WSWS
: Español
Maduro expulsa a funcionarios estadounidenses mientras la
crisis económica se profundiza en Venezuela
Por Bill Van Auken
16 Octubre 2013
Utilice
esta versión para imprimir | Email
el autor
Este artículo apareció en ingles el 2 de octubre
del 2013
El presidente de Venezuela Nicolás Maduro anunció
el Lunes que había ordenado la expulsión de tres
funcionarios de la embajada de EE.UU. acusándolos de instigar
y financiar el "sabotaje" del sistema eléctrico
del país y su economía.
El principal funcionario al que se le ha ordenado salir del
país en 48 horas es Kelly Keiderling, el encargado de negocios;
el principal representante de Washington en la ausencia de cualquier
embajador estadounidense en el país desde el 2010. El pasado
de Keiderling incluye estudios de graduado en la Universidad Nacional
de Guerra de EE.UU. así como períodos en Cuba y
como jefe de estado mayor de la oficina del Departamento de Estado
en Irak. A Elizabeth Hunderland y David Mutt, quienes trabajaban
en la sección política de la embajada, también
se les ordenó que se fueran.
"Fuera de Venezuela. Yanquis go home." Maduro declaró
el lunes anunciando su decisión durante una transmisión
en vivo de su discurso en una ceremonia del ejército venezolano.
"No vamos a permitir que venga un gobierno imperialista a
traer dinero y a ver como paran las empresas básicas, a
ver cómo le quitan la electricidad para apagar toda Venezuela".
Después de que se diera la orden oficial al Departamento
de Estado de EE.UU., el Ministro de Relaciones Exteriores Elías
Jaua dio una acusación algo más detallada, acusando
a los funcionarios de mantener reuniones con políticos
de oposición en los estados de Amazonas y Bolívar,
los cuales declaró que tenían como objetivo fomentar
manifestaciones en contra del gobierno. También declaró
que se habían encontrado con líderes de poblaciones
indígenas con el fin de fomentar una rebelión, así
como con la organización Súmate -financiada por
EE.UU.- supuestamente para discutir planes para desafiar los resultados
de elecciones locales nacionales programadas por el 8 de Diciembre.
"Esto es una gran operación psicológica
con expresiones concretas llevadas a cabo directamente por estos
funcionarios de la embajada de EE.UU.", declaró Jaua,
quién aseguró tener evidencia fotográfica
y grabada de las ilegales actividades de los funcionarios estadounidenses.
El ministro de relaciones exteriores también acusó
a los funcionarios estadounidenses de estar detrás de una
huelga de siderúrgicos de más de dos semanas en
Sidor (Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro), la compañía
siderúrgica más grande de Venezuela. La huelga fue
en gran parte una acción industrial espontánea por
los trabajadores contra los intentos tanto del gobierno como de
su propio sindicato que quería obligarlos a volver al trabajo.
El gobierno fue obligado la semana pasada a hacer concesiones
considerables para así terminar con la huelga.
No hay duda de que la embajada de EE.UU. en Caracas, al igual
que otras instalaciones en cualquier lado, es un nido de espías
dedicado a intervenir dentro del país en nombre de los
intereses de Washington y las grandes corporaciones y bancos estadounidenses.
Dentro de Venezuela, estas actividades han incluido apoyo de
la CIA para el golpe abortivo que brevemente desbancó al
predecesor de Maduro, el fallecido Hugo Chávez, en el 2002,
así como la canalización de millones de dólares
al país vía USAID y la Fundación Nacional
para la Democracia para que financie las actividades de la oposición
derechista y las supuestos organizaciones no gubernamentales (ONGs),
como Súmate.
Sin embargo, culpar a Keiderling y a sus dos cohortes por el
crecimiento de las luchas militantes de la clase trabajadora -los
profesores venezolanos también han comenzado una ola de
huelgas por todo el país- representa un intento transparente,
reaccionario e irracional de desviar la atención pública
de la propia crisis del gobierno nacionalista burgués.
En meses recientes Maduro y otros funcionarios del gobierno
han culpado todo, desde cortes masivos de poder a retrasos del
Metro de Caracas al sabotaje a la "derecha fascista".
En el frente internacional, Maduro y sus ayudantes acusaron
que Washington le había negado al avión del presidente
Venezolano derechos de sobrevuelo en su viaje a China el mes pasado,
el Departamento de Estado aseguró que Caracas no cumplió
con seguir los procedimientos de la solicitud pero que sus derechos
fueron aun así otorgados. Luego explicó que no atendió
a la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Ciudad de Nueva
York alegando un complot que ponía su vida en peligro y
que estaba vinculado a los ex funcionarios de la administración
Bush Otto Reich y Roger Noriega.
