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Desempleo en California llega a su nivel más alto en 70 años

Por Andrea Peters
24 Septiembre 2009

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El desempleo oficial de California, estado de mayor población de Estados Unidos, ha llegado a un punto histórico. Al alcanzar una tasa de 12.2%, ha alcanzado su más alto nivel más desde 1940. Sólo en el último año ha aumentado en un 4.6%.

Estas cifras acerca del desempleo, que recientemente fueron publicadas por la Oficina de Estadísticas Sobre el Trabajo, dejan bien claro la realidad social que encubre las declaraciones oficiales de que la recesión de la economía pronto llegará a su fin. Justamente la semana pasada, ante un público del Instituto Brookings en Washington, D.C., Ben Bernanke, presidente del Banco Federal de Reservas de Estados Unidos, proclamó que era "probable que (la recesión) ya ha terminado". Pero para los trabajadores de todo el país, la crisis se intensifica.

Las cifras sobre el desempleo en California son altas, pero en realidad no captan la gravedad de la situación en el estado. Los 2.5 millones de personas que las cifras de agosto representan no incluyen a los se han dado por vencido en encontrar empleo, o siquiera a aquellos que involuntariamente trabajan horas limitadas. Según ciertos cálculos, el desempleo y el subempleo juntos llegan a una tasa de 23%, lo cual representa casi un cuarto de la población del estado.

Pero esta cifra ni siquiera toma en cuenta los miles de inmigrantes indocumentados en el estado que están desempleados. Muchos inmigrantes trabajan en la industria de la construcción de viviendas, la cual ha sido devastada por la recesión. La crisis económica, también afecta a los trabajadores en México, Centroamérica y Sudamérica, pues millones de familias en esos lugares dependen de las remesas que sus parientes en Estados Unidos les envían.

Lo que sucede en California no es único al estado. Los estados de Nevada y Rhode Island tienen tasas de desempleo aún mayores. In el estado de Michigan, las quiebras forzadas de Chrysler y General Motors, que fueron planificadas, organizadas y supervisadas por el gobierno de Obama, han contribuido a una tasa de desempleo de 15.2%. En Ohio, otro estado que formaba parte del corazón industrial del país, la tasa de desempleo ha llegado al 10.8%. El desempleo general oficial de Estados Unidos pronto llegará a cifras dobles.

No obstante, la tasa de desempleo en California tiene in significado histórico de suma importancia. Conocido como el "estado de oro", a California una vez se le consideraba símbolo de la prosperidad que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial. Además de ser uno de productores agrícolas principales, también era de los centros más importante para las industrias del espacio, el transporte marítimo, los automóviles y la tecnología moderna.

Duran te el período inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, millones de de gente se mudaron en masa al estado. Entre 1940 y 1960, la población creció en un 128%, lo cual no tenía precedentes. El sistema de carreteras, la educación universitaria, los parques públicos, y los sistemas de recreación del estado se crearon durante este período. Ahora, toda la infraestructura que se creó durante esa era efectivamente va a desperdiciarse.

La catástrofe social que ahora aflige al estado no es simplemente consecuencia de fuerzas económicas ciegas. Es una política consciente de gobernador Republicano, Arnold Schwarzenegger, de la legislatura bajo el control de los Demócratas y del gobierno de Obama, quienes se aprovechan del extenso desempleo para reducir los niveles de vida del pueblo trabajador.

Con un presupuesto cuyo déficit es de $45.5 billones, el gobierno estatal recientemente aprobó más de $15 millones en reducciones al presupuesto que afectarán la educación y los programas sociales del estado.

El gobierno de Obama ha rehusado ir al rescate California y de demás estados con déficits en sus presupuestos. A la vez que el gobierno insiste que no se le puede ofrecer ningún dinero al estado prevenir la destrucción de su infraestructura pública, promete un fondo de trillones de dólares para rescatar a Wall Street. Los bonos que se le han pagado a los nueve bancos principales del país, todos beneficiarios a la generosidad del gobierno, llegaron a in total de $33 billones el año pasado, cifra que de por sí misma podría resolver por lo menos una porción del déficit de California.

