EN INGLES
Visite el sitio inglés
actualizado a diario
pulsando:
www.wsws.org

Análisis Actuales
Sobre el WSWS
Sobre el CICI

 

WSWS : Español

Tiroteo plantea preguntas sobre la CIA en México

Por Rafael Azul
13 Septiembre 2012

Utilice esta versión para imprimir | Email el autor

Este artículo se publicó en inglés el 5 de Septiembre 2012

El 24 de Agosto, la policía mexicana hirió de bala a dos oficiales de inteligencia estadounidense. Las circunstancias de los disparos son misteriosas. Se informó inicialmente que las víctimas pertenecían a Administración de Cumplimiento de Leyes sobre las Drogas (DEA, siglas en inglés), pero resultaron ser dos agentes de la CIA trabajando con la marina mexicana.

Autoridades mexicanas y estadounidenses dieron posteriormente explicaciones poco convincentes que sólo lograron plantear más preguntas.

El tiroteo tomó lugar cerca de Tres Marías en la carretera entre Cuernavaca y la Ciudad de México. Los dos hombres de la CIA iban en un SUV blindado de la embajada estadounidense. Un oficial naval mexicano que viajaba en el asiento de atrás no fue herido. Según las noticias, el carro de la embajada casi fue forzado fuera de la carretera y perseguido por cuatro vehículos.

Doce oficiales de la policía federal fueron arrestados por su papel en el tiroteo. De acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), ellos ya estaban dando declaraciones a las autoridades para determinar qué ocurrió y quiénes habían sido responsables.

Cinco días después, periódicos mexicanos publicaron declaraciones de fuentes del gobierno que los heridos habían sido agentes de la CIA participando en una fuerza especial antinarcóticos. El diario El Universal completó la noticia afirmando que, de acuerdo con un reporte oficial confidencial, los hombres de la CIA estaban involucrados en dar enseñanza en un campo de tiro de una instalación marina secreta.

Inicialmente los mexicanos sugirieron que el tiroteo había sido causado por una "confusión" entre la policía federal y el vehículo de la embajada. Sin embargo, las autoridades estadounidenses dieron una versión diferente: alegaron que el tiroteo había sido una emboscada.

El domingo 2 de Septiembre, el Nuevo Herald de Miami publicó una tercera versión: la policía federal estaba en el área investigando un secuestro y presumiblemente pensó que estaba persiguiendo a los secuestradores.

Estas cambiantes historias tienen como objetivo encubrir el rol creciente del ejército, la inteligencia y las agencias policiales norteamericanas en México so pretexto de la interminable "guerra contra las drogas", con la total complicidad de la clase dirigente mexicana.

El Departamento de Estado de EE.UU. se rehusó a revelar los verdaderos nombres de los hombres heridos en el tiroteo y sólo confirmó que eran empleados gubernamentales cooperando con el cumplimiento de la ley. Los agentes fueron apresuradamente sacados del país dos días después sin dar declaraciones.

Se conoce ahora que ambos habían llegado de Afganistán diez días antes con visas de turista usando los nombres falsos de Stan Dove Boss y Phillip P. Quincannon. Estos hombres de la CIA habían entrado a México por lo menos en otra ocasión más, también con visas de turista.

Lo que es más, ahora parece que no se le dio permiso a la policía federal de cuestionar a los 12 policías detenidos mientras que los oficiales de la embajada estadounidense sí pudieron participar en su interrogación, algo que viola la ley mexicana.

Otro misterio aún más que tiene que ser explicado que es lo que hacía el oficial naval mexicano con estos norteamericanos.
Esta no es la primera vez que agentes de inteligencia estadounidenses aparecen en México: de hecho, el establishment político mexicano está totalmente consciente de la presencia de la CIA y su papel semioficial en el país.

Las garantías del presidente Calderón de que una investigación será lanzada poseen poco valor. Líderes del congreso y miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD) también demandaron una investigación. El senador del PRD Mario Delgo pidió que declaren ante el congreso el ministro de seguridad pública, el ministro de relaciones exteriores y comandantes de la marina para investigar qué es lo que la CIA está haciendo en México y por qué están peleando un grupo contra otro.

