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El alcalde de Valparaíso declara a la ciudad chilena
en quiebra
Por César Uco
30 Abril 2014
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Valparaíso, el puerto chileno cuyos cerros fueron consumidos
por un voraz fuego que duró dos semanas, está en
bancarrota, según su alcalde Jorge Castro. La ciudad no
tiene dinero ni para cumplir con las contribuciones de pensiones
de los maestros, dijo. La ciudad debe a los maestros US$ 45 millones.
"El presupuesto municipal no es suficiente ni siquiera
para pagar las tarifas de luz", declaró el alcalde.
De acuerdo con el diario chileno El Mercurio, "la ciudad
está prácticamente en bancarrota".
Valparaíso es vital para la vida económica y
política de Chile. No sólo es el principal puerto
del país, sino también sede del Congreso Nacional,
de la sede de la Armada de Chile y otros servicios públicos
e instituciones del Estado, como el Consejo Nacional de la Cultura
y las Artes y el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura. Sin
embargo, "apenas hay nuevas empresas", señala
El Mercurio.
La ciudad, declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad,
fue devastada por el fuego que se inició el 12 de abril.
"La pobreza de los habitantes [de la ciudad], y la incapacidad
para planificar y administrar el territorio de un municipio sin
recursos es lo que está detrás la tragedia",
informó el diario santiaguino.
El peor incendio en la historia de la ciudad consumió
los cerros de Valparaíso, donde la mayoría de los
residentes son de la clase trabajadora y los pobres. El fuego
dejó 15 muertos, 2,900 casas destruidas, 12,500 familias
sin hogar y abarcó una superficie de más de 1,070
hectáreas.
Más aun, el gobierno admite que el peligro aún
persiste. El jefe militar de la zona de desastre de Valparaíso,
el almirante Julio Leiva, señaló que el fuego, mientras
que "está contenido, no se ha extinguido completamente,
ya que todavía podrían haber algunos puntos calientes,
por lo que vamos a seguir trabajando en esto". Hay varios
brotes activos de fuego afectando la comunidad de Santo Domingo,
en la región de Valparaíso.
Hay indicios que la ola inicial de voluntarios - en su mayoría
estudiantes - ya se han ido de la ciudad. El diario La Estrella
de Valparaíso citó a la voluntaria Myriam Schalchli
de la Universidad de Viña del Mar, que está tratando
de organizar la ayuda en el cerro La Cruz, quién dijo que
el 80 por ciento de los voluntarios ha salido de Valparaíso.
Ella culpa a alcalde Castro por declarar, después de agradecer
a los voluntarios que llegaban de todos los rincones de Chile,
que la ciudad no podía cuidar de ellos y afirmó
que "una buena manera de ayudar era no ir a Valparaíso".
"Creo que esta fue una declaración muy desafortunada",
Myriam le dijo al periódico. "Se debe llamar a los
jóvenes a no escuchar al alcalde y que los que quieren
subir [a ayudar] deben ir para arriba". Añadió
que los vecinos de la zona "están muy enojados con
el alcalde y prefieren que no se aparezca por allí porque
no saben cómo van a reaccionar".
Asimismo, denunció que el gobierno ha sido de poca ayuda.
"No es posible que para una casa donde viven seis personas
se entregue una caja de mercancías con un paquete de fideos,
o les den una sola pala para limpiar la tierra; y aun así
tienen que dar su tarjeta de identificación para asegurar
que devolverán la pala", dijo la estudiante.
Otro problema que se ha surgido es la aparición de bandas
de delincuentes que roban lo poco que les queda a la spersonas,
principalmente ropa y comida. Han asaltado los centros de acopio
del cerro La Cruz, así como casas privadas y tiendas. La
mayoría de los ataques se realizan en las horas tempranas
de la madrugada.
Estos informes sobre Valparaíso exponen como mentiras
las afirmaciones del gobierno cuando afirma que tiene todo el
equipo necesario para controlar el fuego y atender a las víctimas.
"Hay más de 100 vehículos y camiones de
remolque que están haciéndose cargo del material
de desecho, y podemos decir que hasta la fecha se han eliminado
más de 11,000 toneladas", informó la autoridad
regional.
Continuó señalando la puesta en marcha de un
plan de entrenamiento para 250 personas en oficios de la construcción,
servicios de atención psicológica y la recolección
de unas 14,000 cajas de alimentos para entregar a las víctimas.
También es cierto que el gobierno ha establecido un
plan de vacunación masivo contra la gripe y el tétano.
El subsecretario de Redes de Atención de Salud, Angélica
Verdugo, dijo, "los albergues están entregando medicamentos
para pacientes crónicos".
La falta de personal y de administración está
comenzando a afectar la inicial ayuda que llegó masivamente
en forma de mercancías, principalmente alimentos y ropa,
enviados por chilenos de todo el país. Se ha informado
que muchos bienes perecibles se pudren y miles de prendas se han
echado a perder debido a la alta humedad en la región.
La verdad es que a pesar de las afirmaciones de asistencia
del gobierno, esta no es suficiente. Los problemas de Valparaíso
y sus cerros tienen raíces más profundas. Los ricos
y los burócratas del gobierno - comenzando con los miembros
del Congreso Nacional que viven en la ciudad - no se ven afectados
por los continuos incendios que los cerros de Valparaíso
han sufrido durante décadas de abandono e indiferencia
por el gobierno chileno. Es la clase trabajadora y los pobres
los que son más vulnerables a los desastres naturales que
afectan a Chile incluyendo no sólo los grandes incendios
forestales, sino también frecuentes terremotos y tsunamis.
El abandono de la clase trabajadora y los pobres tienen raíces
profundas en los 17 años de represión despiadada
bajo el régimen dictatorial del general Augusto Pinochet,
y continúa bajo el gobierno liderado por el Partido Socialista
de la coalición Nueva Mayoría de la Presidenta Michelle
Bachelet.
El portavoz del gobierno Alvaro Elizalde declaró en
el programa nacional de TVN: "El presidente ha dicho algo
muy claro, y es que esta tragedia debe ser una oportunidad [énfasis
añadido] para planificar, y planificar significa que las
soluciones dadas a las ciudades que han sido afectadas deben ser
mejoradas, garantizando no sólo la calidad de la vivienda,
sino una vivienda segura; y eso significa posiblemente considerar
la reubicación". Agregó que "en el caso
de Valparaíso era literalmente como si alguien hubiera
dejado caer una bomba en el centro de la ciudad".
Para los residentes de la clase trabajadora de Valparaíso,
esto significa que después de sufrir una catástrofe
natural, un cataclismo, que ha sido inmensamente agravado por
las condiciones sociales creadas por el capitalismo, probablemente
serán expulsados ??de sus hogares y vecindarios.
En contraste con el gobierno y los principales partidos - desde
los herederos de Pinochet en la Unión Democrática
Independiente (UDI) hasta la Nueva Mayoría de Bachelet,
incluyendo el Partido Socialista y el Partido Comunista chileno
- se alza la respuesta de millones de chilenos y jóvenes
que se movilizaron genuina y espontáneamente para ayudar
a las víctimas del mega-incendio de Valparaíso.
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