Presidente Humala de Perú impone otro estado de emergencia
contra protestas mineras
Por Armando Cruz
12 Julio 2012
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Perú fue estremecido por protestas y represión
violenta la semana pasada, obligando al presidente Ollanta Humala
a declarar un "estado de emergencia" en la región
norteña y andina de Cajamarca por la segunda vez en un
año. El objetivo del gobierno es reprimir un poderoso movimiento
que se opone al proyecto minero Conga. El multimillonario proyecto
minero amenaza con una irreversible destrucción del medioambiente
local.
Duras medidas de represión desatadas contra una huelga
general indefinida ha dejado un saldo de cinco muertos, unos 45
heridos y 25 arrestados por toda Cajamarca. La huelga fue propuesta
por líderes regionales, partidos ecologistas y colectivos
de izquierda quienes han liderado la lucha para cancelar al proyecto
desde que fue aprobado en Noviembre.
Una ola de lucha en Cajamara y en otras partes del Perú
ha llevado a Humala -quién ganase la elección apoyándose
en retórica populista y nacionalista, a girar agudamente
hacia la derecha; renovar su gabinete con figuras de mano dura;
e imponer el estado de emergencia, el cual coincidió con
el día número 32 de la huelga general en Cajamarca.
Junto con los enfrentamientos en Cajamarca hay una huelga indefinida
de profesores en las regiones de Cuzco, Apurímac, Abancay
y Tacna, la cual fue propuesta por su sindicato, SUTEP. Por lo
menos 49 personas fueron heridas en Apurímac en las protestas
y en bloqueos de carretera que fueron llevados simultáneamente
en todas estas regiones.
El trágico saldo de muertes en Cajamarca es consistente
con una fría amenaza emitida por Humala unos días
antes de las matanzas en las que él advirtió contra
cualquiera que intentase atacar o impedir la construcción
de los reservorios de agua con los que el proyecto Conga planea
reemplazar cuatro lagunas locales, las cuales tendrán que
ser completamente drenadas para las operaciones de la mina.
El gobierno, Humala declaró, defendería "el
derecho a la propiedad privada" y cualquiera que no hiciera
caso a su amenaza tendría que "aceptar las consecuencias".
El único quién realmente no decidió "aceptar
las consecuencias" de sus propias acciones fue el presidente
mismo, quiénm en medio de las confrontaciones y la violencia,
decidió cobardemente desparecer de la vista pública
y relegar la obligación de dirigirse a la nación
a su gabinete ministerial. En una prensa de conferencia el primer
ministro Oscar Valdéz, un militar retirado de derecha,
rechazó la petición de la Defensoría del
Pueblo del gobierno de poner un "fin inmediato a la violencia"
y de que el "gobierno central y regional provee las condiciones
para un retorno al diálogo". Valdés arrogantemente
declaró de que el "gobierno sólo dialogará
con los que quieren dialogar".
El ministro de justicia Juan Jiménez, por su parte,
justificó la detención y abuso del ex sacerdote
católico Marco Arana, líder del partido Tierra y
Libertad y uno de los líderes más visibles del movimiento
de protestas en Cajamarca.
El arresto de Arana el 4 de Julio -el estado de emergencia
ya había sido impuesto- provocó una ola de indignación
en las redes sociales después de que apareciese un video
que muestra las acciones de las fuerzas de seguridad.
Arana, quién no había estado haciendo nada más
que sentarse en una banca en la Plaza de Armas sosteniendo un
pequeño cartel que decía "Agua sí, oro
no" fue brutalmente agarrado por 40 policías armados.
El video muestra que Arana no muestra resistencia y grita "¡No
me peguen!" mientras es arrastrado a la fuerza hacia un carro
en medio de gritos y protestas de la gente. Los últimos
momentos del video muestran a una mujer gritando a la policía,
exigiendo saber por qué tienen que tratar así a
los manifestantes. Un policía le responde gritando: "¡Porque
son perros c........tumare!". Esta es la psicología
de los elementos a los que Humala ha armado hasta los dientes
y puesto en frente del pueblo peruano.
En medio de su arresto policíaco, Arana fue capaz de
enviar un tweet: "Me arrestaron, me golpearon mucho, dentro
de la estación de policía me volvieron a golpear,
puñetes a la cara, al riñón, insultos".
Arana fue liberado al día siguiente gracias a la orden
de un habeas corpus emitido por la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos, la cual denunció al gobierno de Humala por su
autoritarismo. Amnistía Internacional también emitió
una declaración exigiendo de que el estado de emergencia
no sea usado como un cheque en blanco por las fuerzas de seguridad
para violar los derechos humanos.
La realidad es de que, siendo el proyecto Conga el más
grande proyecto de inversión en la historia del país
($4.8 mil millones), Humala claramente apuesta de que la brutal
represión de aquellos que se oponen enviará un mensaje
a las corporaciones multinacionales de que él defenderá
implacablemente sus intereses. Hace casi un mes de que una crisis
similar erupcionará en la provincia de Espinar en Cuzco,
en dónde los residente también se levantaron contra
las perniciosas operaciones de otra compañía minera
multinacional. Aquella confrontación dejó tres muertos
y Humala impuso un estado de emergencia ahí también.
Sin embargo, la represión sólo ha enfurecido
a la población de Cajamarca, quienes confrontan cada vez
más el acoso de la policía en medio de un clima
de práctica ley marcial. El apoyo a Cajamarca y por la
cancelación del proyecto es abrumador y no se confiere
sólo a la región. Por ejemplo, el 5 de Julio una
larga marcha en contra del proyecto se produjo en el distrito
de clase alta de Miraflores en Lima, entre muchas otras que se
realizaron durante la semana.
Para las fuerzas de pseudo-izquierda que apoyaron a Humala
en la elección del año pasado y difundieron ilusiones
en sus promesas, el torbellino de violencia que estremeció
al país la semana pasada los está empezando a preocupar.
Ellos sienten que las muertes y la represión están
haciendo pedazos la imagen y reputación del gobierno hasta
que éste pierda por completo el control del país.
Ellos abogan por una salida en la que se vea que Humala puede
"aceptar" las demandas del pueblo mientras que al mismo
tiempo alegan que el giro hacia la derecha del gobierno no se
encuentra en el presidente mismo sino en su gabinete ministerial,
sobretodo en su primer ministro, el odiado ex militar Óscar
Valdez.
De esta manera, La Primera -una publicación que
sirve como medio de expresión a la pseudo-izquierda que
orbita alrededor de la burocracia sindical- poniendo la semana
pasada en su primera plana una foto del primer ministro Valdez
junto con el del ministro del interior Wilver Calle con el titular
de "Deben irse", sin mencionar una palabra sobre Humala.
La Primera también ha estado promoviendo la idea de que
sacerdotes católicos se ofrezcan como "mediadores"
en el conflicto en Cajamarca.
En cuanto a los líderes del movimiento en Cajamarca,
a pesar de sus desafiantes posturas contra el gobierno -el presidente
regional Gregorio Santos llegó a alentar de que hay que
"sacar" a Humala como al ex-presidente de Ecuador Lucio
Gutierrez- ellos aún mantienen ilusiones de que Humala
esté "inclinado" a dialogar con ellos.
El mismo Santos en el semanario "Hildebrandt en sus trece",
dirigido por el periodista de izquierda César Hildebrandt,
explica de que aún ve "posibilidades" de hacer
de que Humala cambie de opinión.
Durante las semanas pasadas, han surgido fotos y videos que
muestran que la policía en Cajamarca se moviliza no en
autos policiales sino particulares y en una ocasión se
ve claramente el logo de Yanacocha (la empresa que ejecutaría
el proyecto Conga) en un bus transportando policías. Roque
Benavides, gerente general de Buenaventura (la empresa minera
peruana que administra a Yanacocha junto con el gigante minero
Newmont) y uno de los hombres más ricos del país,
en una entrevista con el diario liberal La República, contradijo
las últimas promesas del presidente Humala de que no se
afectarían las cuatro lagunas. Benavides dejó claro
de que todas las lagunas serían afectadas por el proyecto
y que serían reemplazadas por reservorios de agua que vendrían
a ser lo primero del proyecto en ser construido para demostrar
a la población de que, en palabras del presidente, "el
agua vale más que el oro".
Sin embargo han surgido reportes de que el reservorio de agua
San José, creado por Yanacocha hace dos años con
la intención de suministrar agua a la población
regional, se encuentra prácticamente vacío y sin
una gota de agua.
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