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Nick Beams: El primero de Mayo del 2014 y el colapso del capitalismo
mundial
Por Nick Beams
20 Mayo 2014
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A continuación el texto del discurso pronunciado
por Nick Beams, secretario nacional del Partido Socialista por
la Igualdad de Australia, al Mitin Internacional Online celebrando
el Primero de Mayo organizado por el Comité Internacional
de la Cuarta Internacional y el World Socialist Web Site, el domingo
4 de mayo.
***
Seis años después del estallido de la crisis
financiera mundial, los trabajadores de todo el mundo se enfrentan
a un hecho indiscutible: todos los peligros de la guerra y el
ataque a sus puestos de trabajo y sus condiciones sociales surgen
de la descomposición del sistema capitalista global que
comenzó en septiembre de 2008.
Desde el principio, el Comité Internacional de la Cuarta
Internacional (CICI) insistió en que la crisis emergía
de las contradicciones enraizadas en los cimientos mismos del
sistema capitalista. Las contradicciones que estallaron con el
inicio de la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914 y que condujo
a todos los horrores que siguieron han salido a la superficie
una vez más.
Al caracterizar esta crisis como una ruptura, de ninguna manera
implica que el sistema capitalista simplemente deje de funcionar.
Por el contrario, la crisis daría lugar a la actividad
más frenética por parte de las clases dominantes,
asumiendo dos formas: el impulso hacia nuevas guerras imperialistas,
con cada una de las grandes potencias tratando de mejorar su posición
a expensas de sus rivales, y la reestructuración violenta
de las relaciones de clase en todos los países, con el
fin de imponer a la clase trabajadora las horrendas condiciones
de la década de 1930 y aún peor.
Insistimos en que la burguesía y sus decenas de miles
de economistas, analistas y expertos de un tipo u otro, contando
con una amplia gama de potentes computadoras, no tenían
políticas para volver a lo que alguna vez fueron consideradas
como las condiciones de una economía capitalista "normal".
¿Acaso nuestro análisis soportó la prueba
de la historia? Este hecho ha sido comprobado totalmente. En general,
la frase "estancamiento secular" se utiliza para caracterizar
la situación en las principales economías capitalistas.
Estados Unidos, aún la mayor economía nacional
en el mundo, está a punto de entrar en su sexto año
de supuesta "recuperación". Pero esta es una
"recuperación" como ninguna otra. El producto
interno bruto (PIB) ha crecido en promedio un 1.8 por ciento anual
desde el fin de la recesión, la mitad del ritmo de las
tres expansiones anteriores.
Esta semana, las cifras oficiales mostraron que el crecimiento
de EE.UU. en el primer trimestre de este año ascendió
a un 0.1 por ciento. Como para celebrar el carácter demencial
de la economía después de 2008, Wall Street recibió
esta noticia alcanzando un máximo histórico del
índice Dow-Jones.
La situación en Europa no es mejor. El desempleo está
cerca del 12 por ciento, y el desempleo juvenil en algunos países
al 60 por ciento. El PIB esta casi 10 por ciento por debajo de
donde debería estar de haber continuado la tendencia anterior.
El PIB ni siquiera ha vuelto a los niveles alcanzados en la víspera
de la crisis financiera. La inversión se ha reducido hasta
en un 25 por ciento y la producción industrial está
un 16 por ciento por debajo de la tendencia anterior a la crisis.
Al menos ocho países de la zona euro están experimentando
una deflación, una señal segura de estancamiento.
¿Y qué proponen los políticos de las élites
gobernantes europeas, los autores del llamado modelo social de
mercado, que se supone debía proporcionar una forma más
humana del capitalismo? Ellos están presionando cada vez
más ferozmente para profundizar la austeridad de la clase
trabajadora.
Después que explotara la crisis de 2008, los comentaristas
muy bien pagados, lacayos académicos y expertos económicos
que sirven al sistema capitalista, aseguraron que los llamados
"mercados emergentes", con China a la cabeza, proporcionarían
una nueva base para la expansión global capitalista. A
pesar de la catástrofe en los principales centros capitalistas,
estas economías podrían "desacoplarse",
y así, después de un periodo de ajuste, se restauraría
el crecimiento económico.
¡Vaya broma cruel! China está al borde de un desastre
financiero. La pregunta no es si habrá una crisis, sino
cuán pronto entrará en erupción, cuán
grande será, y cuales serán sus alcances para el
sistema capitalista en su conjunto.
Una de las conclusiones centrales reveladas por el fundador
del socialismo científico, Karl Marx, es que la acumulación
capitalista implica necesariamente acumulación de gran
riqueza en un polo de la sociedad y la acumulación de la
pobreza y la miseria en el otro. La conclusión de Marx
fue atacada por décadas, ya que demuestra que la polarización
social no es producto de las medidas de políticos "iluminados"
que de alguna manera podrían revertirse, sino que estaba
enraizada en la lógica objetiva del sistema de ganancias
capitalista en sí, y por lo tanto sólo podría
ser terminado a través del derrocamiento de las relaciones
de propiedad capitalistas.
Hechos y cifras han demostrado que Marx estaba correcto. Cada
gran crisis de la economía capitalista tiene este efecto:
se despoja de lo efímero, el fenómeno históricamente
transitorio y temporal, y pone al descubierto las fuerzas subyacentes
y fundamentales que impulsan el sistema de ganancias capitalista.
La crisis de 2008 ha demostrado no ser una excepción. En
los últimos seis años, la polarización social
se ha incrementado a un ritmo acelerado, con el resultado de que
el mundo está ahora en las garras de un puñado de
plutócratas.