Tan sólo el junio pasado, Maduro desveló una
política de acercamiento con Washington y secciones de
la gran burguesía de Venezuela, mandando a su ministro
de relaciones exteriores Jaua a reunirse con el Secretario de
Estado John Kerry para que se mejoren las relaciones e intercambien
embajadores. Esto fue acompañado por un encuentro cordial
entre Maduro y Lorenzo Mendoza, el multimillonario de derecha
que encabeza Polar, la más grande compañía
de comidas de Venezuela. El gobierno también entró
en una empresa conjunta valorizada en $2 mil millones entre la
empresa estatal petrolera PDVSA y el conglomerado energético
estadounidense Chevron.
El giro hacia las continuas denuncias de complots y conspiraciones
de Washington y sus secuaces ha ocurrido en paralelo la intensificación
de la crisis económica del país, caracterizada por
una tasa inflacionaria de 45 por ciento (a más alta en
el hemisferio) y la creciente escasez de productos básicos
que van desde la comida al papel higiénico.
Hay señales que los gritos diarios de "sabotaje"
se están agotando con los venezolanos. De acuerdo con una
encuesta reciente, sólo el 4 por ciento del público
cree esa explicación de las dificultades del país.
En el centro de las crecientes crisis sociales y económicas
se encuentran las contradicciones que subyacen al mal llamado
Socialismo bolivariano del Siglo XXI, inaugurado por el otrora
coronel de paracaídas Hugo Chávez y continuado por
su seleccionado sucesor, Maduro. Detrás de un antifaz socialista,
su programa consiste de nacionalizaciones parciales y programas
de asistencia social, mientras que los puestos de mando de la
economía permanecen firmemente en las manos del capital
financiero venezolano e internacional.
Si bien los trabajadores ven cómo sus ingresos reales
han sido constantemente mermados, el mercado de valores tiene
el mayor rendimiento del mundo, hasta 281 por ciento en comparación
con el año pasado. Encabezando este vertiginoso ascenso
se encuentran los bancos privados del país, los cuales
son los más lucrativos del mundo gracias a la especulación
y al financiamiento de la creciente deuda pública a exorbitantes
tasas de interés.
Bajo Chávez y ahora Maduro, todo un nuevo estrato adinerado
del grupo gobernante, la corrupción los contratos del gobierno
y la especulación financiera. enriquecen a lo que muchos
conocen como la boli burguesía,
Esto ha sido facilitado por el mantenimiento del gobierno de
una tasa de cambio oficial de 6.3 bolívares al dólar,
mientras que la moneda estadounidense se comercia por seis a siete
veces esa cantidad en el mercado negro.
Este sistema, si bien enriquece a unos pocos, ha creado una
escasez por las barreras a las importaciones y ha facilitado a
que suban los precios. La falta de mantenimiento e inversión
en la industria nacionalizada, mientras tanto, ha bajado la producción.
Se reporta que se han preparado planes por el ministerio de
finanzas, encabezado por Nelson Merentes, el ex presidente del
banco central venezolano, para un "ajuste financiero"
basado en introducir una mayor flexibilidad en el sistema de intercambio.
De acuerdo a unos reportes, esto significaría el resurgimiento
de un sistema previo que fue prohibido en el 2010 bajo el cual
se les permitiría a las entidades financieras privadas
vender bonos locales que podrían ser convertidos en dólares.
El efecto traería otra fuerte devaluación del
bolívar, lo cual significaría un nuevo golpe a los
ya dezmados salarios reales de los trabajadores venezolanos. Los
funcionarios no se olvidan que el retiro de control de intercambio
y dejar que la moneda nacional flote contra el dólar fueron
parte de un paquete de reformas económicas dirigidos por
el FMI e introducidas por el ex presidente Carlos Andrés
Pérez en 1989, lo que ocasionó el Caracazo, un levantamiento
masivo de los pobres urbanos en el que tantas como 2,000 personas
murieron.
Preocupación dentro del partido gobernante son evidenciados
por un reciente documento titulado "¿Qué hacer?"
preparado por los consejeros económicos de Maduro. Este
advierte: "Hasta ahora, las clases oprimidas han sido pacientes...
Pero uno percibe en el ambiente la posibilidad de una explosión
social como producto de la posible caída hacia el abismo
económico al cual nos acercamos peligrosamente".
Toda esa habladuría de "sabotaje" del gobierno
de Maduro será dirigida salvajemente hacia la clase trabajadora
en tal evento. La tarea impostergable planteada hacia los trabajadores
venezolanos es la construcción de su propio partido revolucionario
independiente contra el gobierno de Madura y la oligarquía
financiera que defiende.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |