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¿Qué acciones "increíblemente duras"
de política exterior prepara Obama?
Por Patrick Martin
11 Noviembre 2008
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el autor
Este artículo apareció en nuestro sitio en
su inglés original el 22 de octubre de 2008.
En observaciones hechas durante el fin de semana en Seattle,
el candidato a vicepresidente demócrata, Joseph Biden,
advirtió que Barack Obama, si es elegido, se verá
obligado a emprender acciones profundamente impopulares en política
interior y exterior meses después de asumir su puesto.
En reuniones a puertas cerradas con dos auditorios de personas
de confianza y recolectores de fondos del Partido Demócrata,
Biden pronosticó una importante crisis internacional en
los primeros seis meses de un gobierno de Obama.
Comparó a Obama con John F. Kennedy, el último
senador elegido presidente: No tardará seis meses
antes de que el mundo ponga a prueba a Barack Obama como lo hizo
con John Kennedy," dijo Biden. El mundo está
a la espera. Estamos a punto de elegir presidente de EE.UU. a
un brillante senador de 47 años. Cuidado. Vamos a tener
una crisis internacional, una crisis generada, para probar el
temple de esta persona.
Biden mencionó Oriente Próximo, Afganistán,
Pakistán, Corea del Norte y Rusia como posibles puntos
de conflicto, pero no aclaró la naturaleza exacta de una
tal crisis, señalando: Puedo daros por lo menos cuatro
o cinco escenarios en los cuales podría originar.
Dejó claro que Obama reaccionaría enérgicamente:
Van a tratar de ponerlo a prueba. Y van a descubrir que
este tipo tiene acero en su espina dorsal.
La parte de mayor significado político de las observaciones
de Biden vino cuando admitió que las decisiones de un gobierno
Obama-Biden probablemente serán profundamente impopulares,
y llamó a los militantes del Partido Demócrata,
a respaldar al nuevo presidente incluso si la opinión pública
se pone en su contra.
Va a necesitar ayuda, dijo Biden. Va a necesitaros
- no en lo financiero para ayudarle - va a necesitaros para que
utilicéis vuestra influencia, vuestra influencia dentro
de la comunidad, para apoyarlo. Porque no va a ser evidente inicialmente,
no va a ser evidente que tenemos razón.
Siguió diciendo: Va a haber muchos entre vosotros
que querrán irse. ¡Alto!, espera un momento,
¡hey!, ¡alto!, ¡alto! No conozco esa decisión.'
Porque si pensáis que la decisión es acertada cuando
se tome, y creo que lo haréis cuando sea tomada, es probable
que no seáis tan populares como ella sea acertada. Porque
si es popular, probablemente no será acertada.
Es la voz de un antiguo representante de la aristocracia financiera,
que expresa su desprecio por la opinión pública
- si las decisiones son populares, probablemente no son
acertadas - y que advierte a su acaudalado público
que el nuevo gobierno
Obama-Biden tendrá que desafiar a la opinión
pública para realizar sus políticas. El lenguaje
de Biden sugiere que la ferocidad de la reacción del nuevo
gobierno consternará no sólo a la opinión
pública, sino incluso a sus propios partidarios.
En ese contexto, hay que subrayar las sugerencias de Biden
de que las armas nucleares podrían tener un papel en una
o más crisis potenciales. Una península coreana
con armas nucleares podría llevar a Japón
a ser potencia nuclear, dijo, lo que podría llevar
a China a expandir su armamento nuclear. La frontera Pakistán-Afganistán
está repleta hasta arriba de al-Qaeda y Pakistán
ya está erizado de armas nucleares, todas las cuales pueden
llegar a Israel. Biden también señaló
el supuesto impulso de Irán por construir un arma nuclear.
