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Gobierno peruano impone estado de emergencia para reprimir protestas

Por Armando Cruz
16 Junio 2012

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El presidente de Perú Ollanta Humala decretó estado de emergencia "en la provincia de Espinar en Cusco para reprimir violentas protestas contra la destrucción ambiental de una compañía minera.

Pobladores locales se levantaron contra la sucursal peruana de la multinacional minera Xstrata a la que acusan de haber hecho graves daños al medio ambiente de la provincia.

Bajo el estado de emergencia, quedan suspendidas las garantías constitucionales referidas a la libertad y seguridad personal, inviolabilidad de domicilio y el derecho de reunión y de tránsito. La medida durará 30 días.

Espinar hasta hace unos pocos años se proyectaba como una potencia ganadera del sur del país. Desde entonces el número de ovinos y vacunos se ha ido reduciendo drásticamente. Los ganaderos denuncian que la minera ha contaminado la tierra y dos ríos cercanos a la población lo que ha conducido al envenenamiento y muerte de su ganado.

También ha habido reportes de peligrosos niveles de metales pesados en las muestras de sangre y orina entre los mismos pobladores.

Una de las demandas de los manifestantes exigía un incremento a 30% del 3% actual que la compañía dirige de sus ganancias en obras sociales para la población.

Xstrata no sólo se ha rehusado completamente al pedido de aumento sino que hasta Enero del 2011 negaba de que hubiese alguna contaminación local. El gobierno de Humala incluso apoyó esta pretensión hasta que fue hecha pedazos por posteriores investigaciones que ha determinado que la contaminación en Espinar ha hecho imposible la ganadería.

Las protestas comenzaron el 21 de Mayo después de que fracasaran las negociaciones entre el gobierno y el "Frente Único de Defensa de los Intereses de Espinar" (FUDIE). El 28 un grupo de pobladores decidieron atacar las instalaciones de la minera pero fueron reprimidos por sus fuerzas de seguridad. Al menos dos personas murieron baleadas y 13 heridas. Esto eleva a 14 el número de personas muertas en protestas desde que Humala entró al gobierno.

El decreto de emergencia y las medidas de represión representan un paso adicional a la derecha del gobierno de Humala y un desenmascaramiento como un servil defensor de la explotación de los recursos nacionales por multinacionales mineras extranjeras.

Humala fue elegido después de haber realizado promesas demagógicas para detener las políticas "neo-liberales" llevadas a cabo en los últimos 20 años y de incrementar la distribución de la riqueza. Comentaristas han notado que en su violenta respuesta a las protestas regionales el gobierno de Humala se está pareciendo cada vez más al de su predecesor: el corrupto gobierno derechista de Alan García del APRA.

Después de las muertes de los manifestantes el 28 de Mayo, los pobladores secuestraron por vaias horas a un fiscal local, encendieron su camioneta y destruyeron las oficinas de Tintaya, la ONG de Xstrata y la encargada de su inexistente "responsabilidad social".

Con un respaldado policial adicional de 1,200 policías patrullando la ciudad -gracias al decreto de emergencia de Humala- la policía detuvo a 26 personas incluyendo a Herbert Huamán, el líder de FUDIE. Huamán fue liberado al día siguiente, crítico que su detención había sido arbitraria y denunció maltratos a manos de la policía.

Después de Huamán, el gobierno centró su mira en el alcalde de Espinar, Óscar Mollohuanca. El 30 de Mayo alrededor de 50 policías fuertemente armados irrumpieron en la municipalidad de la ciudad y sacaron a la fuerza a Mollohuanca entre gritos de protesta de docenas de pobladores que se habían agrupado cerca al edificio de la municipalidad.

Mollohuanca entonces fue llevado desde Cusco a la provincia costeña de Ica -prácticamente como rehén del gobierno- para que rinda cuentas por lo sucedido. En Ica, la Corte Superior lo acusó de "apología al delito y disturbios" y fue condenado a 5 meses de prisión preventiva. ?

Mollohuanca negó todos los cargos, denunciándolos como fabricados. Afirmó de que durante las protestas él intentó "apaciguar a la población" y que intentaba "retomar el diálogo" con el gobierno justo cuando fue detenido.

"Esta es una campaña emprendida en mi contra por las empresas mineras" afirmó. El poder judicial aseguró que existen "testimonios de policías" de que Mollohuanca dirigió actos de violencia durante las protestas y de que estos serán usados en su contra en un pendiente proceso judicial.

La detención de Mollohuanca fue denunciada por la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos (CNDDHH), la cual agrupa a 79 organizaciones en todo el país. Ésta de paso exigió la renuncia del primer ministro, el ex militar Óscar Valdez, a quien responsabilizó políticamente de las muertes en Espinar "y del número cada vez más elevado de muertos en conflictos sociales".

