WSWS
: Español
Europa dividida por crisis crediticia
Por Peter Schwarz
4 Noviembre 2011
Utilice
esta versión para imprimir | Email
el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio en
su inglés original el 27 de octubre, 2011.
El miércoles pasado por la noche, los líderes
de la Unión Europea (UE) se reunieron por segunda vez en
tres días para buscar una solución a la creciente
crisis crediticia de Europa. Salieron de la reunión sin
alcanzar las "soluciones ambiciosas y exhaustivas" que
habían prometido.
Uno de los puntos de mayor controversia fue la magnitud del
ajuste de precio a la deuda en bonos soberanos griegos que se
le había exigido a los bancos. A medida que las negociaciones
seguían, el director ejecutivo del Instituto de Finanzas
Internacionales (IFI), Charles Dallara, declaró que no
"se había llegado ni a un acuerdo parcial". Dallara
ha dirigido las negociaciones en nombre de los bancos y sectores
de acreedores privados.
Pero luego de once horas de negociaciones, a las 4 a.m., el
Presidente francés Sarkozy anunció que los inversionistas
privados habían acordado aceptar un "recorte"
voluntario de 50% sobre el valor nominal de sus bonos.
Previamente este acuerdo para establecer semejante reducción
voluntaria se había considerado de importancia primordial
para prevenir un llamado "evento crediticio" que permitiría
el canje de deuda por capital (por medio de los cuales la deuda
griega ha sido asegurada), con posibles consecuencias muy severas
para el sistema internacional financiero.
Pero que el acuerdo tenga bases sólidas, bueno, eso
es otra cuestión. Dallara dijo que el FII tendría
que colaborar con las autoridades para "desarrollar un acuerdo
concreto y voluntario", además de "disposiciones
y condiciones específicas" sobre las cuales todas
las partes importantes tendrían que ponerse de acuerdo
durante el período venidero.
El acuerdo acerca del recorte de precio a la deuda fue parte
de un nuevo rescate valorado en 130 mil millones, el cual
se supone reducirá para fines de la década los niveles
de la deuda griega de un poco más del 180 por ciento a
aproximadamente el 120 por ciento del Producto Bruto Interior
(PBI).
Pero ya han surgido dudas acerca de ciertas clausulas del "paquete",
inclusive las que el Financial Times ha llamado "suposiciones
optimistas" acerca de los ingresos que Grecia va a recibir
de un amplio programa de privatización.
El Financial Times citó a una analista basado en Hong
Kong, quien dijo que al paquete entero "consta de palabras
muy bonitas, pero le faltan detalles".
Anteriormente se había anunciado un acuerdo sobre la
recapitalización de los bancos, lo que costaría
aproximadamente 106 mil millones y llevaría al índice
clave de la estabilidad bancaria hasta el 9 por ciento para fines
de junio del 2012.
No se presentó ninguna estadística precisa en
cuanto al tercer punto de importancia: la ampliación de
la capacidad del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF)
para los rescates. Tanto la Canciller alemana Ángela Merkel
como Sarkozy indicaron que los fondos de la organización
aumentaría un 400 o 500 por ciento, pero no hubo ninguna
cifra específica porque nadie está claro acerca
de cuánto dinero va a quedar tras el rescate de Grecia.
La capacidad del FEEF se ampliará por medio de un seguro
contra el alto riesgo de los bonos emitidos por las economías
de la eurozona. Uno de los propósitos de este plan es la
estimulación de las finanzas de Italia. Pero todavía
no se ha especificado la cantidad de pérdidas que han de
cubrirse.
Puesto que las consecuencias todavía no están
muy claras, la única certidumbre es que la última
reunión cumbre representa solamente otra etapa de una crisis
que se intensifica a toda velocidad. No importa cuales decisiones
se tomen, los acontecimientos pronto las superarán. Este
ha sido el caso con todas las reuniones cumbres anteriores, que
llegan a catorce durante los últimos 21 meses.
Durante los últimos meses, Europa ha dado un cambio
fundamental. La idea que la fundación de la Unión
Europea y la introducción de una moneda común podían
superar la fragmentación del continente en naciones-estados
antagonistas ha comprobado ser una falacia. Las presiones de la
crisis económica internacional han causado que los conflictos
nacionales resurjan en Europa con deseos de venganza.
Los líderes europeos están bien conscientes de
que lo que está en juego va más allá de asuntos
económicos. La Canciller alemana, Ángela Merkel,
antes de salir para Bruselas el miércoles, acabó
una declaración del gobierno con las siguientes palabras:
Nadie debería creer que automáticamente va
a haber otro medio siglo de paz y prosperidad. Si el euro fracasa,
Europa fracasa.
El hecho que se encuentran ante un abismo no significa que
los líderes políticos están dispuestos a-
o son capaces de-escaparlo. Al contrario. Lo más probable
es que todas las "soluciones" que se habían debatido
antes de la reunión empeoren la crisis. Éstas se
caracterizan por intereses nacionales estrechos y corresponden
a las exigencias de los mercados financieros, los cuales a su
vez están determinados a poner todo el peso de la crisis
sobre las espaldas de la clase trabajadora.
La convocación del parlamento alemán (el Bundestag)
para el miércoles se hizo con muy poca antelación
y debe considerarse dentro de ese contexto. A principios de semana,
Merkel, luego de haber resistido por largo tiempo que las decisiones
del Bundestag le ataran las manos, recurrió al parlamento
para fortalecer su capacidad para negociar en Bruselas. Si otros
gobiernos rechazan sus propuestas, ella ahora puede alegar que
sus maniobras para negociar han sido limitadas por orden del Bundestag.
Al irse por ese lado, Merkel depende del apoyo no sólo
de sus compinches en la coalición-los conservadores y los
Demócratas Libres-sino también de los Socialdemócratas
(PSD) y los Verdes. Todos los partidos representados en el parlamento,
con la excepción del Partido de Izquierda, colaboraron
para adoptar, por una gran mayoría, una resolución
durante el voto del miércoles. El Süddeutsche Zeitung
describió esta acción como "el principio de
una gran coalición informal"; es decir, una coalición
de los partidos conservadores con el PSD.
Semejante gran coalición no simplemente funciona para
fortalecer las maniobras de negociación por parte de Merkel.
También ha sido diseñada para asumir la responsabilidad
de hacer cumplir las medidas de austeridad adicionales frente
a una creciente oposición popular. Los partidos de oposición-los
Socialdemócratas y los Verdes- no han dejado duda que prestarán
su ayuda cuando se les pida.
La reunión cumbre en Bruselas debatió tres puntos
principales: la expansión o el "palanqueo" del
fondo para rescatar al euro, FEEF; la drástica rebaja de
la abrumadora deuda griega; y la recapitalización de los
bancos europeos.
El FEEF, lanzado en mayo, 2010, para ayudar a Grecia y otros
países con dificultades económicas, no es lo suficiente
para resolver la montaña de deuda que sigue aumentando
a pasos gigantes; y eso a pesar del hecho que su capacidad para
pedir prestado aumentó en julio de este año a 440
mil millones. Pero si Alemania y otros países contribuyentes
no están dispuestos a aumentar sus garantías al
FEEF, entonces tendrán que emplearse otros métodos
para incrementar su capacidad.
Francia ha instado por largo tiempo que el FEEF reciba una
licencia bancaria para así permitirle que recaude cantidades
ilimitadas de dinero en el Banco Central Europeo (BCE). Alemania
ha rechazado esta trayectoria de manera estricta, pues teme las
consecuencias inflacionarias y que el BCE pierda su independencia.
Ahora parece que Francia se ha echado para atrás. Antes
de la reunión cumbre, dos versiones de apalancamiento financiero
se encontraban en discusión. De acuerdo con la primera
variante, el FEEF podría actuar como una especie de agencia
de seguros de crédito, que garantizaría un cierto
porcentaje de los préstamos ofrecidos por cada Estado en
el mercado abierto. La segunda opción consiste en la creación
un vehículo emisor de deuda (SPVSpecial Purpose Vehicle)
que permitiría a otros países como China y Brasil
participar en la adquisición de acciones, sumándose
a la contribución de la EFSF y los bancos. Este vehículo
ayudaría a los gobiernos o los bancos cuando estos tengan
problemas de liquidez.
