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¡Movilizar a la clase obrera en apoyo a los conductores
de autobuses escolares de Nueva York!
Por Partido Socialista por la Igualdad
29 Enero 2013
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el autor
Este artículo apareció en inglés el
16 de enero 2013
El Partido Socialista de la Igualdad urge a todos los obreros
de Nueva York a que apoyen a los 9,000 conductores de autobuses,
tutores/ayudantes y mecánicos que reclaman una huelga para
defender su derecho a un trabajo digno y un servicio seguro para
los niños en oposición a los dictados del multimillonario
alcalde de la ciudad Michael Bloomberg.
Los conductores de autobuses, parte del Sindicato Combinado
de Tránsito (Amalgamated Transit Union, en inglés,
ATU), se oponen a los intentos de la ciudad de recortar costos
negociando contratos más baratos con las compañías
privadas de autobuses cuando muchos de éstos acaben en
julio de este año. La ciudad está dispuesto a negociar
contratos en 1,100 rutas, cerca de un sexto del total.
Las nuevas licitaciones no requerirán que las compañías
respeten el derecho de los obreros con antigüedad, a sus
sueldos y beneficios. Estos derechos, que datan de 1965 y que
fueron defendidos por los obreros en una huelga de 16 semanas
en 1979, son conocidos como la Cláusula de Protección
al Empleado (Employee Protection Provision, en inglés,
EPP).
Las compañías de autobuses que paguen sueldos
de hambre podrían ofrecerle a la ciudad contratos más
baratos que los contratos vigentes. Los conductores con antigüedad
pederían sus puestos a no ser que acepten sueldos micho
más bajos. Este proceso inevitablemente pondría
en peligro la seguridad de los niños alumnos, ya que los
trabajadores con más experiencia serían desplazados.
El alcalde y el Canciller de Escuelas Dennis Walcott aseguran
que una decisión judicial les impide continuar el EPP,
lo que es una mentira cínica. En julio del 2011, la ciudad
presionó al gobernador Demócrata Andrew Cuomo para
que vetara una ley que le habría garantizado a los trabajadores
de autobuses escolares el EPP en futuros contratos para la ciudad.
Ahora están forzando una huelga; lo que ellos es un
costo insignificante de negocios. No les importa nada crear una
crisis en las vidas de los niños de escuelas y de los padres
de clase obrera de la ciudad como resultado del inevitable deterioro
de la seguridad y de los servicios si es que logran imponer un
sistema que sacrifica la experiencia de los trabajadores de transporte
escolar.
Como siempre, el sistema corporativo, político y mediático,
acepta ciertos supuestos -sobretodo la ficción de que "no
hay dinero" para que conductores de autobuses y otros obreros
tengan salarios y beneficios decentes- ¡esto en la ciudad
que da hogar a Wall Street, en donde los ejecutivos y gerentes
de las finanzas "ganan" miles de millones todos los
años!
El ataque a los chóferes y empleados de autobuses escolares
es parte de un ataque bipartidista contra la clase obrera en general,
en Nueva York y por todo el país. Las provocaciones de
Bloomberg son parte de un esfuerzo bien planeado y deliberado
por la clase dirigente y sus representantes políticos para
hacer que la clase obrera -en este case los cientos de miles de
alumnos y sus padres- pague por la crisis económica.
Sea donde sea suena el mismo refrán. Se les dice a los
obreros que deben aceptar recortes drásticos de beneficios
y salarios si no quieren quedar despedidos. En el área
de Nueva York, casi 30,000 obreros de transporte público
de la Autoridad Metropolitana de Tránsito (Metropolitan
Transit Authority, en inglés, MTA) llevan un año
sin contrato. La MTA está exigiendo despidos juntos con
recortes de servicios y de recursos para poder cumplir con las
deudas a los bancos.
La ciudad también está atacando a los maestros;
quiere que sus evaluaciones dependan de exámenes, y, al
igual que con los conductores de autobuses escolares, eliminar
a los profesores más antiguos y experimentados y reemplazarlos
con profesores jóvenes y mal pagados. La meta es tijeretear
costos, y desmantelar la educación pública.
Para todo el país se encuentra en su nivel más
bajo en décadas la porción del ingreso nacional
que le toca a la clase obrera. Se cierran escuelas; cientos de
miles de profesores ya han perdido sus puestos. La supuesta recuperación
pregonada por el gobierno de Obama sólo tiene que ver con
las ganancias de corporaciones y de los accionistas de Wall Street.
Todos los días demuestran los sindicatos su incapacidad
y su falta de voluntad para oponerse a estos ataques. Esto es
debido a que están absolutamente comprometidos en alianzas
políticas con el Partido Demócrata y que apoyan
al sistema capitalista. Han impuesto sobre sus miembros contratos
de concesión tras contratos de concesión. Cuando
las huelgas estallan -como la del magisterio de Chicago el año
pasado- son aisladas y rápidamente terminadas para prevenir
de que se transformen en luchas políticas.
Los conductores de autobuses deben estar conscientes de que
la ATU tiene sus propios intereses, distintos a los suyos. Con
el objeto de proteger lo que recibe de las cuotas de los trabajadores,
el sindicato está totalmente dispuesto a traicionar a los
obreros. Antes que nada todos los sindicatos rechazan la movilización
de los obreros en una lucha en común. Para ganar, la huelga
de los conductores de autobuses debe ser el punto de partida de
una ofensiva política e industrial de la clase obrera.
Esto requiere la formación de comités de bases para
arrancar de las manos del sindicato la conducción de la
huelga.
Los trabajadores de transporte escolar no pueden pelear esta
lucha solos. Las acciones y declaraciones provocativas de Bloomberg
y de los principales políticos del partido Demócrata
-¡hasta se atreven a acusar a los chóferes de por
poner en peligro a los estudiantes!- dejan en claro de que no
van a retroceder. Apoyando a Bloomberg está la élite
financiera y corporativa. Un llamado inmediato debe ser hecho
a los obreros de toda la ciudad, a los obreros de tránsito
y a los maestros a favor de estrategia conjunta en defensa de
empleos, salarios y de la educación pública. La
lucha de los chóferes y de cada obrero contra este asalto
es sobre todo una lucha política. Desde que estalló
la crisis económica en 2008, Demócratas y Republicanos
se han comprometido en obligar a la clase obrera a pagar por la
crisis. Trillones de dólares fueron canalizados hacia los
bancos por Bush y después por Obama, seguidos por tijeretazos
de presupuestos locales, estatales y nacionales.
Cuatro años y medio después, Republicanos y Demócratas
se han puesto de acuerdo en masivos recortes de gastos federales
como parte de negociaciones bipartidistas sobre el límite
de la deuda. Los programas de Seguridad Social y Medicare, junto
los presupuestos para la educación y el transporte, serán
recortados tajantemente.
No sólo en Estados Unidos, en todos lados a los obreros
se les dice de que vivan con menos y menos mientras los banqueros
obtienen ganancias récord. Las medidas de austeridad en
Grecia y España han recortado el gasto social y elevado
el nivel del desempleo a un cuarto de la mano de obra.
El socialismo es la única respuesta posible a la austeridad
sin fin y a la dictadura de las grandes empresas. Los obreros
pueden defender sus intereses sólo por medio de un ataque
directo a la riqueza y privilegios de los banqueros y de los gerentes
que controlan la economía. Las gigantescas corporaciones
que dominan a la sociedad deben ser nacionalizadas bajo un control
democrático y trillones de dólares deben ponerse
a disposición de la sociedad para crear trabajos dignos,
educación y cuidado médico.
Contacte al Partido Socialista de la Igualdad; visite a www.socialequality.com;
escriba al [email protected] o llamé al (313)-409-8083.
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