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El significado de la movilización en defensa del Instituto
de Artes de Detroit
Por Joe Kishore y David North
14 Octubre 2013
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La manifestación del viernes para oponerse a la venta
de arte del Instituto de Artes de Detroit (IAD), es un hito considerable,
incluso histórico, en el desarrollo del movimiento obrero
con significado nacional e internacional.
La movilización, organizado y sostenido bajo la bandera
del trotskista Partido Socialista por Igualdad (PSI) y por los
Jóvenes y Estudiantes internacionales por la Igualdad Social
(JEIIS) , fue la primera expresión política organizada
de la oposición a la bancarrota de Detroit y las políticas
del interventor estatal Kevin Orr. Aproximadamente 500 trabajadores
y jóvenes -esto es, un sector importante de la clase obrera
de Detroit, lo que incluye a estudiantes, trabajadores públicos,
profesores, retirados, artistas e inquilinos encarando el desalojo-
se reunieron para denunciar el ataque a la cultura y a todos los
derechos de la clase obrera.
La manifestación fue infundida con entusiasmo y optimismo.
Después de décadas de traiciones y la supresión
de todas las formas de oposición a la clase obrera por
parte de los sindicatos controlados por las corporaciones, esta
movilización otorgó a muchos de sus participantes
con su primera oportunidad para entrar en la protesta social.
Las manifestantes aplaudieron a los oradores que atacaron a los
Demócratas y Republicanos, denunciaron el sistema de lucro
capitalista, destacaron la necesidad del socialismo e hicieron
un llamado para la solidaridad de la clase obrera internacional.
El tamaño de la manifestación es importante,
un hecho reconocido incluso por los medios locales. Hasta el viernes,
la bancarrota de Detroit y las acciones del interventor estatal
procedieron sin mucha resistencia activa. Los buitres financieros,
cuyo portavoz es Orr, han tenido mano libre para destrozar las
pensiones y el cuidado a la salud y liquidar los activos de la
ciudad. Tan sólo la semana pasada, Orr declaró que
él considera que la mayor parte de las obras de arte del
DIA está libre para ser evaluado por la casa de subastas
de Christie antes de su venta para saldar a los tenedores de bonos
de la ciudad.
La imposición del interventor estatal tiene el apoyo
de todo los grupos de poder político, Demócratas
y Republicanos. Orr fue nombrado y otorgado poderes dictatoriales
sobre el futuro de Detroit por el gobernador republicano de Michigan
Rick Snyder y el Tesorero Democrático Andy Dillon. El alcalde
y consejo de la ciudad, y todo el corrupto gobierno local, consintieron
inmediatamente, cediendo sus propios poderes sin protesta alguna
y siempre y cuando sus beneficios y privilegios sean protegidos.
Orr también ha recibido el apoyo de el gobierno de Obama,
para quién lo que está ocurriendo en Detroit es
un modelo para todo el país. Los funcionarios de el gobierno
estuvieron en la ciudad hace tan sólo una semana para dar
su visto bueno a los procedimientos. Los modestos fondos disponibles
vienen en gran parte en la forma de dinero en efectivo para la
clase gobernante de Detroit para ayudar con la destrucción
de edificios y la contratación de más policías.
Los sindicatos apoyan y participan activamente en este reaccionario
proceso. Dirigiendo la organización como un negocio rentable
que lucra de la explotación de la clase obrera, los ejecutivos
sindicales comparten la perspectiva e intereses del sector corporativo.
El desprecio que estas organizaciones tienen por los trabajadores
que alegan representar fue resumido por un comentario del jefe
local del sindicato de trabajadores del gobierno cuando justificaba
la venta del DIA: "El arte no se puede comer". La única
preocupación de los ejecutivos sindicales es que las ganancias
de la venta de las obras maestras del DIA terminen en sus bolsillos.
Los oponentes políticos PSI entre las organizaciones
de protesta de la clase media denuncian habitualmente a nuestra
organización como "sectaria". Lo que realmente
quieren decir es que el PSI lucha por organizar a la clase obrera
como oposición a los sindicatos pro capitalistas y el Partido
Demócrata y en base a un programa socialista internacional.
La movilización del viernes es una elocuente respuesta
a esta calumnia. El PSI es la única organización
capaz de organizar a la clase obrera en defensa de sus intereses.
La movilización también expresa, si bien en una
forma temprana, la intersección del movimiento objetivo
de la clase obrera y la lucha por principios marxistas y la lucha
por la consciencia socialista.
Otro punto debe ser dicho sobre el rol que jugó el Partido
Socialista de la Igualdad en defensa del DIA. Algunos preguntan:
¿Por qué se preocupa el PSI se preocupa por el destino
de una institución de élite? ¿Qué
tiene que ver el destino de las pinturas y el arte en general
con las necesidades básicas que supuestamente forman los
principales intereses de la clase obrera? Estas preguntas, si
bien sinceras y bien intencionadas, reflejan una subestimación
del rol de la clase obrera como la esencial fuerza revolucionaria
y progresiva de la sociedad capitalista contemporánea y
un entendimiento inadecuado del significado de la lucha por el
socialismo. ¿Puede alguien dudar que una clase obrera consciente
de la importancia crítica del arte y la cultura no será
menos capaz de ejercer una determinada lucha por los salarios,
el cuidado a la salud y las pensiones?
El Comité Internacional y el WSWS han insistido por
mucho tiempo que la cultura es necesaria para la clase obrera
y que la lucha de la clase obrera por el socialismo es necesaria
para la cultura. El arte no puede salvarse a sí mismo.
La todo la herencia progresiva de la humanidad, incluyendo su
herencia cultural, depende de la intervención de la clase
obrera oponiéndose al saqueo llevado a cabo por la aristocracia
moderna.
El PSI entiende muy bien que por sí sola una sola manifestación,
en una sola ciudad, no resuelve los complejos problemas políticos
que confronta la clase obrera americana. La manifestación
consistió de cientos de manifestantes, no miles. Pero todos
aquellos que conocen el ambiente político de los Estados
Unidos caracterizado por la monopolización de la
vida política oficial bajo el sistema bipartidista capitalista,
el implacable anticomunismo de los medios y su supresión
de la opinión disidente, la imparable glorificación
del militarismo, y todas las formas posibles de atraso político
y cultural, la embrutecedora promoción de las políticas
de identidad y de estilo de vida de clase media y la sistemática
negación de la misma existencia de una clase obrera estadounidense
reconocerán que la marcha del 4 de Octubre en defensa del
DIA fue un evento histórico de inmensa importancia. En
Detroit, un centro histórico de la lucha de clases internacional
y estadounidense, cientos de trabajadores y jóvenes marcharon
con banderas socialistas y pancartas mostrando su oposición
a la política de la clase capitalista.
La exclusión de décadas de la clase obrera de
la vida política y social está comenzando a resquebrajarse.
La manifestación es una importante anticipación
de la radicalización política de la clase obrera
estadounidense. El desarrollo de esta radicalización, el
cual adquirirá cada vez más un carácter socialista
y anticapitalista, transformará dramáticamente la
vida política en los Estados Unidos. La emergencia de la
clase obrera estadounidense como fuerza revolucionaria resonará
por todo el mundo.
Todos aquellos que estén de acuerdo con el programa
del Partido Socialista de la Igualdad y deseen envolverse en la
lucha por el socialismo deben tomar la decisión de unirse
a este movimiento.
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