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Sindicatos conspiran contra los obreros de la Pizzería
Palermo
Por Nicolás Russo and Williamson Niles
8 Enero 2013
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Este artículo se publicó en inglés
el 05 de enero 2013
Los obreros de la pizzería industrial Palermo's Villa
han estado en pie lucha en Milwaukee, Wisconsin por más
de un año. Su lucha por mejores salarios y condiciones
de trabajo ha sido aislada sistemáticamente y traicionada
por los sindicatos que pretenden representar a estos trabajadores.
La lucha comenzó en noviembre de 2011 cuando trabajadores
de Palermo -en su mayoría inmigrantes latinos acudieron
a un grupo pro derechos de los inmigrantes en Milwaukee que se
llama Voces de la Frontera. Los operadores presentaron
quejas sobre las condiciones de trabajo en la fábrica.
Señalaron que los sueldos eran bajísimos -algunos
de U$7.25 por hora que se los obligaba a trabajar horas
extras, y que las condiciones de trabajo eran peligrosas.
Voces respondió pidiéndole al Sindicato de Obreros
Siderúrgicos (United Steelworkers, en inglés,
USW) que interviniera con el fin de establecer un gremio en la
fábrica. Se tomó la decisión llamar al sindicato
Unión de Trabajadores de Palermo para crear
la apariencia de una iniciativa independiente. La Unión
negociaría por los obreros.
Para los obreros el sindicato representaba una forma de organización
colectiva en contra de la empresa. En cambio para la USW simplemente
se trataba de utilizar el enojo de los obreros para aumentar el
número de obreros pagando cuotas.
A finales de mayo de 2012 150 obreros -3/4 de los empleados
habían firmado una petición de sindicalización.
La petición fue enviada a la Junta Nacional de Relaciones
Laborales ( National Labor Relations Board, en inglés,
NLRB) el 29 de mayo para que ésta organizara un voto de
representación sindical. Al día siguiente, Voces
de la Frontera, junto con los funcionarios locales del Partido
Demócrata, miembros del clero, y un pequeño número
de obreros, se reunió con la empresa para solicitar que
ésta reconociera al gremio sin necesidad de voto y para
discutir una investigación de inmigración pendiente
desde hacía un año.
En la reunión, la empresa se negó a reconocer
al sindicato y anunció que el plazo para que 89 obreros
bajo investigación por el Servicio de Inmigración
y Control de Aduanas ( Immigration and Customs Enforcement,
en inglés, ICE) presentaran verificación adicional
se había reducido de 28 a 10 días. De esta manera,
la compañía amenazaba con despido o deportación
a obreros que pudieran ser inmigrantes indocumentados.
Ante la amenaza de despido permanente, los obreros abandonaron
sus puestos el primero de junio y establecieron piquetes frente
a la fábrica. Al día siguiente, la empresa comenzó
a contratar obreros de reemplazo; ni Voces, ni la USW, ni la AFL-CIO
respondieron en protesta.
A pesar de la suspensión de la investigación
de ICE en respuesta a una denuncia conjunta de Voces y de la AFL-CIO,
la compañía echó a 75 de los piquetes el
8 de junio.
El 11 de junio, la NLRB ordenó una elección para
el 6 de julio. Esa orden se retrasó cuando el sindicato
de obreros de alimentación (United Food and Commercial
Workers Union, UFCW) pidió ser incluido en la boleta
electoral. El balotaje se pospuso indefinidamente en respuesta
a la petición de Voces a la NLRB para que los 75 obreros
despedidos fueran reintegrados antes de cualquier votación.
La NLRB decidió el 21 de noviembre que la empresa no
había violado ninguna ley al despedir a los 75.
En un acuerdo del 4 de diciembre entre el NLRB y Palermo, la
empresa accedió volver a contratar a nueve de los obreros
injustamente despedidos. La compañía también
admitió que había violado leyes laborales federales.
Éstas incluyen declaraciones de que los obreros que se
unieron a la huelga perderían sus puestos de trabajo; declaraciones
sobre lo inútil que es afiliarse a un sindicato; esfuerzos
de la patronal para impedir que obreros salieran de la fábrica
para unirse a la huelga; que la empresa tuviera de una lista de
partidarios del sindicato.
La estrategia de Voces y los sindicatos, en respuesta a la
victimización de los 75 obreros es apelar al NLRB. Sin
embargo, el gobierno no es un árbitro neutral, como deja
claro que haya endosado el comportamiento de la compañía.
Por otra parte, una decisión de la Corte Suprema de
2002 en el caso Hoffman Plastic Compounds, Inc versus el NLRB
determinó que el gobierno federal no puede obligar a una
empresa a pagar salarios caídos o volver a emplear a obreros
indocumentados, aun cuando se los haya echado en el curso de un
conflicto laboral.
Los sindicatos (que tienen millones de dólares) y sus
partidarios organizaron una campaña de donación
puramente simbólica a través del Internet; en total
se recaudó menos de 3,500 dólares; En combinación
con una campaña para boicotear los productos de la fábrica
Palermo, esa es una maniobra estándar que tiene el propósito
de bloquear una movilización más amplia de los obreros
en huelga.
La campaña del Palermo es parte de un esfuerzo más
amplio para rehabilitar la imagen de los sindicatos ante los ojos
de la clase obrera -reclutando a obreros de bajos ingresos
y así apuntalar las cuotas mensuales sindicales por todo
el país. Ese es también del propósito de
manifestaciones de obreros de Walmart y de restaurantes
de comida al paso como McDonalds. Toda una colección
de grupos seudoizquierdistas alienta a los sindicatos. Estos grupos
giran alrededor del Partido Demócrata. Uno de estos es
la Organización Socialista Internacional (International
Socialist Organization, en inglés, ISO).
Muchas de las organizaciones que hoy respaldan la traición
de los obreros de Palermo por parte de la USW y de la AFL-CIO
, como la ISO y la Asociación de Maestros de Milwaukee
(Milwaukee Teachers' Education Association, en inglés),
estuvieron profundamente involucradas en la traición de
las enormes manifestaciones de la clase obrera que estallaron
en Wisconsin en febrero de 2011.
Los sindicatos canalizaron hacia el Partido Demócrata
esas manifestaciones contra los ataques del gobernador republicano
Scott Walker en oposición a los derechos laborales, las
pensiones y beneficios de salud. La premisa declarada de los demócratas,
sin embargo, siempre fue a favor de a la austeridad y los recortes
de sueldo; su preocupación principal era que el aparato
sindical siguiera participando en ese proceso.
Hay creciente enojo entre amplios sectores del proletariado,
incluyendo los obreros de servicios y otros empleados de bajos
salarios. Los obreros inmigrantes son especialmente vulnerables,
y las empresas aprovechan su situación precaria para negarles
los derechos más básicos.
La respuesta de los sindicatos y de sus partidarios es totalmente
cínica. Las ricas capas de la clase media en la cúpula
de la burocracia sindical no tienen ningún interés
salvo el mantenimiento de sus propios privilegios, que tratan
de defender a costa de los obreros que supuestamente representan.
En cada enfrentamiento contra la gerencia corporativa o contra
el Estado; su objetivo es demostrarles su lealtad mediante la
supresión del movimiento de los obreros.
Se oponen a la todas las campañas de movilizaciones
de la clase obrera so pretexto de las leyes de las instituciones
del Estado burgués, el NLRB por un ejemplo. Hacen todo
lo posible para encarrilar la energía de los obreros hacia
el Partido Demócrata, que las corporaciones controlan.
Los resultados siempre son los mismos: el aislamiento y la derrota.
Para los sindicatos el capitalismo es sagrado. Bajo condiciones
de globalización, en que los obreros de cada país
son contrapuestos, unos contra otros, esa orientación -procapitalista
y nacionalista significa aliarse con las empresas para tijeretear
sueldos y empeorar las condiciones de vida.
La experiencia en Palermo demuestra que los obreros no deben
confiar en los sindicatos oficiales, para garantizar sus derechos
y defender sus puestos de trabajo. Toda lucha plantea la necesidad
de formar comités de bases independientes con el objetivo
primordial de unir a los obreros en una lucha común contra
la élite de las corporaciones. Ante todo, esto requiere
de la una lucha política en contra de los dos partidos
de las grandes empresas y del sistema capitalista de ganancias
que defienden.
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