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Obama declara la guerra a los trabajadores automotrices

Por Joe Kishore
3 Abril 2009

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Este artículo apareció en nuestro sitio en su inglés original el 51 de marzo, 2009.

El discurso del Lunes del presidente Barack Obama fue nada menos que una declaración de guerra hacia la clase trabajadora. En su declaración, que destilaba arrogancia y cinismo clasista, rechazó las propuestas de recorte de gastos propuestas por General Motors y Chrysler como insuficientes y exigió más concesiones de los trabajadores automotrices.

Nadie puede ignorar la descarada doble postura moral presente en la respuesta de la administración a la crisis económica. Hasta 10 trillones de dólares han sido entregados a los gigantescos bancos y fondos de inversión. Estas sumas han sido facturadas, sin ningunas restricciones, a instituciones cuyas imprudentes especulaciones fueron un factor crítico en crear la crisis económica.

Estos vastos fondos no están yendo hacia la producción de bienes socialmente útiles y valor verdadero, sino para reforzar las cuentas bancarias y portafolios de inversiones de la aristocracia financiera. Tan sólo la semana pasada la administración expresaba su oposición a cualquier intento de reclamar los bonos de los ejecutivos de AIG y otras instituciones rescatadas por el gobierno.

La suma del dinero asignada al rescate financiero de los bancos hace parecer pequeña la cantidad envuelta en la industria automotriz por un factor de varios cientos. Pero cuando se trata de la industria automotriz, Obama declara que las compañías no deben volverse "pupilos del estado" y exige medidas masivas de corte de presupuesto, todas ellas dirigidas en contra de los trabajadores.

Cuando Obama declara que las propuestas presentadas por GM y Chrysler son inadecuadas, el principal objeto de su ataque es la clase trabajadora. Para llevar a cabo una "reestructuración fundamental", Obama declara, "requerirá que los sindicatos y a los trabajadores hagan más concesiones encima de concesiones extraordinariamente dolorosas que ha hicieron".

El impacto de estas demandas de más concesiones de los trabajadores será devastador. Actualmente, 400,000 trabajos se han perdido en el último año en la industria automotriz y decenas de miles más están en la guillotina. Los trabajadores serán botados de sus trabajos en medio del peor "mercado de trabajo" en generaciones.

Los salarios serán rebajados adicionalmente; las reglas de trabajo serán hechas polvo para incrementar la explotación; la cobertura médica, pensiones y otros beneficios serán recortados o eliminados. Inmediatamente puestos en la mira están los beneficios médicos de cientos de miles de retirados.

No sólo las compañías de los Tres Grandes, sino una significante sección de la industria dependiente, desde los abastecedores a los comerciantes, está siendo amenazada.

Antes de que el ataque acabe, los trabajadores aún contratados en la industria serán sometidos a condiciones cuasi esclavistas, virtualmente sin beneficios o seguridad laboral.

La administración casi ha firmado una sentencia de muerte para Chrysler y sus 26,000 trabajadores por hora, dándole unos meros 30 días para llegar a un acuerdo de fusionarse con Fiat o perder el derecho de ayuda gubernamental adicional. Obama así mismo está empujando a GM y sus 62,400 trabajadores hacia la corte de quiebras, las cuales serían usadas como un "mecanismo para ayudarlos a reestructurarse rápidamente y emerger mucho más fuerte", declaró. Éste es un lenguaje de códigos para contactos sindicales secretos e imposición de salarios paupérrimos mediante mandatos judiciales.

Obama concluyó sus comentarios con una garantía verdaderamente cínica de "apoyo" para los trabajadores quienes están siendo devastados por sus propias políticas. Estas declaraciones merecen nada excepto desprecio.

Las medidas anunciadas el Lunes confirman una vez más que la administración Obama es un gobierno de, por y para la élite financiera, la cual ejerce un dominio absoluto sobre la economía y control del completo establecimiento político.

Los banqueros inversionistas representados por Obama están usando la crisis económica como una oportunidad para reestructurar fundamentalmente las relaciones de clase en los Estados Unidos. Después de una ofensiva de tres décadas en contra de la clase trabajadora ellos están culminando este proceso mediante la destrucción de lo que quedaba de las ganancias logradas por previas generaciones de trabajadores para así intensificar la explotación de la clase trabajadora.

El ataque a los trabajadores automotrices abrirá las puertas para ataques similares en contra de trabajadores a través del país e internacionalmente, en cada sector de la economía. Recortes de salario, despidos y recortes en beneficios y programas sociales serán implementados a todos los niveles. La administración Obama ya ha hecho claro de que está poniendo en el blanco programas de derecho como Social Security, Medicare y Medicaid.