También pusieron su granito de arena el líder del PRD y alcalde de Ciudad México Marcelo Ebrard y el candidato presidencial del PRD para 2012 Andrés Manuel López Obrador. La posición del PRD en esto es autoconveniente y consistente con su papel de crítico "izquierdista" del gobierno y válvula de escape para el enojo popular. De acuerdo a López Obrador, el ejército mexicano, tanto los soldados y comandantes, está unido en su hostilidad a la "guerra contra las drogas".

Esto está ligado a la propaganda mitológica de que las fuerzas armadas son el "pueblo uniformado", mito que pregonan el PRD y grupos pseudo-izquierdistas como el Partido Revolucionario de los Trabajos (PRT) para crear una falsa confianza en los militares. López Obrador incluso especuló sobre la posibilidad de que un golpe militar para solucionar los fraudulentos resultados del balotaje presidencial del 2012.

La Jornada, un diario que apoya a López Obrador, criticó a Calderón por desacreditar al ejército. En un editorial del 2 de Septiembre, condenó a Calderón por insistir en involucrar al ejército nacional en su "cruzada" (la guerra contra las drogas). El diario considera que con estas acciones Calderón arruinó la imagen de las fuerzas armadas con el pueblo.

La relación entre el ejército y la CIA no excluye dificultades y tensiones. Cables diplomáticos -publicados por Wikileaks-del ex embajador estadounidense a México, Carlos Pascual, revelan su desprecio hacia el aparato de seguridad mexicano y el ejército, al cual Pascual describe como "lento", "pobremente entrenado" y "opuesto a los riesgos". El embajador se vio obligado a renunciar a su puesto debido a estos despachos.

Por estas razones, algunos en la prensa mexicana especulan que los oficiales marinos provocaron el tiroteo con intenciones de "desquite", para avergonzar a la administración de Calderón y a sus manipuladores estadounidenses.

El tiroteo toma lugar cuando se está por transferir la presidencia de Felipe Calderón (Partido de Acción Nacional, PAN) a Enrique Peña Nieto (Partido Revolucionario Institucional, PRI) y en medio de la continua "guerra contra las drogas" que le ha quitado la vida a miles de mexicanos.

Bajo la Iniciativa de Mérida, el gobierno de Calderón ha dado carta blanca a las agencias de espionaje y represión de Estados Unidos: la CIA, la DEA, el FBI y el ATF (Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego). En México, estas llevan a cabo actividades que están prohibidas dentro del mismo EE.UU., incluyendo lavar dinero y dar armas estadounidenses a organizaciones criminales, como el cartel de Sinaloa. Los cielos de México están abiertos a los vuelos de los drones estadounidenses.

Entre el 2007 y 2010, la Iniciativa Mérida canalizó $1.6 mil millones hacia México para equipo militar y entrenamiento de fuerzas de seguridad. Desde entonces, cientos de millones de dólares han sido añadidos para México y Centroamérica.

Ni la Casa Blanca ni el gobierno de Calderón desean dar a conocer el número de agentes estadounidenses en México, número en continuo aumento desde 2006, cuando Calderón tomó el mando. En el 2011, la Associated Press identificó a cientos de empleados de varias agencias de seguridad.

De acuerdo a AP, había tantos agentes de narcóticos del Departamento de Estado que excedieron el espacio de oficina en dos pisos de la embajada estadounidense en la Ciudad de México y ahora comparten oficinas con sus contrapartes mexicanas en un nuevo edificio.

Un número desconocido, el cual incluye a los hombres que fueron heridos, no están registrados con el gobierno y entran y salen del país al antojo de sus jefes.

Las leyes mexicanas que regulan las actividades de agentes extranjeros son frecuentemente ignoradas. Egardo Buscaglia, experto de seguridad y erudito investigador de la Universidad de Columbia recientemente declaró a la Agence France-Presse: "por supuesto, muchas de estas operaciones siguen ocurriendo, y está claro de que están ignorando el marco legal".

Añadió: "la expansión de la presencia estadounidense dentro de la tierra mexicana no tiene precedentes... Se está alcanzando un nivel -no en términos de soldados pero de agentes de inteligencia estadounidenses- que está cerca del de Afganistán".

Regresar a la parte superior de la página



Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved