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Más de un millón de peticiones para que Brasil
conceda asilo a Snowden
Por Bill Van Auken
24 Febrero 2014
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el autor
Este artículo apareció en inglés el
18 de febrero del 2014
Los partidarios de Edward Snowden han entregado al Ministerio
de Relaciones Exteriores de Brasil una petición firmada
por más de 1.1 millones de personas haciendo un llamado
al gobierno de la presidenta Dilma Rousseff para que conceda asilo
al denunciante de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU.
La petición, que se inició en noviembre pasado
en el sitio web Avaaz, encontró apoyo en todo Brasil y
alrededor del mundo, convirtiéndose en una poderosa expresión
del inmenso apoyo popular a Snowden y la hostilidad hacia las
operaciones de espionaje globales de la NSA.
Las revelaciones de los documentos de la NSA hechos públicos
por Snowden han tenido un impacto particularmente fuerte en Brasil,
donde la agencia de espionaje EE.UU ha conducido una piratería
sistemática de llamadas telefónicas oficiales y
personales, mensajes de texto, correos electrónicos y búsquedas
en Internet de la presidenta Rousseff y sus asistentes. Las revelaciones
también sacaron a la luz el espionaje económico
dirigido contra Petrobras, la compañía petrolera
estatal de Brasil y el cuarto mayor conglomerado de energía
en el mundo, y el ministerio de Minas y Energía del gobierno.
La petición fue iniciada por David Miranda, el compañero
brasileño de Glenn Greenwald, periodista con sede en Río
de Janeiro, quién ha sacado a la luz muchas de las historias
basadas en los documentos filtrados por Snowden. Miranda fue retenido
incomunicado por nueve horas en el aeropuerto Heathrow de Londres,
en donde fueron incautadas su computadora y otras pertenencias
el pasado mes de agosto bajo la ley antiterrorista de Gran Bretaña.
La discusión en Brasil sobre el destino de Snowden tomó
fuerza en diciembre pasado después que el ex- contratista
de la NSA publicara una "Carta abierta al pueblo de Brasil",
en respuesta a las peticiones que buscaban ayuda en la investigación
del espionaje de la NSA tanto por parte de un comité legislativo
de Brasil como la policía federal del país.
La carta dejaba en claro que él no estaba en condiciones
de ofrecer este tipo de asistencia, sin haber obtenido asilo político
en un país donde pudiera hablar libremente. El gobierno
ruso del presidente Vladimir Putin ha concedido asilo temporal
bajo la condición de que Snowden no haga nada para dañar
los "intereses estadounidenses".
"Hoy en día, si usted lleva un teléfono
celular en Sao Paulo, la NSA puede y de hecho realiza un seguimiento
de su ubicación: hacen esto cinco mil millones de veces
al día a la gente de todo el mundo," Snowden escribió
en la carta. "Cuando alguien en Florianópolis visita
un sitio web, la NSA lleva un registro de cuándo sucedió
y lo que hizo allí. Si una madre en Porto Alegre llama
a su hijo para desearle suerte en su examen de la universidad,
la NSA puede mantener ese registro de llamadas durante cinco años
o más. Incluso hacer un seguimiento de quién está
teniendo una aventura amorosa o ver pornografía, en caso
de que se necesite para dañar la reputación del
sujeto".
Mientras que el jueves pasado los funcionarios del Ministerio
de Relaciones Exteriores de Brasil aceptaron la petición
firmada por más de 1.1 millones de personas, el gobierno
de Rousseff no ha dado indicios de considerar cumplir con su demanda.
Al igual que con otros países de América Latina,
el rechazo se esconde detrás de la formalidad de que Snowden
aún no ha presentado la documentación necesaria
pidiendo asilo. En diciembre pasado, Rousseff dijo que no iba
a responder a una persona que "no deja claro" lo que
está buscando.
Aunque Rousseff ha emitido condenas públicas del espionaje
de la NSA y canceló una visita de Estado a Washington programada
en septiembre pasado, su gobierno ha mostrado no tener el estómago
para una fuerte confrontación con Washington. Su Partido
de los Trabajadores (PT), a pesar de su nombre y pretensiones
de "izquierda", es el principal representante de los
intereses corporativos y bancarios de Brasil, que, aunque mortificado
por el espionaje industrial de la NSA, quiere evitar una confrontación
que podría afectar negativamente el comercio y las ganancias.
La petición dice: "Como el líder de un movimiento
global por la libertad en Internet y la privacidad, Brasil es
el hogar perfecto para un hombre que sacrificó su vida
para denunciar el invasivo e ilegal espionaje de EE.UU."
En realidad, la negativa del gobierno de Rousseff para ofrecer
asilo a Snowden va de la mano con el crecimiento de la represión
en el propio Brasil, particularmente en el contexto de las protestas
masivas que sacudieron al país el pasado mes de junio.
En ese momento, se reveló que la policía federal
había establecido una unidad especial para espiar a las
redes sociales en un intento de conocer quien participó
en las manifestaciones.
Más recientemente, ha habido denuncias de espionaje
por parte de dos grandes corporaciones brasileñas: Vale,
la minera multinacional, y Norte Energía, la corporación
a cargo del gigante y controvertido proyecto de la represa de
Belo Monte en el Amazonas. Las compañías son acusadas
de organizar el espionaje de los movimientos sociales de Brasil
con la aparente colaboración de la agencia de inteligencia
de Brasil.
Mientras tanto, se espera que el Senado brasileño vote,
tan pronto como esta semana, sobre la llamada legislación
antiterrorista que define el terrorismo como cualquier acto que
"provoca o extiende el terror o pánico generalizado
a través de un delito o intento de delito contra la vida,
la integridad física o la salud o la privación de
la libertad de una persona".
La legislación ha sido apresurada después de
la muerte del camarógrafo de televisión Santiago
Andrade el 10 de febrero, quien fue golpeado en la cabeza por
una bengala disparada días antes al parecer por los manifestantes
durante una protesta en Río contra el alza de tarifas de
autobús.
El verdadero propósito de la legislación fue
explicada por el senador del PT Jorge Viana quién sostuvo
que era necesaria para luchar contra las protestas que podrían
estallar en torno a la celebración de la Copa Mundial a
celebrarse en Brasil a partir del próximo mes de junio.
"Va a haber gente aquí de todas partes del mundo",
argumentó en el debate del Senado. "Si somos un pueblo
pacífico, no debemos tener miedo de pasar una ley fuerte
contra aquellos que quieren convertir a Brasil en un país
violento."
A los pocos meses del 50 aniversario del golpe de Estado respaldado
por la CIA que impuso décadas de dictadura militar en Brasil,
el gobierno del PT está haciendo esfuerzos para crear una
vez más el marco jurídico para la represión
de estado-policial.
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