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El escándalo de HSBC demuestra que los bancos están por encima de la ley

Por Barry Grey
18 Diciembre 2012

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El escándalo de HSBC demuestra que los bancos están por encima de la ley

Esta perspectiva política se publicó en inglés eldf14 de Diciembre del 2012

En el más reciente escándalo de las actividades criminales de los principales bancos del mundo, el Departamento de Justicia norteamericano. anunció el martes que el banco británico HSBC acordó pagar una de multa de $1.9 mil millones para resolver acusaciones de haber blanqueado enormes cantidades de dinero para carteles de la droga de México y Colombia.

El acuerdo fue diseñado específicamente para que ni el banco -el más grande de Europa y el tercero más grande en el mundo- ni ninguno de sus directores atraviesen por un proceso criminal. Aun luego que el HSBC admitiera haber blanqueado miles de millones de dólares para capos de la droga así como haber violado las sanciones financieras estadounidenses contra Irán, Libia, Birmania y Cuba, la administración Obama decidió evitar un juicio utilizando una maniobra legal, un "acuerdo de enjuiciamiento diferido".

El acuerdo es parte de la política del gobierno estadounidense de absolver a los principales banqueros de toda responsabilidad por sus ilegales actividades que resultaron en el colapso del sistema financiero en el 2008 y marcaron el comienzo de la recesión global. Ni un solo director de la banca ha tenido que enfrentar la justicia, ni hablar de ir preso, por las fraudulentas actividades que desataron la presente crisis, la misma que causó la destrucción de millones de empleos y del colapso de los estándares de vida en los EE.UU. y en todo el mundo.

Bajo la protección del estado, la frenética especulación y la estafa continúan sin ninguna disminución. Eso sigue sosteniendo las ganancias récord de casas de finanzas y los ingresos multimillonarios millones de dólares para los empresarios de la banca.

En un artículo de portada el martes, el "New York Times" delineó las discusiones internas en el gobierno de Obama que resultaron en la decisión de no entablar juicio contra HSBC. Según el "Times", los fiscales en el Departamento de Justicia y el fiscal de distrito de Nueva York presionaron para que el banco sea procesado no por blanqueo de dinero sino por el menor delito de violar la Ley de Secretos Bancarios.

Sin embargo, aún esto era demasiado para el gobierno de Obama. El Departamento del Tesoro, encabezado por el ex Presidente del Banco de Reserva Federal de Nueva York Timothy Geithner, y la Oficina del Contralor de la Moneda, la agencia reguladora encargada con vigilar a los mayores bancos como HSBC, vetaron todo juicio so pretexto de evitar un golpe legal demasiado severo contra HSBC que podría poner en peligro el sistema financiero.

¿Qué significa esto? Que HSBC, en su búsqueda de ganancias, facilitó las actividades de los mismos carteles de la droga que son el objeto de la supuesta "guerra contra las drogas" -que libra el ejército mexicano a instancia y con la colaboración yanqui- donde han muerto más de 60,000 personas; ni mencionar el sufrimiento humano que causa el comercio de narcóticos en los Estados Unidos y alrededor del mundo.

HSBC tuvo que pagar una multa insignificante: menos del 10 por ciento de sus ganancias en el 2011, una fracción del dinero que lavó para los capos de la droga. Mientras tanto, los pequeños vendedores de la droga y sus consumidores, casi siempre miembros de las secciones más oprimidas y empobrecidas de la población, son rutinariamente arrestados y encarcelados por años en el GULAG de las prisiones norteamericanas.

Resulta que los parásitos financieros cómplices en el tráfico de drogas y que se aprovecharon de la devastación social que esta ha infligido se encuentran por encima de la ley. Así lo dice el "Times": "ciertas instituciones financiera, habiéndose hecho tan grandes y habiendo adquirido tantas conexiones, son demasiado grandes para enfrentar la justicia".