El anuncio de Obama una vez más expone la bancarrota del sindicato automotriz UAW (United Auto Workers). Este ha jugado un rol crítico en imponer concesiones y suprimir la oposición de los trabajadores año tras año. En el proceso, se ha acercado e integrado cada vez más con la administración corporativa. No hay dudad que la UAW capitulará una vez más. Su única preocupación son los beneficios y privilegios de los burócratas que controlan el sindicato.

Después que las compañías automotrices recibieran préstamos gubernamentales el año pasado, la UAW promovió la mentira de que la administración Obama tomaría una posición pro-laboral y la burocracia sindical apoyó con entusiasmo su campaña. Esto, tal como otra política del sindicato, ha probado ser una trampa y traición de los intereses de los trabajadores. En el instrumento de Wall Street que es la administración Obama, uno ve la culminación de los esfuerzos de décadas del UAW y la completa burocracia sindical en subordinar a los trabajadores al Partido Demócrata.

Si un desastre debe ser evitado, los trabajadores automotrices no tienen otra opción más que tomar los asuntos en sus propias manos y hacer valer independientemente sus intereses de clase. El Partido Socialista por la Igualdad (Socialist Equality Party) y el World Socialist Web Site proponen los siguientes pasos:

1. ¡Formar comités independientes de base para revivir formas directas de lucha de la clase trabajadora!

Si se desean que las condiciones sociales sean exitosamente opuestas, los trabajadores deben movilizarse para formar organizaciones completamente independientes del UAW. Comités de base de fábricas, lugares de trabajo y comités vecinales deben ser formados para revivir las tradiciones militantes de la clase trabajadora. Los trabajadores deben prepararse ahora para demostraciones, huelgas y ocupaciones de fábricas para prevenir cierres de plantas. Un llamado debe ser hecho para que todos los trabajadores se unan en una lucha común en defensa de sus necesidades básicas, por trabajos, viviendas, asistencia sanitaria y educación.

2. ¡Romper por completo con los Partidos Demócratas y Republicanos!

La acción industrial debe inculcarse con una nueva estrategia política basada en los intereses independientes de la clase trabajadora. Las acciones de la administración Obama claramente muestran que si los trabajadores desean defender sus intereses, ellos deben crear su propio partido político.

3. ¡Rechazar el sistema capitalista y revivir un movimiento socialista internacional de la clase trabajadora!

La crisis económica ha desenmascarado todas las afirmaciones que dicen que el "libre mercado" es la más alta forma de organización social. Los trabajadores en los Estados Unidos y en todo el mundo están siendo confrontados con las devastadoras consecuencias del colapso del capitalismo, un sistema económico basada en la búsqueda de ganancias privadas.

El Partido Socialista por la Igualdad lucha por la reorganización socialista de la economía. Esto incluye la nacionalización de las mayores corporaciones y bancos bajo la propiedad pública y el control democrático de la clase trabajadora. Estas fuerzas productivas deben ser organizadas en base a la necesidad social y no de la ganancia privada. La economía mundial ya no puede ser sometida al chantaje de una aristocracia financiera que está enloquecida por el dinero.

Lo que está pasando en los Estados Unidos es una severa expresión de las condiciones alrededor del mundo, y los trabajadores solamente pueden defenderse a través de su unidad internacional. Las corporaciones y los bancos—junto con sus cómplices en los sindicatos—buscarán defender sus propios intereses poniendo a los trabajadores de diferentes países uno en contra de otros. Estos esfuerzos deben ser rechazados. Los trabajadores de Europa, Asia, Canadá y México son impactados por la crisis en la industria automotriz estadounidense, y no hay región del mundo que no esté sufriendo del colapso económico.

El Partido Socialista por la Igualdad está promoviendo conferencias regionales bajo el título "La Crisis Económica Mundial, el Fracaso del Capitalismo y las Razones para el Socialismo" en Ann Arbor, Michigan (25 de Abril), Ciudad de Nueva York (3 de Mayo) y Los Ángeles, California (10 de Mayo). Estas conferencias examinarán las causas de la crisis económica y desarrollaran un programa que cumpla las expectativas de la clase trabajadora. Estas iniciarán una respuesta en contra de la ofensiva de la clase dirigente en base a la independiente movilización industrial y política de la clase trabajadora. Urgimos a los trabajadores automotrices y a los trabajadores a través del país para que hagan planes para atender ahora.

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