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España: Izquierda Unida se escinde a la vez que deriva más hacia la derecha.

Por Vicky Short
20 Marzo 2008

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Este artículo apareció en nuestro sitio en su inglés original el 6 de Marzo 2008.

La coalición Izquierda Unida (IU) se está desintegrando, con facciones beligerantes del Partido Comunista Español (PCE) compitiendo por la supremacía.

La lucha interna se ha visto acompañada por insultos públicos, expulsiones, protestas, casos judiciales y divisiones en las organizaciones locales de la coalición. Se predice una auténtica escisión nacional en breve entre las dos facciones, la mayor encabezada por el actual coordinador de la IU, Gaspar Llamazares, y la otra dirigida por los llamados “críticos”, incluyendo a politicastros estalinistas con muchos años de servicio tal como el ex coordinador de IU, Julio Anguita. Aunque la mayoría de los dirigentes de ambas facciones son antiguos miembros del PCE, los partidarios de Llamazares denuncian a los “críticos” como “comunistas” o “del Partido Comunista”.

La encarnizada lucha dentro de IU es una respuesta política a los problemas que enfrenta el sistema político español. En un momento de creciente crisis económica y de descrédito de los viejos partidos reformistas y estalinistas, un requisito clave para la élite gobernante es la formación de un mecanismo con que evitar que la creciente oposición social se transforme en un movimiento político que pudiera poner en peligro los intereses fundamentales de las grandes empresas. Una vez más, el PCE está llamado a cumplir esta función desviando un movimiento hacia la izquierda entre los trabajadores españoles y la clase media y encauzándolo a apoyar al gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

Desde que llegó al poder, el PSOE liderado por José Luis Zapatero ha defendido los intereses de las élites gobernantes de España a costa de la población trabajadora. Ha claudicado ante el derechista Partido Popular (PP) y ha tratado de bloquear cualquier movimiento de la clase obrera española para defender sus intereses económicos y políticos.

El PSOE llegó al poder en 2004 gracias a una revuelta popular contra la política económica neo liberal y la política social del PP asi como su apoyo a la invasión de Irak. Desde entonces, el PSOE ha seguido una política económica en favor de los negocios, mientras que el nivel de vida de los trabajadores españoles se ha deteriorado de manera dramática. Las rectricciones de crédito en todo el mundo ha llevado a una importante caída en los precios de la vivienda, mientras que ha crecido el endeudamiento de España. La respuesta del PSOE a las repetidas provocaciones del PP, la Iglesia católica y los militares en las cuestiones de la autonomía regional, las negociaciones con ETA, el laicismo, el aborto y las medidas para reconocer los crímenes de la dictadura de Franco ha sido conciliatoria.

El partido sigue estando ligeramente por delante en las encuestas de opinión para las elecciones 9 de marzo gracias a la arraigada hostilidad de los trabajadores hacia el PP, y se espera que las gane. Pero existe la posibilidad real de que no sea capaz de formar un gobierno de mayoría. Además, incluso si gana un segundo mandato, se enfrenta a graves dificultades. Debe imponer la creciente crisis que enfrenta el capital español sobre las espaldas de una clase trabajadora políticamente impaciente y combativa.

Wolfgang Münchau afirmó en el Financial Times el 2 de Marzo que “el ganador pasará los próximos cuatro años resolviendo un desorden económico en una escala que no se ha visto en España en los tiempos modernos”.

“Los dos motores de la próxima crisis económica española son un colapso del mercado de la vivienda y un déficit por cuenta corriente, ahora en el 10 por ciento del producto interior bruto. Los dos están relacionados, por supuesto, porque la burbuja de la propiedad ha sido una fuerza impulsadora del auge del gasto financiado con crédito”.

Él continúa, “Entre 1995 y el año pasado, el precio de la vivienda española se triplicó en términos nominales, y se duplicó en términos reales .... Yo supondría que los precios de la vivienda en España tuvieran una caída real de casi todo lo que han aumentado durante los últimos 10 años ....”

”El impacto económico de esta recesión en el ciclo de la vivienda va a ser peor para España que para otros países. Una estadística realmente asombrosa sobre España es el hecho de que la inversión en la construcción constituye el 18 por ciento del producto interior bruto español, de acuerdo con la base de datos Ameco de la Unión Europea. En Francia y Alemania, la proporción es de alrededor del 10 por ciento. ”

Münchau predice “media década de crecimiento cero—tal vez más largo, tal vez peor, tal vez ambos.”

