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¡No a la guerra contra Siria!

14 Septiembre 2013

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Esta declaración del Comité Político del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.) apareció en nuestro sitio el 2 de septiembre, 2013.

1. El Partido Socialista por la Igualdad (PSI) de Estados Unidos y el Comité Internacional de la Cuarta Internacional (CICI) llaman a todos los trabajadores y jóvenes de Estados Unidos, Europa y de todo el mundo para que movilicen su fuerza colectiva en oposición a los planes de una intervención militar contra Siria por parte del gobierno de Obama y sus aliados.

El significado de la declaración de Obama el sábado pasado en cuanto a tratar de obtener la autorización del Congreso para bombardear Siria sólo significa que habrá un retraso en el ataque, pero de ninguna manera puede interpretarse como que éste ha sido cancelado.

El amparo en un voto del Congreso es una cínica maniobra política cuyo fin es legitimar una guerra basada en mentiras. Después que el jueves anterior el Parlamento Británico sufriera una aplastante derrota de una resolución apoyando la guerra, el Gobierno de Obama se está movilizando con la intención de crear una nueva cobertura política para su guerra ilegal, a la cual se opone la mayoría del pueblo norteamericano. Obama cuenta con buenas razones para que el Congreso apruebe el ataque contra Siria. Más aun la farsa de un debate en el Congreso tiene como fin que Obama afirme que la decisión de ir a la guerra se hizo democráticamente y que expresa “la voluntad del pueblo”. Luego utilizará este argumento para justificar la represión contra aquellos que se oponen a la guerra.

2. Una de las principales mentiras del Gobierno de Obama es la afirmación que la acción militar será “limitada”, restringida a castigar al presidente sirio, Bashar al-Assad, por haber usado armas químicas.

No hay nada limitado en un bombardeo devastador dirigido contra Siria. En el discurso que pronunció en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca, Obama afirmó que tendría como fin “reducir la capacidad” militar de Siria. Este objetivo requerirá la destrucción masiva de equipo militar y el asesinato de miles de soldados y civiles. El plan militar norteamericano será una repetición de las tácticas de “conmoción y pavor” empleadas en Irak en 2003.

La acción militar estadounidense continuará hasta lograr sus objetivos estratégicos: cambiar el curso de la guerra civil en Siria a favor de la oposición respaldada por los EE.UU., con la posibilidad de matar al Presidente Assad, paralizar al régimen y abrir el camino a la instalación de un gobierno títere de los EE.UU.

Más allá de Siria, el objetivo es debilitar la influencia de Irán, Rusia y otros competidores de los EE.UU. en la región. La guerra contra Siria llevará rápidamente a una confrontación militar con Irán. El domingo pasado el New York Times informó que Obama le había dicho a su equipo que la razón “principal” para asegurar la autorización del Congreso era que “actuar solo limitaría sus posibilidades de conseguir la aprobación del Congreso en los próximos tres años para su próxima confrontación militar en el Medio Oriente, posiblemente en Irán”.

3. No cabe duda que Washington pasa por una crisis muy seria. El camino hacia la guerra no ha sido tan suave como Obama esperaba. El presidente norteamericano creyó que los alegatos de que el uso de gases venenosos pondrían a la mayoría del pueblo a su favor. Pensaba que los misiles y bombas se lanzarían antes de que se hicieran preguntas, menos aún dar respuestas. Estos planes sufrieron un revés cuando el Parlamento Británico votó, y quedó en claro que el Primer Ministro, David Cameron, no podía defender los alegatos acerca de Siria haber usado gases venenosos.

Mientras Obama se preparaba para ir a la guerra sin apoyo popular dentro de los EE.UU.—las encuestas revelaron que el apoyo a una intervención militar era bajísima: nueve por ciento—la derrota en el Parlamento Británico creó una situación insostenible. Washington concluyó que sería políticamente peligroso iniciar una guerra sin apoyo o credibilidad internacional. El propósito del voto en el Congreso fue crear la apariencia de que existe un amplio apoyo popular para la guerra.

4. A una semana de que se inicien el debate en el Congreso, una enorme campaña propagandista en apoyo a la guerra dominará los próximos días; guerra centrada en el uso de armas químicas por parte del gobierno sirio.

Estos alegatos carecen de toda credibilidad. Ya han salido a la luz varios informes aduciendo que el ataque con gases de la oposición está dominada por la organización terrorista Al-Qaeda. Estos informes, divulgados por las agencias de espionaje de Arabia Saudita, incluyen testigos que se oponen a Assad y afirman el uso de armas químicas. Más aún, es un hecho que las fuerzas de oposición apoyada por los EE.UU. ya han usado armas químicas y que tienen posesión del sarín, un gas neurotóxico.

La evaluación de la efectividad de las agencias de espionaje estadounidenses que el Secretario de Estado, John Kerry, divulgó el viernes es un paquete de mentiras y aseveraciones vacuas sin ninguna prueba concreta. Washington ha rehusado llamados de Rusia para que se publique la “llamada” evidencia y así someterla a una verificación independiente por parte de las Naciones Unidas.

5. Aún cuando se pudiera establecer que el gobierno sirio ha usado gas venenoso, esto no cambia el carácter imperialista y rapaz de la intervención norteamericana. Por dos años, EE.UU. ha estado colaborando con sus aliados en la región, incluyendo a Francia y Gran Bretaña, para alentar una guerra civil con el fin de lograr un cambio de régimen. Por mucho tiempo el régimen de Assad ha sido percibido como un obstáculo para los fines de EE.UU. en el Medio Oriente, en gran medida debido a su íntima relación con Irán y Rusia.

Las declaraciones hipócritas del gobierno de Obama-de que lo impulsan razones “humanitarias”-son desenmascaradas por su lardo y sangriento historial en el Medio Oriente. Más recientemente, EE.UU. no tuvo ningún problema en aceptar los enormes crímenes desatados por los militares egipcios el mes pasado, quienes cuentan con miles de millones de dólares que EE.UU. les obsequia.

Lo que se requiere es una lucha implacable contra el desastre que viene preparándose. En oponerse a la guerra, sin embargo, no se puede confiar en lo absoluto en el Congreso—una institución que, al igual que la Casa Blanca, está bajo el control de la elite empresarial y financiera.

Los funcionarios más altos de ambos partidos, el Democrático y el Republicano, ya han declarado su apoyo a la guerra, y toda la clase política lleva más de una década de su interminable guerra bajo la rúbrica de la “guerra contra el terror”. Aún si no aprueba la resolución autorizando la guerra, sólo logrará retrasar los preparativos para ella, pero de ningún modo los detendrá. Lo mismo es cierto para Gran Bretaña, donde ya se iniciaron maniobras para buscar una segunda votación autorizado la guerra, después de la acción del Congreso de los EE.UU.

6. Para impedir la guerra, el pueblo trabajador, los estudiantes y los jóvenes deben tomar acción independiente del Congreso y los dos grandes partidos del capitalismo. En esencia, se trata de una lucha contra el sistema capitalista.

Éste no es un momento para la contemplación, sino para tomar acción política consciente. Esto debe de iniciarse de inmediato. Es necesario que todos aquellos que se oponen a la guerra se hagan escuchar. La cuestión de la guerra debe quitarse de las manos de la élite dirigente y de sus representantes políticos.

El Partido Socialista por la Igualdad en EE.UU. y sus partidos hermanos internacionalmente hacen un llamado para que se organicen manifestaciones, mítines y centros de divulgación, y otros tipos de manifestación popular de sentimientos anti guerra. Estas actividades deben organizarse en las escuelas y los centros de trabajo.

El World Socialist Web Site continuará intensificando su análisis de la situación política y desenmascarando la conspiración de guerra. El PSI y la Juventud s y Estudiantes Internacionalistas por la Igualdad Social, en solidaridad política con el CICI, harán todo lo que esté a su alcance para estimular y organizar una oposición popular a la guerra. Hacemos un llamado a todos los lectores de WSWS para que se unan a nuestra lucha.

Por el el Comité Político del Partido Socialista por la Igualdad (EE.UU.)

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