En el Perú "Conflictos Sociales" es mayormente la denominación a los repentinos brotes de insurrección local en las poblaciones rurales o económicamente atrasadas del país .

Según la "Defensoría del Pueblo", existen 250 conflictos sociales vigentes, la mayoría de ellos por temas medioambientales como el de Espinar, en espera de negociaciones con el gobierno que logren satisfacer los reclamos de la comunidad. Espinar es tan sólo ejemplo de lo que le podría ocurrir a miles de poblaciones que, después de que estas negociaciones fracasen, decidan tomar las cosas por sus propias manos.

La ascensión de un populista como Humala, quién durante campaña viajara por el país prometiendo cambio, ha intensficado la inquietud y expectativa entre secciones de la población que quieren hacer su voz escuchada por el gobierno.

El intento de nombrar al Primer Ministro Óscar Valdez como el villano dentro del gobierno se ha convertido algo cada vez más común, esto sirve a los elementos pseudo-izquierdistas que quieren continuar promoviendo ilusiones en Humala y desviar las luchas sociales en protestas dirigidas para presionar al presidente de que mantenga sus promesas de campaña.

La realidad es de que Humala, él mismo un ex oficial militar, escogió a Valdez como parte de un deliberado giro para basar su gobierno más firmemente en las fuerzas de seguridad y reprimir las luchas de trabajadores y los oprimidos.

Durante la misma semana de los sucesos de Espinar, agricultores de la región norteña de Piura bloquearon la carretera en demanda de un mejor precio para el arroz y algodón que cultivan; y unos cuantos kilómetros al este en Cajamarca se inició una huelga regional indefinida para que el Gobierno finalmente declare inviable el proyecto minero Conga de la multinacional Newmont. Semana tras semana, nuevos levantamientos surgen al mismo tiempo que la estabilidad del gobierno es minada. La situación es insostenible y conducirá a que Humala, tarde o temprano, tome medidas extra-constitucionales para retomar el control del país.

Las figuras que lideran la lucha en estos conflictos sociales son los líderes de los "Frentes de Defensa", actores políticos provenientes de partidos reformistas impregnados por nacionalismo y regionalismo; así también como por los representantes de comunidades campesinas e indígenas. A pesar de sus desafiantes posiciones al gobierno, estos no ofrecen ninguna opción a la clase trabajadora que no sea la de "presionar" a Humala para que reviva la postura "izquierdista" de su campaña de elección y "mantenga sus promesas". Es más, prácticamente todas estas agrupaciones apoyaron a Humala durante la elección del año pasado y muchos de sus líderes son antiguos amigos y colaboradores del presidente mismo.

Este es el caso de los líderes de la lucha contra el proyecto Conga, quienes han permitido que miembros y congresistas de la "facción rebelde" de Gana Perú (la coalición gobernante) se aúnan a la protesta. Durante el mismo fin de semana, Wilfredo Saavedra, ex miembro del grupo guerrillero Movimiento Revolucionario Tupac Amaru y líder del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca, llegó al punto de invitar a Isaac Humala, el propio padre del presidente, a que venga a la ciudad a unirse a la huelga indefinida, después de que éste declarara de que está en contra del proyecto minero y convencido de que su hijo "no debe traicionar a los que lo apoyaron". No obstante, el viaje no pudo concretarse debido a que fueron encontrados unas bombas molotov en el aeropuerto de la ciudad. Humala padre dijo a la prensa que el primer ministro Valdez estaba detrás de todo.

El primer ministro, el mismo día, declaró que el gobierno enviará a Espinar una nueva comisión "de alto nivel" conformado por ministros para buscar un diálogo con los campesinos, una vez que se haya "restablecido el orden".

Durante los disturbios en Espinar la prensa condenó a los pobladores tildándolos de "irracionales".

La única cosa en el trasfondo de las protestas que es "irracional" -desde el punto de vista de los intereses de la amplia mayoría de la población- es el papel que juega que el capitalismo. Mientras que la burguesía peruana y los propietarios de las multinacionales que operan en Espinar, Cajamarca y en otros sitios cada vez obtienen más ganancias, los pobladores de las áreas que ellos explotan siguen viviendo bajo estándares de vida que difieren poco de los que existían hace un siglo.

Los conflictos sociales son, a fin de cuentas, las luchas por poblaciones largamente abandonadas por una mayor igualdad económica y un alto a las operaciones criminales de las multinacionales mineras y la impunidad que el gobierno les otorga.

Estas luchas plantean con mayor urgencia la construcción de un partido de la clase trabajadora, revolucionario e internacionalista, que luche por el socialismo; ya que el capitalismo -ni ninguno de sus supuestos "reformistas" como Humala- jamás podrá proveer nada de esto en Perú ni en ningún otro lugar en el planeta.

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