Este es, en resumen, uno de los principio de la aristocracia moderna actual. Por más que se escondan detrás de gastados adornos democráticos, los lords del hurto financiero hoy en día dictan sus propias reglas. Pueden robar, saquear e incluso matar como les dé la gana, sin miedo a la ley. Dedican una porción de su fabulosa riqueza sobornando a los políticos, a reguladores, a jueces y a la policía -desde las altas esferas del poder hasta la comisaría local- para asegurar de que su riqueza sea protegida y su inmunidad a las leyes criminales.

El rol de los supuestos "reguladores" del Banco de Reserva Federal, de la Comisión de Papeles Financieros (Securities and Exchange Comission, SEC) y de la Oficina del Contralor de la Moneda es crear una cortina de humo para la banca. Tienen completo conocimiento de los crímenes que se cometen diariamente, pero se hacen los ciegos porque la criminalidad es una parte esencial de las operaciones de Wall Street y de sus ganancias.

Hay evidencia que HSBC y otros grandes bancos aceleraron el blanqueo de dinero de los cárteles y otras organizaciones criminales en respuesta a la crisis financiera que comenzó formalmente en el 2007 y explotó en setiembre del 2008 al desmoronarse Lehman Brothers.

En el 2010, poco después de otro acuerdo similar de "enjuiciamiento diferido" con el Banco Wachovia por operaciones de blanqueo de dinero, el Director Ejecutivo de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito, Antonio Mario Costa, declaró de que el flujo de dinero proveniente del crimen organizado representaba el único "capital de inversión líquida" que estaba disponible para las casas de finanzas durante el punto más alto de la crisis. "Prestamos interbancarios eran financiados por el dinero que se originaba del comercio de la droga", añadió.

No puede haber ninguna duda de que los reguladores estadounidenses dieron su consentimiento tácito a estas operaciones como parte de su apuro para rescatar a Wall Street de las consecuencias de su propio frenesí especulativo.

La incestuosa relación entre los reguladores bancarios y los bancos es aun más evidente en el caso de otro reciente escándalo bancario. La semana pasada Deutsche Bank fue acusado por tres ex empleados en una denuncia al SEC en el cual se alegaba que había escondido fraudulentamente 12 mil millones de dólares en perdidas entre el 2007 y 2009.

El Financial Times señaló de pasada que Robert Khuzami, la cabeza de seguridad del SEC, se recusó de la investigación porque, antes de tomar su puesto en la agencia federal, había sido consejero general de Deutsche Bank en Estados Unidos del 2004 al 2009. En otras palabras, estaba a cargo de defender legalmente al banco que, de acuerdo a los delatores, estaba al mismo tiempo envuelto en fraudes.

Este también fue el período en quenDeutsche Bank y otros principales bancos obtenían miles de millones de dólares envenenando al sistema financiero mundial con bonos tóxicos de hipotecas. El año pasado, el Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado dedicó 45 páginas de un voluminoso informe sobre el colapso financiero a las actividades fraudulentas de Deutsche Bank.

Según ese documento el vendedor del banco de obligaciones de deuda colateralizada (ODC ) se había referido a estos mismos bonos como "basuras" y "puerquitos", y caracterizó al mercado ODC en la industria bancaria de ser una "estafa tipo Ponzi".

Que un hombre así tenga el cargo de vigilar a los bancos es realmente cosa de todos los días. Khuzami obtuvo su puesto dentro del gobierno de Obama con la recomendación de un tal Richard Walker, quien ahora es principal consejero de Deutsche Bank, y que había sido jefe de seguridad del SEC.

El Junio pasado, cuando el gerente general de JP Morgan Chase Jamie Dimon se sentó a dar declaraciones ante al Senado estadounidense por perdidas no declaradas de por lo menos 5 mil millones de dólares, sentado detrás de él se encontraba el principal consejero del banco, Stephen Cutler, cuyo antecedente es también haber sido jefe de seguridad del SEC.

Se trata de un verdadero establo de Augías de crimen y corrupción, en el que toda institución oficial del capitalismo estadounidense está involucrada, y que no tiene remedio. La camisa de fuerza de la aristocracia financiera sobre la vida económica sólo puede ser eliminado mediante la movilización de la clase trabajadora para expropiar a los banqueros y colocar a la gran banca y las grandes instituciones financieras bajo el dominio público y el control democrático.

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