WSWS
: Español
La crisis de la deuda europea y el peligro de las dictaduras
Por Stefan Steinberg
22 Julio 2011
Utilice
esta versión para imprimir | Email
el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio en
su inglés original el 16 de Julio, 2011.
Hace solo dos semanas que el parlamento griego adoptó
una nueva ronda de medidas de austeridad que tendrán un
impacto devastador sobre las condiciones de vida de los trabajadores
griegos. El voto parlamentario tomó lugar luego que varias
instituciones financieras, ciertos bancos y un grupo de políticos
europeos destacados lanzaran una campaña propagandista
para empujar la idea de que las nuevas medidas de austeridad son
la única manera de aliviar los mercados de divisas y estabilizar
el euro.
Desde ese entonces, la crisis europea de la deuda se ha intensificado.
En línea con el trayecto de toda la crisis, la nueva ronda
de reducciones en programas sociales, en conjunto con las privatizaciones,
ha servido como catapulta para lanzar peores ataques contra los
niveles de vida de la clase trabajadora en Grecia, toda Europa
y a nivel internacional.
Una semana después de adoptarse el programa de austeridad
griego, Moody's catalogó los bonos del gobierno portugués
como basura. Pocos días después, varios fondos de
cobertura [hedge funds], en complicidad con las agencias
de calificación crediticia, forzaron el aumento de la tasa
de interés de los bonos del gobierno italiano, lo que precipitó
casi un pánico referente a la deuda soberana de esa país.
Así reaccionaron los mercados financieros a los informes
acerca de los planes del gobierno italiano para moderar el programa
de austeridad que había acordado mientras éste atravesaba
por los recintos parlamentarios. El ministro de finanzas italiano
respondió a la ofensiva de los mercaderes con que iba aumentar
en un 100% las reducciones de los gastos durante los próximos
tres años y medio. A pocos días, la tercera economía
mayor de Europa había adoptado un programa de austeridad
radical.
A principios de esta semana, los ministros de finanzas europeos
se reunieron en una sesión de emergencia para debatir la
manera de pacificar a los mercaderes. Hicieron una enorme concesión
con el siguiente acuerdo: poner en reversa los reglamentos que
regían en ese momento y hacer asequibles los recursos del
fondo de rescate de la Unión Europea para comprar directamente
la deuda griega.
Pero los mercaderes reaccionaron a esta concesión con
una ofensiva aún mayor. El martes, Moody's puso a la deuda
irlandesa en calidad de basura, y el martes, Fitch Ratings bajó
de categoría a la deuda soberana de Grecia; declaró
que había la gran posibilidad que Grecia cesara
sus pagos.
Al mismo tiempo, las empresas de calificación crediticia
decidieron analizar detalladamente la deuda de Estados Unidos
y advirtieron que, si para el 2 de agosto el país no subía
los límites de la deuda, considerarían al país
en mora.
Estos desarrollos muestran que no existe ninguna solución
racional o pacifista a la crisis de la deuda europea, por lo menos
dentro de los límites ya establecidos por el sistema político-económico.
La razón? La deuda soberana y la crisis del euro expresan
no simplemente una caída conyuntural, sino la crisis fundamental
sistemática del mismo orden capitalista mundial.
La recesión que azotó a Wall Street en septiembre
fue consecuencia de décadas de especulaciones bancarias
desenfrenadas cuyo eje fue el mismo Estados Unidos. Éstas
más y más han definido a todos los países
capitalistas principales. Con el objetivo de financiar el enriquecimiento
insólito de las clases gobernantes, se creó toda
una montaña de deuda que menos y menos tenía que
ver con creación de la riqueza basada en valores verdaderos.
Más bien la expansión de la aristocracia financiera
mundial se basó, en primer lugar, en la destrucción
de las industrias y de la infraestructura productiva de Estados
Unidos y de otros países capitalistas avanzados. Y en segundo
lugar, se basó en atacar implacablemente los empleos, los
salarios y las normas de vida de la clase trabajadora.
La consecuencia fue una economía comprometida no sólo
al saqueo de la riqueza de la sociedad, sino a la creación
de burbujas económicas basadas en un sistema bancario esencialmente
insolvente. Cuando la burbuja inevitablemente estalló durante
la crisis de los préstamos hipotecarios durante 2007-2008,
la insolvencia del sistema bancario quedó totalmente desnuda.
Ninguna de las medidas puestas en práctica desde el
crack de los mercados ha resuelto la crisis fundamental
de los bancos. Al contrario; los bancos han sobrecargado a los
estados-naciones con estas pérdidas por medio de enormes
rescates emprendidos por los mismos gobiernos. Y esto sucede a
la misma vez que se crean pilas de deudas nuevas encima de las
viejas.
La burguesía tiene sólo una solución al
problema: llevar a cabo ataques aún más feroces
para acabar con todos los adelantos sociales que la clase trabajadora
ha logrado durante el Siglo XX. A la misma vez, las clases gobernantes
adoptan actitudes más y más agresivas y nacionalistas
hacia sus competidores, lo que intensifica la expansión
militarista y la posibilidad de guerra.
Los representantes del capital financiero están bien
conscientes de que su política reaccionaria ha de provocar
terremotos sociales. Para ello hay una respuesta: la preparación
de nuevas formas gubernamentales aún más represivas.
En la última publicación para sus suscriptores,
Aon, empresa de inversions arriesgadas en el mercado de los seguros,
advirtió contra las inversions en Grecia. La empresa colocó
a Grecia en su mapa mundial de peligros terribles para el
2011, y declaró que había una gran posibilidad
de revolución, golpe de estado o guerra civil
en el país.
La semana pasada, un blog en el web site del Wall Street
Journal enfatizó la creciente crisis económica
en toda una sucesión de países europeos. Se refirió
al surgimiento de la oposición de las masas en Grecia en
un artículo titulado, Será mejor que guardemos
el gas lacrimógeno para Portugal, España e Italia.
Pero estas advertencias no se dirigen solamente a Europa. El
ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Zbigniew Brzezinski,
advirtió la semana pasada que el enorme desempleo y el
crecimiento de la desigualdad social en Estados Unidos podrían
conducir a tensiones sociales. En una entrevista televisada por
una estación de cable, MSNBC, declaró lo siguiente:
No quiero ser pájaro de mal agüeroy tampoco
creo que hemos llegado al punto de la destrucciónpero
sí pienso que vamos a atravesar por conflictos sociales
bien intensos, por hostilidades sociales, por cierta forma de
radicalismo. La gente va a pensar que esta sociedad no es justa.
Los ámbitos burgueses más y más están
llegando a la conclusión que el tipo de destrucción
social que quieren imponer no se puede llevar a cabo a través
de los medios parlamentarios tradicionales.
En Alemania, el debate acerca de la necesidad de imponer formas
de gobierno post democráticas lo dirige el
profesor Herfried Müenklwer, basado en Berlín. La
solución a la euro-crisis, según Müenkler,
no depende de la democratización sino en darle mayor autoridad
a las clases dirigentes de Europa.
De la misma manera, el Financial Times publicó
un editorial el 14 de Julio bajo el titular, Conservando
la credibilidad fiscal de Italia. El titular asevera que
Italia requiere más que la austeridad y aboga
para que se derroque al Primer Ministro, Silvio Berlusconi, y
lo sustituya un gobierno de amplias bases dirigido por tecnócratas.
Es decir, por un gobierno cuyo personal haya sido meticulosamente
seleccionado por los bancos.
La solución a la crisis cuenta con dos alternativas.
Por una parte, la burguesía empobrece a las masas, establece
dictaduras y lanza más guerras, o por otra la clase trabajadora,
por medio de sus acciones revolucionarias coordinadas colectivamente
a nivel internacional y con una dirigencia con conciencia política.
Como escribiera Trotsky durante la década de los 1930,
la alternativa es el socialismo o el barbarismo.
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |