidad en la
transición [a la democracia] en España."
En este periodo, la economía española crecía
entre de 3 a 4 por ciento al año, el doble que la media
europea, lo que eventualmente convirtió al país
en la octava economía más grande del mundo. Al mismo
tiempo el partido Izquierda Republicana de Cataluña (ERC)
comenzó a demandar la independencia, argumentando que los
impuestos de Cataluña subsidiaban las regiones agrícolas
pobres del sur de España. En las elecciones regionales
del 2003, el ERC obtuvo el 16.5 por ciento de los votos. Consiguió
23 escaños parlamentarios, casi el doble que en la elección
previa. Integró una coalición parlamentaria con
el PSC y con "Iniciativa por Cataluña Verdes"
(ICV, una coalición de supuestos izquierdistas de clase
media, de ecologistas, y de estalinistas), que, luego de 23 años,
reemplazó al gobierno de la CiU.
En 2005 aprobó el gobierno catalán un nuevo Estatuto
de Autonomía que le daba más control y que hacía
referencia a "Cataluña como nación" dentro
de España. Este estatuto fue descafeinado en Madrid por
el gobierno del Primer Ministro José Luis Zapatero, del
PSOE, que buscó preservar los intereses generales de la
burguesía española sin de dejar de hacer algunas
concesiones inevitables.
En Madrid, el PP intentaba derribar al gobierno de Zapatero,
movilizando a la iglesia católica, a la Asociación
de Víctimas del Terrorismo, y a elementos dentro del ejército.
Juntos atacaron movimientos que favorecían la paz con Patria
Vasca y Libertad (Euskadi ta Askatasuna-ETA); se opusieron al
nuevo Estatuto de Autonomía de Cataluña; organizaron
boicots contra los productos catalanes; impugnaron ante el Tribunal
Constitucional el Estatuto de Autonomía y la norma que
le daba preferencia a la enseñanza en la lengua catalana
en las escuelas públicas. Por su parte la prensa derechista
aguijoneaba la impresión que los hablantes de español
en Cataluña eran víctimas de constante persecución.
En 2010, el Tribunal Constitucional falló que la mitad
del Estatuto de Autonomía era inconstitucional; el modelo
lingüístico en las escuelas también fue declarado
ilegal por el Tribunal Supremo; ambas cosas atizaron el nacionalismo
catalán.
Nuevos partidos fueron creados: la "Candidatura d'Unitat
Popular (CUP);" "Solidaritat Catalana per la Independència,"
fundada por el ex presidente del Club de Fútbol Barcelona
Joan Laporta; "Reagrupament Independentista;" y la organización
juvenil "Arran;" todos estos han argumentado que Cataluña
estaría mejor sin España; el mismo Pujol ahora piensa
que Cataluña ya no tiene posibilidades dentro del estado
español.
Partidos ex izquierdistas, incluyendo "en lucha",
"Revolta Global", y "El Militante", persiguen
ahora intensificar sus llamadas separatistas; ven oportunidad
en el gran número de personas que acudió a la manifestación
del 11 de septiembre. Estas organizaciones describen la demanda
de independencia como "justa" y "un sentimiento
democrático" que atribuyen a la clase obrera. Se oponen
a todos los esfuerzos para romper la influencia política
de las fuerzas burguesas y pequeño burguesas sobre la clase
obrera, diciendo en cambio que el separatismo nacional asentará
nuevos cimientos para el socialismo. De esa manera atan a la clase
trabajadora catalana a la burguesía y suprimen la posibilidad
de una lucha unida de la clase obrera española e internacional
por el derrocamiento revolucionario de la clase capitalista.
En una declaración que se llama: "Es la hora de
convocar un referéndum de autodeterminación",el
partido "en lucha", afiliado al Socialist Workers Party
de Gran Bretaña, afirma:
Nosotras y nosotros, como anticapitalistas que concebimos al
estado como una herramienta de dominación de clase y no
tenemos ningún interés alguno en su unidad, defendemos
la independencia del conjunto de los Países Catalanes con
la perspectiva del debilitamiento de un estado español
retrógrado, basado en la negación de los derechos
sociales y nacionales.
La corriente "en lucha" requiere del auge del nacionalismo
en Cataluña para espolear el movimiento anexionista de
las áreas de habla catalana en España y Francia.
Incita el nacionalismo donde tales sentimientos son débiles
o no existen: En Andalucía, demanda el derecho a la autodeterminación
de los pueblos, supuestamente por la reforma agraria y por la
recuperación y mejora de la cultura andaluza, y como cura
al subdesarrollo.
En las elecciones regionales en Cataluña en 2010, "en
lucha" apoyó la campaña por una república
catalana como parte de la coalición 'Desde Abajo' (Des
de Baix), que también incluía a Izquierda Anticapitalista
(IA), la sección española del Secretariado Unificado,
corriente pablista que rompió con la Cuarta Internacional
en 1953, y que estuvo bajo la dirección de Michel Pablo
y Ernest Mandel.
La sección catalana de IA, "Revolta Global -Izquierda
Anticapitalista" en una declaración llamada "Después
del 11-S: La República Catalana es el futuro. ¡Recortes
no!," demanda un referéndum inmediato.
La manifestación del 11 de septiembre es descrita como
el inicio del proceso "que debe culminar con la constitución
de una República Catalana que, desde su propia soberanía,
decida que vínculos tener con el resto de los pueblos de
Europa y del mundo."
A manera de disimular su apoyo a la creación de innumerables
miniestados capitalistas y a la división de la clase obrera,
tanto IA, como "en lucha", le aconsejan a la burguesía
catalana ponerle más contenido social a sus demandas independentistas.
Si no lo hace ven el riesgo de que otras secciones de la sociedad
catalana apoyen la demagogia del PP y de Ciudadanos [un partido
de derecha catalán], y que la clase obrera se haga menos
independentista. En ese caso se los barrios obreros se dividirían
en polos opuestos en torno a este conflicto nacionalista.
Así es que para la IA: ¡la manera de oponerse
al conflicto nacional es que los trabajadores sean aun más
nacionalistas! Ha pedido el voto para el CUP burgués el
25 de Noviembre, alegando que "presenta un programa de ruptura
y cambio social y algunos candidatos claramente envueltos en las
luchas sociales."
"El Militante", antiguamente afiliado a la "International
Marxist Tendency," utilizó la manifestación
del 11 de septiembre para darle apoyo a la burocracia sindical.
Reconoce que "los sindicatos y los partidos de izquierda
no han sido capaces de dirigir el camino de la lucha contra los
ataques y recortes, y de esta manera, en ausencia de alternativas,
este camino ha sido reemplazado por el de la independencia".
También reconoce que "los líderes de CCOO y
la UGT [los sindicatos] defienden puntos claves como el pacto
fiscal y la manifestación". Pero esa misma tendencia
afirma ahora que, debido al apoyo masivo a la independencia, "los
sindicatos se verán forzados a llamar a la lucha"
y que "la clase obrera catalana responderá con fuerza
y rabia, e irá más allá de los recortes:
pondrá en cuestión todo el orden capitalista."
Al hacerse pasar por campeones del separatismo en nombre de
la autodeterminación los ex izquierdistas le dan la espalda
a todas las experiencias de la clase obrera española e
internacional con los movimientos nacionalistas burgueses.
La peor experiencia trágica fue en Yugoslavia, donde
ex burócratas estalinistas y movimientos comunales animaron
una guerra fratricida con el objeto de colocar a los Balcanes
y a Europa Oriental firmemente en la órbita de las potencias
imperialistas; éstas los respaldaron a capa y espada e
hicieron llover bombas sobre Belgrado. Hoy la clase obrera de
lo que era Yugoslavia vive dividida en estados étnicos,
sujeta a la dominación capitalista y empantanada en una
creciente miseria social; a su vez estos estados sirven de palancas
para disminuir los niveles de vida de los trabajadores del resto
de Europa.
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1. Para más sobre este tema haga click en: "Globalization
and the International Working Class: A Marxist Assessment"
una declaración del Comité Internacional de la Cuarta
Internacional; 1998; ISBN 1 875639 27 6
2. Nuestra traducción del inglés
3. www.ft.com/intl/cms/s/0/6ebd07ee-fa5f-11e1-b775-00144feabdc0.html#axzz2EUcyqlMI
4. www.enlucha.org/site/?q=node/17651
5. www.anticapitalista.org/Despues-del-11S-la-Republica
6. En el balotaje catalán del 25 de noviembre, los partidos
separatistas dominaron pero la CiU perdió 12 escaños
en el parlamento comunitario -acabó con 50 escaños,
de 135 en esa asamblea- porque los votantes rechazaron sus medidas
de austeridad. Para más información ver: www.wsws.org/articles/2012/nov2012/cata-n27.shtml
7. Nuestra traducción del inglés
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