La criminalidad imperialista y la persecución de Julián
Assange
Por Chris Marsden y Bary Grey
29 Agosto 2012
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Este artículo apareció en nuestro sitio en
su inglés original el 18 de agosto, 2012.
El objetivo de Inglaterra en deportar a Suecia a Julian Assange,
fundador de WikiLeaks, es ayudar a que lo extraditen a Estados
Unidos, donde será obligado a comparecer ante los tribunales
como traidor acusado. Ésta es una movida obscena, llevada
a cabo bajo órdenes del gobierno de Obama en Washington.
Su propósito es castigar y destruir a una persona que
ha hecho mucho por desenmascarar los sangrientos crímenes
de gobiernos sucesivos de Inglaterra y Estados Unidos. La clase
gobernante norteamericana y sus compinches internacionales quieren
castigar a Assange y usarlo como ejemplo para intimidar a todo
el que trate de contrarrestar la montaña de mentiras oficiales-fomentada
por la corrupta prensa dominante-que se usa para ocultar o justificar
las conspiraciones y los crímenes de guerra contra los
pueblos del mundo.
Los culpables de lanzar guerras de agresión en Afganistán,
Irak y Libia, de hacer guerra encubierta contra Siria, llevar
a cabo asesinatos selectivo, entregar a presos en función
de testigos y de emplear la tortura no sienten el menor remordimiento
en pisotear los principios del derecho internacional, el cual
incluye el derecho al asilo político.
El gobierno del Reino Unido, dirigido por una coalición
conservadora, ha amenazado con retirar el reconocimiento de la
embajada ecuatoriana en Londres y lanzarle un ataque policial
para apresar a Assange. Ecuador correctamente condenó la
arrogancia imperialista de esta amenaza como "acto inaceptable,
desagradable y hostil: un ataque contra nuestra soberanía".
El ministro de relaciones exteriores de Ecuador anunció
en una conferencia de prensa el jueves pasado-en la que se reveló
la decisión de su gobierno en darle asilo político
a Assange-que "No somos una colonia británica".
La Convención de Viena específicamente define
a las embajadas como propiedad soberana perteneciente a la nación
extranjera.
Pero estas trivialidades poco e importan al gobierno británico
y a sus amos estadounidenses. El Secretario de Relaciones Exteriores
británico, William Hague, reiteró que su gobierno
no iba a garantizar a Assange el salvoconducto y que estaba determinado
a detenerlo tan pronto pusiera pie fuera de la embajada ecuatoriana.
Declaró que "el Reino Unido no reconoce el principio
del asilo diplomático".
Hague continuó con mentiras tras despreciables mentiras:
"Es importante comprender que esto no tiene que ver nada
con las actividades del Sr. Assange con WikiLeaks o la
actitud de los Estados Unidos de América. Lo quieren en
Suecia para que responda a acusaciones bien serias de delitos
sexuales".
El gobierno sueco-servil cómplice de la estratagema
imperialista para incriminar a personas inocentes-inmediatamente
se expresó para apoyar a Inglaterra y su violación
al derecho al asilo. Había imputado a Assange cargos extremadamente
serios de abusos sexuales para exigir que Assange compareciera
en Suecia para interrogarlo y así darle un pretexto pseudo
jurídico a la extradición. "Es inaceptable
que Ecuador quiera ponerle paro al sistema jurídico sueco
y a la cooperación judicial europea", puntualizó
Anders Joerle, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores
de Suecia.
No existe ninguna base legal para acusar a Assange de haber
cometido abusos sexuales; las autoridades suecas ni siquiera le
han imputado cargos formales al respecto. Las acusaciones las
hicieron dos mujeres que buscaron a Assange y tuvieron relaciones
sexuales consensuales con él.
Reaccionando al asilo político auspiciado por Ecuador,
Claes Brogstom, abogado de las dos mujeres que han alegado abuso
sexual, declaró con falsa sinceridad: "Estados Unidos
no ha exigido que se le extradite".
No; todavía no lo ha exigido. Pero Brogstrom tiene que
estar muy consciente de que el gobierno de Obama convino un gran
jurado secreto para imputarle cargos a Assange y no puede esperar
que éste sea enviado a Suecia para caerle encima.
WikiLeaks ha reportado que agencias de espionaje de
Estados Unidos acción han formado fuerzas de acción
especiales y creado órdenes judiciales que obliguen a los
miembros de WikiLeaks a comparecer ante un Gran Jurado.
Assange tiene toda la razón para temerle al destino que
aguardó al soldado raso, Bradley Manning, quien fue acusado
de revelar datos militares secretos a WikiLeaks y ha permanecido
encarcelado por más de 760 días bajo condiciones
abusivas e inhumanas.
Es posible que a Manning lo sentencien a pena de muerte si
lo encuentran culpable de sedición. Por otra parte, a Assange
podrían tirarlo al infierno de Guantánamo u a otra
prisión militar. Assange ha dicho, con toda justificación,
que teme por su vida.
Todos excepto los más ciegos saben que Assange es víctima
de una persecución, pero esto no ha conseguido que la prensa,
liberal solo en nombre, desista de abogar por la extradición
y condenen a Assange. El New York Times simplemente declaró
que "El gobierno de Obama ha rehusado revelar sus planes,
si es que existen, para lograr que a Assange se le extradite a
Estados Unidos¨. Y se jactó de que "WikiLeaks
se ha contraído bastante desde que el Sr. Assange emprendiera
sus batallas en los tribunales", y criticó acérrimamente
a la organización por ser una "agencia de la izquierda
política".
La prensa del reino Unido es aún peor. El Guardián
emitió la opinión editorial de varios abogados
, quienes en realidad representan a los fiscales en contra de
Assange, que éste no tenía ningún "miedo
fundado" a que lo persiguieran políticamente, sino
que simplemente busca como evitar "las acusaciones de abuso
sexual, las cuales, en el lenguaje de cualquiera, no es un crimen
político grave".
El editorial de El Independiente admitió que
"se supone tanto el Reino Unido como Suecia rehúsan
garantizar que Assange no sería extraditado a Estados Unidos.
Esto lo puntualizó antes de declarar insípidamente
que esto "podría alentar la sospecha".
"Pero" el periódico insistió "en
las circunstancias del momento, Estados Unidos es una mera distracción.
Si el Sr. Assange desea practicar la honestidad e integridad por
las que aboga, tiene que defenderse a sí mismo en Suecia
y ahí disputar el mérito de la extradición
a Estados Unidos.
El imperialismo no ha exhibido a nivel internacional tanto
desprecio a la legalidad desde la década de los 1930, cuando
el fascismo triunfó en grandes regiones de Europa y se
prepararon los planes para la Segunda Guerra Mundial. Otra vez
más, la ley de la selva rige las relaciones internacionales,
lo que expresa externamente el viraje hacia la guerra absoluta
entre las clases sociales en los países imperialistas.
Esta expresión recibe su impulso del desplomo mundial del
sistema capitalista.
Al tramar la persecución de Assange, Estados Unidos
ha reunido toda una pandilla de asesinos, ladrones y embusteros
profesionales. Estos funcionan colectivamente como representantes
políticos de una oligarquía, cuya fabulosa fortuna
proviene de la sangre, el sudor y las lágrimas de incontables
millones de gente en todo el mundo.
La defensa de Julian Assange y WikiLeaks requiere la
movilización política independiente de los trabajadores
y la juventud en contra de la ofensiva lanzada por la clase gobernante
y sus partidarios políticos. Esta lucha tiene que basarse
en una perspectiva socialista para establecer un gobierno de los
trabajadores comprometido a la reorganización de la sociedad
en base a la igualdad social, la libertad y una verdadera democracia.
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