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Gobierno Peruano deroga decretos para explotar la Amazonía
Por Luis Arce
24 Junio 2009
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el autor
Ante la protesta masiva dirigida por los pueblos indígenas,
el gobierno del Presidente Alan García y el parlamento
peruano derogaron dos decretos llamados a abrir la explotación
de los vastos recursos naturales amazónicos a manos de
la transnacionales. La derogatoria representa una derrota para
el Tratado de Libre Comercio (TLC) firmado entre los Estados Unidos
y Perú.
El diario La República informó que "El presidente
admitió que fue una equivocación haber excluido
a los indígenas para elaborar el paquete de la Ley Forestal,
esa falta de diálogo provocó la muerte de 34 personas,
entre indígenas y policías"
Según el gobierno, 24 policías y solo nueve indígenas
murieron en los enfrentamientos. Sin embargo, hospitales y organizaciones
religiosas de la zona han presentado cifras de civiles muertos
mucho mayores. Testigo han declarado que la policía quemó
los cuerpos de manifestantes, los pusieron en bolsas negras y
los arrojaron al río.
No hay una pisca de sinceridad en las palabras pronunciadas
por García. Durante las nueve semanas anteriores a la masacre
de Bagua [ver http: ] García hizo varias declaraciones
ignorando los derechos de los nativos, diciendo que el "no
tenía que consultar con nadie," y que "su gobierno
no se dejaría chantajear."
García se vio obligado a aceptar las demandas de los
indígenas cuando se dio cuenta que el estado había
perdido el control del territorio amazónico, y que las
medidas represivas de su gobierno sólo habían logrado
encender la protesta masiva que ahora amenazaba la estabilidad
del gobierno.
Las luchas en la amazonía peruana también recibieron
apoyo internacional, particularmente de grupos indígenas
en otros países latinoamericano. De acuerdo a la agencia
de noticias EFE, los indios mexicanos amenazaron con ocupar la
embajada peruana en su país, "si continuaba la masacre
del pueblo indígena."
"Diversas organizaciones de pueblos indígenas,"
dijo EFE, "entregaron hoy en la sede de la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) en México una carta en la
que solicitaron que cese el genocidio en Perú' y
que se respeten los derechos de los pueblos."
"Los convocantes de la protesta pidieron al secretario
general de la ONU, Ban Ki-moon, la creación de una comisión
internacional que revise lo que está sucediendo en Perú,"
de acuerdo a EFE.
Mario de Jesús Pascual, del Consejo Mazahua de la Región
Almoloya de Juárez, recordó que el Perú había
ratificado en 1993 el Convenio 169 de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), que determina la protección de "los
valores y prácticas sociales, culturales, religiosos y
espirituales propios" de los pueblos indígenas.
Desenmascarando las mentiras del Presidente García,
Pascual añadió que el convenio especificaba que
"el gobierno peruano debería consultar a los indígenas
cuando se quieran explotar los recursos naturales que estén
en los territorios que ellos habitan," informó EFE.
Sintiendo el apoyo de cientos de miles de obreros y estudiantes
que durante la Jornada de Lucha del 11 de junio salieron a las
calles, y también el apoyo de organizaciones internacionales
como en México y nativos de Ecuador y Bolivia, los indígenas
amazónicos escalaron sus protestas tomando control de las
principales carreteras uniendo la selva con las ciudades costeñas,
incluyendo la capital Lima.
En puntos de control, los nativos, armados con lanzas, decidían
que camiones podían transitar y cuales no. Con la mayoria
de peruanos culpando al gobierno por la masacre de Bagua, la policía
no estaba en posición de intervenir.
Bajo estas condiciones, el uso de la fuerza sólo habría
provocado un conflicto nacional que podría traerse abajo
al gobierno.
El gobierno norteamericano también se vio obligado a
abandonar su posición original de apoyo intransigente al
uso de la fuerza estatal. Antes de la masacre de Bagua, Washington
había expresado su preocupación de que si el Perú
no complía en llevar adelante los decretos para la explotación
de la Amazonía, los EE.UU. considerarían declarar
nulo el TLC.
