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Los partidos tradicionales reciben una paliza en elecciones
peruanas
Por César Uco
19 Octubre 2010
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El 4 de Octubre, 12.7 millones de peruanos acudieron a las
urnas para elegir alcaldes y presidentes regionales. Durante la
elección por la alcaldía de la capital Lima, el
segundo puesto político más importante en el país
después de la presidencia, Susana Villarán de Fuerza
Social lleva una escasa delantera sobre su rival, Lourdes Flores
de la coalición Partido Popular Cristiano - Unidad Nacional.
Seis días después del voto, la vencedora aún
falta ser declarada. De acuerdo a la Oficina Nacional de Procesos
Electorales (ONPE), hasta el día viernes se han contado
un 73,14 por ciento de los votos Villarán lleva la delantera
con 38,47 por ciento y Flores 37,64 por ciento. Debido a que ONPE
aún tiene que revisar actas representando mas de un millón
de votos, la diferencia de menos de 30.000 votos es demasiado
pequeña para que Villarán sea declarada la ganadora.
El significado de las elecciones a la alcaldía en Lima
es relevante por dos motivos: primero, Lima representa casi un
tercio de todos los votos en el país y, segundo, su resultado
es visto como un preludio a las elecciones presidenciales que
serán realizadas en Abril del próximo año.
La prensa internacional así como muchos analistas políticos
nacionales han declarado que la gran porción de votos obtenidos
por Villarán representa un resurgimiento de la izquierda
en el Perú. El periódico español El País
escribió unos pocos días después de las elecciones:
"El sorprendente ascenso de Fuerza Social, una joven agrupación
de izquierda moderada formada hace un año a partir de varias
organizaciones regionales y un partido nacional, ha despertado
resquemor en sectores conservadores, que critican sus alianzas
con grupos de izquierda más radicales, un tema muy sensible
en un país que vivió durante dos décadas
la violencia terrorista de Sendero Luminoso.
"De cualquier forma, está por verse si el voto
por Fuerza Social representa el nacimiento de una nueva opción
de izquierda en el ámbito nacional, distinta del nacionalismo
de Ollanta Humala, de quien Villarán se desmarca."
Ollanta Humala es el ex oficial del ejército que ganó
la primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2006, pero
perdió durante la segunda vuelta ante el actual presidente
Alan García. García se benefició del enorme
temor que Humala despertó dentro de los sectores más
amplios de la burguesía y la clase media en Lima. Humala
es un ultranacionalista que emplea una retórica incendiaria
para provocar odio racial contra la población blanca bajo
el pretexto de la brutal y humillante explotación del pueblo
indígena.
Antonio Zapata, un historiador y analista político identificado
con la izquierda desde los comienzos de la década de 1970,
escribió en el periódico peruano La República:
"Susana encabeza un grupo político de perfil muy
definido dentro de las izquierdas. Su origen se halla en el cristianismo
comprometido con los más pobres, que orientado por la teología
de la liberación se jugó por la educación
popular liberadora. Desde hace un buen tiempo es claro que Susana
ha construido un grupo orientado a hacer la síntesis entre
democracia y socialismo. Lo suyo ha sido buscar recoger lo mejor
del liberalismo y del socialismo."
Aquellos que atacan a Villarán por supuestamente revivir
la "izquierda", un término históricamente
asociado con las luchas de la clase trabajadora peruana, emplean
viles calumnias sobre "marxistas-terroristas". Este
ha sido el método empleado por Lourdes Flores cuando se
percató que Villarán estaba subiendo en las encuestas
y amenazando el triunfo de una elección que la derecha
pensaba que tenía en su bolsillo. (Flores ya había
perdido dos elecciones presidenciales en el 2000 y el 2006, en
los cuales ella había comenzado como la favorita para más
tarde ser superada por otros candidatos durante las semanas finales).
Desde un punto de vista clasista, no hay ni un solo artículo
o documento programático de Fuerza Social que haga mención
de la clase trabajadora. Su programa hace un llamado por más
transparencia, un mejor gobierno e inversiones socialmente responsables.
