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España: PSOE y PP se confabulan para abrirle el paso a la austeridad

Por Vicky Short
8 Octubre 2011

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Hasta hacía poco, el partido de oposición derechista, Partido Popular (PP) había votado en el parlamento contra los presupuestos de austeridad del gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), forzando a éste a depender de los pequeños partidos nacionalistas para hacer aprobar sus propuestas.

Desde que el primer ministro José Luis Rodríguez Zapatero anunciara que las elecciones generales se adelantarían cuatro meses a noviembre, el PSOE y el PP se han puesto en connivencia para garantizar que la legislación necesaria para empobrecer aún más a los trabajadores pase a ser ley sin obstáculos.

El anuncio de Zapatero de elecciones anticipadas en agosto tuvo lugar cuando el peligro de una crisis de deuda española adquiría un ritmo febril (junto con Portugal, Italia, Irlanda y Grecia, España es uno de los PIIGS europeos). A medida que la tasa de interés sobre los bonos españoles de diez años ascendía al 7 por ciento anual - hito que había puesto en marcha los rescates griego, irlandés y portugués - aumentaba la especulación sobre un rescate financiero para el país. Se dice que Zapatero comentó que el país estaba al "borde del abismo".

En respuesta, los dirigentes del PP y del PSOE declararon que harían todo lo que fuera requerido de ellos por los mercados financieros internacionales para reducir drásticamente el déficit público total del 9,2 por ciento del PIB en 2010 al 6 por ciento a finales de este año y al 3 por ciento para el año 2013.??

A principios de septiembre, el PP se abstuvo de votar para permitir que un cambio sin precedentes en la Constitución española, la imposición de un límite máximo de déficit de gasto público para todos los futuros gobiernos, fuera aprobado en el espacio de apenas dos semanas.

Ahora, el PP se vuelve a abstener en el voto sobre una ley de reforma laboral, cínicamente calificada como "medidas urgentes para la promoción del empleo de los jóvenes", y que ataca las condiciones de trabajo, salarios y el empleo permanente.

El objetivo de la ley es cambiar el tipo de contrato utilizado para jóvenes aprendices, sin cualificaciones. Dichos contratos actualmente duran entre uno y tres años y pagan un salario equivalente al salario mínimo de 641 euros al mes. Se supone que la persona joven emplea un 75 por ciento de su jornada trabajando para el empresario y un 25 por ciento en su formación.

El año pasado el Gobierno llevó a cabo una reforma elevando el límite de edad de 21 a 25 años. Ahora, se elevará hasta los 30 años de edad, extendiendo así a todos los adultos jóvenes un mecanismo que sirve para explotar a los jóvenes con bajísimos sueldos.

La ley también cambia los contratos temporales. En las últimas dos décadas, el porcentaje de trabajadores con contratos temporales ha aumentado en toda Europa; particularmente en España, país en que una cuarta parte de todos los trabajadores están en esa categoría.

En 2006, el Parlamento aprobó una norma que imponía un límite máximo de dos años para esos contratos; después del cual el contrato automáticamente pasaba a ser permanente. Muchos empresarios respondieron sustituyendo empleados antes de que los dos años se cumplieran. Ahora se elimina este límite. Desde que estalló la crisis financiera mundial en 2008, alrededor del 90 por ciento de los obreros que perdieron sus puestos trabajaban con contratos temporales.

El empeoramiento de las condiciones que enfrentan los jóvenes así como los contratos temporales ponen de manifiesto la quiebra de los sindicatos, que hicieron su estrategia central el poner presión sobre el gobierno de Zapatero para que redujera el endémico empleo temporal en España. Los sindicatos afirman que han sido fundamentales en la reducción del número de empleos temporales.

Según informes, el Ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, habló con Fátima Báñez, miembro del equipo económico del PP, para pedirle que su partido se abstuviera en el voto de la ley. La portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, justificó la estrecha cooperación entre los dos partidos, diciendo: “Es un mal decreto porque nos lleva a una absoluta precarización del empleo,” dijo Sáenz. “Sin embargo, el Gobierno nos ha pedido que nos abstengamos ... y por responsabilidad y sentido de Estado, nos abstendremos”. Apoyo hacia el PSOE se ha derrumbado debido a la imposición de medidas de austeridad, de recortes de sueldo y de bienestar social que han dado lugar a penurias generalizadas. El desempleo está alrededor del 21 por ciento; la mitad de todos los menores de 25 años están sin trabajo. Ira contra el empeoramiento de las condiciones sociales estuvo en el centro del movimiento 15 de mayo, que estalló fuera del control de los partidos tradicionales y de los sindicato. Decenas de miles de indignados ocuparon las plazas centrales de ciudades y pueblos a lo largo del territorio español.

En ese mes el PSOE obtuvo el peor resultado de su historia en elecciones regionales y locales. Las encuestas más recientes indican que el PSOE va a ser aplastado en las elecciones generales del 20 de noviembre, dando al PP una mayoría. Sea quien sea el vencedor, éste se embarcará en un curso de confrontación directa contra la clase obrera y la juventud.

Esto es lo que ha impulsado a políticos en la cúpula del PSOE a proponer un gobierno de unidad nacional con el fin de imponer medidas de austeridad. En una Conferencia de prensa celebrada inmediatamente después de la votación de la susodicha reforma laboral en el Parlamento, Gómez declaró que si el "grado de aproximación" entre los dos partidos hubiera sido mayor en esta legislatura "al país le hubiera ido mucho mejor”.

Otros han expresado opiniones similares. El Presidente del Congreso, José Bono (PSOE), declaró en una entrevista con TV Onda Cero el 5 de agosto, que en su opinión los dos partidos deben trabajar juntos después de las elecciones de noviembre.

“Soy partidario de que se entiendan PSOE y PP y no me da vergüenza decirlo, aunque estemos cerca de las elecciones” dijo. "Es patriótico entenderse y yo soy partidario hasta de que se gobierne juntos cuando es posible. A lo mejor no sería bueno para PSOE o el PP, pero sería bueno para España y los españoles se lo merecen”.

Bono añadió más tarde que sería beneficioso para todos los partidos, incluidos los nacionalistas, estar unidos para que los mercados internacionales vean a España "como un solo hombre o una sola mujer".

Otra voz de apoyo ha sido la del anterior presidente del Congreso y ex presidente de la Comisión Europea, Manuel Marín. Marín también fue secretario de política internacional del Comité Federal del PSOE.

Ya en abril, había sugerido que un gobierno alternativo podría ser "un gobierno de coalición nacional de corta duración, dos o tres años", con la participación del PSOE y del PP, que deben acordar pactos sobre la economía, la política exterior, la estructura territorial de España y el gasto público.

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