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Fraudulenta campaña sindical a favor de huelguistas
despedidos por Ansell en Sri Lanka
Por W. A. Sunil
7 Febrero 2014
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Este artículo apareció en inglés el
17 de enero 2014
IndustriAll Global Union, con sede en Ginebra, y su Sindicato
General de Empleados de Servicios y de Zonas de Libre Comercio
(SCGESZLC) afiliado en Sri Lanka se encuentran realizando una
campaña de protesta para defender a trabajadores despedidos
de Ansell Lanka. Esta campaña es un completo fraude. Estos
sindicatos aislaron la huelga de casi dos meses en Ansell y allanaron
el camino para su derrota.
Más de 800 trabajadores de Ansell Lanka en la zona de
libre comercio (ZLC) de Biyagama se fueron a la huelga el 11 de
Octubre por incrementos en la carga de trabajo y el despido de
11 líderes del sindicato afiliado a SCGESZLC. La administración,
determinada en reprimir la huelga, contrató a trabajadores
contratados por obra para llevar a cabo la producción.
Ansell, una multinacional con sede en Australia que posee sucursales
en 42 países, produce ropa protectiva y guantes industriales
y quirúrgicos.
La compañía emitió un ultimátum
a los huelguistas para que retornen el 26 de noviembre. Viendo
que ni el IGU ni SCGESZLC ofrecían alguna defensa, más
de la mitad de los trabajadores retornó al trabajo. Bajo
el consejo del líder del SCGESZLC Anton Marcus, otros huelguistas
intentaron retornar al trabajo unos pocos días después
pero la administración les cerró la puerta.
A finales del mes pasado una corte del país ordenó
a Ansell Lanka retornar a 51 trabajadores despedidos temporalmente
hasta que su caso sea escuchado. Pero la compañía
insistió con que tenían que hacer cualquier trabajo
que se les asignara. De manera efectiva prohibiéndoles
que reporten de vuelta.
El IGU se jacta en su sitio web que tiene 50 millones de miembros
en 140 países y lucha por los derechos de los trabajadores.
En una declaración emitida el 21 de Noviembre, el IGU declaró
que está "movilizando la solidaridad" detrás
del SCGESZL,c el cual ha "organizado y defendido" a
los trabajadores de Ansell por 20 años.
Esto es un fraude. Durante la huelga de Ansell el SCGESZLC
y el IGU no organizaron alguna huelga en Sri Lanka o internacionalmente
en defensa de los victimizados trabajadores. El SCGESZLC no hizo
nada para movilizar a sus miembros o hacer una campaña
entre otros trabajadores en Sri Lanka para reunir el apoyo para
los trabajadores de Ansell.
Un trabajador de Ansell explicó: "Debido a que
el sindicato no tomó alguna acción para defendernos,
fuimos obligados a retornar al trabajo. Ahora confrontamos varios
castigos. La carga laboral ha sido incrementada aún más.
Muchos han sido transferidos a diferentes secciones. El bono anual,
que iba a ser pagado en Diciembre ha sido detenido".
Marcus, el líder del SCGESZL,c le hizo lo mismo a los
trabajadores de calzado en la ZLC de Katunayaka. Unos 170 trabajadores
que se lanzaron a una huelga de brazos caídos por un incremento
salarial fueron despedidos el 2 de Diciembre, El sindicato simplemente
le pidió a los trabajadores que presenten un caso judicial
contra la compañía.
En cuanto al IGU, éste abogó por "mediación"
con la administración, la cual fue rechazada. Su "movilización
de solidaridad" consistió en solicitar cartas de protestas
online exigiendo que la compañía reintegre a los
despedidos activistas. Declaró: "Puedes tomar acción.
Dile al CEO de Ansell y al director de la administración
de que negocien con los trabajadores en Sri Lanka".
La IGU y el SCGESZLC -sabiendo perfectamente que la multinacional
no prestará atención a cualquiera a estos reclamos-
propagan ilusiones entre los trabajadores de que se puede presionar
a la administración hasta que se vuelvan indulgentes. Marcus
escribió al gobierno srilankés, Ansell en Australia
y a las embajadas australianas y estadounidenses, haciendo un
llamado para que intervengan.
IGU alega que ha obtenido apoyo internacional del estadounidense
AFL-CIO, la Confederación Internacional de Sindicatos de
Comercio y el Consejo Australiano de Sindicatos (ACTU, siglas
en inglés). Ninguna de estas federaciones sindicales defiende
los intereses de los trabajadores; al contrario, impone los requerimientos
de las grandes corporaciones. El ACTU, por ejemplo, actualmente
asiste a Ford y General Motors en cerrar sus operaciones de ensamblaje
de autos en Australia, a costa de miles de empleos.
Durante un encuentro en Ginebra, el ejecutivo de IGU "acordó"
llamar al presidente srilankés Mahinda Rajapakse para que
niegue las "concesiones de derechos de impuestos a Ansell"
y "asegure que todos los trabajadores retirados sean reintegrados
con pagos retroactivos". También pidió a la
administración de Ansell que termine con el cierre patronal
y "participe en un diálogo de buena fe con el SCGESZLC".
Esto es otro fraude. El gobierno de Rajapakse es infamemente
conocido por usar leyes de emergencia y métodos militares
para reprimir la lucha de los trabajadores. En Mayo de 2011, el
gobierno desplegó comandos policiales para que ataquen
a trabajadores en protesta de la ZLC de Katunayaka, asesinando
a un trabajador e hiriendo a otros.
Lejos de defender los derechos de los trabajadores, el IGU
y el SCGESZLC ,sólo se preocupan por obtener el reconocimiento
del gobierno y Ansell, ofreciendo sus servicios como el mejor
medio para asegurar los intereses de la administración
por medio del "diálogo de buena fe".
Ansell Lanka tiene un largo registro de reprimir los derechos
democráticos de los trabajadores para organizarse. En 1994,
miles de trabajadores de Ansell protestaron contra la destrucción
de sindicatos. La policía, desplegada por el predecesor
de Rajapakse, el presidente Chandrika Kumaratunga, disparó
a los manifestantes, asesinando a un trabajador.
El ataque a las condiciones y derechos básicos de los
trabajadores de Ansell Lanka no está confinado a Sri Lanka.
Es parte de una despiadada reestructuración global por
parte de las corporaciones multinacionales para recortar los costos
y estimular las ganancias en medio de una crisis cada vez más
profunda del capitalismo global. Durante la segunda mitad del
2012, las ganancias de Ansell cayeron un 15 por ciento o $55 millones;
la compañía culpó a que la demanda cayó
y la creciente competencia internacional.
Globalmente, los sindicatos ayudan a las compañías
en cada uno de sus "propios" países para que
eliminen los trabajos permanentes y bajen los costos laborales
para que puedan competir en el mercado mundial. Para luchar contra
esta ofensiva, los trabajadores necesitan una estrategia internacionalista
basada en una perspectiva socialista. Los trabajadores de Ansell
Lanka tienen que romper con la camisa de fuerza de los sindicatos
y construir sus propios comités de acción de base
para movilizar un mayor apoyo de la clase trabajadora de Sri Lanka
e internacionalmente. Como parte de esta lucha global, en vez
de llamados al gobierno de Rajapakse, lo que se requiere es la
lucha por un gobierno de trabajadores y campesinos por la implementación
de políticas socialistas.
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