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Sindicatos traicionan huelga de trabajadores agrícolas en Sudáfrica

Por Iqla Qalam y Jashua Lumet
14 Diciembre 2012

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Este artículo apareció en inglés el 8 de diciembre del 2012

El Congreso de Sindicatos Sudafricanos (CSS) canceló la huelga de trabajadores agrícolas en la Provincia del Cabo Occidental el martes, sin que ninguna de las demandas de los trabajadores agrícolas hayan sido satisfechas.

Tony Ehrenreich, el secretario provincial del CSS, hizo el anuncio cancelando la huelga el 4 de Diciembre -después de un sólo día de acción— la fecha límite del ultimátum de trabajadores agrícolas para que el gobierno responda a sus demandas por un incremento en el salario mínimo a 150 rands al día.

Antes de la acción del martes, el gobierno del partido Congreso Nacional Africano (ANC) dejó en claro de que no tomaría ninguna acción sobre las demandas de los trabajadores agrícolas. En vez de eso, decidió confiar en los servicios del CSS y una red de organizaciones de seudoizquierda para contener la huelga y hacer que retornen al trabajo en lo que quedaba de la temporada de cosecha de uvas.

Según Enrenreich, "un acuerdo con por Agri SA establece la base del pacto que temporalmente finaliza esta huelga". También declaró que Agri SA, organización que representa a los propietarios de las haciendas, "se compromete esencialmente" a negociaciones hacienda por hacienda. Las negociaciones serían sobre las demandas salariales de 150 rands al día y un sistema de repartición de ganancias.

Al tratar de hacer conformar a un negociaciones hacienda por hacienda, la discusión sobre las condiciones de trabajadores a CSS pretende impedir una lucha unificada. La ministra de Agricultura del ANC Tina Joemat-Pettersson declaró el miércoles de que las negociaciones hacienda por hacienda serían seguidas por discusiones gubernamentales de un salario mínimo general el próximo año.

La Alianza del Cabo Orchard -dueña de 12 haciendas en el valle— agradecida por la intervención del gobierno y el sindicato, declaró por medio de su presidente Gerhard de Kock de que las relaciones laborales en la hacienda Normandy habían mejorado desde el comienzo de las recientes huelgas. "Todo cambio es doloroso, pero resistir al cambio puede ser algo más doloroso. He tratado de ver a los disturbios como una oportunidad para mejorar las relaciones y no de acabar con una tragedia", declaró.

Existe amplio escepticismo entre los trabajadores. Moos Arries, quién labora en la hacienda Mooigesig en De Doorns, declaró al World Socialist Web Site: "Parece que ahora negociaremos en cada hacienda por un mejor estándar de vida y no sabemos cuando éste proceso acabará".

Willem Koopman de la hacienda Morgenson notó que aunque Agri SA y el gobierno han demostrado una disposición para negociar, nada ha efectivamente cambiado en sus vidas "porque no hemos visto algún incremento en nuestras condiciones de vida. Esto va para largo." La huelga de los trabajadores del campo trastornó a la clase gobernante, especialmente porque comenzó independientemente de los sindicatos. La erupción inicial de la oposición obrera, inspirada por las luchas de los trabajadores mineros, rápidamente se esparció a docenas de pueblos. Al igual que con los mineros, el Servicio Policial de Sudáfrica ha atacado con regularidad a los trabajadores agrícolas; esta vez dos trabajadores murieron en confrontaciones".

El AN,c junto con la Alianza Democrática (AD), que gobierna en la provincia del Cabo Occidental respondieron a la huelga reclamando los servicios del CSS en combinación con amenazas de violencia: La Premier Helen Zille, también de la AD, sugirió que intervenga el ejército.

El 19 de noviembre, se suspendió la huelga temporalmente después de una serie de encuentros entre los trabajadores, el CSS, el ANC y la AD. Maniobra que le quitó la iniciativa a los obreros, allanando así el camino al acuerdo de esta semana.

El 20 de noviembre, representantes de los trabajadores agrícolas declararon al ANC y la AD de que tenían hasta el 4 de diciembre hacer efectivo el salario diario mínimo de 150 rands o confrontarían nuevas protestas. Fue sobre esta base que el CSS, para descarrilar el desarrollo de un movimiento insurreccional, decidió representarse con una máscara más radical y de apoyo a la extensión de la huelga, para mejor controlara. Para este fin el CSS sancionó un sólo día de acción en el sector agrícola el 4 de diciembre.

El mismo Ehrenreich admitió de que el CSS había hecho todo lo que podía para evitar futuros paros y amenazó: "Esta huelga... podría hacer retroceder las relaciones laborales en las haciendas y podríamos regresar a la guerra civil de baja intensidad que todos presenciamos en las haciendas hace varias décadas".

Ehrenreich es un burócrata y un miembro del partido gobernante ANC que sancionó la brutal masacre de los huelguistas mineros de platino de Lonmin en Marikana el Agosto pasado. La semana pasada la AD lo acusó de incitar a la violencia. Esto fue debido a que su imagen fue usada en el cartel de un sindicato afiliado al CSS, bajo el cual se escribió el eslogan "¡Se siente! ¡ Ya llegó la Marikana [sublevación minera del 2012]del Cabo Occidental!". Esto fue una referencia a unos comentarios que Ehrenreich supuestamente dijo a comienzo de la lucha: "Hay que acabar con los malos tratos y el pago incompleto de los trabajadores por algunos por algunos patrones, de lo contrario ocurrirá otra Marikana en De Doorns".

Defendiendose de las acusaciones del AD, Ehrenreich habló cándidamente sobre su rol y el del CSS en esta disputa, rol que tiene como objetivo estrangular un movimiento de trabajadores independiente del control sindical y en oposición al ANC. Dijo Enrenriech: "Mencioné a Marikana como un paralelo a lo que está ocurriendo en las haciendas porque los trabajadores se adelantaron sin ninguna dirección de los sindicatos y el peligro de que las cosas se pasen de mano es más grande sin los sindicatos".

Los sindicatos ahora van a intentar utilizar la posibilidad de un acuerdo hecho por Agri SA para tratar de establecer su control sobre una sección cada vez más impaciente de la clase trabajadora. Las bases del sindicato en el sector agrícola son menos del 3 porciento. "Este acuerdo significa que los trabajadores ahora retornarán al trabajo y se unirán a cualquier sindicato que quieran", declaró Ehrenreich. "Estos sindicatos ahora negociarán con los hacendados en las diferentes haciendas".

Junto al CSS y el CAN, una red de organizaciones ha jugado un papel crucial en el sabotaje de la huelga, incluyendo al Frente Democrático Unido, recientemente relanzado por Mario Wanza, un importante ex activista del ANC. Wanza y el FDU ha tomado una postura de oposición más militante, mientras que al mismo tiempo presionan al CSS y el ANC e impiden todas las luchas contra el sistema capitalista. El intento de Wanza de revivir el FDU es parte de un esfuerzo para establecer una nueva organización para contener y canalizar la enorme hostilidad a los partidos oficialistas en Sudáfrica.

Durante el apogeo de la lucha contra el Apartheid, el FDU contaba con alrededor de 3 millones de miembros. En su afán de unir las opuestas fuerzas de clases, puso como eslogan el "FDU une, el Apartheid divide". Esta perspectiva política subordinaba la clase trabajadora a una perspectiva pro-capitalista, a un movimiento dominado por el ANC y a un liderazgo cuyo objetivo era avanzar sus propias ambiciones entre las filas de la burguesía; esta táctica resultó decisiva en la preservación del capitalismo en Sudáfrica.

Otra organización involucrada en la huelga es la coalición de ONGs Nacionales Sudafricanas (SANGOCO). Es el grupo multitudinario para muchas organizaciones no gubernamentales del sector social, que están agradecidas a la clase capitalista por las donaciones que financian sus actividades y se ven obligadas a proteger los intereses de las grandes empresas agrícolas. SANGOCO ha estado activamente promoviendo la idea de que los trabajadores agrícolas se limiten a tratar de "influenciar la política de desarrollo nacional".

Es imposible defender los intereses de los trabajadores agrícolas y de las otras secciones de la clase obrera en Sudáfrica en el ámbito de estas organizaciones. Sólo es posible establecer derechos básicos para el proletariado -incluyendo el derecho a salarios y viviendas decentes— a través de la organización de una lucha independiente por el socialismo y en contra del AN,c del CSS y del sistema capitalista que ellos defienden.

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