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El voto "No" en Ford

Por Joe Kishore
11 Diciembre 2009

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Este artículo apareció en nuestro sitio en su inglés original el 2 de noviembre, 2009.

El decisivo voto de los trabajadores de Ford rechazando el contrato de concesiones elaborado entre la compañía y el sindicato United Auto Workers (Unión de Trabajadores Automotrices) es un importante avance, no sólo para los trabajadores de Ford sino para todos los trabajadores automotrices y la clase trabajadora en conjunto, tanto en los EE.UU. como internacionalmente.

El rotundo voto "No"—aproximadamente 75 por ciento del total y más de 90 por ciento en varios locales—demostró una gran determinación y coraje frente a las amenazas e intimidación por parte de la compañía, el sindicato y los medios de comunicación. El voto ha resaltado el hecho de que la clase trabajadora está preparada para defender sus trabajos y estándares de vida, y que los mayores obstáculos para ejercer tal lucha son los así llamados "sindicatos"—como la UAW—que funcionan como policía industrial y socios de las corporaciones.

El voto es una expresión de la creciente resistencia en la clase trabajadora contra el aumento del desempleo, los recortes de salarios y el incremento de la productividad, por un lado, y contra los rescates de los bancos por el gobierno y las bonificaciones récords de Wall Street, por el otro. El voto en Ford alentará a los trabajadores en la industria automotriz y en otras secciones de la economía a tomar posiciones similares contra los ataques de las corporaciones, que cuentan con el apoyo de la administración Obama.

El voto es un hito histórico. Es el primer rechazo de un contrato nacional desde 1982, y el primero en Ford desde 1976. En las tres décadas de intervalo, la UAW dedicó todas sus energías a suprimir la resistencia de los trabajadores automotrices. Similarmente, ayudó a pasar una serie de concesiones en salarios y beneficios, a la vez que supervisaba la destrucción de cientos de miles de trabajos. Unos 750 mil trabajos automotrices han sido eliminados incluyendo más de 130 mil en Ford.

Mientras que el voto representa un primer paso importante, los trabajadores no deben tener la ilusión de que, al rechazar el contrato, ellos han derrotado las demandas de más concesiones. Ford y la UAW fueron tomados por sorpresa por el voto "No" y por la gran escala del rechazo al contrato. Ellos declararon que no intentarían una segunda vuelta, sin duda porque concluyeron que esta vez no pueden obtener un revés. Sin embargo, el presidente de la UAW Ron Gettelfinger, aludiendo al vencimiento del actual contrato en el 2011, declaró: "No nos vamos a rendir".

No puede haber duda alguna que el UAW se encuentra en intensas discusiones con Ford sobre como imponer las demandas de la compañía. Mientras la votación estaba en su curso, oficiales de los sindicatos locales circularon una petición buscando una segunda vuelta en Sterling Axle en Michigan, alegando que la compañía estaba amenazando con mover la producción a otro lado. Esto fue citado por los oficiales de la UAW en otros locales sindicales en un intento de chantajear a los trabajadores para que voten "Sí".

Estas amenazas serán intensificadas. Habrá una campaña para imponer concesiones en las reglas laborales y otras medidas par aumentar la productividad. Las amenazas de llevarse el trabajo a otro sitio, cortar empleos y turnos, e incluso cerrar plantas enteras, serán usadas para enfrentar a trabajadores de una planta contra otra y de un local sindical contra otro, además de enfrentar a los trabajadores estadounidenses contra los su similares canadienses o de cualquier otro país con el fin de dividir, debilitar y desmoralizar la fuerza del trabajo.

Para contrarrestar tales esfuerzos, es crítico que la derrota del contrato se vuelva el punto de partida para una mayor ofensiva por parte de los trabajadores de base en contra de la compañía y el UAW.

No es una cuestión de presionar a la UAW o votar por un "nuevo liderazgo" como abogan varias de sus facciones disidentes dentro del aparato sindical. La UAW es un sindicato sólo en nombre. Es el mayor accionista en las tres más grandes compañías de autos. Sus finanzas y los salarios de sus ejecutivos dependen en la habilidad de estas compañías para extraer grandes ganancias recortando empleos y salarios e incrementando la explotación de los trabajadores.

Es necesario que trabajadores actúen independientemente. Los trabajadores de Ford deben establecer comités de base para oponerse a la UAW. Se debe desarrollar una campaña que abarque toda la industria automotriz, organizando huelgas y ocupaciones de plantas para revertir los recortes al salario y beneficios que ya han sido impuestos, y también para impedir nuevos despidos y cierres de plantas.

Al votar contra las concesiones, los trabajadores de Ford están emitiendo un voto de no confianza en la UAW. Después de décadas de concesiones, los trabajadores miran a esta organización con desprecio y disgusto. Sin embargo, las cuestiones fundamentales están estrechamente relacionadas con las políticas en bancarrota de esta organización: su apoyo al Partido Demócrata y al sistema bipartidista, su perspectiva nacionalista y su defensa del capitalismo.

Los últimos ataques a los trabajadores automotrices han sido orquestado por la administración Obama. A pesar de sus promesas por el "cambio", una de los primeros actos de Obama fue exigir que los trabajadores de General Motors y Chrysler acepten nuevos recortes de salarios y beneficios, a la vez que presionaba para estas empresas se declarasen en bancarrota, lo cual ha resultado en la destrucción de decenas de miles de trabajos.

El contrato rechazado por los trabajadores de Ford fue modelado por el Comité de Trabajo de la Industria Automotriz formado por Obama, en base a las concesiones impuestas en GM y Chrysler. Su objetivo era iniciar un asalto mucho mayor a los salarios y estándares de vida de la clase trabajadora en conjunto. Esta tarea ya ha está bien avanzada. Desde que Obama forzó la bancarrota de General Motors y Chrysler, los recortes salariales se han expandido a todos los sector en la economía estadounidense.

Como su predecesor Bush, Obama es un representante de las secciones más poderosas de la élite financiera, la cual está determinada en que la clase trabajadora pague por los multi-billonarios rescates financieros y que asuma el peso de la crisis del capitalismo estadounidense.

La administración Obama demuestra la inutilidad de los trabajadores que buscan defender sus intereses dentro del marco del sistema política existente, el cual está dominado por dos partidos del gran capital. La acción industrial independiente por los trabajadores debe ser combinada con una nueva perspectiva política: la construcción de un partido de masas de la clase trabajadora para luchar por un gobierno de los trabajadores.

El nacionalismo ha sido un sello distintivo de la UAW y todo el aparato de la AFL-CIO (la central sindical estadounidense). Para minar la conciencia de clase- y unir a los intereses de los trabajadores a las tres grandes empresas automotrices, la UAW ha promovido la mentira de que los trabajadores en los EE.UU. pueden defender sus intereses incrementando la competitividad de sus "propias" compañías y oponiéndose a las luchas de los trabajadores en México, Canadá, Europa y Asia.

La industria automotriz, como el sistema capitalista en conjunto, está globalmente organizada. Al enfrentar a los trabajadores de diferentes países entre ellos, las corporaciones han sido capaces de atacar a los trabajadores en cada país. Una lucha contra este ataque requiere la solidaridad internacional de los trabajadores, basada en el reconocimiento de que la clase social, y no la nación, es la división fundamental en la sociedad.

Sobre todo, los trabajadores automotrices confrontan la cuestión del capitalismo, un sistema social basado en la propiedad privada de los bancos y las corporaciones. Las decisiones que afectan las vidas de millones, incluyendo qué bienes son producidos y cómo los recursos de la sociedad son distribuidos, son hechos en base a cómo mejor asegurar la riqueza de una pequeñísima minoría de la población, la cual controla los mecanismos de la vida económica.

Por décadas, el sistema político, con la estrecha colaboración del AFL-CIO, ha trabajado sin cansancio para promover la ilusión de que el capitalismo puede garantizar un buen nivel de vida para los trabajadores. La cacería de brujas contra los socialistas y la implacable propaganda anti-socialista han dejado a la clase trabajador sin una perspectiva para luchar contra el violento ataque de las corporaciones.

El socialismo significa la organización de la vida económica para servir necesidades sociales, no las ganancias privadas. Significa convertir las gigantescas fuerzas económicas, incluyendo los monopolios globales automotrices, en empresas de servicio público democráticamente controladas. Significa la expropiación de la riqueza de la élite financiera y corporativa, la cual actualmente se engorda a sí misma con la miseria social de millones de personas, y la redirección de los recursos sociales para solucionar los problemas que confronta la población mundial.

El voto "No" de los trabajadores de Ford es una evidencia más de que el año pasado no se ha ido en vano. La crisis económica ha ayudado a destruir las ilusiones en el sistema capitalista y todas aquellas organizaciones—incluyendo los "sindicatos" pro-corporaciones—que se basan en la defensa de este sistema.

El crecimiento de una oposición masiva en la clase trabajadora es inevitable. Hoy esta oposición está en sus primeras etapas, y sus más amplia implicancia y significancia todavía no son entendidas por la mayoría de los trabajadores. Mientras un nuevo periodo de lucha de clases se abre poco a poco, la cuestión crítica es la construcción de un nuevo liderazgo socialista en la clase trabajadora, basado en el entendimiento que nada fuera de la transformación revolucionaria de la sociedad mundial puede resolver la crisis a favor de los intereses de la clase trabajadora.

Urgimos a los trabajadores que estén de acuerdo con esta perspectiva que contacten al Partido de la Igualdad Socialista y que se unan a la lucha por el socialismo.

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