En sus documentos de fundación, Fuerza Social sí
realiza una crítica al APRA, el partido gobernante, y a
la presidencia de Alan García. Pero esto no evitó
que Villarán durante este fin de semana declarara que está
dispuesta a trabajar con el presidente. Otro indicio de que no
representa ni representó cualquier amenaza "izquierdista"
es el apoyo que ha recibido del novelista Mario Vargas Llosa,
ganador del Premio Nobel de Literatura del 2010, quién
declaró "Susana no es un peligro". Vargas Llosa,
quien fuera un izquierdista pro-Castro en su juventud por los
años ochenta realizó un giro de 180 grados cuando
se convirtió en un partidario del capitalismo de libre
mercado.
Entonces, ¿cómo es posible que un partido prácticamente
desconocido como Fuerza Social pueda convertirse en el favorito
en las elecciones a la alcaldía en Lima? Es impresionante
que en tan sólo 3 meses previos a las elecciones, Villarán
registrara menos de 5 por ciento de apoyo en las encuestas y al
final de Agosto registrase menos de 20 por ciento.
Durante el último mes, la prensa ayudó a elevar
la talla de Villarán y a hundir a la de su oponente. En
las semanas finales antes del día de la elección,
Jaime Bayle, el anfitrión del programa político
más popular de la televisión local - El Francotirador-
obtuvo un horario de trasmisión diario en vez de su hora
semanal. Bayle, un periodista inteligente que le encanta tirar
golpes bajos, usó su programa para conducir propaganda
a favor de Villarán, mientras que atacaba a Flores.
Pero, quizás, más perjudicial para Flores fue
la publicación de una conversación grabada en la
cual, como reacción a su caída en las encuestas,
Lourdes Flores declaró furiosamente a un alto funcionario
del Partido Popular Cristiano: "Me interesa un comino esta
elección ... Métanse la alcaldía al poto."
Estas palabras expresan la podredumbre intelectual de una de
las mas altas representantes políticas de la derecha peruana.
Mas aun, la declaración es significativa teniendo en cuenta
los resultados de la elección, los cuales mostraron la
pérdida de apoyo por los partidos tradicionales peruanos.
Al día siguiente de las elecciones, el diario peruano
El Comercio reportó: "Los partidos han sido
superados por los movimientos independientes en las disputas por
las principales capitales de provincias."
APRA, el partido gobernante, perdió en su "sólido
norte", la región en la cual ha ganado consecutivamente
por amplios márgenes desde que el partido fue fundado hace
unos 80 años. Particularmente, perdió por segunda
vez en las elecciones a la alcaldía de Trujillo, el lugar
de nacimiento de su líder y fundador Victor Raúl
Haya de la Torre.
Otros partidos obtuvieron muy poco apoyo, y en algunos casos,
un margen vergonzoso de votos; como los del ex presidente Alejandro
Toledo (Perú Posible) y Keiko Fujimori (Fuerza 2011), la
hija del ex presidente Alberto Fujimori quien recientemente fue
sentenciado a 25 años en prisión por haber ordenado
masacres del escuadrón de la muerte llamado Grupo Colina.
Acción Popular, el cuál gobernó al país
en dos ocasiones -una en la década de los sesenta y otra
en los ochenta- vio su representación reducida a un puñado
de distritos de Lima y unos cuantos otros distritos en el país.
La coalición Partido Popular Cristiano - Unidad Nacional
de Lourdes Flores obtuvo la mayoría de los votos en Lima.
El Partido Nacionalista Peruano de Ollanta Humala, el cual ganó
aplastantemente en los distritos pobres de Lima y en toda la región
sureña del Perú hace 5 años, no obtuvo ningún
cantidad significativa de seguidores, excepto aquellas en las
que entró en coalición con organizaciones regionales.
Algunos ejemplos de quienes serán los nuevos -o en algunos
casos reelegidos- líderes regionales:
La presidencia de la región Arequipa, la cual alberga
a la segunda ciudad más grande del Perú, fue obtenida
por Alianza por Arequipa (una coalición de organizaciones
regionales y el Partido Nacionalista de Humala) con 31,6 por ciento,
dejando atrás a Fuerza Arequipa, con 21,6 por ciento. Los
partidos tradicionales, Unidad Nacional-Partido Popular Cristiano
obtuvo tan sólo 0,85 por ciento; APRA, 2,8 por ciento:
y Perú Posible (Toledo), 0,8 por ciento.
