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Los sindicatos de pilotos españoles llaman a la huelga en contra de las aerolíneas low-cost

Por Vicky Short
12 Abril 2012

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Este artículo apareció en nuestra página web en su inglés original el 2 de abril, 2012.

Los dos sindicatos principales que representan a los pilotos y al personal de a bordo en la aerolínea española Iberia, de nuevo, han convocado huelgas en contra de la creación de una sucursal de bajo coste, Iberia Express. Las huelgas se celebran todos los lunes y viernes del 9 de abril al 20 de julio.

La nueva aerolínea, que emplea a 500 trabajadores y tiene una flotilla de cuatro aviones, fue lanzada la semana pasada. Los primeros vuelos partieron el domingo a ciudades selectas de España y las Islas Canarias. Después se expandirán a la República de Irlanda, Italia, Grecia, Letonia y los Países Bajos (Holanda).

El director Luis Gallego ha dicho que "la contención de los costes permitirá a Iberia crecer y hacer frente a las 'low cost' que dominan el mercado"

El lanzamiento de Iberia Express significa un ataque frontal contra los salarios y las condiciones laborales de los pilotos y el personal de a bordo. De acuerdo con los cálculos del propio sindicato, 8,000 empleos se verán amenazados.

"La compañía intenta transferir 40 aviones desde el grupo principal a la nueva sucursal lo que significaria la eliminación de 8,000 empleos", declaró SEPLA (Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas).

Aproximadamente una docena de huelgas de un día ya se han celebrado entre el 18 de diciembre y el 29 de febrero por pilotos convocados por SEPLA. El 13 de febrero se unió el personal de a bordo, representados por STAVLA (Sindicato de Tripulantes Auxiliares de Vuelo de Líneas Aéreas).

El 2 de marzo, los sindicatos anunciaron que 24 huelgas adicionales de un día de duración estaban planificadas para marzo, abril y mayo, las cuales habrían afectado los días de Semana Santa, así como también los días festivos en Madrid y otras regiones autónomas. La reacción de Iberia fue anunciar la cancelación de hasta 260 vuelos.

La explicación de semejante acción fue que "la compañía rechazó negociar" y su "rechazo radical de todas sus propuestas".

Sin embargo, los sindicatos acordaron cancelar las primeras huelgas después de que ambas partes se pusieran de acuerdo en cuanto a la mediación. José Manuel Soria, Ministro de Industria, Energía y Turismo, elogió la cancelación de las huelgas como una señal "muy positiva".

Los sindicatos fueron forzados a reanudar las acciones de huelga después de que las negociaciones se derrumbaran y los pilotos rechazaran el informe y las propuestas del mediador durante las dos asambleas extraordinarias del 27 y el 29 de marzo.

La última disputa sigue el rumbo de costumbre. La empresa declara que tiene la intención de reducir los salarios y empeorar las condiciones de trabajo y rehusa acceder a las demandas de los sindicatos. Los sindicatos llaman a toda una serie de huelgas. Llega entonces con mucha publicidad la intervención del gobierno para que las dos partes negocien. Las dos partes entonces se ponen de acuerdo para negociar y el gobierno nombra a uno de sus ex ministros o ex políticos para dar la apariencia de neutralidad y justicia. Después, el mediador del gobierno responde a favor de los cambios exigidos por la empresa y entonces, los sindicatos, los ponen en práctica.

Los últimos ataques que Iberia ha desatado forman parte de un asalto global vinculados a la privatización y la desregulación. En Europa, esto toma lugar bajo las regulaciones del Single European Sky (El Cielo Único Europeo), las cuales se iniciaron durante la década de los 1990 y que se aceleraron después de la reciente crisis económica. A Iberia la golpean la crisis del euro y la competencia de aerolíneas de bajo coste así como los trenes de alta velocidad. Easy Jet y Ryanair han reemplazado a Iberia como los mayores operadores de servicios aéreos entre Europa y España.

Como consecuencia de estos procesos, en enero de 2011, Iberia se fusionó con British Airways (BA) para formar el International Consolidated Airline Group (IAG). Esto creó la séptima aerolínea más grande del mundo y la tercera mayor de Europa en cuanto a ingresos. Juntos, BA e Iberia llevan a más de 60 millones de pasajeros al año y cuentan con una fuerza laboral de más de 60,000 empleados. IAG ahora trata de absorber las aerolíneas de low-cost, incluido BMI de Lufthansa, valorada en 207 millones de euros ($275 millones). El proceso está casi completado.

