WSWS
: Español
El proceso de bancarrota en Detroit:
El saqueo de una ciudad norteamericana
Por Jerry White
6 noviembre 2013
Utilice
esta versión para imprimir | Email
el autor
Este artículo apareció en inglés el
28 de octubre del 2013
Un desagradable espectáculo está tomando lugar
en las salas de justicia en Detroit potencialmente tendrá
graves consecuencias para los trabajadores tanto en los Estados
Unidos como en el resto del mundo.
Un larga lista de abogados, banqueros de inversión y
políticos se en estos días hacen declaraciones ante
el juez de bancarrotas Steven Rhodes, que determinará a
mediados de noviembre si puede continuar el proceso de quiebra
en Detroit, la bancarrota municipal más grande en la historia
de EE.UU.
Si, como se espera, el juez decide proceder con la quiebra,
el interventor del Estado, Kevin Orr, tijereteará las pensiones
y los beneficios de salud de más de 20,000 empleados públicos,
jubilados, y liquidará todos los bienes municipales para
pagar a los bancos y a los grandes tenedores de bonos.
Desde hace mucho tiempo la clase gobernante estadounidense
utiliza tribunales de bancarrota como cruel arma contra trabajadores
del sector privado: camioneros, obreros de líneas aéreas,
siderúrgicos, empacadores de carne, trabajadores automotrices
y muchos otros. En las décadas de los ochenta y noventa,
esos buitres financieros amasaron enormes fortunas despojando
a trabajadores de empleos, salarios y pensiones, vendiendo también
la maquinaria, inmuebles y otros bienes.
La decadencia del capitalismo estadounidense ha alcanzado el
punto en el que este tipo de saqueo financiero está ahora
siendo utilizado contra una de las principales ciudades estadounidenses,
la otrora capital automotriz del mundo.
Las discusiones sobre el futuro de los activos de Detroit suenan
más como una negociación en un mercado de carnes,
compradores compitiendo por las mejores tajadas a los más
bajos precios. Belle Isle, el parque público diseñado
por el mundialmente famoso Frederick Law Olmsted, se estima en
un valor de $370 millones; la colección de 60,000 obras
de arte del Instituto de Artes de Detroit (que contiene obras
maestras invaluables de Caravaggio, Rivera, Bruegel y Van Gogh)
podría venderse por entre 10 y 29 mil millones de dólares;
y el sistema de Alcantarillado y Agua de Detroit, localizada junto
a la fuente de agua más pura en el planeta, garantizaría
ganancias para los inversionistas siempre y cuando tengan el derecho
de aumentar las tarifas.
Se trata de una conspiración antidemocrática
contra toda la población. De ninguna manera le han dado
a este caso los medios de información una reseña
objetiva de la evidencia y argumentos legales de las partes de
"oposición" por un jurista desapasionado. La
parte que tiene todo en juego en el resultado del caso, el pueblo
de Detroit, está completamente excluida.
La ciudad está siendo "representada" por un
dictador financiero no elegido cuya selección fue resulta
haber sido producto de una conspiración contra el pueblo
de Michigan por el gobernador Republicano Rick Snyder, el ex tesorero
del estado Andy Dillon (un Demócrata y ex banquero de inversiones)
y el fiscal de Detroit David Bing. Desde el comienzo, ellos se
ingeniaron en usar al tribunal de bancarrota para esquivar a la
constitución del estado, que protege las pensiones de los
empleados públicos.
Según el testimonio del banquero de inversiones Kenneth
Buckfire (contratado por la ciudad para reestructurar la deuda)
abogados del Estado y de la firma de abogados Jones Day, donde
trabajaba Orr, enviaron a Buckfire mensajes sugiriendo que la
ciudad se declarase en quiebra en abril del 2012 antes que el
público pudiera opinar con sus votos sobre la ley de Intervención
de Emergencias de Michigan.
Nueve meses después Jones Day firmaba un contrato con
Detroit. Ahora, 15 meses después de ese mensaje Orr declara
la bancarrota, con la excusa que a la ciudad ya no le quedaban
opciones y estaba obligada a tomar este último recurso.
El testimonio de Buckfire se añade a las otras evidencias
de que todo el proceso es un engaño: desde el evidente
conflicto de intereses de Orr, que ahora contrata y paga decenas
de millones, a su ex firma de abogados, hasta su reclamo que previo
a la declaración de bancarrota se actuó con "debida
diligencia" teniendo en cuenta potenciales violaciones de
los estatutos de la ley de intervención de emergencia.
El gobierno de Obama intervino en el proceso para dar su sanción
oficial a la bancarrota. A comienzos de mes, los abogados del
Departamento de Justicia presentaron un documento que tenía
como objetivo frenar los desafíos legales. Grupos de jubilados
acusan que el decreto de bancarrota es inconstitucional porque
viola la soberanía de Michigan y el derechos del Estado
de "definir y controlar los actos de sus funcionarios".
Los abogados de la administración Obama han insistido
que ninguna violación de la soberanía ocurrió
porque el gobernador Ricky Snyder -el principal conspirador detrás
de la bancarrota- ha otorgado... ¡"autorización
de estado"!
Por su parte, la Federación de empleados publicos (American
Federation of State, County, and Municipal Employees, AFSCME),
el sindicato automotriz (United Auto Workers) y otros sindicatos
actúan en este caso no como representantes de la clase
trabajadora sino como "acreedores" que tienen la intención
de defender sus capitales y privilegios.
Abogados de los sindicatos y de los comités de jubilados
(que en su mayoría consisten de funcionarios de sindicatos)
que han sido nombrados por tribunales, han sido los más
firmes en exigir que la ciudad venda sus activos públicos,
incluyendo las obras de arte de la DIA, como alternativa a la
bancarrota. La burocracia sindical estuvo bien dispuesta a llevar
acabo una nueva ronda de concesiones de sueldos y de beneficios
que fueron rechazadas por Orr.
Aconsejados por su propio equipo de asesores de Wall Street
y por su muy bien pagados abogados, lo más importante para
la burocracia sindical es controlar sus "vehículos
de inversión": los multimillonarios fondos de pensiones
que ahora son fuente principal de sus ingresos.
AFSCME y el UAW no han hecho nada para prevenir el despoje
de jubilaciones y beneficios de salud; los sindicatos no titubean
en sacrificar las pensiones de los trabajadores de la misma manera
en que no han titubeado sacrificar otros beneficio en los últimos
35 años. La única condición que demanda la
burocracia es una tajada de la riqueza del municipio.
Todos los partidos oficiales vinculados al proceso de bancarrota
acuerdan con que la clase trabajadora pague por la crisis que
ellos han creado. Repiten una y otra vez que no hay dinero ni
para pensiones, ni para servicios esenciales, ni para el derecho
a la cultura. Esto bajo condiciones en los que los fabricantes
automotrices de Detroit obtuvieron $12 mil millones el año
pasado (Ford acaba de anunciar ganancias de 1.43 mil millones
en el segundo trimestre de este año). A los banqueros de
Wall Street y a los súper ricos les va mejor que nunca.
El poder dictatorial de la aristocracia financiera debe ser
quebrado y los bienes mal adquiridos de la élite corporativa
y financiera embargadas y utilizadas para garantizar a los trabajadores
y a los jóvenes de todos sus derechos sociales necesarios
para una vida decente y cómoda en el siglo veintiuno: empleos,
viviendas, educación, cuidado a la salud y el acceso a
la cultura.
Enorme es el interés de clase trabajadora en el desenlace
de esta lucha. Mientras que la administración Obama espera
usar a la ciudad como un modelo para escalar su ataque a los trabajadores
nacionalmente, la "Batalla de Detroit" puede y debe
ser el comienzo de una contra ofensiva de la clase trabajadora.
Hay que rechazar todo el proceso de la bancarrota y construir
un movimiento independiente industrial y político del proletariado
en contra de los dos partidos del gran capital, de los corruptos
y serviles sindicatos y de el sistema capitalista que defienden.
Ese movimiento debe tener la misión de la reorganización
socialista de la vida económica para satisfacer las necesidades
humanas. Ese es el camino de lucha del Partido Socialista por
la Igualdad.
Para más información y para participar, haga
click en socialequality.com y defendthedia.org.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |