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El significado histórico de la crisis mundial
Por Nick Beams
12 Diciembre 2012
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La reducción significativa en el pronóstico económico
de la organización de 34 miembros para la Cooperación
y el Desarrollo Económico (OCDE) es la última en
una serie de advertencias por las principales organizaciones económicas
internacionales de una recesión global.
Tomando nota de que las "amenazas más grandes a
la economía mundial" siguen emanando de la zona euro,
señaló que la situación fiscal en algunos
países de "riesgo que desató una cadena de
acontecimientos que puedan perjudicar considerablemente la actividad
en la unión monetaria y empujar a la economía mundial
a una recesión. "En una clara indicación del
carácter insoluble de los problemas que aquejan a la economía
mundial, señaló que" las señales de
emergencia de la crisis han dado más de una vez forma a
una desaceleración económica o incluso una recesión
de doble caída en algunos países "y que "el
riesgo de una nueva contracción importante no se puede
descartar".
Después de las revisiones a la baja por parte del Fondo
Monetario Internacional en sus previsiones de crecimiento mundial,
la importancia de los datos de la OCDE radica en el hecho de que
se refieren a las principales economías capitalistas, que
en el pasado fueron el motor de la expansión global.
La OCDE prevé que la zona euro se contraería
un 0,1 por ciento en 2013, tras una caída del 0,4 por ciento
este año. El crecimiento en los EE.UU. se prevé
que sea sólo un 2 por ciento, inferior al nivel requerido
para expandir el empleo y por debajo de la previsión anterior
del 2,6 por ciento. El crecimiento de Japón fue revisado
a la baja del 1,5 por ciento al 0,7 por ciento. Pero esta cifra
podría reducirse aún más, dado que se espera
que la economía japonesa experimente un crecimiento negativo
durante los dos últimos trimestres de este año.
Aparte de las cifras de la economía mundial en su conjunto,
una serie de datos de los distintos países y regiones apunta
en la misma dirección.
El viernes pasado, se anunció que el desempleo en la
zona euro se elevó a 11,7 por ciento, frente al 10,4 por
ciento hace un año. España y Grecia ya están
experimentando niveles de depresión del 25 por ciento o
más. Ahora las economías más fuertes están
siendo afectadas. El gasto del consumidor en Francia bajó
en octubre, mientras que en Alemania las ventas minoristas cayeron
inesperadamente en el mismo mes.
Las afirmaciones de que un alto crecimiento en las llamadas
economías emergentes daría un impulso a la economía
mundial en su conjunto ya ha sido puesta en duda por la desaceleración
de la economía China. Ahora se le ha asestado un duro golpe
por los recientes datos procedentes de Brasil y la India.
El Producto Interno Bruto de Brasil creció sólo
un 0,6 por ciento en el tercer trimestre, lo que indica que su
economía está en camino de registrar la menor tasa
de crecimiento anual en una década. Del mismo modo, la
tasa de crecimiento anual de la India para el trimestre de septiembre
se redujo de un 5,5 por ciento a 5,3 por ciento, con predicciones
de que registre su menor crecimiento durante una década.
Estas cifras demuestran que, lejos de que una recuperación
esté a la "vuelta de la esquina", la economía
mundial se está moviendo más hacia la recesión.
Más aun, tienen un profundo significado histórico.
Subrayan el análisis realizado por el World Socialist
Web Site donde se señalaba que la crisis financiera
que estalló en 2008 no era de carácter coyuntural,
sino que significaba una ruptura en la economía capitalista
mundial, con importantes consecuencias económicas, sociales
y políticas.
Fue un punto de inflexión en lo que León Trotsky
denomina la curva del desarrollo capitalista. La economía
capitalista, explicó, se caracteriza por dos procesos básicos:
las fluctuaciones en el ciclo económico, que acompañan
al capitalismo desde su nacimiento hasta su muerte, y los cambios
en la estructura de la economía mundial que determinan
el carácter de períodos históricos completos.
Trotsky desarrolló su análisis en la década
de 1920 a través de un examen de la importancia de la ruptura
que se produjo con la irrupción de la Primera Guerra Mundial
en 1914. Mientras que el ciclo económico continuase, explicó,
el capitalismo no sería capaz de recuperar su equilibrio
anterior a la guerra.
Este análisis se verificó en todos los acontecimientos
que siguieron. Durante más de tres décadas después
de la erupción de la guerra, el capitalismo mundial se
caracterizó por el desempleo masivo, la depresión,
el empobrecimiento de millones de personas, el fascismo y el aumento
de conflictos inter-imperialistas, conduciendo al estallido de
una nueva guerra mundial aún más destructiva que
la primera.
El equilibrio capitalista fue restaurado, pero sólo
sobre la base de las traiciones de la lucha revolucionaria de
la clase obrera por sus dirigentes estalinistas y socialdemócratas,
y como Trotsky había predicho, sobre la sangre y los huesos
de cientos de millones de personas.
Ahora, una nueva ruptura está en marcha, tan importante
como la de 1914. Esta vez no se inició con una guerra mundial,
pero con un colapso casi total de todo el sistema financiero global.
Pero las consecuencias serán las mismas a menos que el
sistema de ganancias sea derrocado.
El caída de 2008 fue preparada por la cada vez más
febril especulación financiera que vio el surgimiento de
la parasitismo y delincuencia como el modo principal de acumulación
de le riqueza. Pero el colapso del castillo de naipes financiero
no significó el retorno a las anteriores condiciones "normales".
Por el contrario, marcó la apertura de un nuevo período
de la historia caracterizado, en palabras de Trotsky, por "los
mayores convulsiones en las relaciones entre las clases y entre
los Estados".
Las relaciones internacionales hoy se caracterizan por el descenso
a un abiertamente gansterismo en una escala no vista desde las
acciones de los nazis en la década de 1930, con los Estados
Unidos tratando de liberarse de la crisis a expensas de sus rivales.
Cuatro años después de la ruptura, los últimos
datos muestran que la burguesía no tiene políticas
económicas para superar su crisis histórica. Tiene
una sola respuesta: bombear nuevos suministros de riqueza en las
arterias escleróticas del sistema de ganancias mediante
la destrucción de todas las conquistas sociales ganadas
por la clase obrera en el período posterior a la guerra
y crear las condiciones prevalecientes en la década de
1930 y anteriormente, a través de la aplicación
en todo el mundo de una serie de programas de austeridad.
La respuesta de la clase obrera a esta contrarrevolución
social debe ser el desarrollo y la lucha por su propia estrategia
independiente: el programa de la revolución socialista
mundial para derrocar el reaccionario sistema capitalista y reemplazarlo
con una economía socialista planificada.??El Comité
Internacional de la Cuarta Internacional es el único partido
en el mundo que lucha por esta perspectiva.
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