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Las manifestaciones 15-M en España y el verdadero significado de la política basada en la "autonomía"

Por Robert Stevens
13 Junio 2011

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Este artículo apareció en nuestro sitio en su inglés original el 3 de junio, 2011.

Manifestantes en la Plaza Puerta del Sol en Madrid han insistido a los corresponsales del World Socialist Web Site que las manifestaciones de “los indignados” no cuentan con “ningún liderazgo” y que se han organizado como agrupaciones colectivas, comisiones y asambleas “autónomas”. Ante todo aseveran que ningún partido debe ejercer dominio sobre el “movimiento”.

Pero la verdad es que ningún movimiento espontáneo existe sin tendencias políticas. La cuestión se plantea de esta manera: ¿Cuáles son las fuerzas sociales que representan a esas tendencias y qué dirección le van a dar al movimiento?

La insistencia en que la política no debe formar parte del movimiento ha encontrado bastante apoyo. Esto no es nada sorprendente ya que se puede palpar la profunda hostilidad hacia los principales partidos incluyendo el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que maneja las riendas del gobierno, e Izquierda Unida, dirigida por los estalinistas. La falta de “política” tiene como objetivo dar una amnistía política a estos partidos, y facilitar las actividades de diversos grupos pseudo izquierdistas cuyo único propósito es proteger el dominio del PSOE y la burocracia sindicalista de toda oposición política.

El típico punto de vista fue las que expresaron dos representantes del campamento. Ambos puntualizaron que no pertenecían a ninguna organización política y expresaron gran hostilidad no sólo hacia el PSOE, que ahora impone medidas de austeridad draconianas, sino también hacia el Partido Popular (PP), que ahora representa la oposición conservadora.

Marian Mart?ínez Mondejas se mostró claramente animada en cuanto a las inquietudes sociales de los sectores pequeño-burgueses que dominan el núcleo de las manifestaciones 15-M. Dijo que “las empresas pequeñas y medianas son las que sustentan el país”. Agregó que “si se van a bancarrota más gente perderá sus empleos”.

Las “propuestas del movimiento son muy coherentes, que las pide todo el pueblo y que todos somos conscientes de lo que queremos y que todos juntos vamos a intentar que el país cambie y que haya una política justa y responsable.” Pero estas generalizadas alusiones al “pueblo” y a una “política razonable y justa” son al menos ingenuas, inseparables de su oposición a un desafío a la política del PSOE. Acentuó que “No es una lucha para destruir al gobierno, es una lucha para que el gobierno rectifique”, y agregó que ellos tienen “que escuchar la voz del pueblo.”

Mondejas se esmeró en rechazar todo vínculo entre el movimiento de masas que se opone a las medidas de austeridad dictadas por el gobierno de España y otros movimientos que han estallado en grandes manifestaciones en contra del enorme desempleo y la pobreza; movimientos que terminaron derrocando a los odiados gobernantes de Túnez y Egipto. Además declaró que los movimientos en Túnez y otros países árabes no tenían nada que ver con lo que sucedía en España, puesto que si bien España era una democracia, Egipto no lo era.

Pero el hecho es que la clase capitalista de España, como todos sus homólogos a nivel internacional, están eliminando derechos democráticos que han existido durante muchos años. Y los elimina precisamente porque las reducciones presupuestarias que ahora imponen en nombre de las grandes empresas no encuentran ningún apoyo popular entre la gente a las que son dirigidas. Es por eso que los trabajadores y la juventud ahora participan en un movimiento que va más allá de presionar a los políticos para que cambien de rumbo. La lucha es contra el sistema del capitalismo mismo y su fracaso, lo cual exige perspectiva y dirigencia socialistas.

Pablo, de 27 años de edad y estudiante universitario que además trabaja jornada parcial, ayudaba al personal de la comisión de información. Le dijo al WSWS que uno de los principios fundamentales del campamento constaba en no basarse “en partidos políticos”. Añadió que “la asamblea tiene muy claro, desde el principio, que aquí no median partidos políticos”. Agregó que “quiero aclarar que esto no es un movimiento, un tipo de tendencia política o social. Aquí existen asambleas basadas en la horizontalidad”.

Pero lejos de darles a las asambleas una organización verdaderamente comprometida al debate democrático y la organización, el hecho que las asambleas prohíban la participación abierta de los partidos políticos les da un carácter antidemocrático. Sin una lucha política abierta, todo se reduce a debates amorfos sobre generalidades, con lo cual ceden el control a los elementos más conservadores.

Pablo también puntualizó que las asambleas estaban “abiertas a todos los colectivos sociales: yo ni siquiera hablaría de participar en ellas en nombre de ese colectivo social, sino en nombre de él mismo, individualmente. Una cosa que las asambleas deben empezar a hacer es romper con todas aquellas categorías que ya nos definían antes” [énfasis nuestro]. Pablo le hizo eco a las palabras de Mondejas: “Decisiones como rescates, la deuda externa, no debían estar en manos de un pequeño grupo de burócratas sino que, debían ser decididas por todos nosotros, porque afectan a todos los ciudadanos españoles” [énfasis nuestro].

Pero al despotricar en contra de las categorías que “nos” definirían previamente, lo que queda claro es que no existe ninguna libertad que permita definir los intereses independientes de la clase trabajadora a base del desarrollo y la promulgación de una perspectiva socialista revolucionaria. Según esta política, todo tiene que someterse a un movimiento general que unifique a “todos los grupos sociales” y a todos los “ciudadanos”.

Pero, claro, existen tendencias políticas que están felices con esta situación: no solo los partidarios del PSOE, sino también varios grupos ex izquierdistas que rutinariamente esconden su mismo apoyo bajo una fraseología socialista.

Pablo ofreció una observación muy reveladora: que “debido a la estructura de las asambleas, la gente que proviene de distintos partidos y movimientos políticos y que participan en el campamento de protesta “tienen que readaptar su programa y discursos en alguna manera a la estructura de las asambleas“ [énfasis nuestro].
¿Pero qué significa esto?

Los diferentes grupos de los cuales consiste la pseudo izquierda se han involucrado en las asambleas de manera muy íntima, pero lo hacen mientras esconden sus verdaderas identidades y cubren su perspectiva política—totalmente formulada para proteger los intereses de los burócratas sindicalistas—bajo una consigna falsa.

En este respecto, todos aquellos que todavía están ilusionados con el papel político del reclamo de “autonomía” deberían leer minuciosamente los escritos del grupo En Lucha, organización hermana del Socialist Workers Party británico.

Un artículo publicado el 31 de mayo por Andy Durgan, militante dirigente de En Lucha, muestra perfectamente bien cómo funciona un movimiento que fraudulentamente se auto denomina “socialista” y “revolucionario” para asegurar que nunca se mencione que el socialismo es necesario y que hay que entablar una lucha revolucionaria contra el capitalismo.

Durgan comienza aseverando que “la llamada a una democracia participativa verdadera tiene implicaciones revolucionarias, aun cuando la mayoría de los que la exigen no lo consideren necesariamente así”.

En Lucha no se encuentra en la posición de explicar las “implicaciones revolucionarias” de nada. Durgan continúa: “Las fuerzas que forman los campamentos varían según el lugar, aunque hay un acuerdo general que no se debería permitir participación a ninguna organización.”

En semejante situación, los debates toman lugar acerca de cómo avanzar las manifestaciones y “los socialistas revolucionarios como nosotros En Lucha …participamos en ellas. Estamos muy activos en las principales asambleas de los campamentos. Por doquier que laboramos, trabajamos duro y hombro a hombro con otros activistas para que la asamblea y el campamento funcionen en todos los niveles. Y aunque nosotros tenemos nuestras propias ideas acerca de cómo las cosas deberían proceder - y las presentamos - es importante respetar la democracia que, bajo el mando directo de las masas, logra que los campamentos funcionen” [énfasis nuestro].

Es decir, mantener silencio político acerca de cuestiones fundamentales, tales como el programa y las perspectivas, se hace pasar como respeto a la “democracia directa de las masas”. No obstante, en cuanto surge el peligro de una escisión con la burocracia sindicalista o con el PSOE, En Lucha entonces deja bien claro su propósito fundamental en trabajar “hombro a hombro con otros activistas”.

Durgan admite que, poco después de la huelga general simbólica en septiembre, los sindicatos “firmaron acuerdos con el Partido Socialista gobernante, el cual atacó los derechos de los trabajadores. Estos facilitaron el despido de más gente, socavaron las pensiones y elevaron la edad de la jubilación”.

Pero aun cuando detalla las obscenas actividades de la burocracia sindical, insiste en que “Estamos convencidos que, si queremos que el movimiento se amplíe y se profundice, tenemos que hacerle frente a las ideas anti sindicalistas. Es con este propósito que activamente colaboramos en los campamentos con otros anti capitalistas y militantes de izquierda activos en los sindicatos”.

Cuando uno atraviesa por el campamento Puerta del Sol, uno se da cuenta de que mucha gente debate calurosamente. Hay varias comisiones, incluidas una comisión feminista, una sección para la protección de los animales, comisiones ecologistas, comisiones de Derecho, unz zona dedicada a la reforma electoral, y una sección para artistas en la que jóvenes bulliciosamente crean pancartas, consignas y varias piezas de arte.

Cada una de estas comisiones tiene asambleas regulares. Durante el día ocurren decenas de reuniones. Pero lo que llama la atención es que en medio de todas estas actividades, en medio de los cientos de consignas que se ven por todas partes dentro de la sede de lo que ha venido a llamarse la “Revolución Española”, no hay ni una sola que simplemente abogue por la deposición del gobierno del PSOE.

Una joven participante en una de las comisiones de la Puerta del Sol le dijo a este corresponsal que estaban recogiendo sugerencias y propuestas del resto de los participantes para solucionar los muchos problemas sociales, económicos, políticos y ambientales de España. Explicó que la asamblea entonces debatiría las sugerencias, las cuales se pondrían a voto y luego serían enviadas al gobierno del PSOE para que éste las tomara bajo consideración.

Al preguntársele si ella creía que el PSOE les haría caso, contestó, “yo no lo creo, pero esperamos que lo haga.”

Cuando se le preguntó si había habido algún debate acerca de derrocar al gobierno del PSOE, ella dijo que: “yo no sabía que tal cosa era posible”. Este es el callejón sin salida a dónde llevan el “horizontalismo” y la política de la “autonomía”. Los responsables de esta situación son los grupos como En Lucha, cuya función política es anestesiar las mentes de los trabajadores y de la juventud para que no puedan pensar.

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