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El debacle del G20 en México

Por Nick Beams
22 Junio 2012

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Cuando el Grupo de 20 países (conocido como G20) se volvió el principal foro económico después del colapso de Lehman Brothers en Septiembre del 2008, hubo esperanzas de que proveería un mecanismo para la solución de la crisis financiera y un "reequilibrio" de la economía mundial.

Se afirmaba, al fin y al cabo, que el nuevo organismo incluia a todas las viejas potencias así como también a las nacientes: China, India, Brasil, etc. En el encuentro del G20 de Abril del 2009 en Londres hubo amplio acuerdo por la necesidad de medidas de "estímulo", en gran parte en la forma de políticas de tasas de interés bajas y rescates a los bancos más grandes. Sin embargo, al final del año, empezaron a surgir preocupaciones por la deuda griega y en cuestión de meses la crisis de la zona del euro empezó rápidamente a tomar forma.

En Junio del 2010 empezaron a surgir marcadas diferencias entre las grandes potencias. Mientras que fueron redactadas en términos de "austeridad" contra "estímulo", estas diferencias estaban centradas en el rol de gobiernos y bancos centrales en fortalecer a las instituciones financieras.

Los EE.UU., preocupado por el impacto que un colapso de la euro zona tendría en sus bancos y casas financieras, ha estado pidiendo a Alemania y a otras potencias europeas que hagan más para impulsar el sistema financiero europeo y terminen con la deuda soberana y la crisis bancaria. Alemania, por su parte, temiendo que sus bancos sean atrapados por el torbellino, se ha resistido a tales medidas.

Mientras tanto, las tensiones continúan siendo cada vez más profundas. Aunque se hagan esfuerzos para ocultarlas de la vista pública, estas salieron a la luz en la víspera de la cumbre de dos días del G20, a inicios de semana en Los Cabos, México.

Mientras llegaba a las charlas, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, fue interrogado por un reportero canadiense sobre por qué los norteamericanos deberían pagar por la crisis de Europa. "No hemos venido acá a recibir lecciones en democracia o sobre cómo deberíamos administrar nuestra economía", contestó en el acto. "La crisis no fue originada en Europa. Esta crisis fue originada en Norte América. Mucho de nuestro sector financiero fue contaminado por prácticas nada ortodoxas por algunos sectores del mercado financiero".

El Wall Street Journal, aunque insistiendo que las prácticas financieras de EE.UU. no podían ser consideradas como las responsables de la crisis europea—a pesar de que toda la evidencia indica lo contrario—notó que "el lenguaje de Barroso, teñido de enojo a medias, mostraba cómo las tensiones entre países se están incrementando mientras la crisis se mueve hacia una fase más peligrosa".

Señales de esta "fase más peligrosa" se han hecho claramente visibles en los recientes días. La tasa de interés de la deuda española de corto plazo saltó a 5 por ciento el martes comparado con el nivel de 3 por ciento del mes pasado. Y la tasa de los bonos españoles de 10 años ha llegado a más del 7 por ciento debido a que los inversionistas internacionales han retirado su dinero.

La huida de capital de España significa que para cerrar la brecha se necesitará financiamiento del gobierno oficial, lo que incrementará los miedos de que la reciente provisión de €100 mil millones que se le dio a España por parte de los gobiernos de la zona euro resulte ser demasiado pequeño y que una suma como €500 mil millones sea necesitada.

Otro signo de la profundización de la crisis es el hecho de que los estímulos a los mercados financieros están resultando ser demasiado efímeros. La subida de los mercados proporcionada por la provisión de financiamiento a España a comienzos de este mes duró alrededor de la mitad de un día, esto antes de que las tasas de interés de España e Italia comenzaran a subir una vez más; mientras que la subida provocada por los resultados de la elección griega fue aun más corta.

El Instituto para las Finanzas Internacionales (IFI), un grupo que comprende a algunos de los bancos más grandes del mundo, hizo un llamado al G20 para que tome acción urgente frente a un riesgo "muy real" de una recesión global. "Hay señales muy preocupantes de una fragmentación, lo que incluye un retroceso de la banca internacional, reducciones en préstamos entre países y la búsqueda de nuevos mercados", declaró una carta del IFI. Decisiones de inversionistas en "dar marcha atrás" estaban creando "tensiones adicionales en los mercados".

De acuerdo a borradores del comunicado de la reunión que fueron obtenidos antes de que las discusiones hayan concluido, los miembros de la zona euro del G20 prometieron "tomar todas las medidas necesarias" para salvaguardar la moneda única, mientras que el G20 en conjunto está comprometido a tomar acción para generar crecimiento y restaurar la confianza.

Pero tales frases no tienen ningún valor, ya que han sido emitidas en numerosas ocasiones en los últimos tres años y siempre acompañadas por el corolario de que la acción tiene que "estar basada en las circunstancias de cada país específico". En otras palabras, gobiernos nacionales pueden hacer lo que les plazca y no hay ninguna política económica coordinada globalmente, ni ningún acuerdo en lo que esta podría ser.

Se reportó también que el comunicado incluía una estipulación de que los miembros del G20 que pertenecían a la euro zona, además de tomar medidas y asegurar la estabilidad, deberían "romper el ciclo de retroalimentación entre la soberanía y los bancos".

Esto se refiere a la situación en la que el dinero que es proporcionado a los países con los mayores problemas de deuda soberana va a los bancos de aquellos países, el cual a su vez es invertido en los bonos de su propio gobierno. En otras palabras, los países más endeudados y los bancos más débiles se han vuelto cada vez más dependiente el uno del otro; una situación que se asemeja a la de dos borrachos apoyándose el uno contra otro para evitar de que los dos se caigan.

Junto con sus otras propuestas, el G20 no explicó cómo intenta romper con este "ciclo negativo de retroalimentación".

La ausencia de medidas concretas es una expresión de los factores fundamentales que subrayan la crisis de la euro zona y, de manera más amplia, del sistema financiero mundial.

Las interconexiones complejas del sistema global financiero son una expresión bastante gráfica de los procesos de globalización que fueron desarrollados en las últimas tres décadas, resaltando hacia un punto explosivo la contradicción entre la economía mundial y el sistema de estados naciones y grandes potencias rivales que yace en las raíces del sistema capitalista.

Esta contradicción condujo al colapso del sistema capitalista en1914 y al inicio de la guerra. Pero todo lo que siguió a 1914—la guerra mundial, la depresión, el fascismo y el desempleo en masa—se desarrollará de nuevo a menos que la crisis sea resuelta a través de la intervención de la clase trabajadora internacional para derrocar al sistema capitalista en ruinas y establezca la base de una economía socialista global.

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