Ambas facciones dentro de la IU están respondiendo a las dificultades electorales inmediatas que enfrenta el Partido Socialista, así como a la creciente amenaza de que los problemas económicos de España desencadenen una irrupción de luchas sociales y políticas.

El principal objetivo de las declaraciones de la facción Llamazares se centra en su integración en un futuro gobierno del PSOE y la aceptación de carteras ministeriales si Zapatero gana las elecciones con una mayoría reducida y se ve obligado a formar un Gobierno de coalición. Después de una reciente reunión con Zapatero, Llamazares declaró, “No nos plantemos ningún límite. No tenemos estigmas como para no participar en el Gobierno. Dependerá del compromiso programático”.

En su búsqueda de escaños electorales y de un papel en el gobierno, Llamazares y sus partidarios se están despojando de toda pretensión de representar una alternativa al PSOE, independiente y de izquierda.

Es por ésto que Llamazares ha actuado con tan implacablemente contra las facciones opositoras dentro de su partido. Según las informaciones de diarios españoles, un baño de sangre político tuvo lugar en una reunión de la ejecutiva de IU el 18 de diciembre. Se aprobó una resolución de la Presidencia de IU encabezada por Llamazares, expulsando a los tres miembros más prominentes del PCE, los cuales habian ayudado a crear la IU en 1986. Los expulsados fueron Felipe Alcaraz (presidente del PCE en Andalucía durante los últimos 21 años y presidente de la organización nacional desde 2005), el eurodiputado Willy Meyer y Manuel Monereo, miembro del comité político PCE, y uno de los principales ideólogos del partido.

La reunión también aprobó otras resoluciones dirigidas a los “críticos”. Una de ellas pide la revisión de las listas de miembros, en particular en Andalucía, en preparación para la Conferencia de 2008 de IU. Esta se llevará a cabo después de las eleciones del 9 de marzo, y los comentaristas dicen que la excisión se finalizará entonces. Otra resolución ordenó a la IU de Valencia que celebrara nuevas elecciones primarias para seleccionar otro candidato para las elecciones generales. Esto daría a la facción de Llamazares tiempo para movilizar a sus partidarios. La organización de Valencia se ha dividido ya, dando lugar a amargas disputas sobre qué faccion mantiene el nombre de "IU”. Dos candidatos se presentan a las elecciones bajo su bandera.

Tras este baño de sangre político, los “críticos” y sus seguidores condenaron a Llamazares por embarcarse en una guerra, que dicen que destruirá a IU. Alcaraz declaró, Llamazares ha colocado una bomba en el seno de IU”, Advierten de que la capitulación abierta de Llamazares ante Zapatero pondrá en peligro la reclamación de IU de ser una alternativa política a los partidos del sistema.

El ejecutivo de IU afirmó que sus acciones eran necesarias para “mejorar la capacidad de IU para un liderazgo colectivo y para garantizar una línea política coherente”. Llamazares dice que el voto le dio la autoridad para volver a refundar IU y abrirla a “ Nuevos sectores emergentes (de la sociedad): ecologistas, pacifistas, feministas ....”

“Invitamos a colaborar en la elaboración de nuestro programa a otras fuerzas de la izquierda alternativa y la izquierda nacionalista”, añadió.

La amarga lucha para romper la pasada vinculación de IU con el Partido Comunista y orientarse hacia otras tendencias cuenta con el apoyo de otros destacados miembros del PCE. Concha Caballero, portavoz del IU en el parlamento autónomo de Andalucía, que se ha sumado a la facción de Llamazares, declara que IU ha “ido para atrás” desde que el PCE “se hizo con el control de la misma.”

“ [El objetivo de] Izquierda Unida”, dijo, “es unir a mucha gente que se sitúa a la izquierda del PSOE, ése era su principio fundamental, la pluralidad era consustancial. El PCE ha actuado en contra de esos principios fundacionales de IU, y de muchos otros, creando grupitos de presión, sin dejar respirar a IU.”

