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Huelga de conductores de autobuses de Nueva York en la encrucijada
Por Partido Socialista de la Igualdad
2 Febrero 2013
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este artículo se publicó en inglés
el 31 de enero 2013
La huelga de los 9,000 conductores, tutores/ayudantes y mecánicos
de autobuses escolares de la ciudad de Nueva York ha llegado,
en su tercera semana, a un punto crítico.
Los trabajadores, que se lanzaron a la huelga a mediados de
enero cuando el alcalde Michael Bloomberg decidió eliminar
de sus contratos las cláusulas de seguridad y antigüedad
laboral, le dan voz a la creciente oposición de los trabajadores
por todo el país
La lucha ha revelado las divisiones básicas de clase
en EE.UU. Por un lado están los conductores de autobuses,
que luchan por defender no sólo sus ingresos sino el futuro
de la educación pública. En esta batalla, actúan
por toda la clase obrera. En el otro lado está Bloomberg,
un representante de la élite financiera, para quien el
atacar a los trabajadores de autobuses forma parte del ataque
a todas las secciones del proletariado.
Detrás de Bloomberg se alinea toda la prensa controlada
por las corporaciones y toda la clase política, tanto los
Demócratas como los Republicanos.
Las relaciones de clase en los Estados Unidos quedan descaradamente
claras cuando Bloomberg -con una fortuna de $25 mil millones y
el número 10 de la lista de Forbes de los estadounidenses
más ricos- insiste en decir a los conductores de autobuses
que ganan $35,000 -en una de las ciudades más caras del
mundo que se les paga en exceso.
En días recientes, algunas de las compañías
de buses han comenzado a traer a esquiroles. La respuesta a esto
del Sindicato Combinado de Tránsito (Amalgamated Transit
Union, en inglés, ATU) es continuar con su política
de aislar a los trabajadores de autobuses escolares de los maestros
y otros trabajadores de la ciudad mientras que al mismo tiempo
busca concluir la huelga ofreciendo concesiones drásticas.
El miércoles en una conferencia de prensa el sindicato
anunció que había ofrecido una tregua de 60 a 90
días para que los trabajadores pudieran volver a trabajar
mientras el sindicato, las compañías y la ciudad
discutían medidas alternativas para "reducir costos".
El ayuntamiento rechazó la propuesta del ATU, lo cual pone
el dedo en el renglón su determinación de aplastar
la resistencia de los huelguistas y hacer un ejemplo de ellos.
Bloomberg ha dado a entender que la ciudad está dispuesta
aguantar la huelga hasta que los presentes contratos expiren en
junio, y entonces simplemente contratar nuevos trabajadores. Al
mismo tiempo, el Consejo Nacional de Relaciones Laborales (National
Labor Relations Board, en inglés, NLRB) declaró
que anunciará su decisión esta semana sobre la denuncia
presentada por varias compañías de autobuses. El
NLRB podría obligar a terminar la huelga.
Al oponerse a los ataques de la ciudad, los conductores de
autobuses han mostrado gran coraje. No obstante, la huelga no
puede tener éxito si continua su presente camino.
En los piquetes, a muchos huelguistas les causó sorpresa
ver que son atacados los trabajadores que realizan un servicio
tan esencial como conducir autobuses y cuidar niños alumnos.
Esa es la realidad del capitalismo y de la aristocracia financiera
que domina a la sociedad. Parásitos financieros como Bloomberg
han amontonado enormes fortunas saqueando recursos públicos,
recortando sueldos y pensiones y haciendo regresar a la clase
trabajadora a las condiciones laborales de hace cien años.
Ninguna ciudad representa esta dinámica social mejor
que Nueva York, la sede de Wall Street y la médula espinal
del sistema financiera mundial. La crisis económica que
erupcionó en el 2008 fue el resultado de la especulación
y criminalidad financiera. Cuando los bancos y sus estafas colapsaron,
los presidentes Bush y Obama los rescataron con fondos públicos.
Bloomberg representa toda la clase corporativa y política,
que está librando una implacable guerra por todo el país
contra la educación pública y los derechos de los
trabajadores de la educación. Hablando por los Demócratas
y la administración Obama, el New York Times hizo
un llamado para que la ciudad "se mantenga firme" contra
los huelguistas.
La estrategia del ATU y del resto la burocracia sindical sólo
lleva a la bancarrota. Los sindicatos que representan a los trabajadores
de tránsito y a al magisterio pregonan declaraciones de
simpatía que no valen nada mientras que entre telones nacen
todo lo posible para que la huelga de los conductores de autobuses
no se convierte en el catalizador de un movimiento más
amplio de la clase trabajadora.
La principal preocupación de Michael Cordiello, presidente
del ATU -quién gana $245,000 al año- y el resto
de oficiales sindicales es preservar el flujo de cuotas mensuales
hacia sus cuentas bancarias, nada les importa que tan bajo sean
los sueldos de los obreros.
Para que los conductores de buses ganen, ellos no deben hacer
un llamado ni a los políticos capitalistas agentes de las
grandes empresas, ni a la burocracia sindical ni a otros falsos
amigos, sino a los millones de obreros en la ciudad que encaran
la misma lucha contra los crecientes costos de vida, los sueldos
cada vez más bajos y los servicios sociales en deterioro.
En particular, los huelguistas deben hacer un llamado a los más
de 200,000 profesores y empleados de escuelas que están
en la mira del ataque a la educación pública.
Hay un enorme apoyo a los huelguistas entre los padres, los
estudiantes y las familias obreras. Pero ese apoyo debe ser movilizado
para oponerse a la pandilla que se ha formado en contra los huelguistas.
El Partido Socialista de la Igualdad urge a los huelguistas de
que formen comités de base arrancar la conducción
de la huelga de las manos del ATU y establecer líneas directas
de comunicación y una lucha común con los profesores,
trabajadores de tránsito, trabajadores de hospital y otras
secciones de la clase trabajadora. Este es un primer paso crítico.
Pero la lucha no es simplemente contra Bloomberg. Al luchar
para defender su derecho a un trabajo firme y de paga decente
y una transportación segura para los niños que sirven,
los conductores de buses escolares se encuentran en una lucha
contra todo el sistema político y económico, el
cual asegura que no hay dinero para satisfacer las necesidades
de la sociedad, mientras las ganancias corporativas y los precios
de las acciones alcanzan niveles récord.
Si se desea que la necesidad de las amplias mayorías
tomen prioridad por encima de los intereses de lucro de la minoría
adinerada, entonces la clase trabajadora debe tomar el poder político
en sus propias manos. Sólo de esta manera puede la clase
trabajadora, que produce toda la riqueza de la sociedad, determinar
su destino.
Esto requiere la organización política independiente
de la clase trabajadora y la lucha por un programa socialista,
por un gobierno obrero. Los garfios de la élite financiera
deben ser quebrados nacionalizando a los bancos y las corporaciones
bajo el control democrático de la clase trabajadora como
parte de la reorganización de la vida económica
para satisfacer las necesidades de la sociedad en conjunto.
Partido Socialista de la Igualdad.
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