Se ha calculado que las 85 personas más ricas del mundo
- sólo 85 - controlan más riqueza que el 50 por
ciento inferior de la población mundial, es decir, 3.5
mil millones de personas.
La riqueza del 1 por ciento superior es de $ 110 trillones
de dólares. Esto es 65 veces la riqueza total del 50 por
ciento inferior de la población del mundo. Al mismo tiempo,
unos 3 mil millones de personas subsisten con menos de $ 2.50
por día. No hay precedentes en la historia de esta inmensa
concentración de la riqueza.
Los aspirantes a ser críticos de Marx insisten en que
mientras que sus conclusiones podrían, tal vez, tenido
una validez limitada hace 150 años, ahora han sido dejadas
de lado por la historia. De hecho, Marx ha demostrado ser el analista
más profético de las tendencias económicas
y sociales básicas, no del siglo 19, sino del siglo 21.
La clase dominante y sus apologistas no tienen una explicación
para la crisis de su propio sistema. Algunos de ellos sostienen
que ha sido causada por la insuficiente regulación y supervisión
de las finanzas, otros que es el resultado de políticas
equivocadas. Algunos, de un tinte más "izquierdista",
toman una visión a largo plazo y sostienen que la crisis
ha surgido debido al abandono de las políticas keynesianas
del boom de la posguerra y su reemplazo con la política
del libre-mercado iniciada por Reagan y Thatcher. Como si un actor
de cine B y la hija del dueño de una tienda de comestibles
que ascendió socialmente fueran figuras históricas
a nivel mundial.
Todas estas afirmaciones se apoyan en la visión de que
las crisis son de alguna manera el resultado de factores externos
al sistema capitalista, en los cuales éste último
simplemente cae como víctima. Este enfoque se deriva de
una orientación de clase y perspectiva histórica
definida. Cualesquiera que sean las diferencias entre ellos, todos
las ex "liberales" y ex "izquierdistas" sostienen
que el capitalismo no es un sistema históricamente desarrollado
y, por lo tanto, históricamente limitado en su modo de
producción, destinado a pasar a la historia junto con la
esclavitud y el feudalismo, pero la única forma viable
de organización socio-económica.
Los marxistas tienen una perspectiva fundamentalmente opuesta:
las crisis y colapsos económicos no se desarrollan afuera
del sistema capitalista, éstas están enraizadas
en sus esenciales contradicciones internas.
Los apologistas y defensores del lucro niegan la existencia
de estas contradicciones fundamentales. Pero, como explicó
Marx: "Las crisis existen porque existen estas contradicciones...
El deseo de convencerse a sí mismo de la no existencia
de contradicciones es a la vez la expresión de un deseo
piadoso que las contradicciones, que están realmente presentes,
no deberían existir."
Las contradicciones del capitalismo asumen dos formas principales:
la que existe entre el carácter mundial de la producción
y el sistema de Estado-nación, el cual divide el mundo;
y aquella entre el desarrollo de la productividad del trabajo
y producción socializada y la propiedad privada de los
medios de producción, que constituye la base de la apropiación
privada de la riqueza a través del sistema de ganancias.
La primera se manifiesta en la lucha entre las naciones-estado
rivales y las grandes potencias por el dominio de la economía
mundial, lo que conduce en última instancia a la guerra;
la segunda, en la desintegración de la vida económica
caracterizada, sobre todo, por el crecimiento del desempleo y
la miseria social en medio de la producción de una gran
riqueza.
Por períodos considerables de tiempo - por lo menos
según medido por el tiempo de una vida útil del
individuo - puede parecer que estas contradicciones son capaces
de ser suprimidas o incluso superadas. Pero la actual crisis económica
y geopolítica mundial demuestra claramente que han emergido
nuevamente a la superficie.
Hace cien años, en 1914, la ruptura del capitalismo
tomó la forma de una guerra mundial. Hoy en día,
su expresión inicial ha asumido la forma de una crisis
del sistema financiero global.
Los indicadores económicos de Wall Street están
en un máximo histórico, mientras que los EE.UU.
y la economía mundial se estancan. ¿Qué otra
cifra podría indicar más claramente la creciente
podredumbre y decadencia? Y las consecuencias de esta ruptura
serán las mismas que las de la guerra mundial de 1914,
la depresión, el fascismo y las formas autoritarias de
gobierno.
Como Marx lo expresó tan bien: "La creciente incompatibilidad
entre el desarrollo productivo de la sociedad y sus relaciones
hasta ahora existentes de producción se expresa en las
contradicciones amargas, las crisis, los espasmos. La destrucción
violenta del capital y no por las relaciones externas a la misma,
sino más bien como una condición de su propia conservación,
en su forma más llamativa auguran que se les debería
aconsejar a éstas que se vayan y dejen lugar a un estado
superior de producción social".
Pero el capitalismo no pasará en paz a la noche de la
historia. Intentará arrastrar a toda la humanidad con él
e imponer nuevas formas de barbarie. No podemos permitir que las
clases dominantes tengan éxito. El "consejo"
del que hablaba Marx, en realidad debe ser llevado a cabo por
una poderosa fuerza -la lucha unificada de la clase trabajadora
internacional, la portadora de "un estado más alto
de la producción social" - a través de la conquista
del poder político y el establecimiento del socialismo
internacional.
Esta mitin internacional online del Primero de Mayo organizado
por el Comité Internacional de la Cuarta Internacional,
el partido mundial de la revolución socialista, es un paso
importante en esa dirección.
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