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¡Tropas de OTÁN y EE.UU fuera de Afganistán!
Declaración de Jerry White, candidato del PSI a la
presidencia
27 Abril 2012
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el autor
Esta declaración apareció en nuestro sito
en su inglés original del 25 de abril, 2012.
Con el pacto formalizado entre los gobiernos de Obama y de
Afganistán que se anunció este domingo pasado, Estados
Unidos y su títere, Hamid Karzai, han codificado la presencia
a largo plazo de las fuerzas militares estadounidenses en el país,
hasta por lo menos el 2004.
Este pacto significa que la guerra de Estados Unidos en Afganistán
podría durar más que todas las guerras llevadas
a cabo por el imperialismo yanqui durante todo el Siglo XX. Eso
incluye la Primera y Segunda Guerras Mundiales, Corea, Vietnam,
y el Golfo Pérsico. Para el 2024, soldados yanquis que
ni siquiera habían nacido cuando la guerra comenzó
emprenderán su servicio militar en Afganistán.
El anuncio llega solo una semana después que se publicaran
fotografías que muestran a soldados estadounidenses posando
con cadáveres afganis descuartizados, espectáculo
nauseante que expresa la verdadera índole de la ocupación.
El pacto, que no le ofrece a pueblo afgani más que otra
década de ocupación, violencia y humillación,
significa que Estados Unidos gastará por lo menos dos mil
millones de dólares al año en subvenciones al corrupto
gobierno de Karzai y a otros que la guerra ha beneficiado, tanto
norteamericanos como afganis, y quienes han amasado millones de
millones durante la primera década de guerra.
Es revelador que las dos exportaciones mayores de Afganistán
son dólares yanquistransportados en maletas por funcionarios
del gobierno y comerciantes a cuentas bancarias en el exterior,
específicamente en el Golfo Pérsicoy narcóticos.
El país produce 90% de la producción mundial de
opio.
La intervención de Estados Unidos en Afganistán
es profundamente impopular en ambos países. El pueblo afgani
en su gran mayoría se opone a la ocupación de su
país por las fuerzas combinadas de la OTAN y Estados Unidos,
las cuales han cometido un sin número de atrocidades, desde
el bombardeo de fiestas de bodas hasta redadas nocturnas y masacres
totalmente descaradas, como la que cometió un sargento
yanqui cerca de Kandahar a principios de año.
Después de cada revelación de las bestialidades
que ocurren de esta guerra, el gobierno de Obama, el Pentágono
y la prensa norteamericana unen sus voces en coro para declarar
que esos sucesos son excepciones aisladas.
Pero estas llamadas excepciones, como las que suceden en Irak,
son consecuencia de las guerras imperialistas. Toda ocupación
inevitablemente brutaliza y desmoraliza a los soldados que toman
parte en ellas, pues son condicionados a creer que toda la población
del país ocupadoes decir, el pueblo que se supone
están liberandoes enemiga.
Por mucho tiempo, el pueblo estadounidense se ha dado cuenta
de la mentira que el propósito de la guerra es defender
a Estados Unidos de ataques terroristas tipo 11/9. Dos tercios
de las personas que respondieron a una encuesta reciente expresaron
que no valía la pena seguir la guerra y que todas las tropas
deberían regresar al país. Y hay un creciente entendimiento
que el verdadero motivo de la guerra no son los ataques del 11/9,
sino que Estados Unidos desea una posición dominante en
esta región del mundo rica en petróleo.
La guerra en Afganistán absolutamente refuta todos los
argumentos de los liberales y la pseudo izquierda que la elección
de un presidente Demócrata, que afirmaba oponerse a la
guerra, le pondría fin a la explosión del militarismo
yanqui bajo el gobierno de Bush. Afganistán se ha convertido
en la guerra de Obama, quien no simplemente continúa la
misma política bélica de George W. Bush, sino que
la ha intensificado, triplicando la cantidad de tropas con el
aumento correspondiente de muertos y heridos afganis y norteamericanos.
A ésta guerra le ha seguido la guerra contra Libia,
así como también las preparaciones para nuevas agresiones
contra Siria e Irán y amenazas contra China y Rusia. El
peligro de otra guerra mundial con consecuencias incalculables
amenaza por el horizonte.
El Partido Socialista por la Igualdad (PSI) llama a un retiro
inmediato e incondicional de todas las tropas estadounidenses
y británicas y demás tropas extranjeras y contratistas
del suelo afgani. Todos los campamentos, bases aéreas,
prisiones y demás instalaciones deben desmantelarse. El
gobierno de Estados Unidos debe pagarle reparaciones al pueblo
afgani por la destrucción causada por más de una
década de guerra y ocupación.
Exigimos el enjuiciamiento de todos aquellos responsables por
los crímenes que el imperialismo yanqui ha perpetrado en
Afganistán. Esto no puede limitarse a aquellos que han
cometido actos individuales de matanzas, sino que debe incluir
a aquellos culpables de crímenes mayores: desde Obama y
Bush hasta los generales y diplomáticos que han organizado
y dirigido la carnicería.
Ponerle fin a la guerra en Afganistán es sólo
el primer paso en acabar con la campaña mundial del imperialismo
yanqui, el cual usa la superioridad militar que todavía
le queda para contrarrestar su prolongada decadencia histórica.
El PSI exige el desmantelamiento total de la maquinaria militar
de Estados Unidos; el retiro de las fuerzas militares de las bases
e instalaciones por todo el mundo; y fin a las agresiones de las
fuerzas militares estadounidenses en todas sus formas, desde las
tropas de infantería hasta los cohetes tipo "drone".
Todo esto requiere el fomento de un nuevo tipo de movimiento
anti guerra que se base en la clase la clase trabajadora y luche
por el programa del socialismo internacionalista: la unificación
de la clase trabajadora en lucha común contra el sistema
capitalista mundial.
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