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Crisis fiscal de California amenaza con la ruina a millones
de personas
Por Por Rafael Azul y Dan Conway
13 Junio 2009
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el autor
La versión original en inglés de este artículo
apareció en nuestro sitio el 10 de junio, 2009.
El gobernador del estado de California, Arnold Schwarzenegger
ha decretado que este estado tiene hasta el 15 de junio para equilibrar
su presupuesto. La tesorería del “estado dorado”
se enfrenta a un enorme déficit que no para de expandirse.
La reacción del gobierno a la crisis ha sido lanzar ataques
feroces contra la educación escolar, la atención
médica y lo que queda de la malla social protectora.
A pesar de tres años de reducciones presupuestales intensas,
el pronóstico para el presupuesto del 2010 incluye un déficit
de $26.800.000.000. El déficit en 2009 había sido
$14.8000.000.000.
Schwarzenegger ha advertido que si California no puede equilibrar
su presupuesto antes de mitad de mes, el estado no podría
asegurar los necesarios préstamos a corto plazo para pagar
sus cuentas inmediatas.
El mensaje de los bancos y los fondos para proteger las inversiones
es que no habrá préstamos hasta que el gobernador
y la legislatura controlada por el partido Demócrata hagan
un presupuesto de austeridad basado en la destrucción de
los programas de bienestar social, tales como el seguro médico
para los pobres; los programas para los ancianos, discapacitados,
y los enfermos mentales; la recreación en los parques;
y la educación.
A fines del mes pasado, la agencia Fitch, que asesora la capacidad
del estado para pagar sus deudas, rebajó su valoración
de las deudas de California de estables a negativas. Los inversionistas
utilizan esta valoración cuando deciden prestarle dinero
adicional al estado o no.
A efectos prácticos, al gobierno estatal se le ha impedido
acceso al mercado crediticio hasta que se pueda reestructurar
la economía según las exigencias de Wall Street.
El colapso fiscal del estado se ha vuelto una excusa para alterar
fundamentalmente las relaciones entre las clases sociales del
estado y destruir lo poco que queda de los adelantos que el pueblo
trabajador lograra en otra época. La aserción que
no hay ninguna otra manera de salir de esta es una gran mentira
cuyo único propósito es defender los intereses de
la oligarquía que controla la economía y de los
ricos y las grandes empresas.
El gobierno de Obama, que ha entregado billones de dólares
para rescatar a los bancos, se ha negado en acceder a peticiones
para ayudar directamente a la economía de California. También
se ha negado en garantizar los préstamos al estado. Al
actuar de esa manera, el presidente ha dejado bien claro que está
aliado a la rica oligarquía que quiere imponer estas reducciones
tan drásticas.
Obama insiste en que California resuelva los problemas “estructurales”
de su presupuesto y así sirva de modelo para lo que él
espera se ponga en práctica en el resto del país.
Muchos otros estados también se enfrentan a reducciones
drásticas.
Aliándose con la legislatura del estado y el Partido
Demócrata, Schwarzenegger ahora propone reducciones devastadoras
que llenarían la brecha entre los ingresos y los gastos.
Este año, el presupuesto para los fondos generales sería
rebajado aproximadamente en $8 billones a $92.4 billones.
El 26 de mayo, el gobernador señaló más
de 20 programas que serían eliminados o reducidos enormemente
como parte del nuevo plan presupuestal. El 8 de junio Schwarzenegger
anunció un cese inmediato a la financiación de los
contratos del el estado.
Entre los programa sociales que van ser eliminados definitivamente
se encuentran el programa transicional que le busca empleos a
personas que reciben asistencia social del estado; Calworks [programa
que ofrece oportunidades y responsabilidades de empleo a jóvenes
y asiste con dinero, servicios de empleo y otros beneficios a
familias necesitadas]; y el programa de seguro médico para
niños. Si estos cambios se imponen, California se transformará
en la única región entre las naciones capitalistas
avanzadas que no protegerá a las pobres familias de madres
solteras y a sus hijos.
En una manifestación de californianos discapacitados
ante el Comité sobre Conferencias Acerca del Presupuesto,
Will Lightbourne, director de la Agencia para los Servicios del
Condado de Santa Ana, declaró: “Hasta ahora ninguna
nación moderna civilizada ha propuesto esta artimaña
p[ara equilibrar el presupuesto...Cuando la red social se elimine
totalmente o aún parcialmente, todas las relaciones sociales
se quebrarán y lo que antes eran comunidades se convertirán
en campamentos”.
Acabar con CalWorks significa el fin del dinero que subvenciona
a medio millón de madres y a un millón de hijos.
El valor promedio de los cheques enviados todas las familias es
ridículo: $651 al mes, cantidad que en el estado de California
es insuficiente para pagar el alquiler de un modesto apartamento,
para no mencionar la comida, ropa y otras necesidades primordiales.
Como dice el Sr. Lightbourne, la eliminación de estas subvenciones
para estas familias va a resultar en que “desciendan inmediatamente,
no a la pobreza, pues ya son pobres, sino a una vida sin techo;
a la indigencia total”.
Además de la propuesta para eliminar CalWorks, el gobierno
de California tiene la intención de cerrar 20 parques estatales;
eliminar los fondos para las clínicas dedicadas al tratamiento
de personas con VIH o SIDA; reducir las subvenciones estatales
destinadas a personas ancianas, ciegas y discapacitadas de bajos
recursos a los niveles mínimos que el gobierno federal
requiere; reducir drásticamente la asistencia domiciliaria
a personas ancianas; y desviar los fondos destinados a programas
para la salud mental.
Durante el año fiscal actual y los que siguen, casi
$6 billones serán arrancados del sistema de educación
pública, inclusive la educación desde el kindergarten
hasta el último año de bachillerato [preparatoria];
las universidades comunitarias (que ofrecen solamente los dos
primeros años), y los dos sistemas universitarios del estado.
(Ver “Public Education Devastated by California Budget Cuts”/
“Reducciones en el presupuesto devastan la educación
pública”.)
Las medidas de austeridad que se han propuesto, junto con las
que se han puesto en práctica, resultarán en una
catástrofe para el estado. Los efectos sólo han
comenzado a sentirse últimamente. Para septiembre, casi
50,000 maestros, 5000 trabajadores estatales y decenas de miles
de empleados en el sector privado perderán sus empleos.
Cientos de trabajadores en los gobiernos locales del estado también
se quedarán sin empleo.
El gobierno de Schwarzenegger ha propuesto confiscarle a los
gobiernos locales, que ya sufren enormes presiones económicas,
$2 billones.
La Ciudad de Los Ángeles recientemente aprobó
el despido de 400 empleados, y ha forzado a los trabajadores que
todavía permanecen empleados a aceptar dos días
al mes sin pago. El 8 de mayo, la Ciudad de Vallejo, que una vez
fue la capital del estado, peticionó para declararse en
bancarrota. Es la mayor ciudad de California en tomar semejante
decisión.
El gobierno estatal de Schwarzenegger defiende la necesidad
de las reducciones. “Si no hacemos esto, creo que nos veremos
cara a cara con consecuencias catastróficas, porque al
estado simplemente se le va a acabar el dinero y quedará
insolvente, lo cual no podemos permitir”, puntualizó
el gobernador.
Es decir, para asegurar los intereses de los acreedores, el
gobierno de Schwarzenegger está maquinando la versión
californiana, bipartidista, del plan General Motors. De la misma
manera que la restructuración de GM se basa en ofrendar
a la burguesía los empleos y normas de vida de los trabajadores
automovilísticos — para no decir en la bancarrota
de comunidades enteras - la restructuración de California
requiere ataques a gran escala contra las normas de vida de los
empleados del estado y un fin a los programas sociales de los
cuales millones de californianos dependen.
Schwarzenegger dejó esto bien claro el sábado,
6 de junio, cuando el periódico Sacramento Bee lo interrogó.
El gobernador criticó ferozmente las “beneficios increíbles”
que se le pagan a los trabajadores del estado.
Los pronósticos para los ingresos del 2910, lo cual
incluye un aumento de $6 billones de año en año,
dependen de una rápida recuperación económica
en el estado. No obstante, existe toda razón para creer
que la presente crisis ha de continuar; los ingresos procedentes
de las rentas internas seguirán declinando. California
cuenta con la cuarta tasa de desempleo más alta del país,
pero en términos absolutos tiene la mayor cantidad de trabajadores
desempleados. En el muy probable caso que la economía no
se recupere este año, por lo tanto, las reducciones presupuestales
serán aún más drásticas.
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