Solo un año después de la fusión, la rentabilidad de IAG destinada a la financiación de sus operaciones se duplicó y alcanzó la cifra de 485 millones de euros ($653 millones) en 2011. No obstante, Iberia no ganó nada; más bien anunció pérdidas de 61 millones de euros en sus costes operativos. En comparación, BA obtuvo 592 millones euros en beneficios.

Uno de los factores principales que afectan los beneficios de BA es el coste de la mano de obra, que es el más bajo de todas las cadenas de aerolíneas europeas. Se cree que estos gastos van a disminuir todavía más como consecuencia de las medidas para reducir los salarios pactadas por el sindicato Unite cuando renegó los mandatos de huelga y dio por terminada la huelga que los miembros del personal de a bordo habían entablado desde hacia tiempo, en mayo del 2011. Len McCluskey, Secretario General de Unite, declaró: "El cambio ha llegado. No hay razones para rechazar el cambio, tenemos que aceptarlo"

Ninguna de las quejas principales que causaron la disputa se habían resuelto cuando la aerolínea anunció la eliminación de 1,700 puestos de trabaja y la introducción de sueldos y condiciones inferiores para los nuevos empleados. UNITE aceptó el derecho de BA a organizar rompehuelgas en caso de todo conflicto en el futuro, y entró en un acuerdo para que se castigaran a los huelguistas y prometió no defender a los militantes del sindicato en caso de que fueran victimizados. Casi inmediatamente después de finalizar la huelga, la empresa contrató a 700 miembros nuevos de personal de a bordo con un salario promedio anual de €17,000. En comparación, los miembros del personal de a bordo en el aeropuerto de Heathrow ganan €29,000 al año.

Los pilotos y miembros del personal de a bordo no son los únicos trabajadores cuyos sueldos y condiciones de trabajo Iberia ha agredido. La empresa tiene un historial de imponer a sus trabajadores condiciones de trabajo pésimas y llevarlos a los tribunales si resisten.

Desde el 2006, los trabajadores empleados por Iberia para los servicios de manejo (traslado de equipaje, entrega de alimentos y la limpieza de los aviones) participaron en una ocupación que duró 11 horas y paralizó al aeropuerto del Prat en Barcelona. Protestaban en contra de la decisión de trasladarlos a otras empresas, la pérdida de 900 empleos y la imposición de salarios más bajos por medio de nuevos contratos. Originalmente a casi 200 trabajadores se les imputó el cargo de sedición bajo la ley antiterrorista adoptada durante la dictadura fascista de Franco. Aunque un juez del Tribunal Supremo luego desestimara los cargos antiterroristas, los huelguistas fueron encontrados culpables de delitos contra el orden público.

Fue la cobardía de los sindicatos de los controladores aéreos la que allanó el camino traicionero que ahora siguen los sindicatos de los pilotos y del personal de a bordo; fueron ellos los que el año pasado rehusaron llamar a los otros sindicatos para que apoyaran a los controladores que habían sido puestos bajo disciplina militar por seguir trabajando después de que terminaran las cuotas anuales de horas. Los demás sindicatos se mantuvieron felizmente de lado, haciendo absolutamente nada.

El gobierno del Partido Popular hasta ha nombrado al mismo mediador, Manuel Pimentel, el cual fue utilizado por el gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) contra los controladores aéreos. El año pasado se pusieron en práctica las recomendaciones de Pimentel, las cuales resultaron en las drásticas reducciones de los salarios y en el incremento del horario laboral para los controladores. La empresa ha comenzado ya a abrir procesos disciplinarios contra varios pilotos y ha despedido a otros a la vez que denuncia al sindicato por perdidas que supuestamente llegan a los 36 millones de euros.

Los controladores fueron abandonados a luchar por sí solos, y fueron aislados no sólo por los otros sindicatos, sino por todos los partidos políticos y las organizaciones llamadas "izquierdistas".

Ni una sola organización se ofreció a apoyar a los controladores resueltamente, o a explicar el verdadero significado del ataque del PSOE. Solo lo hizo el World Socialist Web Site, por medio de su perspectiva política.

La derrota de la huelga de los controladores aéreos, la reducción de sus salarios en un 50%, y las devastadoras condiciones de trabajo impuestas, establecieron un punto de referencia para todos los otros trabajadores de las líneas aéreas en España y por todo el mundo que sufren el mismo tratamiento por parte de las empresas del sector aéreo.

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