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El plan de privatización del Instituto de Artes de Detroit socavaría tanto al arte como a las pensiones

Por Jerry White
23 Diciembre 2013

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Este artículo apareció originalmente en inglés el 13 de diciembre del 2013

Aunque los detalles sobre las discusiones secretas que involucran el destino del Instituto de Artes de Detroit (Detroit Institute of Art, DIA) todavía son incompletos, se informa que un mediador federal en el caso de bancarrota de Detroit está muy cerca de un acuerdo que podría privatizar al DIA y poner fin a un siglo del museo de arte en manos del público, un fin a su colección de fama mundial.

Según informes de prensa, los directores del DIA, para su vergüenza, están de acuerdo con esta parodia. En un comunicado de prensa el miércoles, el DIA aplaudió a los mediadores federales "por iniciar una conversación positiva en torno a la necesidad de proteger los fondos del museo y proporcionar alivio y revitalización a la ciudad de Detroit y a sus ciudadanos".

El esquema que ha sido trazado por el Juez Jefe del Distrito de EE.UU. Gerald Rosen establecería supuestamente una relación con donantes privados ricos, como la Fundación Ford, que pagaría a la ciudad $500 millones de dólares, la cantidad que el Interventor de Emergencias Kevyn Orr ha exigido del DIA para pagar a los acreedores en la bancarrota. A cambio, la ciudad renunciaría al control del DIA y pondría al museo bajo el control de una supuesta organización sin fines de lucro.

La propuesta se presenta como un "gran pacto". Recaudaría dinero para pagar las obligaciones de pensiones de la ciudad para los trabajadores municipales jubilados, mientras que protege el arte que Orr ha amenazado con poner a la venta. Esta propuesta en particular está siendo empujada por el Detroit Free Press, que exclamó que, "La propuesta rescataría los tesoros irreemplazables del DIA de los acreedores que buscan apoderarse de miles de millones de dólares de la ciudad en bancarrota. El objetivo es asegurarse de que el museo nunca más caiga como presa de los problemas o la política financiera de la ciudad".

De hecho, ningún acuerdo de ese tipo protegería ni las pensiones ni el arte.
Las obras irremplazables caerían presas de los intereses económicos de los multimillonarios que dirigen estas supuestas fundaciones de caridad. Además de Fundación Ford (que cuenta con 11 mil millones de dólares), también se incluyen las fundaciones Kresge y Skillman, que están profundamente involucradas en el desmantelamiento de la educación pública y en la "reforma" escolar basada en el mercado.

Aunque el "nuevo DIA sin fines de lucro", en las palabras Detroit Free Press, sería supuestamente "separado del control de cualquiera de la ciudad o de las fundaciones", en realidad, el museo estaría totalmente dependiente de los intereses privados de la gente rica, que controlarían la institución.

El DIA, que es actualmente gratuito para los residentes de un área de tres condados del área metropolitana de Detroit, probablemente recaudaría fondos mediante un cobro de admisión y con cuotas más altas para exhibiciones especiales; por lo que el museo sería cada vez más inaccesible para grandes cantidades de personas de la clase trabajadora, personas de clase media y estudiantes de las escuelas públicas.

El museo, que lleva sobre su entrada principal el mensaje inscrito, "Dedicado por el Pueblo de Detroit para el conocimiento y disfrute del arte", tendría que adaptar sus operaciones, incluyendo la elección de obras a desplegar, y qué y dónde se enviarían esas obras de arte para ganar dinero en exhibiciones especiales, o eventos exclusivos diseñados para los nouveaux riche. Ya no siendo propiedad de la ciudad, habría incluso menos restricciones en el arrendamiento o la venta directa de obras para recaudar el dinero necesario.

El objetivo principal de esta propuesta consiste en adormecer a los trabajadores y a los jóvenes a y socavar la hostilidad popular acerca de la orden de quiebra y el ataque a la cultura y las pensiones. Es imposible defender estos derechos fundamentales mediante acuerdos secretos entre los donantes multimillonarios, los jueces, los funcionarios del museo y los burócratas sindicales -sólo es posible a través de la iniciativa independiente de la clase obrera.

En su artículo, el Free Press añadió que el acuerdo "allanaría el camino a una resolución más rápida de la quiebra". La acción tiene como objetivo el cierre de posibles demandas. El DIA ha amenazado con acciones legales si Orr sigue adelante con su amenaza de "monetizar" el arte, liquidándola. Por su parte, los sindicatos y los grupos de jubilados ligados a las uniones se unieron a una maniobra legal junto con los principales acreedores exigiendo que Orr extraiga mucho más de $500 millones del DIA para pagar por los planes de pensiones.

Sin duda, el juez Rosen desea que unos pocos cientos de millones de dólares sean suficientes para comprarse a una burocracia sindical que no tiene ningún interés en las pensiones o cualquier otro derecho de los trabajadores miembros. Lo que sí le preocupa es mantener un fondo de inversión grande para beneficiar a los dirigentes sindicales. Aun si el acuerdo siguiera adelante, la cantidad de dinero generado sería menos de las obligaciones de la ciudad hacia los tenedores de bonos. Las demandas de recortes de pensiones no pararán, y los sindicatos estarán más que dispuestos a acceder a éstas.

Rosen, un Republicano nombrado para el tribunal federal por el presidente George HW Bush, está tratando de apresurar el caso de quiebra y la reestructuración de la ciudad en beneficio de los ricos. De acuerdo con el Detroit Free Press, "En el mejor de los casos, el gran arreglo de Rosen podría estar listo en las próximas semanas, lo que le permitiría al interventor de emergencias de Detroit, Kevyn Orr, incluirlo en su "plan de ajuste" para reestructurar la deuda de la ciudad que espera presentar a principios de enero".

No hay garantía, sin embargo, que la privatización del DIA se lleve a cabo. El plan, el Free Press, escribe, "es susceptible a ser cuestionado por los acreedores que buscan vender arte del DIA como una forma de recuperar más del dinero que les debe la ciudad". Esto incluye a los sindicatos como la Federación Americana de Empleados Estatales, del Condado y Empleados Municipales (AFSCME), quienes pueden pensar que la cifra no es suficiente.
Por último, las fundaciones, hace notar la prensa, "todavía tienen que estar de acuerdo que sostener las pensiones municipales sea coherente con su misión".

Inmediatamente después de la decisión a principios de este mes por otro juez, el juez de la corte de bancarrota Steven Rhodes, para permitir que el proceso de quiebra siguiera adelante, Orr pidió a sus "compañeros de los sindicatos" abandonar las demandas que impugnan la quiebra y a participar en la reestructuración de la ciudad. También incrementó presión sobre el DIA, dejando en claro que estaba preparado para eliminar el liderazgo del museo si ésta resistía sus maniobras contra la colección de arte.

En su fallo, Rhodes fue enfático al declarar que las leyes federales de bancarrota reemplazan las protecciones constitucionales estatales de pensiones de los empleados públicos y los contratos de la ciudad o las ordenanzas que protegen los bienes de propiedad municipal.

Los estados y municipios de todo el país ya están citando la sentencia del juez para destruir las pensiones. La privatización del DIA también se utilizará como modelo para despojar a las personas del derecho a la cultura y para subordinar a los museos, de todo tipo, cada vez más a los dictados del mercado capitalista.

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