Durante una ceremonia la semana pasada donde el embajador norteamericano
hizo la entrega de $4.4 millones de equipo de armamento a las
Fuerzas Armadas del Perú, el embajador Michael McKinley
dijo que ahora "su gobierno apoyaba el diálogo entre
el gobierno peruano y los indígenas."
En su mensaje a la nación el 17 de junio, el Presidente
García dijo que el conflicto de Bagua "es una suma
de errores y exageraciones en las que sale perdiendo el Perú."
Esto es más de las mentiras de García.
La prensa peruana acaba de publicar nueva evidencia sugeriendo
que la masacre no fue el resultado de "una suma de errores"
sino un acto de violencia diseñado para aplastar a la oposición
que se había convertido en intolerable para el gobierno
y que era un obstáculo par la adaptación del TLC
en el territorio amazónico.
La República (18 de junio) publicó una entrevista
con Salomón Awanash Wajush, Presidente del Comité
de Lucha Nacional Amazónica de los Pueblos Indígenas.
La entrevista muestra que los indígenas estaban en contacto
con el jefe de la policía y que habían acordado
levantar el bloqueo de la carretera un día antes de que
la policía lanzase su ataque mortal. Awanash estuvo a la
cabeza de las cinco cuencas que apoyaron el paro amazónico
en Bagua.
La República: ¿Cómo fue la negociación
con la policía durante los días de paro? Tenemos
entendido que en todo momento hubo contacto con el general PNP
Javier Uribe Altamirano, quien había dado su palabra de
no usar la fuerza y conversar hasta llegar a un entendimiento.??
Awanash: Así es. Tuvimos varias conversaciones en las
que también participaron las autoridades de Amazonas y
de la Iglesia. Es más, el viernes anterior al ataque, dialogamos
pacíficamente con el general Uribe y llegamos al acuerdo
de que para evitar el enfrentamiento con los camioneros, dejaríamos
libres por ese día -de 2 a 6 de la tarde- los dos carriles
de la carretera. ??
La República: ¿Es cierto que el viernes 5 de
junio, el día del ataque, habían quedado en conversar
a las 10 de la mañana???
Awanash: Un día antes, el jueves 4, nos reunimos a las
6 de la tarde con el general Uribe. Nosotros ya sabíamos
por la radio que había una orden para sacarnos y queríamos
corroborarlo. El general nos dijo que ya no tenía más
tiempo para darnos, que estaba fuera de sus manos la decisión
de dejarnos protestar, y que si lo hacía, arriesgaba su
cargo porque ya había recibido la orden de sus superiores
de sacarnos de la carretera.??
La República:¿Y qué decidieron ante el
inminente desalojo???
Awanash: Nosotros le pedimos al general una tregua para salir
de la carretera. Junto al obispo de Jaén le pedimos una
tregua hasta las 10 de la mañana del viernes 5. Lo aceptó
con la condición de que el único punto de la agenda
era arreglar el pase y que si no abríamos la carretera
luego de eso iba a restaurar el orden a la fuerza. Nosotros le
preguntamos qué haría si recibía la orden
antes de esa hora y dijo que así recibiera la orden de
Lima, él nos esperaría hasta las 10 de la mañana
porque su gente no haría nada sin su orden, que confiáramos
en su palabra. Pero a las 5 y 50 de la mañana la policía
comenzó a aparecer por el cerro de la Curva del Diablo.
Me sorprendí y traté de ubicar al general Uribe.
Llamaba al celular del general pero no contestaba, estaba apagado.??"Ataque
empezó disparando de frente al cuerpo "?
La República: ¿Ustedes estaban dispuestos a irse
luego de las 10 de la mañana???
Awanash: Sí, esa misma noche acordamos regresar y dar
el pase. Si pedimos hasta las 10 de la mañana fue para
darnos tiempo, para comunicar a los 3 mil 500 hermanos que debían
salir de la carretera, ver la manera de conseguir movilidad para
irnos. ??
La República: ¿Consideran que el objetivo del
gobierno era eliminarlos???
Awanash: Sí, de otro modo no entendemos por qué
atacaron por el cerro si lo que se quería era liberar la
carretera. Eso demuestra que fueron a matar. ??
La República:¿Cómo se inició el
ataque???
Awanash: Sí Cuando vieron a personas apareciendo a lo
lejos del cerro, los compañeros fueron a ver quiénes
eran y se dieron cuenta de que eran policías. El ataque
comenzó en el cerro y disparando de frente al cuerpo. En
ese momento caen dos hermanos muertos. Cuando vemos esto empezamos
a gritar que no disparen pero seguían y una bala le cayó
a nuestro hermano Santiago (Manuin Valera). A los 10 minutos aparecieron
los helicópteros, dos de la policía y uno del Ejército.
Desde allí disparaban y lanzaban los gases lacrimógenos
y las balas mataron a David Jausito, de la comunidad de La Curva,
y a Jesús Carlos Timias, de Uracuza. Cayeron casi juntos,
baleados desde el helicóptero.
La derogatoria de las decretos significa más problemas
para el Presidente García que está haciendo llamados
desesperados a la reconciliación en el nombre de "salvar
al Perú de la crisis mundial."
Mientras García reclama que su programa económico
cuenta con el apoyo de 80 por ciento de la población, de
acuerdo a una encuesta de la Universidad Católica, el 18
por ciento de peruanos desean que el programa continúe,
el 47 por ciento quiere ver reformas y el 30 por ciento desea
cambios radicales.
Diciendo que están de nuevo en el punto de partida,
el Presidente, sin embargo, no dijo qué es lo que eso significa
para los $10 billones de inversión extranjera ya contemplados
para la exploración petrolífera, la construcción
de una hidroeléctrica y la explotación de la madera.
La crisis económica sólo puede empeorar con el
peligro de que el capital extranjero deje de fluir, especialmente
ahora que los dólares de exportaciones han caído
estrepitosamente después del colapso de los precios de
mercancías en el mercado mundial.
Mientras tanto, la lucha contra la pobreza y la explotación
en el Perú continúa. El pueblo de Andahuaylas, por
ejemplo, inició una huelga indefinida en apoyo a los indígeneas
amazónicos y exigiendo la derogatoria de los decretos 1064
y 1090. La lucha continúa con sus propias demandas, incluyendo
la renuncia del presidente y su gabinete. En semanas recientes,
también, han surgidos luchas independientes en ciudades
como Chiclayo y Chimbote.
Ultimamente, García ha tratado de culpar a su Primer
Ministro Yehude Simon por la masacre de Bagua. Este ha ofrecido
su renuncia por su papel en la represión. García
aprovechó para alabar a Simon, un ex izquierdista, declarando
que tenía toda su "confianza," añadiendo
"soy un hombre que cree en buenas intenciones."
No debe caber duda que el retroceso de García sólo
es temporal y táctico. Su gobierno sigue comprometido a
la explotación del gas y petróleo amazónico
como parte central de su política económica. Más
aún, poniendo de lado las palabras conciliatorias hacia
los indígenas, su gobierno reclama que las protestas son
producto de "fuerzas externas," acusando a Hugo Chávez
de Venezuela y Evo Morales de Bolivia de haber instigado la revuelta.
Las relaciones entre Lima y La Paz han llegado a un punto muy
bajo después que el ministro del exterior del Perú
Jose Antonio García Belaúnde declaró que
Morales es "un enemigo del Perú."
"El (Morales) está llamando a la violencia, de
eso no tengo la menor duda," declaró Garcia Belaúnde
a una estación de radio. "Si por tres años
el Presidente Morales no ha hecho nada más que atacar al
Perú, puedo llamarlo un enemigo."
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