WSWS
: Español
Sombras del 1929: las repercusiones mundiales del colapso
del sistema bancario de Estados Unidos
Segunda Parte
Por Nick Beams
13 Mayo 2008
Utilice
esta versión para imprimir | Envíe
esta conexión por el email | Email
el autor
Ésta es la segunda parte de un discurso de Nick Beams,
secretario nacional de Socialist Equality Party (SEP) de Australia
y miembro del comité editorial internacional del World
Socialist Web Site (WSWS), pronunciado en reuniones públicas
en Sydney y Melbourne el 9 y el 15 de abril. La primera
parte se publicó el 12 de mayo. Beams, un experto internacional
sobre la política económica Marxista, es autor de
artículos y análisis sobre globalización
y economía política.
Hay un profundo significado en el hecho de que la crisis financiera
que sufre ahora el capitalismo mundial haya estallado en Estados
Unidos, corazón de la economía mundial.
Si echamos un vistazo a la historia de la economía durante
el siglo XX, ésta se divide aproximadamente en dos partes
iguales. Los primeros 50 años fueron dominados por las
consecuencias destructivas de la ruptura de la economía
mundial, tras el poderoso período de expansión que
caracterizó el siglo XIX. Después de 1945 comenzó
un nuevo período de expansión que parece haber puesto
fin a los terribles acontecimientos de las décadas anteriores.
Esta expansión posterior a la guerra se fundó
sobre todo en la fortaleza de la economía de Estados Unidos
Es este poder económico, y no sólo su victoria militar
en la Segunda Guerra Mundial, lo que permitió que Estados
Unidos estableciera las bases de un período de expansión
capitalista sin precedentes. El acuerdo de Bretton Woods de 1944
estableció un nuevo sistema monetario internacional y el
Plan Marshall de 1947 garantizó la reconstrucción
de la Europa devastada por la guerra.
Este crecimiento económico sin precedentes vio florecer
todo tipo de ilusiones reformistas, principalmente las relacionadas
con el programa del keynesianismo. El keynesianismo sostuvo que
las depresiones, al igual que las de la década de los años
1930, eran ahora cosa del pasado porque los gobiernos y las autoridades
financieras eran capaces de regular la economía capitalista
a través del gasto y el control de los tipos de interés.
Parecía que las contradicciones del capitalismo habían
sido superadas, pero éstas volvieron a la superficie una
vez más a finales de los años 1960. La base del
auge de posguerra residió en la expansión de la
tasa de beneficios hecha posible por la expansión de los
nuevos sistemas de producción estadounidenses al resto
del mundo. Ahora, sin embargo, la tasa de beneficio comenzaba
a declinar.
Además, las contradicciones inherentes del sistema monetario
internacional creado por el Acuerdo de Bretton Woods comenzaron
a reaparecer. Este acuerdo representó un intento para superar
la contradicción central que ha plagado de problemas al
sistema capitalista mundial: aquella entre el desarrollo de la
economía mundial y la división del mundo en estados-naciones
rivales.
Hacía tiempo que el capitalismo había superado
los confines establecidos por los estados-naciones y los mercados
nacionales. Incluso, el mercado nacional mayor de todos?el de
Estados Unidos?ya no era suficiente. Para los gobernantes de Estados
Unidos, ésta fue una de las principales lecciones de la
década de 1930. Ninguna economía nacional podía
funcionar sin una economía mundial viable.
Una economía mundial viable requería un sistema
monetario mundial. Pero ¿qué podría funcionar
como moneda mundial? Un regreso al patrón oro había
sido intentado en los años 1920 pero había resultado
desastroso. ¿Sería posible establecer algún
tipo de papel moneda y un sistema de crédito mundial? Ésta
fue la propuesta de Maynard Keynes. Sin embargo, un papel moneda
y un sistema de crédito mundial necesitaban una autoridad
política y financiera mundial para administrarlos. Y para
que eso tuviera lugar, Estados Unidos y otras grandes potencias
capitalistas habrían tenido que ceder su autoridad a tal
organismo. Estados Unidos ciertamente no estaba dispuesto a hacerlo
y por tanto se adoptó un compromiso. El dólar de
Estados Unidos funcionaría como moneda internacional, respaldada
por oro a razón de 35 dólares por onza.
Pero la propia expansión de la economía capitalista
en el auge posterior a la guerra, hecha posible también
por el mismo sistema monetario internacional de Bretton Woods,
adelantó la contradicción en el corazón de
ese sistemaentre el papel del dólar de los Estados
Unidos como moneda internacional y su función como moneda
de un estado-nación, los Estados Unidos
A fines de los años 1960, los dólares que circulaban
en la economía mundial sobrepasaban en mucho la cantidad
de oro poseída por Estados Unidos que supuestamente los
respaldaba. En respuesta a una gran demanda de dólares?y
movimientos para convertir los dólares de papel en oro,
debilitando así la posición de Estados Unidos?el
presidente Nixon puso fin al Acuerdo de Bretton Woods el 15 de
agosto de 1971, mediante el fin de la conversión dólar-oro.
En 1973, después de infructuosos intentos de establecer
relaciones fijas entre las principales monedas mundiales, comenzó
el régimen de moneda flotante.
La desindustrialización de Estados Unidos
El colapso del sistema de Bretton Woods fue una primera expresión
de la disminución relativa en la situación económica
de Estados Unidos frente a otras grandes potencias capitalistas.
Este declive asumió un aspecto desolador a finales de los
años 1970, a medida que el dólar bajó a mínimos
históricos y el capitalismo mundial experimentó
estanflaciónuna combinación de rápida
inflación con bajo crecimiento, recesión y niveles
de desempleo récord después de la guerra.
En 1979, Paul Volcker fue nombrado presidente de la Junta de
la Reserva Federal de Estados Unidos y puso en marcha un esfuerzo
concertado, en nombre de la clase capitalista de América,
para superar estos problemas.
El "shock Volcker", como llegó a ser conocido,
aumentó los tipos de interés a niveles históricos.
La política de Volcker tenía dos objetivos interrelacionados:
elevar el valor del dólar estadounidense y asegurar su
posición como la preeminente moneda mundial (con todas
las ventajas que esto reportó a Estados Unidos), y eliminar
las secciones no rentables de la industria norteamericana, obligando
a través de una reestructuración de la economía
de Estados Unidos la restauración de la tasa de beneficio.
Estas medidas implicaron una implacable ofensiva contra la
clase obrera americana, empezando por el despido de los controladores
de tránsito aéreo y la destrucción de su
sindicato, PATCO, en 1981, el desarrollo de métodos informáticos
de producción y gestión (el PC fue desarrollado
por primera vez en 1981), y el establecimiento de redes mundiales
de producción para utilizar los recursos de mano de obra
barata.
El "shock Volcker" tuvo algunos efectos. El mercado
bursátil inició una recuperación constante
a partir de 1982 y la tasa de beneficio comenzó a aumentar.
Pero el capitalismo norteamericano estuvo lejos de gozar de una
fase de expansión. Los años 1980 terminaron con
la crisis del ahorro y préstamo, cuando más de 1000
instituciones de ahorro y préstamo quebraron en lo que
el economista John Kenneth Galbraith llamó la "más
grande y más costosa empresa en malas practicas públicas,
malversación y robo de todos los tiempos", a un coste
global de 160 mil millones de dólares. El mercado bursátil
colapsó en octubre de 1987 y la recesión se estableció
hacia 1990.
La economía de los Estados Unidos y mundial en conjunto
no iniciaron una nueva fase de expansión hasta que un cambio
histórico tuvo lugar en el terreno económico?la
caída de los regímenes estalinistas de la Unión
Soviética y Europa del Este y la apertura de las economías
de China e India. Esto puso a disposición nuevas y enormes
fuentes de mano de obra barata, duplicando la fuerza de trabajo
mundial según algunas estimaciones, y transformando la
propia estructura del capitalismo americano, una transformación
que está en la raíz de la actual crisis financiera.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo estadounidense
había logrado su posición de supremacía económica
sobre la base de su poder industrial. A pesar de la pérdida
de su relativa superioridad durante el auge de la posguerra, cuando
la industria europea y japonesa se expandió, la industria
de Estados Unidos siguió siendo una fuerza a tener en cuenta.
