WSWS
: Español
Obama exonera a los torturadores de la CIA
Por Patrick Martin
22 Abril 2009
Utilice
esta versión para imprimir | Envíe
esta conexión por el email | Email
el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio en
su inglés original el 17 de abril, 2009
El presidente Barack Obama anunció el pasado miércoles
que los agentes de la CIA implicados en los casos de torturas
a prisioneros durante los últimos siete años no
van a ser enjuiciados ni castigados. Cuando el Departamento de
Justicia hizo públicos los memorandos en los que se documentaban
con todo tipo de detalles espeluznantes las directrices seguidas
por la administración Bush en los interrogatorios, la Casa
Blanca dejó claro que ni quienes ordenaron la tortura,
ni quienes la ejecutaron, tendrían que enfrentarse a la
justicia.
La Oficina del Asesor Jurídico, un brazo del Departamento
de Justicia estadounidense, fue quien escribió, en 2002
y 2005, los cuatro memorandos publicados el miércoles.
Forzó su publicación un tribunal que estableció
una fecha tope para la misma en un juicio del Acta por la Libertad
de Información promovido por la Unión por las Libertades
Civiles Americanas (ACLU, por sus siglas en inglés).
La ACLU denunció el comunicado de la Casa Blanca de
Obama excluyendo cualquier enjuiciamiento de los torturadores.
Anthony Romero, Director Ejecutivo de la ACLU dijo que los memorandos
proporcionan pruebas más irrefutables aún
de que los funcionarios de la administración Bush, al más
alto nivel del gobierno, autorizaron y dieron su bendición
legal a actos de tortura que violan tanto el derecho internacional
como el estadounidense.
El documento de los memorandos detalla los métodos empleados
contra treinta prisioneros -un número mayor del anteriormente
admitido- que incluían simulación de ahogamiento,
palizas y patadas, estamparles la cabeza contra un muro, bofetadas,
mantenerles de pie durante largos períodos de tiempo, desnudez
forzosa, sujeción prolongada con grilletes, privación
de sueño, privación de alimento y amenazas contra
los miembros de la familia de un detenido.
El Fiscal General Eric Holder, oficial jefe para la aplicación
del derecho estadounidense, defendió la decisión
de no cumplir las leyes contra la tortura diciendo: En una
época de grandes desafíos y de alarmante desunión,
nada vamos a conseguir gastando nuestro tiempo y energía
en tratar de perseguir las culpas del pasado.
El director de la CIA Leon Panetta, un ex congresista demócrata
y ex jefe del gabinete de la Casa Blanca con la administración
Clinton, envió un mensaje a los empleados de la CIA que
habían declarado que la CIA, bajo la administración
Bush, había repetidamente solicitado y repetidamente
recibido seguridades escritas por parte del Departamento de Justicia
de que sus prácticas eran totalmente acordes con las leyes
y obligaciones legales de los Estados Unidos. Esas operaciones
fueron también aprobadas por el presidente y los directivos
del Consejo de Seguridad Nacional y asimismo se informó
de las mismas a los representantes del Congreso.
La declaración de Panetta subraya una de las principales
consideraciones de la Casa Blanca de Obama. Cualquier esfuerzo
serio para someter a enjuiciamiento los sitios negros
de la CIA -las prisiones secretas establecidas como parte de la
guerra contra el terror de la administración
Bush- expondría de forma inevitable a los dirigentes demócratas
del Congreso, incluyendo a la Portavoz de la Cámara, Nancy
Pelosi, y al líder de la mayoría en el Senado, Harry
Reid, a sanciones criminales porque ellos sabían, y aprobaron,
los brutales métodos ordenados por Bush y Cheney.
La administración Obama no sólo se niega a enjuiciar
a los funcionarios de la CIA, dijo Panetta, además el Departamento
de Justicia proporcionará asesoramiento legal gratis a
todo aquel que se vea sometido a investigación en
relación con esas operaciones. Esto significa que
el gobierno estadounidense representará y defenderá
a los torturadores de la CIA en caso de que tuvieran que enfrentarse
a una investigación por parte del Congreso, a juicio civil
por parte de sus víctimas, o a acciones judiciales bajo
el derecho internacional, tales como la Convención Internacional
contra la Tortura, de la cual Estados Unidos es signatario. El
gobierno estadounidense pagará también cualquier
sentencia condenatoria contra agentes de la CIA que implique indemnización
por daños.
El mismo Obama envió una carta a todos los empleados
de la CIA explicando su decisión de publicar los memorandos
sobre la tortura, una acción a la que se oponían
Panetta y el ex director de la CIA Michael Hayden. Escribió:
Es necesario que esos memorandos se publiquen en función
de nuestro compromiso con el imperio de la ley. Ese compromiso
se extiende sólo a producir unas hojas de papel -publicadas
con nombres y redactadas con otros detalles comprometedores- pero
no se refiere a imponer ahora algún tipo de sanción
contra quienes cometieron esos crímenes espantosos.
El texto de la declaración de Obama emitido por la Casa
Blanca es la típica mezcla de hipocresía, demagogia
y mentiras que está caracterizando los principales pronunciamientos
del nuevo presidente. Obama nunca utiliza en él la palabra
tortura, sustituyéndola por una serie de eufemismos que
los medios repitieron después como papagayos y donde la
palabra tortura aparece sólo en las citas de
los críticos ante la decisión de la Casa Blanca.
Obama afirma: En una de mis primeras actuaciones como
presidente, prohibí que EEUU utilizara esas técnicas
de interrogatorio porque socavan nuestra autoridad moral y no
nos proporcionan mayor seguridad. En realidad, esa prohibición
no es absoluta y es esencialmente un gesto cosmético con
el objetivo de restaurar la autoridad moral de una
potencia imperialista que ha perpetrado crímenes de guerra
masivos.
Deshaciéndose en disculpas ante la CIA por publicar
los documentos, Obama se apresuró a tranquilizar a las
agencias de inteligencia expresándoles que siguen contando
con su apoyo, declarando: En un mundo peligroso, Estados
Unidos debe desarrollar en ocasiones operaciones de inteligencia
y proteger la información clasificada por motivos de seguridad
nacional. He luchado ya por ese principio en los tribunales y
lo volveré a hacer en el futuro.
Obama describe a los torturadores de la CIA como gentes que
llevaron a cabo sus tareas confiando con buena fe en el asesoramiento
legal del Departamento de Justicia de que no serían sometidos
a enjuiciamiento. Esto recoge los ecos de la defensa de
fue en cumplimiento de las órdenes recibidas
que el Tribunal de Nuremberg rechazó cuando los criminales
de guerra nazi intentaron acogerse a la misma.
Nadie necesitaba un memorando para que le dijeran que los métodos
empleados en los sitios negros de la CIA eran brutales,
repugnantes y criminales. Esa es la razón por la que la
CIA y sus protectores están utilizando tácticas
obstruccionistas frente a los tribunales mucho después
de que esos detalles vieran la luz a través de filtraciones
a la prensa basadas en los relatos de quienes sobrevivieron a
esos interrogatorios, así como a los hallazgos del Comité
Internacional de la Cruz Roja.
La mayor parte del comunicado de Obama está dedicado
a glorificar a la comunidad de la inteligencia, en
un lenguaje que parece haberse hecho eco, palabra por palabra,
de las de Bush y Cheney: Los hombres y mujeres de nuestra
comunidad de inteligencia sirven valientemente en las líneas
del frente de un mundo peligroso. No se reconocen sus logros ni
se saben sus nombres, pero debido a sus sacrificios, todos y cada
uno de los estadounidenses viven más seguros. Debemos proteger
sus identidades con el mismo empeño con que ellos protegen
nuestra seguridad y debemos proporcionarles confianza en que pueden
hacer sus tareas.
La verdad es que las agencias de inteligencia de la CIA cometen
asesinatos, torturas, subversiones y provocaciones en interés
no del pueblo estadounidense sino de la elite gobernante financiero-corporativa
estadounidense. La CIA es vilipendiada por todo el mundo como
Asesinato Incorporado estadounidense, que ha
derrocado gobiernos en nombre de Washington, instigado guerras
civiles y establecido dictaduras militares país tras país.
La declaración de Obama contiene una abyecta cobardía
al doblegarse ante el poder de los aparatos de inteligencia/militar
y adoptar su historia de violencia y contrarrevolución,
como promete en el comunicado: Haré siempre cuanto
sea necesario para proteger la seguridad nacional de Estados Unidos.
Para terminar, el presidente de EEUU declara: Este es
un momento de reflexión y no de castigo... no ganaremos
nada empleando nuestro tiempo y energías en buscar culpas
por el pasado. Nuestra grandeza nacional va incrustada con la
capacidad de EEUU para corregir su curso en concierto con nuestros
valores fundamentales y avanzar con confianza. Es por eso por
lo que debemos resistir a las fuerzas que nos dividen y marchar
juntos en nombre de nuestro común futuro.
¡Qué cínica basura! ¡Como si pudiera
acabarse con la tortura exonerando a los torturadores y ocultando
sus crímenes a la gente!
El mensaje es claro: cualquiera que exija responsabilidades
por los crímenes cometidos bajo la administración
Bush (y continuados bajo la administración Obama) está
actuando para dividir a la nación.
Al declarar una amnistía para quienes perpetraron acciones
que -incluso según la administración Obama- constituían
tortura y eran ilegales, la Casa Blanca está sancionando
una actividad criminal a través del estado. Esto supone
dar carta blanca a los aparatos de inteligencia y militar para
que utilicen cualquier método ilegal que se les antoje.
Obama, al doblegarse ante las fuerzas más reaccionarias
del estado está reforzando el inmenso y siempre creciente
poder que ese estado dentro del estado ejerce sobre
todos los aspectos de la política del gobierno. Es una
demostración más de la descomposición terminal
de la democracia estadounidense.
Traducido del inglés para Rebelión[http://www.rebelion.org/noticia.php?id=84084&titular=obama-exonera-a-los-torturadores-de-la-cia-]
por Sinfo Fernández
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |