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Grecia: Papandreou promete gobierno de unidad nacional
Por Chris Marsden
7 Noviembre 2011
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El primer ministro griego, George Papandreou, sobrevivió
a un voto de no confianza el 4 de noviembre, pero sólo
porque se comprometió a formar de inmediato un gobierno
de unidad nacional.
Papandreou ganó por 153 votos contra 145, después
de insistir ante el Parlamento que tenían que aceptar el
acuerdo firmado con la "troika"compuesta por la
Unión Europea, el FMI y el Banco Central Europeopara
que Grecia reciba un préstamo bilateral de 110 mil
millones.
No hacerlo sería "catastrófico", argumentó.
Para asegurar su aprobación, propuso una nueva coalición
nacional. Añadió que pronto visitaría al
del presidente para informarle "que está negociando
con todas las partes para formar un gobierno de coalición
más amplio", dijo.
Según informes Papandreou cedería su puesto a
favor del actual ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.
PASOK ahora se unirá con partidos más pequeños
en el parlamento de 300 asientos para darle una mayoría
que podría alcanzar hasta180 parlamentarios. La coalición
no incluirá la oposición de derecha, Nueva Democracia,
que exige elecciones anticipadas.
?Los acontecimientos de la semana pasada conllevan una lección
importante. Toda decisión política en Grecia pasa
ahora a manos de los especuladores financieros, las grandes potencias
de la Unión Europea y el FMI.
?Incluso se espero que los mercados de Europa y EE.UU. cerrasen
antes que el Parlamento griego votase, con el fin de evitar una
brusca caída de los valores.
Recordemos que el 31 de octubre Papandreou anunció su
decisión de celebrar un referéndum sobre las medidas
de austeridad que exigía la "troika" a cambio
de último desembolso de los préstamos destinados
a pagarle a los bancos por la deuda soberana griega que tenían
en sus carteras.
Su objetivo era sólo crear las mejores condiciones políticas
para la imposición de estas medidas. Uso el llamado a referéndum
para obligar a los partidos de la oposición, incluyendo
la nueva democracia de derecha, y los sindicatos a que abandonen
su oposición simbólica y se unan a un esfuerzo nacional
para imponer la salvaje austeridad demanda por la troika sobre
el pueblo griego. Esta jugada ya la había ensayado en julio
pasado, cuando le ofreció al líder de Nueva Democracia,
Antonis Samaras, formar un gobierno de unidad nacional. En esa
ocasión la oferta fue rechazada, precipitando una moción
de censura. Esta vez espera tener éxito.
Pero ocurrió lo contrario. Los mercados globales experimentaron
la pero caída de dos días consecutivos desde el
2008. En medio de rumores de contagio a Italia, la reunión
del G20 en Canes, Francia entró en crisis. George Soros,
el especulador multimillonario, advirtió de un impago griego
y "una corrida en los bancos de otros países también.
Ese es el peligro de un colapso".
La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés
Nicolas Sarkozy exigieron que el plan de referéndum fuera
abandonado y para imponer su voluntad ordenaron que no de desembolse
los últimos 8 mil millones de préstamos a
Grecia. Amenazante, Merkel puso en duda la membrecía de
Grecia en la Unión Europea. "Preferimos lograr la
estabilización del euro con Grecia que sin Grecia, pero
el objetivo en si de estabilizar el euro es más importante",
dijo.
Acto seguido, el jueves Papandreou prometió abandonar
el referéndum y luego al día siguiente ratifico
su decisión.
Mucho de lo que aconteció fue tal como Papandreou lo
había anticipado. Samaras abandonó su postura de
oposición a las demandas de la troika, la admisión
en el Parlamento que en realidad había aceptado las condiciones
del último plan de rescate de Grecia el 27 de octubre e
insistió en que el Parlamento apruebe las medidas de austeridad
exigidas por la UE.
?Sin embargo, Samaras adoptó una línea dura contra
la formación de un gobierno de "responsabilidad nacional"
dirigido por Papandreou, exigiendo en su lugar un gobierno provisional
elegido por el presidente Karolos Papoulias en preparación
de elecciones anticipadas.
?Papandreou también se enfrentó a una creciente
rebelión dentro de su propio partido a favor de la resignación
y la formación de un gobierno nacional.
Venizelos se opuso al referendo e instó a Papandreou
a renunciar en el gabinete. El ministro de Energía, George
Papaconstantinou, pidió "un gobierno más amplio
que lleve a bordo a otras fuerzas políticas" a fin
de asegurar "el apoyo más amplio y la aprobación
para el tipo de medidas que se tomaron."
El ministro de Educación, Anna Diamantopoulou instó
a Papandreou para comenzar inmediatamente la formación
de un gobierno de "responsabilidad nacional".
Esta demanda fue retomada por el presidente de la Comisión
Europea, José Barroso, quien dijo que esperaba un gobierno
de unidad nacional para aprobar los términos del rescate,
o Grecia se quedaría sin fondos el 15 de diciembre. "Llegaran
realmente a punto de no poder pagar por escuelas y hospitales",
dijo. "Obviamente este es el tipo de situación que
requiere la unidad nacional".
?Ya el jueves, Papandreou había dejado en claro que
estaba a punto irse, pero insistió en que Grecia no podía
permitirse el vacío político creado por la caída
inmediata del gobierno.
?La hostilidad de toda la gama de la política oficial
contra el pueblo trabajador llegó a su punto más
alto en Grecia. Es la cara de un gobierno en manos de la oligarquía
financiera mundial.
Desde el punto de vista de las preocupaciones elementales de
los trabajadores griegos para sus puestos de trabajo y medios
de vida, no hay ninguna diferencia entre ninguno de los protagonistas
en el debate de ayer. Pasok, tras haber ganado el voto de confianza,
ahora va a ratificar las medidas de austeridad con el apoyo de
los partidos de oposición. Si Pasok hubiese caído,
sin embargo, cualquier nuevo gobierno electo habría pasado
las mismas medidas.
El mayor peligro que enfrentan los trabajadores es la ausencia
de una perspectiva independiente y un liderazgo para llevar adelante
la necesaria lucha política contra la burguesía
griega, sus partidos y sus patrones en la UE y el FMI.
?Existe una oposición masiva al plan de austeridad de
PASOK y la troika. Pero esta se ha mantenido bajo el liderazgo
de las dos principales federaciones sindicales, ADEDY y GSEE.
Ellos conscientemente limitan la lucha del pueblo trabajador a
una serie interminable de huelgas de protesta de un día,
mientras se niega a librar una abierta la lucha política
necesaria para traerse abajo a PASOK.
Los diversas formaciones ex-izquierda han actuado en todo momento
como sus cómplices políticos.
Syriza, la Coalición de la Izquierda Radical, tardiamente
convocó a elecciones, pero ahora está en la primera
fila entre los nuevos socios de la coalición con PASOK.
En todas las cosas han actuado como fieles defensores de los
"intereses nacionales" de Grecia. Esta sumisión
alcanzó su expresión más cobarde tras la
decisión de Papandreou el martes a despedir a los jefes
de las fuerzas armadas de Grecia. La especulación fue generalizada
que había actuado por miedo a un posible golpe militar.
Sin embargo, Syriza respondió con la promesa de lealtad
a los militares, y advirtió que la decisión del
Gobierno "da la impresión de que quiere crear una
fuerzas armadas altamente politizada que puede controlar en un
momento de crisis política".
Hizo un llamamiento al presidente de no aprobar las decisiones
hasta que se celebraran nuevas elecciones.
Antarsya, un pequeño grupo de tendencias pequeñoburguesas,
ahora está llamando por la caída de PASOK. Pero
se opone a cualquier desafío a la dominación de
los sindicatos pro-Pasok sobre la clase trabajadora. Una declaración
de la protesta de ayer en la plaza Syntagma insistió en
que no debe tener "estrictamente protegidas contingentes
del partido" y se debe "flotar ... por los trabajadores
y los jóvenes, por los sindicatos y los estudiantes de
los sindicatos, por los pueblos" asambleas y los diversos
comités de lucha, por las partes y las organizaciones de
la izquierda. "[énfasis añadido]
El resultado neto de este tipo de oposición a la política
es permitir a los principales partidos del capital que controlen
los acontecimientos.
La misma situación ocurre en toda Europa. En todas partes
la desmovilización de la clase trabajadora por los sindicatos
y sus acólitos de la ex-izquierda tiene como fin entregarle
la iniciativa a la burguesía y sus partidos.
?En Italia, por ejemplo, el gobierno del primer ministro, Silvio
Berlusconi, podría no obtener la mayoría el 15 de
noviembre y hasta podría caer debido a una votación
el próximo martes en el presupuesto de 2010 debido a una
serie de deserciones de sus diputados. Pero si cayera su gobierno,
Berlusconi sería reemplazado por partidos aun más
comprometidos a la aplicación demandas por recortes presupuestarios.
En España una campaña de elecciones generales,
que se inició cuando la cifra oficial de desempleo aumentó
un 3,2 por ciento en sólo dos meses, llegando a 4.360.926,
ve al ex-franquista el Partido Popular como el probable ganador
en una histórica aplastante victoria gracias a la perdida
de popularidad del Partido Socialista.
La clase obrera se enfrenta a problemas de vida y muerte donde
las cuestiones de liderazgo, programa y perspectiva son decisivas.
Toda la gama de los representantes políticos de la élite
financiera debe ser derribado y reemplazado por los gobiernos
de los trabajadores se comprometieron a la unificación
del continente europeo, sobre bases socialistas. Este es el punto
de vista del Comité Internacional de la Cuarta Internacional.
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