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Los "rebeldes" sirios respaldados por EE.UU. sumidos
en el caos
Por Bill Van Auken
9 Noviembre 2012
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el autor
Cuatro días de reuniones en Doha, capital de Catar,
de elementos respaldados por Occidente que apoyan el derrocamiento
del gobierno sitio, comenzaron en una situación caótica
el domingo, después de la demanda de la secretaria de Estado
de EE.UU., Hillary Clinton, de una reorganización dentro
de la así llamada dirigencia rebelde.
Clinton dio a los opositores sirios su aviso de despido el
miércoles pasado, declarando que descartaba a la dirigencia
que EE.UU. había apoyado previamente por ser una pandilla
de exiliados irrelevantes que no han puesto un pie en Siria durante
décadas e insistió en que Washington quiere conectarse
con los que "combaten y mueren" en la guerra civil que
hace estragos dentro del país en Medio Oriente.
En realidad, ha quedado en claro que EE.UU. se propone componer
una dirigencia "respetable", con representantes de los
diversos grupos religiosos y étnicos que componen la población
siria a fin de disfrazar mejor el amargo carácter sectario
del conflicto avivado por Washington, así como el papel
crecientemente destacado jugado por milicias islamistas conectadas
con al Qaida.
Las conferencias en Doha comenzaron con una reunión
del CNS (Consejo Nacional Sirio), patrocinado por la Liga Árabe
y la monarquía suní de Catar, que debía incorporar
a nuevos miembros en un esfuerzo por evitar el intento de EE.UU.
de privarlo de su franquicia como oposición siria respaldada
por los imperialistas. Dominado en gran parte por la sección
siria de la Hermandad Musulmana, el CNS indicó su profundo
desacuerdo con la acción de EE.UU., sin aclarar al principio
si simplemente la rechazaría o regatearía por un
mejor acuerdo con Washington.
El Departamento de Estado de EE.UU. ha indicado que está
dispuesto a ofrecer al CNS 15 escaños en la dirigencia
de 50 miembros del nuevo frente que está siendo amañado
por Washington. Llamado Iniciativa Nacional Siria (INS), se supone
que este nuevo frente se reúna en Doha el miércoles
y el jueves.
Según informes de prensa, el jefe del CNS, Abdelbaset
Sieda, ha rechazado la propuesta de EE.UU. argumentando que su
Consejo Nacional Sirio debiera tener por lo menos un 40% de los
sitios en la nueva Iniciativa Nacional Siria.
Al anunciar el cambio en la política de EE.UU. durante
una conferencia de prensa en Croacia, Clinton dejó en claro
que Washington está seleccionando cuidadosamente una dirigencia
siria que se propone instalar como gobierno de transición
que serviría como títere de EE.UU. El Departamento
de Estado, reveló, ha "recomendado nombres y organizaciones
que cree que deben ser incluidos en cualquier estructura de dirigencia".
Al parecer el anuncio sorprendió a los aliados de Washington.
"El gobierno de EE.UU. no dio ninguna información
anticipada de su intención de renunciar al consejo como
el principal grupo aglutinador, dijeron diplomáticos de
tres países", informó McClatchy Newspapers
el lunes. "Dijeron que sus gobiernos supieron de la iniciativa
por informes en las noticias".
Un diplomático occidental citado por McClatchy
cuestionó la cordura de las observaciones de Clinton sobre
la selección de los individuos y de las organizaciones
que serán incluidas en la nueva dirigencia. "Los sirios
dirán que los estadounidenses están imponiendo los
nombres", dijo. "Y no estoy seguro de que los estadounidenses
propondrán a la gente adecuada".
Turquía, que ha jugado un papel importante en el suministro
de armas, entrenamiento militar, bases y otro tipo de apoyo a
los así llamados rebeldes, se apresuró a responder
al giro estadounidense, convocando para el viernes en Ankara a
una reunión de dos horas entre el ministro de Exteriores,
Ahmet Davutoglu, y la dirección del CNS.
No es evidente si el gobierno islamista suní en Ankara
y la monarquía suní en Catar, que según las
informaciones ha suministrado grandes cantidades de armas a milicias
islamistas que combaten dentro de Siria, están de acuerdo
con la acción de EE.UU.
La creación, impulsada por EE.UU., de la nueva Iniciativa
Nacional Siria también ha sido bautizada como "plan
Riad Seif", según el principal individuo propuesto
por el Departamento de Estado para dirigirla.
Seif es un capitalista sirio que comenzó como fabricante
textil antes de obtener la franquicia de Adidas en Siria en los
años noventa. Trató de formar un partido burgués
como alternativa para los gobernantes baasistas y se indispuso
con el régimen de Asad al cuestionar un acuerdo que colocaba
a la principal compañía de teléfonos móviles
del país en manos de un miembro de la familia Asad.
Como dejan en claro los cables clasificados de la embajada
publicados por WikiLeaks, Seif tuvo reuniones regulares con funcionarios
de la embajada de EE.UU. en Damasco para informarlos sobre sus
propias actividades así como para suministrar su evaluación
del suceder dentro del régimen de Asad. En otras palabras,
es el hombre de Washington.
En su declaración de la semana pasada, Clinton emitió
su ultimátum al CNS, declarando que "ya no puede ser
visto como el dirigente visible de la oposición".
Esta curiosa selección de palabras sugiere que se necesita
una dirigencia "visible", que sea secular, sólidamente
burguesa y orientada hacia Occidente, para que sirva de fachada
para las verdaderas fuerzas que libran la guerra por el cambio
de régimen dentro de Siria, que son cada vez más
sectarias e islamistas, incluyendo a una gran cantidad de combatientes
extranjeros vinculados a al Qaida que han llegado al país
desde Iraq, Libia, Arabia Saudí, Argelia, Chechenia, y
otros sitios.
Esta dirigencia "visible" lograría que fuera
más factible desde el punto de vista político que
Washington intervenga de un modo mucho más directo en la
guerra en Siria una vez que hayan pasado las elecciones presidenciales
en EE.UU.
El gobierno ruso atacó la convocatoria del nuevo frente
opositor en Doha, declarando que Washington está violando
un acuerdo alcanzado en Ginebra el verano pasado que compromete
a todas las partes a que busquen un fin de los combates y una
transición negociada hacia un nuevo gobierno en Siria.
El ministerio de Exteriores ruso acusó el lunes al Departamento
de Estado de haber emitido "órdenes directas sobre
lo que debe hacer la oposición siria para formar un 'gobierno
en el exilio' y sobre quién debe formar parte de un tal
gobierno".
Mientras Washington trabaja para establecer su nuevo frente
de oposición en Doha, la cruel guerra civil que está
fomentando dentro de Siria continuó y desmintió
toda la jerga de preocupación humanitaria y transición
democrática.
Un coche bomba estalló el lunes en un sector densamente
poblado en Damasco, matando a 11 personas e hiriendo a por lo
menos dos docenas más, muchas de ellas gravemente. Las
víctimas incluían a mujeres y niños. Otro
atacante suicida atacó en Hama. La agencia oficial estatal
de noticias, SANA, informó que dos civiles fueron muertos
en la explosión y otros 10 heridos en un ataque contra
una agencia de desarrollo dirigida por el gobierno. Fuentes de
oposición afirmaron que habían atacado un puesto
avanzado de las fuerzas de seguridad sirias y matado a 50 personas.
En un tercer ataque, dos personas fueron muertas cerca de Damasco
por una bomba al borde de la ruta.
La ola de ataques habría sido denunciada por Washington
como terrorismo si hubiera tenido lugar en otro sitio de la región,
pero en Siria semejantes ataques cuentan con el apoyo de EE.UU.
Tienen lugar después de la masacre del jueves pasado
de por lo menos una docena de soldados sirios capturados por milicianos
islamistas en las afueras de Saraqeb en el noroeste de Siria.
Un vídeo descriptivo de la matanza subido a los medios
sociales el mismo día muestra a los milicianos golpeando
y pateando a soldados heridos que suplican que les perdonen la
vida. Gritándoles "perros de Asad", los amontonaron
y los ejecutaron con fuego de rifles automáticos.
Traducido
del inglés para Rebelión por Germán Leyens
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