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La masacre de Kandahar y la lucha contra la guerra
Declaración de Jerry White candidato para presidente
de EE.UU.
24 Marzo 2012
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el autor
Como candidato del Partido Socialista por la Igualdad para
presidente de los EE.UU., comparto la repugnancia que sienten
millones de personas en todo el mundo hacia el asesinato brutal
del 12 de marzo de por lo menos 16 civiles afganos, entre ellos
nueve niños, que se ha atribuido a un soldado de EE.UU.
en la provincia afgana de Kandajar.
En todo Afganistán, donde la gran mayoría de
la población se opone a la presencia de decenas de miles
de tropas de la OTAN, ahora ocurren manifestaciones masivas. Al
mismo tiempo, en los Estados Unidos, crece la oposición
popular a la guerra.
Frente a esta indignación universal, el gobierno de
Obama trata de encontrar manera de sostener los intereses de la
clase gobernante y distraer la atención popular lejos de
los que son los verdaderos responsables.
Obama insistió el martes 12 de marzo que no habría
ningún "repliegue precipitado" de Afganistán.
Declaró que estaba "desconsolado" por el incidente,
y que las fuerzas armadas investigarán. "Nos vamos
a atener sólo a los hechos, y aseguramos a todos que todos
los responsables tendrán que rendir cuentas y serán
castigados con toda la fuerza de la ley", dijo.
Esa es simplemente una cínica mentira. Una investigación
seria y consecuente resultaría en un proceso judicial contra
los altos funcionarios de gobierno que, son responsables por la
guerra, tanto bajo Bush como bajo Obama.
La fórmula utilizada por portavoces del gobierno, que
los medios de comunicación repiten sin cesar, que la matanza
"no es lo que somos", también es una mentira.
Si bien este último crimen ciertamente no refleja el sentimiento
del pueblo, sí coincide con las brutales guerras conducidas
por la elite gobernante estadounidense.
En estos últimos 10 años ha habido muchas atrocidades:
la Bahía de Guantánamo; Abu Ghraib; la destrucción
de Faluya, Irak en 2004; la masacre en Hadiza de 24 civiles iraquíes
en 2005; los ataques con aviones no tripulados; y un sinnúmero
de incursiones nocturnas en Afganistán y Pakistán,
que repetidamente masacran a docenas de personas .
Los medios de comunicación de EE.UU. ni mencionan muchísimos
de estos actos cotidianos de barbarie, disformados en ataques
'terroristas' o racionalizadas como "daño colateral",
cuando las muertes de civiles no puedan ser negadas o ignoradas.
Es una clara muestra de la actitud del gobierno de Obama que Bradley
Manning, quien supuestamente intentó exponer esos crímenes
abriendo al público documentos a través de WikiLeaks,
confronta ahora un consejo de guerra, cadena perpetua, e incluso
la pena de muerte.
Atrocidades como la de Kandajar son parte de todas las guerras
de agresión colonial. Hay una gran similitud entre el incidente
de ese domingo y la masacre de My Lai donde, en 1968, en Vietnam,
perecieron 500 civiles desarmados a manos de soldados estadounidenses.
Este viernes 16 se cumplen 44 años desde esa masacre. Contestando
una pregunta el lunes pasado, Obama insistió en que la
matanza en Kandajar había sido diferente a la de My Lai:
"No se las puede comparar. Parece que en este caso se trata
de un hombre armado que actuó por su cuenta. De ninguna
manera es ésta una representación de los enormes
sacrificios que nuestros hombres y mujeres han hecho en Afganistán
".
La versión de masacre de Kandajar como el acto de la
locura perpetrada por un "pistolero solitario" no explica
nada. En primer lugar, las circunstancias de la matanza del domingo
no son claras; hay informes de que varios soldados pueden haber
estado involucrados.
Por otra parte, atrocidades como ésta son producto natural
de la ocupación militar. Se les enseña a las tropas
estadounidenses a tratar a toda la población como si fueran
el enemigo, cosa que contiene un elemento de la verdad, dada la
oposición de las masas. Los soldados mismos son tratados
con desprecio por sus superiores y por el gobierno estadounidense;
se los envía año tras año a Afganistán
, agotando así sus capacidades mentales y físicas
hasta su total rotura.
Aunque autor de este crimen debe ser castigado, los verdaderos
responsables son los que iniciaron y han conducido esta guerra
a lo largo de más de una década.
El Partido Socialista por la Igualdad (PSI) exige la retirada
inmediata e incondicional de todas las tropas estadounidenses
de Afganistán, como parte del desmantelamiento de esa maquina
de guerra que es todo el Pentágono.
La clase gobernante de Estados Unidos ha aprovechado los acontecimientos
del 11 de septiembre de 2001 so pretexto de poner en marcha un
sin fin de guerras. Cientos de miles de personas han muerto en
el proceso. Sociedades enteras han sido devastadas. País
tras país está siendo invadido o bombardeado: Afganistán,
Irak, Pakistán, Libia. Ahora se amenaza a Irán y
Siria. Estas guerras tienen el propósito de afianzar el
dominio de los Estados Unidos sobre los centros más importantes
de recursos energéticos y potenciales mundiales.
¡Estas guerras de nada tienen que ver con los intereses
de la clase obrera norteamericana! La misma elite dominante y
criminal en el extranjero es la misma que está destruye
derechos democráticos fundamentales y conduce un ataque
general contra el pueblo entero. Para colmo, la semana pasada,
el procurador general del Departamento de Justicia, Eric Holder,
planteó una justificación pseudo-jurídica
de parte del gobierno de Obama que permite asesinar a cualquiera
incluyendo a ciudadanos estadounidenses.
Crece en los Estados Unidos la oposición masiva a la
guerra. Recientes encuestas indican que el 60 por ciento de la
población cree que la guerra en Afganistán no valió
la pena, y más de la mitad opina que los EE.UU. debe retirarse
antes de que se acabe la "misión de entrenamiento"
de las tropas Afganas .
Las elites políticas no apoyan ese sentimiento antiguerra.
Las "izquierdas" que apoyan al Partido Demócrata
lograron encauzar las protestas masivas contra la guerra de Irak
detrás de Obama, quien ahora lanza y nuevas guerras y planifica
aun otras. Una vez más, estos grupos se están preparando
para apoyar la campaña electoral de Obama.
La lucha contra la guerra será un componente central
de la campaña electoral del PSI. Hay que ligar la oposición
al imperialismo con las luchas de la clase obrera, que van en
aumento, contra las reducciones de sueldo, medidas de austeridad
y ataques a derechos democráticos.
El fin de la guerra requiere la construcción de una
sociedad global que no se base en los intereses rapaces de una
pequeña elite, sino en las necesidades sociales de la gran
mayoría. En eso consiste la lucha por el socialismo. Instamos
a todos aquellos que buscan un camino a seguir en la lucha contra
la guerra a que se unan al PSI y ayuden a desarrollar nuestra
campaña electoral.
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