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Turquía preparada para intervenir militarmente en Siria
Por Jean Shaoul
27 Octubre 2011
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Turquía está jugando un importante papel en la
preparación de una ofensiva militar en nombre de la OTAN
en Siria explotando y militarizando las protestas populares en
curso contra el régimen represivo de Assad con el fin de
instalar un régimen títere respaldado por el imperialismo.
Los disturbios en Siria, que cumplen ahora su séptimo
mes, han estado en buena parte dirigidos por fuerzas islamistas
subvencionadas por las monarquías del Golfo, especialmente
la de Arabia Saudí. La intervención de Turquía
amenaza con una guerra civil total y un mayor enfrentamiento en
la región.
El responsable sirio de más alto rango que ha desertado,
el coronel Riad al-Asaad, se ha refugiado, junto con otros miembros
del ejército, en Turquía. Según el diario
The Independent, Turquía ha proporcionado protección
constante durante varios meses a los desertores y les está
ayudando a organizar un Ejército Sirio Libre.
El periódico indica que el objetivo de los rebeldes
es derrocar el régimen del presidente Bashar al-Assad con
"una estrategia basada en ataques de guerrilla y asesinatos
de figuras de las fuerzas de seguridad y de las milicias patrocinadas
por el Estado, cuando se están produciendo signos de una
creciente resistencia armada contra el régimen tras meses
de protestas".
El coronel Assad afirma que unos 15.000 soldados, incluidos
oficiales, ya han desertado y que la moral del ejército
sirio es baja. Ha declarado a Reuters que "[Assad] no caerá
sin una guerra. El que se conduce por la fuerza no puede ser eliminado
sino por la fuerza".
Y añade: "El régimen ha utilizado gran cantidad
de tácticas opresivas y asesinas, así que me fui...
Seré la cara exterior del mando interior, porque tenemos
que estar en un lugar seguro y en este momento no hay seguridad
en toda Siria.
"Estamos en contacto con desertores a diario. Nos coordinamos
cada día con los oficiales. Nuestro plan es ir a Siria.
Estamos esperando encontrar un lugar seguro que pueda convertirse
en una base para el liderazgo en Siria".
El coronel Assad afirma que está trabajando con otra
fuerza rebelde en el interior de Siria, el Movimiento de Oficiales
Libres, y reclama a la "comunidad internacional", es
decir, a las grandes potencias imperialistas, que proporcionen
armas a la oposición y que establezcan una zona de exclusión
aérea. Ha declarado al Hurriyet Daily News que "[...]
si la comunidad internacional nos ayuda, podemos hacerlo, pero
estamos seguros de que la lucha será más difícil
sin armas".
Hay informes que revelan que Turquía puede crear una
"zona tampón" o "de refugio seguro"
en la parte siria de la frontera. Ello ha sido negado por Ankara,
pero en los campos de refugiados establecidos en el lado turco
de la frontera que albergan a 10.000 personas hay
insurgentes sirios que pretenden reagruparse y rearmarse bajo
la protección turca. Cualquier refugio seguro constituiría
en realidad una base militar avanzada desde la que proporcionar
fuerzas anti-régimen.
De acuerdo con DEBKAfile, una página web de inteligencia
militar israelí que opera desde Jerusalén, la OTAN
y Turquía han planificado una intervención en Siria
y han evaluado "verter grandes cantidades" de armas
para armar a la oposición contra las fuerzas de Assad,
en oposición a los ataques aéreos ejecutados en
Libia. Arabia Saudí ha participado en las conversaciones
porque desempeña un papel clave en la provisión
de fondos a los islamistas que han dirigido los levantamientos.
Además, según informa DEBKAfile, los opositores
sirios "han recibido entrenamiento para usar un nuevo armamento
con oficiales del ejército turco en instalaciones improvisadas
en las bases de Turquía cerca de la frontera con Siria".