Durante los últimos 30 años, sin embargo, hemos
visto la desindustrialización de la economía norteamericana
y el aumento de las finanzas como su componente dominante y más
dinámico.
La importancia de esta transformación puede ser comprendida
si analizamos los procesos fundamentales de la acumulación
capitalista. Uno de los mayores descubrimientos de Marx fue dejar
al descubierto el secreto de la acumulación capitalista.
Él puso de manifiesto que la fuente primordial de la riqueza
capitalista es la plusvalía que el capital extrae del empleo
de mano de obra asalariada. En la sociedad capitalista, la riqueza
toma muchas formas deslumbrantes. Hay beneficios industriales,
ingresos que devengan la tierra y la riqueza por aumentos en el
valor de activos?acciones, casas, terrenos. A veces, parece que
el dinero puede de alguna manera engendrar dinero por arte de
magia, como si simplemente la riqueza proviniera de una cosa.
Marx puso de manifiesto que, en última instancia, estas
diversas formas de riqueza capitalista representan la división
de la plusvalía extraída de la clase obrera entre
los distintos propietarios.
En el volumen II de "El Capital", Marx explicó
que para el poseedor del capital en forma de dinero (los bancos
e instituciones financieras) "el proceso de producción
aparece simplemente como un vínculo intermedio inevitable,
como un mal necesario en aras de hacer dinero. Todas las naciones
con un modo de producción capitalista, por lo tanto, se
hallan sometidas periódicamente a un febril intento de
hacer dinero sin la intervención del proceso de producción."
El proceso representado aquí por Marx como "periódico"
se ha convertido ahora en una característica permanente
del capitalismo estadounidense.
Las siguientes cifras indican el alcance de este proceso. En
1982, los beneficios de sociedades financieras constituían
el 5 por ciento del total de los beneficios empresariales después
de impuestos. En 2007, supusieron hasta el 41 por ciento, aunque
la parte de las empresas de valor añadido sólo aumentó
del 8 al 16 por ciento. Entre 1982 y 2007, la proporción
de los beneficios del sector financiero aumentó seis veces
en términos del PIB de Estados Unidos Como el comentarista
del Financial Times Martin Wolf ha señalado, detrás
de este auge estaba una subida del apalancamiento de la economía.
La deuda era ahora la piedra filosofal, convirtiendo el plomo
en oro. Ahora el proceso de desapalancamiento amenaza con convertir
de nuevo el oro en plomo. El proceso de apalancamiento avanzó
de manera constante en el decenio de 1990 y luego despegó
después de 2000.
En un artículo publicado el 19 de marzo de 2008, The
Economist señaló: "Desde el año
2000..el valor de los activos mantenidos en Fondos de Inversión
Libre (Hedge Funds), con sus tasas más elevadas y mayor
efecto apalancador, se ha quintuplicado..El valor del mercado
de cobertura por riesgos crediticios...ha subido a unos asombrosos
45 billones de dólares. En 1980 la deuda del sector financiero
era sólo una décima parte del tamaño de activos
de deuda no financiera. Ahora representa la mitad
"Este proceso ha convertido a los bancos de inversión
en máquinas de deuda que comercian intensamente con sus
propias cuentas. Goldman Sachs está utilizando alrededor
de 40 mil millones de dólares en capital como base de 1,1
billones de dólares de activos. En Merrill Lynch, la más
apalancada, 1 billón de dólares en activos se tambalean
sobre unos más o menos 30 mil millones de dólares
en acciones. En mercados en crecimiento, tales apalancamientos
crean magníficos retornos sobre el capital. Cuando los
mercados están en peligro, una pequeña caída
en el valor de los activos puede arruinar a los accionistas."
Si bien este proceso de apalancamiento se centró en
los Estados Unidos, ha sido un fenómeno mundial. En 1980,
el balance financiero global fue aproximadamente igual al PIB
mundial. En 1993, era el doble de tamaño y, a finales de
2005, había aumentado a 316 por ciento?o más de
tres veces el PIB mundial.
Uno de los principales factores que sostienen este proceso
ha sido la reducción de los tipos de interés. Esto
ha sido posible, a su vez, porque se ha reducido la inflaciónun
producto, nada menos, de la producción de mercancías
más baratas en China y otros lugares. En otras palabras,
existe una simbióticase podría decir que hasta
parasíticarelación entre el aumento del capital
financiero y la apertura de nuevas y enormes fuentes de mano de
obra barata.
¿Cómo, entonces, es la plusvalía extraída
de los trabajadores chinos distribuida entre los diferentes sectores
del capital?
El suministro de crédito barato ha desempeñado
un papel muy importante en la adquisición de terrenos y
la construcción de centros comerciales (acabamos de ver,
por ejemplo, los problemas encontrados por la empresa australiana
"Centro", que entró en problemas cuando el crédito
barato sobre el que se había basado para ampliar adquisiciones
de centros comerciales se secó al final del año
pasado).
El suministro de crédito barato impulsa los precios
de los activos, incluidos los de centros comerciales. Esto significa
que los propietarios deben aumentar los alquileres con el fin
de recuperar sus inversiones. Sin embargo, las empresas minoristas
gigantes tales como WalMart en Estados Unidos el mayor importador
de productos procedentes de China y ahora el mayor empleador de
mano de obra en Estados Unidos pueden pagar estos precios
debido al gran margen de beneficios que es capaz de obtener por
el bajo costo de los bienes que importan de China.
La extracción de la plusvalía tiene lugar en
la producción de estos bienes. Es fruto de la gran diferencia
entre el valor de la fuerza de trabajo (salarios) de los trabajadores
empleados y el valor de las mercancías básicas que
producen, y que se distribuye entre los distintos titulares de
la propiedaduna cierta porción para WalMart, algo
para el propietario del centro comercial en forma de alquiler
y otra parte para las empresas financieras que proporcionaron
el dinero para su construcción.
El proceso de inflación de activos puede continuar siempre
y cuando exista crédito barato y los activos pueden atraer
suficientes ingresos. Pero si cualquiera de estos dos requisitos
cesa, entonces el proceso se desarrolla en la dirección
opuesta.
Tras la caída de los mercados bursátiles y las
burbujas punto.com, el mercado de la vivienda en Estados Unidos
experimentó un auge inflacionario a base de crédito
barato, comenzando a finales de los años 1990, pero acelerando
rápidamente después del final de la recesión
de 2000-2001.
El nuevo paradigma era el modelo de "crear y distribuir".
Los proveedores de hipotecas harían disponibles los fondos
para la compra de casas y entonces venderían inmediatamente
las hipotecas a firmas financieras, recogiendo unos honorarios
por haber originado la deuda. Luego, las deudas hipotecarias se
agregarían y manipularían hasta crear diferentes
paquetes para ser vendidos a otras institucionesa los fondos
de inversión libre o a vehículos especiales de inversión,
creados fuera de los libros de contabilidad de los bancos y otras
entidades financieras.
Los ingresos de estos valores respaldados por activos eran
proporcionados por el comprador de la casa. No era necesario examinar
de cerca la seguridad financiera del comprador porque en caso
que él o ella dejaran de pagar, un nuevo préstamo
podía ser organizado, o, en su defecto, la casa podía
ser vendida a un precio más elevado.
Sin embargo el proceso finalmente tropezó con un obstáculo
insuperable: la disminución en los salarios reales de la
clase obrera de Estados Unidos, algo que ha estado en marcha durante
los últimos 30 años, salvo por un breve período
a finales de la década de 1990, y que ha continuado desde
el final de la recesión en 2001.
Y esto no es un declive temporal. Como ha señalado el
economista estadounidense, Robert Reich, todos los diversos mecanismos
utilizados para mantener los ingreso como la entrada de
las mujeres en la fuerza de laboral, jornadas más largas
y, por último, mayor endeudamiento, especialmente a través
de préstamos con garantía hipotecaria sobre los
hogares se han agotado. Millones de trabajadores estadounidenses
y sus familias están enfrentando una catástrofe
de que el posible precio de venta de su casa caiga por debajo
de lo que aún deben y el valor de la vivienda se vuelva
negativo; proceso que se está repitiendo en todo el mundo.
Continuará
Regresar a la parte superior de la página
Copyright 1998-2012
World Socialist Web Site
All rights reserved |