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Brutal ataque policial contra los profesores mexicanos

Por Rafael Azul
24 Septiembre 2013

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Miles de agentes de seguridad usando helicópteros y vehículos armados atacaron brutalmente a un grupo de profesores en huelga quienes habían ocupado la céntrica Plaza de la Constitución en Ciudad de México, comúnmente conocida como el Zócalo -un centro tradicional de protestas y peticiones públicas. Esta cuidadosamente planeada operación fue llevado a cabo el 13 de setiembre por el gobierno federal del Presidente Enrique Peña Nieto (Partido Revolucionario Institucional-PRI) y el alcalde "izquierdista" de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera (Partido Revolucionario Democrático-PRD).

Los profesores, miembros de la "Coordinadora Nacional de Trabajadores por la Educación" -un ala radical del Sindicato Nacional de los Trabajadores por la Educación (SNTE), el cual posee influencia entre los trabajadores de los estados sureños, incluyendo Oaxaca, Guerrero, Veracruz, Quintana Roo y Chiapas- ocuparon la plaza histórica durante tres semanas, protestando por una reforma educativa que ataca a los trabajadores de la educación públicos. Negociadores del CNTE acordaron evacuar el Zócalo para el cumplimiento de las celebraciones por el día de la Independencia Mexicana (16 de setiembre), el cual es conmemorado todos los años en el Zócalo.

Esta violenta operación, en el corazón de la capital de México, hace recordar (is of piece with) la masacre de Tatlelolco de las protestas estudiantiles en 1968 y el asalto policíaco a los residentes de Atenco en el 2006 el cual fue realizado sin ningún interés por los derechos democráticos o la seguridad de profesores desarmados. El presidente Peña Nieto, como gobernador del Estado de México, dirigió la operación de Atenco.

La policía comenzó el asalto a los profesores a las 10 AM, bajo excusa de que un grupo central de profesores se rehusaban a evacuar. Gases lacrimógenos fueron lanzados a los ocupantes desde helicópteros y vehículos blindados, los cuales también dispararon chorros de agua, todo esto mientras la policía y los agentes de seguridad golpeaban a los profesores, quienes se vieron obligados a abandonar la plaza.

Muchos profesores fueron arbitrariamente golpeados mientras cumplían con las demandas de sus atacantes. Un reportero de Proceso, periódico de la Ciudad de México, describió como la Policía Federal aporreó a un trabajador que se retiraba y después se unió a otros oficiales de seguridad para invadir una escuela cercana para sacar a los profesores que habían buscado refugio ahí. "Pareciera que los policías buscaban provocar, enfrentar y ya no sólo amedrentar e intimidar a los maestros.", escribió el reportero.

De manera increíble, el CNTE hizo eco del pretexto del gobierno. Francisco Bravo, un funcionario del CNTE, señaló la presencia de un pequeño grupo de anarquistas entre los profesores, quiénes podrían haber sido retirados por la policía. En vez de eso, declaró, la policía y el ejército movió toda su fuerza contra los trabajadores. "Fuerza excesiva" fue usada contra los trabajadores, declaró Bravo.

Como en Tatlelolco, la policía evidentemente usó a agentes provocadores para crear una justificación para este brutal asalto. El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) acusó que agentes provocadores se hicieron pasar por miembros del SME. El mismo SME se encuentra en lucha con la administración de Peña Nieto por la privatización de los recursos de energía y se ha declarado en solidaridad con los profesores.

El reporte de Proceso también señaló que, previo al ataque del Viernes, detenciones tomaron lugar contra líderes de la Sección 22 del CNTE en el Estado de Oaxaca, un bastión del CNTE. Dos líderes del CNTE han sido recientemente asesinados en Oaxaca y Michoacán bajo circunstancias sospechosas.

La reacción de Bravo fue consistente con el rol del CNTE durante el período previo a la huelga: él no se oponía a la reforma educativa, sino al hecho que el sindicato no se le daba un "lugar en las negociaciones". La reforma establece evaluar a los profesores como el principal criterio para los salarios, las promociones y la seguridad laboral para los educadores.

El asalto tomó lugar en medio de un repudio general de la reforma educativa por los profesores en toda la nación. El 4 de Setiembre, cuando la tercera y final porción de la ley de la reforma fue aprobada por la legislatura, las movilizaciones tomaron lugar en Jalisco y Tlaxcala en el México occidental y central, en Veracruz, en la Costa Caribeña, y en los estados norteños de Coahuila y Baja California Sur.

La administración de Peña Nieto y los medios mexicanos cuidadosamente prepararon la operación policial/militar contra los profesores. Juntos vilipendiaron a los profesores, acusándolos de corrupción e incompetencia y de hacer daño a los niños y a las familias pobres. El movimiento obrero a su vez ayudó a este esfuerzo aislando la lucha de los profesores.

El líder del sindicato oficial de profesores, el SNTE, Juan Díaz de la Torre, elogió la nueva ley y el establecimiento de un Instituto de Evaluación. Díaz de la Torre fue señalado por Peña Nieto en Febrero, después del arresto -también por medio de Peña Nieto- de la ex lideresa Elba Esther Gordillo por la malversación de los fondos sindicales.

La Confederación de Trabajadores Mexicanos (CTM) también defiende la reforma de educación y denunció la movilización del CNTE. Incluso antes de la represión del Viernes, el líder del CTM Joaquín Gamboa Pascoe denunció al CNTE por violar la ley. "Creen que pueden hacer lo que les dé la gana, en perjuicio de todos", declaró Gamboa.

La otra gran federación de sindicatos, la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) también se alineó detrás de los profesores en huelga. Tejada Cruz, quién lidera a CROC en el estado de Veracruz, declaró la semana pasada su oposición a la nueva reforma educativa, bajo el argumento que todas las leyes que son necesarias para reprimir y despedir a los profesores ya se encuentran en los libros. Cruz denunció la protesta de los trabajadores y orgullosamente señaló que en la completa historia del CROC, ellos jamás han levantado barricadas en las calles. González Cuevas, líder de CROC y Senador de Baja California Sur, declaró su apoyo por la legislación de la reforma alegando que ayudaría a enseñar a 33 millones de mexicanos educados en condiciones paupérrimas.

Para las celebraciones del Día de la Independencia el sábado 15 y el domingo 16 en la Plaza de la Constitución, la Ciudad de México tiene la apariencia de una zona ocupada. Dos mil policías federales rodean la plaza, apoyados por 308 vehículos y por lo menos un helicóptero sobrevolando. Otros 2,100 funcionarios federales y 400 vehículos patrullan la misma ciudad.

 



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