Entre los programas sociales del estado que han sido saqueados debido a las reducciones presupuestales se encuentran los siguientes: Medi-Cal; pagos suplementarios del seguro social; servicios de salud y bienestar social para niños; servicios de acogida para niños huérfanos; refugios para víctimas de la violencia en el hogar; servicios de salud para pacientes que sufren de VIH/SIDA; y niños que padecen de enfermedades bucales. Además, lo ajustes por costo de vida para Cal-Works, programa estatal para en bienestar social, han sido eliminados.

A los trabajadores del estado se les ha reducido la semana laboral a dos día por semana, lo que equivale a una reducción de sus salarios en el 15%. La crisis también tiene sus repercusiones en los gobiernos locales. En Los Ángeles, el alcalde de la ciudad recientemente anunció que miles quedarán cesantes y que los trabajadores municipales no recibirán ningún sueldo por días de licencia.

Por otra parte, las reducciones a la educación pública han resultado en una extensa pérdida de empleos para los maestros y otro personal de ayuda en los distritos escolares que sirven los grados desde el kindergarten al cuarto bachillerato de la normal o escuela preparatoria. Al nivel universitario, más de medio millón de estudiantes se enfrentan a un aumento de las cuotas escolares en el 30% o más en las instituciones financiadas por el estado. Miles de miembros del personal universitario y del profesorado han quedado cesantes a través de todo el estado.

La crisis económica ha resultado en la eliminación de una gran parte de la base industrial de California. Por ejemplo, Toyota ha anunciado el cierre de su fábrica, NUMMI, en la ciudad de Freemont, California del Sur, lo que resultará en la eliminación de 4600 empleos y la desaparición de la última fábrica de automóviles del estado.

El retorno a niveles de desempleo que no se han presenciado desde que terminara la Gran Depresión es una clara expresión del fracaso del capitalismo estadounidense y de su sistema político.

La crisis en California pone en relieve la necesidad de la clase trabajadora adoptar una nueva estrategia política. El Partido Socialista por la Igualdad (PSI; en inglés SEP, siglas del Socialist Equality Party) aboga por la inversión de trillones de dólares para establecer un programa nacional de obras públicas que garantice empleo para todos y la reconstrucción de la infraestructura del estado; es decir, carreteras, escuelas públicas, parques y centros culturales en todos los barrios y vecindarios. El objetivo del programa es fomentar inversiones productivas y ponerle paro al dinero público que las especulaciones bancarias desperdician.

El PSI exige ayuda inmediata a los desempleados, inclusive el aumento y extensión de los beneficios de desempleo para prevenir la pérdida de ingresos. Hay que ponerle paro a todas las ejecuciones hipotecarias. Todos los trabajadores despedidos deberían gozar de beneficios para la atención médica y de la salud.

La realización de todas estas demandas esenciales, sin embargo, requiere la lucha política coordinada de la clase trabajadora internacional. Como una perspectiva del WSWS dejó bien claro recientemente, la crisis del desempleo es una crisis mundial, consecuencia de una ofensiva implacable por parte de la clase gobernante contra las normas y niveles de vida de los trabajadores en todo el mundo.

El regreso de condiciones de vida que no se han visto desde la Gran Depresión es, en última instancia, producto de una sociedad que subordina las necesidades de la enorme mayoría de la población a las ganancias privadas de los bancos y empresas gigantes. La crisis sólo puede resolverse estableciendo al Partido Socialista por la Igualdad como el partido independiente de la clase trabajadora, cuyo objetivo es la reorganización de la economía para satisfacer las necesidades sociales, no las ganancias privadas.

Para comunicarse con el PSI, visite socialequality.com

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