La competencia por la alcaldía de Arequipa fue ganada
por Arequipa Renace con 40,6 por ciento. Ninguno de los partidos
tradicionales obtuvo más del 2,5 por ciento del voto.
La presidencia por la región de Cajamarca fue ganada
por Restauración Nacional con 39,1 por ciento, comparado
con el 14,9 por ciento del APRA. Cajamarca, el otrora bastión
del APRA, es de vital importancia para la economía peruana
debido a sus recursos de oro y otros minerales.
Los resultados en otras regiones y ciudades de igual importancia
cuentan la misma historia: el auge de movimientos regionales y
la falta de cualquier representación por los partidos tradicionales.
Algunos de los nombres de las organizaciones triunfadoras tienen
poca trascendencia más allá de una simple consigna:
Manos Limpias en Chiclayo; Tacna en Acción en Tacna; Justicia
Regional en Madre de Dios; y Fuerza Amazonense en la región
del Amazonas.
El surgimiento de estos movimientos regionales y el auge de
Fuerza Social son una manifestación de profundos cambios
estructurales que se han ido desarrollando en el Perú desde
que el presidente-dictador Alberto Fujimori introdujera los modelos
neo-liberales de privatizaciones y acomodamiento al mercado mundial,
que fuesen posteriormente desarrollados por los presidentes Alejandro
Toledo (2000-2005) y Alan García (2006-2011). Corresponde
a la necesidad de la burguesía peruana para hacer frente
a una nueva realidad. El Partido Descentralizado Fuerza Social
nació de la coalición del Partido por la Social
Democracia de Susana Villarán y seis movimientos regionales.
Históricamente, Lima ha sido el centro político
y económico del Perú. La mayoría del desarrollo
y las decisiones presupuestarias beneficiaban a la capital a expensas
de las regiones. Esto comenzó a cambiar con un programa
de descentralización que coincidió con la privatización
de industrias y recursos naturales esenciales. Con los nuevos
cambios estructurales implementados por el estado, las regiones
comenzaron a ascender en importancia y a recibir porciones más
grandes de ganancias fiscales. De acuerdo a la fórmula
desarrollada en una serie de leyes aprobadas en recientes años,
los gobiernos locales y regionales tienen el derecho a un porcentaje
más alto de impuestos que provengan por la explotación
de sus "propios" recursos naturales.
Hasta cierto punto, la globalización indirectamente
actuó como una fuerza que favorece a la descentralización.
La mayoría de inversión extranjera directa y trasnacional
está yendo a las regiones petrolíferas y gasíferas
del Amazonas y del sur peruano. Las inversiones en minería
fueron distribuidas alrededor de la región andina. En el
año 2006, los ganancias fiscales por la extracción
mineral fueron distribuidas de la siguiente manera: Cajamarca
recibió $115 millones; Ancash $22 millones; Arequipa $28
millones; Moquegua $79 millones; Puno $48 millones; y Tacna $75
millones. En contraste, Lima tan sólo recibió $8
millones. Desde el 2006, estos números han incrementado
significativamente, pero el punto es que estas regiones poseen
fuentes de riquezas independiente de Lima.
El año pasado, la arrogancia del gobierno central provocó
una confrontación entre la policía y el pueblo indígena
del Amazonas debido a que el presidente García insistió
en que él no tenía que consultar a nadie para ceder
el territorio de la selva a compañías extranjeras
que buscaban lucrar de la explotación del petróleo,
el gas y la madera. Un número de indígenas y policías
murieron como resultado de la intransigencia de García.
Finalmente García cedió ante los acuerdos de la
Organización Internacional del Trabajo, los cuales declaraban
que pueblos indígenas deben ser consultados antes del uso
de territorios que les pertenecen tradicionalmente, pero no antes
de que el incidente provocase masivas demostraciones a nivel nacional
en contra del gobierno.
El crecimiento de organizaciones políticas regionales
y la pérdida de influencia de los partidos tradicionales
representan un repudio del gobierno de García y sus amenazantes
políticas. La menor dependencia económica en los
EE.UU. también mina el viejo yugo de Lima sobre las regiones.