No cabe duda que publicaciones y expertos en política
exterior ligados al Partido Demócrata han estado discutiendo
numerosos escenarios apocalípticos semejantes, y el lenguaje
de Biden sugiere que el uso del arsenal nuclear de EE.UU., el
mayor del mundo, está siendo considerado por los que formulan
la política exterior y militar de un gobierno Obama-Biden.
El propio Biden ha sido uno de los principales demócratas
del Congreso más agresivos en política exterior,
al respaldar la invasión y ocupación de Afganistán
e Iraq y al propugnar una intervención militar dirigida
por EE.UU. en Darfur. Durante la campaña demócrata
de primarias presidenciales, fue el más vociferante de
todos los candidatos en sus ataques contra los grupos de protesta
contra la guerra que buscaban un recorte de los fondos para la
guerra en Iraq.
La anticipación por Biden de una hostilidad popular
generalizada a un gobierno de Obama se aplica no sólo a
la política exterior y militar, sino a la política
interior. Dijo al público en Seattle: Os prometo,
todos vais a estar sentados aquí dentro de un año
diciendo: ¡Oh, Dios mío!' ¿Por qué
están ahí en los sondeos, por qué son tan
bajos los sondeos, por qué es tan difícil este asunto?'
Vamos a tener que tomar algunas decisiones increíblemente
duras en los primeros dos años.
El candidato demócrata no explicó la naturaleza
exacta de esas decisiones increíblemente duras,
fuera de referirse a la crisis financiera y económica y
a dos guerras que han sido legadas a su sucesor por el gobierno
de Bush.
Después de esos comentarios directos y ominosos, ha
habido intentos insinceros por disiparlos por parte de los dos
partidos.
El candidato presidencial republicano John McCain aprovechó
la sugerencia de que enemigos extranjeros pueden tratar de probar
a un inexperto presidente Obama, citando su propia experiencia
militar y en política exterior que data de más de
50 años. Expertos derechistas fueron más lejos al
sugerir, como dijo uno de ellos, que Biden predice inacción
de Obama ante un desafío de un dictador.
Esa interpretación es absurda, especialmente en vista
de los propios antecedentes de Biden como ferviente partidario
de la intervención militar de EE.UU. La selección
por Obama del senador de Delaware como su compañero de
lista fue en sí un esfuerzo por reconfortar al establishment
político respecto a su compromiso con la defensa de los
intereses del imperialismo estadounidense mediante la fuerza militar.
La campaña de Obama trató de hacer caso omiso
de las observaciones de Biden como si fueran una simple generalización
histórica, provocada por la analogía Obama-Kennedy,
no un pronóstico de una crisis inminente. Un portavoz de
la campaña dijo que Biden se refería a la confrontación
de Kennedy con el presidente soviético Nikita Jruschov
en la cumbre de Viena, unos pocos meses después de que
asumiera su cargo - aunque esas discusiones tuvieron lugar después
de una provocación militar de EE.UU. - la invasión
de Cuba por exiliados entrenados por EE.UU., quienes fueron derrotados
en Playa Girón.
Un gobierno de Obama no sería un inocente en el
extranjero, escogido por dictadores para probar el
temple de un presidente de EE.UU. El imperialismo estadounidense
pasa de un gobierno estadounidense a otro. Demócrata o
republicano. Si es elegido, Obama asumirá su cargo dirigiendo
la mayor maquinaria militar del mundo, involucrada en violentas
provocaciones en docenas de países, cualquiera de las cuales
puede estallar inesperadamente, especialmente bajo el impacto
de una crisis económica mundial que se profundiza.
Obama logró la candidatura presidencial demócrata
porque se presento como el candidato contra la guerra más
consecuente, y la candidatura demócrata promete en público
que terminará la guerra en Iraq y que adoptará una
posición menos militarista. Pero tras puertas cerradas,
ante públicos selectos de la elite financiera y política,
Biden ha ofrecido un vistazo de la verdadera perspectiva del ala
demócrata del imperialismo estadounidense.
(Traducido del inglés para Rebelión por Germán
Leyens)
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