En un reconocimiento tácito de las afirmaciones siempre
negadas por los opositores, de que los Hermanos Musulmanes y elementos
salafistas anti-régimen vienen utilizando armas antitanques
y ametralladoras pesadas, DEBKAfile informa de que "[las
fuerzas sirias] se encuentran hoy ante una fuerte resistencia:
les esperan trampas anti-tanque y barreras fortificadas controladas
por manifestantes armados con armamento pesado".
El Observatorio sirio para los Derechos Humanos, con sede en
Londres ha informado que desertores del ejército han asesinado
a 11 soldados, incluidos cuatro en un atentado en la provincia
de Idlib, en el noroeste, y cinco en Homs, además de herir
a decenas. Esta información sigue a otra anterior de la
misma organización que indicaba que en la actualidad en
este conflicto se está asesinando más a personal
de seguridad que a civiles.
Damasco ha afirmado en repetidas ocasiones que los disturbios
los estaban fomentando fuentes externas. En junio, el régimen
de Assad acusó a Ankara de apoyar una incursión
rebelde en el norte de Siria, en Yisr al-Shughur.
El respaldo del primer ministro Recep Tayyip Erdogan a las
fuerzas insurgentes sitúa a Ankara único miembro
de OTAN en Oriente Próximo mucho más en consonancia
con el gobierno de Obama, que ha pedido al presidente Assad que
dimita, aunque públicamente ha descartado una intervención
militar al estilo de la de Libia.
Hace dos semanas, el ejército turco, el segundo mayor
de la OTAN, llevó a cabo maniobras militares en la provincia
de Hatay, en la frontera norte de Siria. Antiguamente era parte
de Siria hasta que Francia, como potencia colonial en Siria y
Líbano, la cedió a Turquía en 1939 a cambio
de que Ankara se mantuviera fuera de la Segunda Guerra Mundial.
La semana pasada, tras el veto de Rusia y China de una resolución
patrocinada por Naciones Unidas contra Siria, Erdogan anunció
que su país podría imponer sanciones económicas
a Siria. Con ello se pretende obtener la ruptura entre la elite
empresarial suní de Siria y el régimen de Assad.
Es de esperar que las sanciones tengan un gran impacto en la economía
de Siria, particularmente en el norte y en Alepo, la ciudad más
grande de Siria y con la que Ankara ha establecido estrechas relaciones
comerciales e inversiones.
Las sanciones económicas se suman al embargo de armas
de Turquía al régimen de Assad. La armada turca
ya ha interceptado armas con destino a Siria.
Junto con sus intervenciones militares y económicas,
Ankara ha patrocinado varias conferencias con objeto de forjar
una oposición política viable entre la fracturada
disidencia siria que pudiera ser la base de un futuro gobierno,
siguiendo la senda del Consejo Nacional de Transición libio
apoyado por la OTAN. La ausencia de una oposición unida
y coherente ha sido uno de los factores que obstaculizan los esfuerzos
occidentales para derrocar al régimen de Assad.
A principios de este mes, grupos de la oposición siria
se reunieron en Estambul para formar un Consejo Nacional Sirio
(CNS), para elegir un liderazgo, y para buscar el apoyo de la
"comunidad internacional" en forma de presiones políticas
y sanciones económicas.
El CNS es una inestable coalición de organizaciones
que representan a sectores disidentes de la burguesía siria
que tratan de establecer su propio régimen anti-democrático
en Damasco con el respaldo de diversas potencias imperialistas
y regionales, cada una de las cuales cuenta con sus propios títeres.
El nuevo presidente y portavoz de la organización recién
elegido, que vive en París, el académico Burhan
Ghaliun, ha declarado que el Consejo ha pedido la oposición
pacífica a al-Assad y que se opone a la intervención
extranjera en Siria.
Pero Ghaliun es poco más que el hombre de paja de los
poderes reales dentro y tras el CNS. Otros miembros y grupos de
la oposición, sobre todo en Siria, están pidiendo
una intervención militar internacional en forma de zonas
de exclusión aérea sobre la frontera norte de Siria
con Turquía, sobre la frontera occidental con Líbano,
y en la frontera sur con Jordania, las áreas donde se han
producido los enfrentamientos más encarnizados. Con el
pretexto de "proteger a los civiles", ello no es otra
cosa que como se ha demostrado en Libia una solicitud
de un apoyo aéreo cercano para respaldar a la oposición
armada sobre el terreno frente a las fuerzas gubernamentales.
Los representantes turcos dentro del CNS son los islamistas
y los Hermanos Musulmanes, que están prohibidos en Siria
pero reciben el respaldo de los saudíes, de las monarquías
del Golfo y de las fuerzas del entorno del ex primer ministro
Saad Hariri en Líbano. Turquía también ha
reclutado a algunos grupos kurdos opuestos al Partido de los Trabajadores
Kurdos de Turquía (PKK) para que vigilen a la población
kurda de Siria.
Incluir la presencia de una pieza kurda en el CNS resulta problemático
para Turquía al estar inmersa en la actualidad en intensos
combates con las fuerzas kurdas en el norte de Iraq. Pero con
elemento kurdo o sin él, el CNS proporciona un barniz de
legitimidad a la intervención de Ankara en el conflicto
sirio.
En representación de los intereses de Washington en
el CNS se encuentra el grupo disidente de la Declaración
de Damasco, integrado por antiguos partidarios del régimen,
miembros de inestables y pequeños partidos políticos
sirios, nominalmente "socialistas" , "comunistas",
y nacionalistas árabes. Lo creó y lo financió
el gobierno de Bush en 2005 para proporcionar la base de una "revolución
de color" en Siria tras la crisis provocada por el asesinato
del ex primer ministro libanés y empresario multimillonario
Rafik Hariri, atribuido por Estados Unidos a Siria.
El CNS incluye asimismo a los Comités de Coordinación
Local que organizan las protestas en Siria, a dirigentes tribales
y a otros grupos, como el Comité General de la Revolución
Siria.
A principios de esta semana, el Consejo se reunió con
Ahmet Davutoglu, ministro de Exteriores turco, para buscar respaldo
a sus planes aunque este responsable había negado anteriormente
que se planease una reunión tan delicada. Gulf News ha
citado a Davutoglu afirmando que si así se requiere, Ankara
está lista para una guerra total contra Damasco.
El ministro de Exteriores sirio, Walid al-Muallim, ha advertido
de que su gobierno tomará "severas" medidas contra
cualquier país que reconozca al CNS y se ha quejado por
la imposición de sanciones contra su país por parte
de Turquía diciendo que "la hostilidad [turca] se
volverá en su contra".
La Unión Europea ha acogido con satisfacción
la formación del CNS como un "paso positivo",
al igual que Estados Unidos y Canadá, y ha hecho un llamamiento
a que otros países sigan su ejemplo. No son los únicos
que han reconocido al CNS como único representante legítimo
del pueblo sirio sino que el CNT de Libia y el grupo opositor
egipcio Coalición Democrática por Egipto lo han
hecho.
El emir de Qatar, el jeque Hamad bin Jalifa Al-Zani, fue uno
de los que primero se movilizó para solicitar la intervención
internacional contra el régimen de Gadafi en Libia. Su
cadena de noticias Al-Yasira, respaldada por el Estado, ha atacado
sin tregua al régimen sirio, lo que ha provocado que el
jefe de su delegación en Beirut haya dimitido en protesta
por su descarada propaganda. El jeque ha apoyado al CNS declarando:
"Creo que este Consejo es un paso importante para el beneficio
de Siria".
El general David Petraeus, convertido recientemente en director
de la CIA, se reunió el pasado mes de octubre con opositores
en Turquía. Hay informaciones de que la secretaria de Estado
estadounidense, Hillary Clinton, se ha reunido con miembros de
la oposición siria "por primera vez" el 2 de
agosto, aunque ella se encontraba en Turquía cuando tuvo
lugar la reunión de grupos de oposición que anunció
la formación del CNS.
Traducción
para Rebelión de Loles Oliván
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