Los EE.UU. siguen siendo el principal socio económico del
Perú, pero hoy representa menos del comercio combinado
con China, Brasil, Chile y Europa. China está rápidamente
desafiando a la posición estadounidense. Mientras que el
20 por ciento de las exportaciones peruanas van a los EE.UU.,
el 15,2 por ciento va a China. En cuanto a las importaciones,
el 23,4 viene de EE.UU., mientras que el 10,5 por ciento y el
8,7 por ciento viene de China y Brasil, respectivamente. Una nueva
carretera intercontinental que conecta a la jungla del Perú
con las regiones en desarrollo de Brasil está siendo completada.
A pesar de que Perú ha crecido significativamente durante
los últimos cinco años -casi 10 por ciento anualmente
en el 2007 y 2008, con números similares esperados para
el 2010- la tasa de desempleo incrementó a 8,8 por ciento
en Enero del 2009 y el sueldo promedio es $380. Perú sigue
siendo un país con una considerable tasa de población
en pobreza. La pobreza en Lima representa el 18,5 por ciento de
la población, con la mayor parte habitando en los distritos
pobres que rodean la ciudad. En las regiones andinas, la pobreza
alcanza el 65 por ciento.
Un análisis sobre cómo Lima participó
en las elecciones es consistente con el antagonismo entre la capital
y el resto del país que por tanto tiempo Lima mantuvo bajo
control y explotación. También indica que Fuerza
Social no es realmente una fuerza política, ya que carece
de presencia y es incapaz de llenar el vacío político
dejado por la decadencia de los partidos tradicionales. Por ejemplo,
la coalición Unidad Nacional-Partido Popular Cristiano
ganó las elecciones a la alcaldía en más
de 15 distritos en Lima. Fuerza Social no ganó ninguna.
Fue sólo en los distritos pobres y de rápido
crecimiento que rodean a Lima, donde viven una alta concentración
de inmigrantes de otras regiones, que Villarán ganó
un número considerable de votos por encima de Flores en
las elecciones a la alcaldía de Lima. Sin embargo, en las
elecciones por alcaldes distritales, muchas organizaciones "locales"
o regionales ganaron, haciendo un paralelo a la falta de control
de los partidos tradicionales en los Andes, el Amazonas y las
regiones norteñas y sureñas del país.
Por ejemplo, en Los Olivos, localizado al norte de Lima, en
el nivel distrital, el grupo local Siempre Unidos recibió
40,8 por ciento, comparado con 11,9 por ciento y 14 por ciento
para Villarán y Flores, respectivamente.
La élite gobernante peruana no perderá sueño
si Villarán es declarada la próxima alcaldesa de
Lima. Villarán es una representante bastante moderada de
la "izquierda" cristiana y democrática, alguien
a quién la burguesía de Lima puede considerar como
una de los suyos. Que ella tomase muchos de los votos que fuesen
a Humala cinco años atrás fue algo bastante reconfortante
para la burguesía peruana.
Es difícil hacer predicciones sobre qué podrían
significar estos resultados para las elecciones presidenciales
en Abril del 2011. Muchas de las organizaciones regionales que
ganaron localmente no están preparadas ni poseen el estatus
legal para competir por la presidencia. Los periodistas de izquierda
ya están analizando qué clase de alianzas Villarán
tendrá que hacer. Algunos especulan que Fuerza Social pueda
ir por su cuenta con sus propios candidatos; otros predicen que
podría formar una alianza con Alejandro Toledo.
El rechazo a la injusticia, la inequidad y las prácticas
amenazantes del gobierno aprista ha encontrado una expresión
distorsionada en el voto por el "nuevo rostro" en Lima.
Afuera de la capital, el voto por organizaciones regionales expresan
el rechazo general de la estructura política de la vieja
burguesía. Estas organizaciones regionales, sin embargo,
están formadas por comerciantes, profesionales, agricultores,
campesinos, trabajadores y profesores, entre otros. No están
construidas a partir de líneas clasistas.
Como en el resto del mundo, la composición de la clase
trabajadora peruana ha cambiado. Los servicios representan el
53 por ciento del PBI, la industria el 22,3 por ciento y las industrias
extractivas tan sólo el 15 por ciento. Sólo es cuestión
de tiempo para que la crisis económica llegue con toda
su fuerza al Perú. Lo que se postra como una necesidad
por esta catástrofe venidera es el surgimiento de un partido
independiente de la clase gobernante y sus representantes de "izquierda",
capaz de unir a todas las secciones de trabajadores bajo un programa
internacionalista y verdaderamente socialista.
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