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Cables WikiLeaks revelan sumisión de políticos
peruanos a Washington
Por Luis Arce
12 Marzo 2011
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Tres semanas atrás, El Comercio, el diario peruano más
prestigioso, inició la publicación de cables secretos
de la embajada EE.UU. en Lima hechos públicos por WikiLeaks.
Lo que ha salido a la luz hasta el momento revela el grado de
sumisión y dependencia en el imperialismo norteamericano
por parte de todos lo principales partidos políticos de
la burguesía peruana.
Al día siguiente de que El Comercio anunciara tener
posesión de 4.000 páginas de cables WikiLeaks, la
embajadora de Washington en Perú, Rose Likins, visitó
al director del diario, Francisco Miró Quesada, para expresarle
su preocupación por la publicación de los
cables recibidos de WikiLeaks, que son documentos clasificados
del Departamento de Estado, informó El Comercio.
Nos resulta incomodo, añadió la embajadora
Likins, estar en esta situación.
Miró Quesada dijo que su intención no era inmiscuirse
en asuntos internos de los Estados Unidos, respondiendo que su
diario no pondría en peligro la honra, ni la integridad
de las personas que podrían sentirse amenazadas. No
publicaremos nada que sea un riesgo para la seguridad del país
y para la paz, dijo.
A pesar de esta auto impuesta censura, los documentos
narran la historia de cómo altos funcionarios de los partidos
que estuvieron en el poder durante las últimas tres décadasbajo
los presidentes Alberto Fujimori (1990-2000), Alejandro Toledo
(2001-2006) y Alan García (1985-2000 y 2006 hasta Abril
2011)se habían reunido con los embajadores estadounidenses
para pedirle a Washington que interceda a su favor y contra sus
rivales, especialmente durante la ultima contienda electoral del
2006.
De lo publicado por El Comercio, resalta sobretodo la manera
reaccionaria, hipócrita y deshonesta del líder del
nacionalismo izquierdista, Ollanta Humala. Mientras
que públicamente se presentaba como vocero de los oprimidos
y enemigo del imperialismo norteamericano, Humala, un ex teniente
coronel del ejército peruano, no perdió el tiempo
para ofrecer sus servicios a Washington como el hombre que podía
controlar cualquier protesta social en el país.
Faltan cinco semanas para que los peruanos acudan a las urnas
a elegir a un nuevo presidente. Que todos los candidatos principales
han acudido en el pasado a la embajada de EE.UU. en Lima a pedir
favores es prueba indiscutible que, no importa que candidato sea
electo, el o ella colaborara estrechamente con Washington y se
arrodillará ante las exigencias del capital extranjero.
La lista incluye actuales candidatos a la presidencia. El ex
presidente Alejandro Toledo de Perú Posible, quien por
el momento va primero en las encuestas con un margen de cerca
a 10 por ciento sobre sus rivales, Keiko Fujimori (hija del ex
presidente Alberto Fujimori) de Fuerza 2011, que va en segundo
lugar, y Ollanta Humala de Gana Perú, quien va en cuarto
lugar según las encuestas. La constitución prohíbe
que el actual presidente Alan García participe de la contienda
electoral, pero su partido, el Apra, no está presentando
candidato viéndose envuelto en profundas divisiones internas.
La primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2006
fue ganada por Ollanta Humala. Su programa nacionalista y promesas
de poner fin a la explotación de los recursos peruanos
a manos del capital extranjero atrajeron a una capa de las masas
empobrecidas, en particular, a los más de seis millones
de población Inca en los Andes.
En aquel entonces, Washington veía con hostilidad la
posibilidad de una presidencia de Humala, quien se había
identificado durante su campaña con los gobiernos de Hugo
Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia.
Con el 87 por ciento del voto contado en la primera vuelta
de las elecciones del 2006, Alan García y Lourdes Flores
del ultra derechista Partido Popular Cristiano estaban casi empatados
en el segundo lugar, con 24.52 por ciento y 23.40 por ciento del
voto respectivamente.
De acuerdo a WikiLeaks, el 12 de abril de 2006, tres días
después de la primera vuelta en la contienda electoral,
el secretario general del Apra, Jorge del Castillo,
informa El Comercio, desayunó con el consejero político
de la embajada estadounidense y le llevó dos solicitudes.
La primara: ayudarlos a convencer a Lourdes Flores de su derrota
en las urnas para así formar una coalición de fuerzas
democráticas que vencieran a Ollanta Humala en segunda
vuelta y, así, promover la gobernabilidad del país.
La segunda: apoyarlos a establecer un enlace con el pastor evangélico
y líder de Restauración Nacional, Humberto Lay,
quien obtuvo algo mas de cuatro por ciento de los votos.
Del Castillo expresó su preocupación de esperar
hasta el final del conteo, lo cual podría durar hasta tres
semanas. Según El Comercio, advirtió que si
las fuerzas democráticas seguían divididas, esto
le daría un impulso a la campaña de Humala que sería
difícil de revertir.
El temor de un gobierno nacionalista bajo Humala había
sido comunicado anteriormente a la embajada EE.UU. por cercanos
consejeros de quien en esos momentos ejercía la presidencia,
Alejandro Toledo. De acuerdo a un cable fechado 29 de noviembre
de 2005, Fernando Rospigliosi, ex ministro del interior (hasta
el 2004) y Rubén Vargas, ex director de defensa nacional,
visitaron la embajada 11 días antes. El objetivo de la
visita fue expresar sus temores sobre las perspectivas de
que el ultranacionalista Ollanta Humala se estableciera como una
fuerza política en el Perú.
Rospigliosi and Vargas le propusieron a la embajada que use
su influencia para que el servicio de información Nexum
monitoree los movimientos de Humala y que promueva noticias
anti-Humala en las regiones de coca. El cable WikiLeaks
fue escrito por el embajador James C. Struble.
Las revelaciones de los cables WikiLeaks han tenido un impacto
en la actual contienda electoral. El candidato Toledo ha negado
que Rospigliosiquien en el momento de su visita a la embajada
EE.UU. ya había dejado su gobiernoy Vargas no actuaron
bajo sus órdenes. Por su lado, Humala aprovechó
la oportunidad para denunciar a Toledo de zamarro
y traidor. El actual embajador de EE.UU. Likins admitió
que Rospigliosi trabajaba para la ONG Capital Humano Socialuna
firma consultora en materia de la lucha anti-drogasque la
embajada tenia bajo contrato.
Desde que El Comercio anunciara su intención de publicar
los cables WikiLeaks originados en la embajada estadounidense
en Lima, la embajadora Likins ha hablado personalmente con dos
de los candidatos a las elecciones presidenciales a realizarse
el próximo mesKeiko Fujimori y Ollanta Humala. Por
un lado, no hay duda que sus acciones son un reflejo del temor
de mayor vergüenza pública después del daño
ya causado por las publicaciones de WikiLeaks a nivel mundial.
Por el otro lado, es otra confirmación que Washington no
tiene respecto por el derecho de los peruanos de elegir a su presidente
libremente y sin interferencia de potencias extranjeras.
La embajadora Likins informó a Keiko Fujimori de la
existencia de tres documentos. Uno de ellos decía que,
desde el punto de vista de la embajada, Keiko indultaría
a su padre si ganaba la presidencia este año.
El 22 de julio de 2009, el embajador norteamericano Michael
McKinley escribió que el ex presidente había sido
sentenciado a siete años y seis meses por malversación
de fondos y pago de $15 millones a Montesinos (el corrupto jefe
de inteligencia nacional durante el gobierno de Fujimori). En
su informe, McKinley dice: La mayoría de observadores
dicen que esta fue una medida estratégica para evitar un
juicio largo e impedir que testigos se presenten, lo que habría
revelado evidencias de mayor corrupción y dañado
las intenciones presidenciales de un hija Keiko en el 2011.
Otro cable con fecha 2006 registra la visita a la embajada
de EE.UU., dos días después que Alan García
asumiera la presidencia, de los recientemente elegidos al Congreso
Nacional: Keiko Fujimori, Santiago Fujimori (hermano del ex presidente)
y Jaime Yoshiyamaactualmente presentándose a la segunda
vicepresidencia en la plancha de Fuerza 2011. Acudieron a la embajada
para explicar su estrategia: Apra había ganado la presidencia,
pero solo contaba con 36 congresistas, mientras que el Partido
Nacionalista de Humala tenía 46. Keiko ofreció apoyar
al Apra a cambio de que se detenga la persecución de los
fujimoristas y que se garantice un juicio justo para
su padre.
En su análisis de los cables WikiLeaks, El Comercio
escribió: El paso del tiempo puso en evidencia la
buena relación entre ambos partidos. A la luz de estos
cables, los apristas habrían canjeado un régimen
penitenciario laxo para Fujimori por el apoyo para mantener en
el 2008 el congreso y sus votos a favor del Apra, como cuando
Carlos Raffo exculpó al ex primer ministro Jorge del Castillo
del caso petroaudios'.
A lo largo de sus años en la presidencia, Alan García
ha enfrentado continuas luchas por parte de la clase trabajadora
y las capas mas pobres de peruanos protestando contra la pobreza,
la desigualdad y la injustica. Es verdaderamente revelador enterarse
que durante ese periodo Ollanta Humala, quien casi gana las elecciones
presidenciales del 2006 en base a un programa ultra nacionalistas
y anti norteamericano, visitó la embajada de EE.UU. cuatro
veces.
La primera visita tomo lugar 18 días después
de su derrota ante Alan García en la segunda vuelta de
las elecciones presidenciales del 2006. En su análisis
del cable informando de la visita, El Comercio escribe que Humala
no cree en un eje de izquierda o derecha y que niega ser
anti-chileno o anti-norteamericano. Añadió que su
discurso podía caer como radical pero eso era solo porque
revelaba la situación de muchos peruanos.
En otras palabras, apenas terminada la campaña electoral
y los discursos públicos incendiarios, Humala está
dispuesto a cambiar su tonada por una mas moderada y nada amenazante
para acomodar su posición política a las exigencias
de Washington.
La segunda visita ocurre un año después, cuando
el embajador Struble se preparaba para dejar el Perú. En
esos días, García se enfrentaba a un descontento
masivo, incluyendo protestas y huelgas, por no haber cumplido
con sus promesas electorales de reformas.
Humala, informa El Comercio, criticó al presidente García
por su indiferencia ante los conflictos sociales y dijo que no
seria bueno que el mandatario dejara el poder antes de tiempo.
Vaticinó que eso sucedería si no cumplía
sus promesas electorales, informa el diario. Humala le dijo
al embajador que los nacionalistas estaban trabajando
en formar un frente amplio que incluiría comités
de defensa, algunos presidentes regionales y a los mineros de
Casapalca en huelga. El embajador Struble tituló esta sección
de su informe, Los beneficios del descontento popular.
El 18 de junio de 2008 tomó lugar la tercer encuentro,
esta vez con el recientemente nombrado embajador Peter Michael
McKinley. Es esa ocasión se hicieron evidentes los verdaderos
colores políticos de Humala. Dijo ser un pragmático
(antes usaba el término radical), y que podía
salvar al país de los radicales anti-sistema que
podrían amenazar la estabilidad del Estado.
Humala se definió como nacionalista y no de izquierda.
Asintió, escribe El Comercio, que era
importante tener seguridad jurídica ante conflictos para
atraer capital extranjero y aceptó la importancia de TLC,
refiriéndose al Tratado de Libre Comercio, pero que
era más importante que sea equitativo' mas que libre'.
Durante la campaña electoral de 2006 Humala había
atacado agresivamente el TLC, y amenazado con no reconocer los
acuerdos que se estaban negociando entre los gobiernos de Toledo
y Bush.
El cuarto y mas revelador encuentro entre Humala y la embajada
norteamericana tomó lugar a pedido de Humala en abril de
2009. El cable WikiLeaks describe a un Humala extremadamente
relajado y muy abierto. McKinley quedó sorprendido
por la extensión de las revelaciones sobre su estrategia
electoral 2010-11, informa El Comercio. Cuando le preguntaron
sobre sus conexiones con la central sindical, CGTP, controlada
por los estalinistas, los maoístas de Patria Roja y el
Movimiento Nueva Izquierda (que se define como una organización
democrática, patriótica y de orientación
socialista), Humala dijo que era mejor tenerlos adentro que afuera.
¿Ha que puede referirse Humala con esas palabras? Claramente
le está diciendo a la embajada estadounidense que el es
su hombre si se presenta una situación de amenaza
por parte de los sindicatos, partidos de izquierda y sobretodo
un levantamiento de la clase trabajadora peruana.
Esto quedó muy claro en el cable del 4 de mayo de 2009.
En éste se informa de dos reuniones de Humala con el primer
ministro del gobierno aprista, Yehude Simon, para proponerle una
comisión multipartidaria, informa El Comercio, liderada
por su partido para supervisar la situación del VRAE,
una zona de alto tráfico de drogas. De esta forma,
continúa el informe del diario de no tener éxito,
los nacionalistas serian los afectados.
Para entender la dimensión de la sumisión de
Humala ante el gobierno aprista y Washington, es importante recordar
que en esos meses, entre abril y julio de 2009 se venia desarrollando
un serio conflicto entre la población indígena amazónica
y el gobierno peruano. La confrontación fue provocada cuando
García concedió derechos de exploración en
la región amazónica a compañías petrolíferas
y madereras, violando las reglas de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) exigiendo que los pueblos indígenas deben
ser consultados antes de tomar una decisión afectando el
territorio amazónico.
Al final, García se vio obligado a retroceder, pero
solo después que sangrientos enfrentamientos dejaran docenas
de muertos y que se desataran huelgas regionales, protestas y
marchas masivas de cientos de miles involucrando a casi todos
los sectores de la poblaciónmineros, construcción,
obreros fabriles, empleados, maestros, estudiantes, jóvenes,
amas de casa, y organizaciones de campesinos y de los pueblos
indígenasen todas las ciudades principales del Perú.
Fue bajo estas condiciones de rebeldía generalizada de
la población contra el régimen de García
que Humala se reunió con el embajador McKinley y el primer
ministro de García, Yehude Simon, para ofrecer su colaboración.
Los cables WikiLeaks sacan a la luz cómo los políticos,
desde la extrema derecha hasta los nacionalistas izquierdistas,
hace cola para informar al patrón de sus estrategias
y pedir el apoyo de Washington, demostrando la total sumisión
de la élite política peruana al dominio del imperialismo
norteamericano. Poco ha cambiado desde los días en que
las embajadas estadounidenses en América Latina dictaban
política nacional, instalando y removiendo presidentes
según su conveniencia.
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