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120 mil estudiantes, maestros marchan en Chile contra el deterioro en la educación

Por Luis Arce
8 Julio 2011

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Unos 120 mil estudiantes, maestros e integrantes de otros gremios marcharon el jueves 30 de junio en Chile exigiendo mejoras en la educación pública y acabar con el sistema de escuelas por pago y la proliferación de universidades privadas con fin de lucro.

La principal demanda de los estudiantes es que se derogue la Ley Orgánica Constitucional de la Educación (LOCE) pasada en los años de la dictadura del general Augusto Pinochet. Los estudiantes afirman que esa ley ha creado una enorme brecha en la calidad de la educación entre las escuelas públicas y privadas.

Por ello, los jóvenes es reclaman que los más pobres estudien gratis. Los estudiantes consideran que todos los chilenos tienen el derecho a una educación superior y exigen que el gobierno provea las becas necesarias.

Según cálculos del diario capitalino La Tercera el costo de las demandas estudiantiles ascendería a US$ 2 mil millones.

De acuerdo a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) la inversión en educación superior pone a Chile por debajo del promedio a nivel mundial. Tal situación es el resultado de las privatizaciones y medidas pro mercado libre tomadas durante la dictadura del general Augusto Pinochet.

En 1973 el presupuesto de educación correspondía al 7 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y era mayoritariamente gratuita. Al final de la dictadura, en 1990, el presupuesto de educación había caído a 2.4 por ciento del PBI. En 2010 había caído a 0,84 por ciento.

A pesar de haber subido al 4.4 por ciento, hoyHoy el 40 por ciento de los 3.5 millones de escolares secundarios atienden escuelas públicas. Un 50 por ciento asiste a escuelas subsidiadas donde el gobierno y padres de familia comparten los gastos. El otro 10 por ciento atiende escuelas privadas.

La privatización de la educación con fines de lucro es más notoria a nivel superior. Aproximadamente el 80 por ciento del millón de universitarios asiste a instituciones privadas creadas a partir de 1981 durante la dictadura.

La marcha, del 30 de junio, que tiene tuvo como uno de sus principales organizadores la Federación de Estudiantes Universidad de Chile (Fech), fue considerada como una de las más multitudinarias de los últimos años. Los diarios chilenos calculan que 80 mil estudiantes manifestaron en Santiago y 40 mil lo hicieron en el resto del país.

Los estudiantes ocuparon todo el largo de la céntrica avenida Bernardo O'Higgins. Al pasar por la parte posterior de la casa de gobierno de La Moneda, lo estudiantes se encontraron frente a centenares de carabineros que custodiaban la sede presidencial. "La educación tiene que volver al poder del Estado y no de las municipalidades y se debe terminar con el lucro", coreaban los estudiantes.

En momentos, la policía se enfrentó a los estudiantes atacándolos con bombas lacrimógenas y estos respondieron lanzando piedras, palos y objetos metálicos. La policía detuvo a 121 manifestantes a nivel nacional; 38 en Santiago, de los cuales 24 eran menores de edad.

Si bien el evento fue en general un acto pacífico, algunos estudiantes mostraron su frustración y cólera contra el gobierno con agresiones a un Banco de Chile, Santander, una sucursal de Claro que también fue atacada en una marcha anterior; un supermercado Santa Isabel y una farmacia Cruz Verde, según informan los diario capitalinos.

También se informa de un intento frustrado de tomar la embajada de Brasil en Santiago, pues el edificio estaba enfrente de la sede principal de Ministerio de Educación, punto central de la marcha.

La marcha de la semana pasada es la última en una serie de movilizaciones estudiantiles contra el gobierno derechista del presidente Sebastian Piñera y contra su ministro de educación Joaquin Lavin, que es miembro del partido la Unión Democratica Independiente (UDI).

A fines del año pasado, más de 20 mil personas participaron en una marcha convocada por la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) y la Federación Metropolitana de Estudiantes Secundarios (FEMES). Y a mediados de mayo último, una protesta similar convocó a no menos de 70 mil personas. Desde ese entonces, varios colegios capitalinos de enseñanza media están ocupados por sus estudiantes.

La participación en la movilización del 30 de junio no se limitó a los jóvenes afectados por el abandono de la educación pública por parte del gobierno. Estos recibieron el apoyo de todos los sectores de estudiantes secundarios y universitarios. Los alumnos de colegios particulares pagados decidieron responder y asistir a la marcha que se inició en Plaza Italia.

La Tercera de Santiago informó que un representante de la Asamblea de Estudiantes de colegios pagados y alumno del Sagrado Corazón de la Alameda, Benjamín Sotomayor, señaló que "si queremos un real cambio para el sistema de educación chileno es necesario que participemos todos, incluso los establecimientos pagados".

La organización representa a 23 recintos particulares. Según el dirigente habría alumnos de todos los colegios marchando.

En otra declaración recogida por los diarios, la vicepresidenta del Centro de Alumnos, Sofía Duprié, dijo que "venimos a apoyar este movimiento porque no es verdad que los colegios privados no nos involucremos en la educación de calidad e igualitaria".