En ambos casos, el FEEF sería responsable por las pérdidas
iniciales en caso de que una nación o un banco se declare
impago. Esto intensifica el riesgo que las garantías en
cuanto al FEEF tendrán que cumplirse y millones de millones
pasarán de los gobiernos a los bancos. Pero esta movida
está muy lejos de resolver el problema de la deuda. Más
bien la crisis no sólo ha de intensificarse, sino que se
extenderá a todos los miembros de la eurozona.
El recorte a la deuda soberana griega es aún
más contraproducente. Se parece más a una degollación
de su economía. Pero los bancos le presentarían
al público esta reducción de la deuda como si fuera
un acto generoso para aliviar a Grecia de una gran porción
de su deuda. Esto está muy lejos de la realidad. Muchos
bancos ya le han vendido al Banco Central Europeo grandes cantidades
de los bonos del gobierno griego que tienen en su posesión.
Y esos bancos que entraron en dificultades después del
corte de pelo a Grecia podían contar con el
apoyo de sus gobiernos o los fondos del FEEF.
Los inversionistas privados internacionales poseen aproximadamente
un tercio de la deuda griega, valorada en 350 mil millones.
Otro tercio reside con el BCE, el Fondo Internacional Monetario
(FIM) y los gobiernos nacionales. Según el periódico
Kathimerini, este tercio estaría exento de la rebaja de
la deuda. El último tercio está en manos de los
bancos griegos y cipriotas y el Fondo Social Griego.
En caso de que ocurra una pérdida de un 50 por ciento,
los fondos de las pensiones griegas, cuyos ingresos ya pierden
500 mil millones de euros por cada punto de porcentaje que aumente
el desempleo, perderían 12 mil millones. El sistema
de pensiones tendría que declararse casi en quiebra.
Al mismo tiempo, la supervivencia de los bancos griegos sólo
podría asegurarse con fondos estatales que tendrían
que llegar a decenas de millones de millones. Una reducción
de la deuda, pues, igual que la drástica austeridad impuesta
en función de los paquetes de rescate anteriores,
sólo serviría para acelerar el deterioro económico
y social de Grecia.
Pero los bancos tienen poco que temer. Todo ese palabreo
exagera las dificultades generales de los bancos, dijo Christoph
Kaserer, profesor de finanzas en la Universidad Técnica
de Munich, a Süddeutsch Zeitung. Las bolsas de valores,
continúa Kaserer, reaccionarán de manera positiva
al hecho de que por fin se va poniendo en práctica la reducción
de la deuda en cuanto a Grecia. Si se hiciera menos de lo necesario,
la pesadilla no terminaría nunca.
Los bancos alemanes en gran parte ya se han deshecho de, o
han vendido, los bonos del gobierno griego que tenían.
De acuerdo a un analista del banco Merck Finck: Una reducción
de la deuda en un 50 o 60por ciento no significa un problema grave
para los bancos privados en Alemania. Los bancos que sufrirían
los peores daños serían los que el gobierno posee
parcialmente, pero estos pueden contar con el financiamiento público.
Los principales bancos franceses corren mayores riesgos que sus
contrapartes alemanes, pero también pueden contar con el
apoyo del gobierno si entran en problemas debido a Grecia.
Todas las medidas que la Unión Europea y los gobiernos
europeos han propuesto para resolver la crisis crediticia efectivamente
han resultado en la transferencia a los bancos de millones de
millones adicionales que provienen de fondos gubernamentales.
Esto sucede a la misma vez que los programas y servicios sociales
son reducidos drásticamente, con el resultado que la crisis,
en vez de ser resuelta, se va ahondando
Las clases gobernantes de la Unión Europea ahora se
encuentran defendiendo sus intereses nacionales de una manera
cada vez más agresiva. Puesto que están divididas
en 27 naciones, son incapaces de unir al continente de manera
progresista. Un continente europeo con una economía integrada
sólo puede establecerse para beneficio de sus pueblos sobre
bases socialistas. Hay que expropiar a los bancos y ponerlos bajo
control democrático. Los enormes recursos de la aristocracia
financiera han de usarse para resolver las necesidades sociales
que hoy son tan urgentes.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |