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Miles marchan en Perú contra proyecto minero respaldado
por EE.UU.
Por Armando Cruz
29 Febrero 2012
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El viernes 10 de Febrero, miles de peruanos participaron en
la "Gran Marcha Nacional por el Agua" en el centro de
Lima. El evento es una importante protesta contra "Conga",
un enorme proyecto minero de oro y cobre planeado por el gigante
minero estadounidense Newmont y Buenaventura, la compañía
de minas peruana.
perufoto.org
Las dos compañías han montado el proyecto, el
cual es una expansión de $5 mil millones de la conocida
mina de oro Yanacocha en la región peruana norteña
de Cajamarca y, si es que sigue adelante, sería la inversión
minera más grande en el Perú.
Yanacocha es una de las más grandes minas de oro en
el mundo y sus ganancias son importantísimas para los ingresos
del país; Perú es el cuarto exportador más
grande de minerales en el mundo.
Desde su presentación al público, el proyecto
Conga ha provocado un considerable grado de preocupación
por parte de la población local y organizaciones ambientalistas
quienes temen la destrucción y contaminación de
los recursos de aguas naturales, incluyendo los ríos y
lagos de los cuales miles de campesinos y lugareños dependen.
La implementación del proyecto Conga requiere que se
haga uso de las cabeceras de cuencas de cinco ríos (Jadibamba,
Chugurmayo, Chirimayo, Chaillhuagón y Pachachaca) y, sobretodo,
cinco lagos (Perol, Azul, Chica, Mala y Empedrada), los cuales
tendrán que ser completamente drenados para luego ser usados
como depósitos de residuos contaminados. La misma Yanacocha
fue hace 20 años una laguna, antes de que fuera drenada
y usada para operaciones mineras.
La marcha fue organizada como un viaje interprovincial desde
todas las áreas que sufrirían las consecuencias
del proyecto. Durante el curso de ocho días, caravanas
de buses trajeron campesinos, trabajadores y miembros de grupos
políticos opuestos a Yanacocha desde la provincia de Cajamarca
(dónde también conga será implementada),
realizando paradas en ciudades mayores y trayendo a más
participantes.
Guiando la marcha estaban los líderes políticos
regionales: Gregorio Santos, presidente regional de Cajamarca;
Wilfredo Saavedra, líder del "Frente de Defensa de
Cajamarca"; y Marco Arana, líder del partido político
Tierra y Libertad. El pasado Noviembre, ellos fueron los protagonistas
en un enfrentamiento político con el gobierno central del
presidente Ollanta Humala después de que rehusaran negociar
un acuerdo que daba luz verde al proyecto. El fracaso del acuerdo
obligó a Humala (tan sólo cinco meses de su inauguración)
a reemplazar miembros claves de su gabinete con derechistas. (Ver:
"Perú: Presidente Humala vira hacia la derecha para
enfrentar creciente crisis social").
A pesar del evidente giro hacia la derecha de Humala y la militarización
de su gobierno (reemplazo al que fuera un civil primer ministro
con un ex militar de derecha), los organizadores y la marcha se
propusieron deliberadamente a incrementar ilusiones de que Humala
podía ser "convencido" a que "cumpla sus
promesas" y volver a la demagogia populista y nacionalista
y pro-regionalista que resultó en su considerable victoria
en las regiones rurales del Perú en las elecciones del
año pasado.
Esta orientación fue hecha completamente clara cuando
los organizadores se unieron a los congresistas de Gana Perú
-el nombre de la coalición de partidos de "izquierda"
con el Partido Nacionalista de Humala- que decidieron distanciarse
de Humala durante la crisis del pasado Noviembre y declararon
su "oposición" a su posición a favor de
los grandes negocios. El objetivo de los líderes regionales
de Cajamarca era convencer a los trabajadores y jóvenes
que se sintieron traicionados por Humala de que apoyando a esta
parte "izquierdista" de su gobierno él puede
ser presionado hacia un sendero más progresivo.
No obstante, el día de la marcha, el sentimiento predominante
entre los manifestantes era de que Humala era un traidor que los
había engañado con falsas promesas.
Desde temprano en la mañana del 10 de Febrero, multitudes
comenzaron a llegar a la Plaza 2 de Mayo en el cercado de Lima.
A las 2 p.m., la asistencia ya era masiva. Como con otras manifestaciones
de larga escala, la marcha atrajo a miríadas de grupos
políticos y sociales que afirman representar a trabajadores,
estudiantes y campesinos de todas las esquinas del país
junto con un grupo variados de ONGs y partidos políticos
de la izquierda.
A lo largo de la tarde, un mar de gente llevando pancartas
y banderas comenzó a marchar por las avenidas Nícolas
de Piérola, Garcilazo de la Vega, Bolivia, Paseo de la
República, Grau y Colmena cantando frases oponiéndose
al proyecto minero Conga y denunciando a Humala como un traidor.
Adonde quiera que la marcha pasase, se escribían con
spray frases como "Conga no va" y "Humala traidor".
Había fuerte presencia policíaca, aunque ningún
incidente violento ocurrió.
El plan original de los organizadores era el de marchar hacia
el Congreso llevando un manifiesto pidiendo un fin al proyecto
Conga, reconocimiento del "derecho humano al agua" y
la "prohibición de actividades mineras en las cabeceras
de cuenca de los ríos", entre otras cosas.
Esta fue otra indicación de que los organizadores estaban
tratando de alimentar ilusiones en una solución "pacífica",
parlamentaria al conflicto. Sin embargo, este plan fue estropeado
cuando una línea de policías bloqueó la entrada
a la avenida Abancay que guiaba hacia el edificio del congreso.
Los marchantes entonces voltearon a la Plaza San Martín,
donde una manifestación fue mantenida en frente de un gran
escenario, completo con banners y parlantes enormes.
En el escenario, los organizadores, los líderes regionales
de Cajamarca y los congresistas de "izquierda" de Gana
Perú, todos repitieron las mismas frases: "Humala,
cumple tus promesas", "Abajo con los intereses mineros";
y, tan común en este tipo de protestas, los organizadores
aseguraron que la raíz de todos los males yacía
con las políticas económicas "neo-liberales".
Nadie dijo, por supuesto, de que la fuente de todos los problemas
es el capitalismo, el cual Humala está defendiendo con
los mismos métodos que sus predecesores, promoviendo los
intereses de los conglomerados mineros a expensas de las masas
de los pobres y trabajadores.
Los organizadores, Arana, Saavedra y Santos, declararon que
si el Congreso no adopta las propuestas de la marcha, un paro
nacional estaba bajo consideración. Tal acción de
protesta no afectará a las políticas del gobierno,
y-tal como con la marcha- serán utilizadas por sus organizadores
para dirigir a los trabajadores y los jóvenes hacia un
callejón sin salida político.
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