La marcha estudiantil contó con el apoyo de profesores y padres de familia. Muchos de estos últimos autorizaron a sus hijos escolares a que participen en la movilización.

Por su lado, el presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, declaró que la marcha "demuestra que este movimiento por la educación pública es real. Es necesario que se tome en cuenta porque de lo contrario vamos a seguir reproduciendo la educación con desigualdad, no queremos más educación de mercado".

La semana pasada el ministro de Educación, Joaquín Lavín entregó a la Confech una carta con siete puntos de mejoras económicas. El Gobierno había ofrecido un aporte de US$ 75 millones para esas casas de estudio, pero no dio respuesta a demandas como la creación de una superintendencia de educación y terminar con el lucro en el sistema.

Los estudiantes la rechazaron la oferta y llamaron a un nuevo paro nacional. El ministerio de educación ofreció siete puntos de mejoras económicas.

Los estudiantes optaron por rechazar la propuesta, señalando que sus demandas van más allá de una mayor entrega de recursos, sino que apunta a una reforma más profunda y que cuente con la participación de todos los estamentos.

El petitorio de los estudiantes incluye becas para el 60 por ciento de los alumnos más pobres, pase escolar los 365 días del año, desmunicipalización, aceleramiento de la reconstrucción y mejoramiento de los liceos técnico-profesionales.

Igualmente, catedráticos, estudiantes y rectores de las 25 principales universidades del país calificaron la propuesta como "insuficiente". El Gobierno había ofrecido un aporte de US$ 75 millones para esas casas de estudio, pero no dio respuesta a demandas como la creación de una superintendencia de educación y terminar con el lucro en el sistema.

Las luchas estudiantiles se dan dentro de un marco de deterioro de la económica chilena. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desempleo nacional se elevó a un 7,2 por ciento en el trimestre móvil marzo-mayo, desde el 7 por ciento registrado en el período febrero-abril. A su vez, aumentaron los desocupados, principalmente mujeres en la categoría de cesantes.

Estas cifras representan el fin a la tendencia de aumento de empleo de los 12 meses anteriores, principalmente en las industrias manufacturera, comercio y construcción,

La disminución más significativa se observó en Agricultura, uno de los sectores más importantes de la economía chilena. El ritmo de crecimiento del empleo asalariado cayó en 5,1% por ciento, mientras que se acentuó el incremento de Cuenta Propia en 12,9%.

Tras la masiva marcha por la educación pública del jueves30 de junio, el ministro de Educación, Joaquín Lavín, declaró, "los problemas de la educación en Chile van más allá de una persona, se arrastran por muchos años y la solución no está sólo en el ministro, está en que todos juntos nos pongamos de acuerdo", sentenció.

Esta declaración es una sentencia para todos los partidos de la burguesía chilena, que, desde la extrema derecha UDI del ministro de educación Joaquín Lavín y el gobierno de Sebastián Piñera hasta el Partido Socialista que con apoyo del estalinista Partido Comunista chileno en los años 1990 continuó continuaron con las políticas de la dictadura, incluyendo la política de privatización y convertir y la conversión de la educación escolar y universitaria en un negocio.

Cerca de 100 estudiantes universitarios llegaron hasta la sede de la UDI, el partido ultra derechista del ministro de educación, Joaquín Lavín. Este partido, fundado en 1983 bajo la dictadura, forma parte de la Coalición por el Cambio y varias de sus figuras más destacadas se han incorporado al gobierno del presidente Sebastián Piñera.

Las dependencias del Partido Socialista (PS) también fueron testigo de las protestas de los alumnos, quienes intentaron tomarse la sede de esa organización en el centro de la capital. Los estudiantes reconocen que los gobiernos de la Concertación de Partidos por la Democracia-donde el PS constituye la mayor fuerza política-que gobernó Chile desde 1990 hasta el 2010, son tan responsables como el UDI de la destrucción de la educación pública.

En mayo de 2006 se dio la huelga estudiantil y marcha más grande vista en Chile desde 1972 contra el gobierno de la presidente socialista Michelle Bachelet. Un estimado de 600 mil estudiantes de escuelas privadas y públicas se declararon en huelga y marcharon en todas las principales ciudades del país. En ese entonces también reclamaban la derogatoria de la ley pasada por la dictadura de Pinochet.

En esa ocasión, igual que hoy, el gobierno socialista reaccionó desplegando cientos de policías carabineros militarizados que agredieron a los manifestantes. En la protesta de 2006 dejo 275 estudiantes arrestados y dos camarógrafos y un fotógrafo fueron apaleados. Las protestas continuaron por tres días. Como resultado de la agresión de las fuerzas chilenas otros 1.000 estudiantes fueron arrestados y 20 heridos.

Las manifestaciones estudiantiles contra la destrucción de la educación pública se están convirtiendo en un evento universal. En los últimos meses se han registrado enormes movilizaciones de estudiantes en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y muchos otros países. (incluir enlaces a otros artículos del wsws)

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