Caballero acaba de ser expulsada del PCE (por supuestos atrasos en las cuotas) al cual ahora denuncia, después de casi 30 años como activista. La facción de Caballero y Llamazares busca construir una coalición más amplia que esté aún menos identificado con el “socialismo”.

Otra ex miembro del PCE ha sido más explícita. Isaura Navarro, abogada y miembro de Greenpeace, que representa al sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.) dirigido por el PCE y que tenía uno de los escaños de IU en el Parlamento, ha renunciado al PCE para formar una nueva coalición electoral en Valencia, Bloc-Iniciativa-Verds.

Describió a IU de Valencia como “monocolor” del PCE—es decir, ya no pluralista. Mientras que ella se había sumado a “un proyecto en el que había lugar para las personas que no eran del Partido Comunista,” ahora “Éste ya no es aquel proyecto.” El PCE quiere “imponer su visión comunista” en la IU y “yo soy no comunista”.

Ambas facciones del PCE tienen la misma orientación política esencial, pero difieren marcadamente en la táctica. Los actuales “críticos”, de hecho, crearon IU para bloquear un movimiento hacia la izquierda de la clase obrera y también prepararon a Llamazares para el liderazgo. Su principal preocupación es que la IU está tan acríticamente asociada con el gobierno que ya no será capaz de mantener el apoyo entre los trabajadores de tendencia izquierdista que la han convertido en un apoyo tan útil para el PSOE históricamente. Estas preocupaciones salieron a la superficie en 2005, cuando 70 miembros de “Corriente Roja” dimitieron del PCE. Escribieron que era necesario abandonar IU, ya que, “en una situación como la actual, en la que la militancia ve como se hunde IU arrastrando de paso al PCE, podría abrir debates difíciles de controlar.”

Izquierda Unida fue fundada por el PCE en 1986, unos 10 años después de la muerte del dictador General Francisco Franco en noviembre de 1975, y la llamada “transición pacífica” a la democracia (1975-1978). Durante la transición, el PSOE y el PCE trabajaron para preservar el capitalismo en España y limitar la oposición a la dictadura de Franco a la demanda de una constitución democrática. Frustró las expectativas generalizadas de un cambio real, así como la demanda de llevar a los tribunales a los que habían participado en el régimen falangista. La colaboración entre el PSOE y el PCE llegó a su punto culminante cuando todos los principales partidos firmaron el Pacto de Moncloa 1978, allanando asi el camino para una nueva constitución.

El PSOE llegó al poder en 1982 bajo el liderazgo de Felipe González, después de varios años de luchas tumultuosas. Sin embargo, la desilusión se impuso rápidamente. Rebeliones estallaron al decidir González unirse a la OTAN, mientras que acciones sindicales contra el cierre de las plantas de acero y astilleros antieconómicos aumentaron hasta llegar a una huelga general en contra de la creciente crisis social, que vio llegar a un 24 por ciento el nivel de desempleo.

En medio de esta crisis, el PCE crea la IU como una coalición de disidentes del PSOE, liberales, nacionalistas de izquierda, los radicales y los Verdes. Desvía la creciente rebelión hacia un movimiento para impulsar al PSOE a aplicar una política reformista más a la izquierda.

El hecho de que hoy el proyecto de IU se ha derrumbado es un indicio de que la situación política ha cambiado enormemente en la que la formación de un verdadero partido socialista no sólo es necesaria, sino posible.

La desintegración del PCE y su apéndice, IU, no es sólo un fenómeno español. En otros lugares, similares proyectos formados por combinaciones de los estalinistas y los radicales de clase media están experimentando los mismos tumbos hacia la derecha. En Italia, Refundación Comunista (Rifondazione Comunista-RC), se formó bajo la dirección de un ala del antiguo Partido Comunista Italiano, y durante muchos años fue aclamado como un modelo para una izquierda renovada. El RC desempeñó un papel clave en el apoyo a la formación del gobierno de coalición encabezado por Romano Prodi, el cual sustituyó a la alianza de derecha encabezada por el magnate de medios, Silvio Berlusconi en mayo de 2006. El partido sacrificó todo para garantizar la existencia del gobierno: pensiones, asistencia social, atención de la salud, la seguridad laboral y los derechos democráticos.

A menos de dos años después de su llegada al poder, el gobierno de Prodi, una alianza de no menos de nueve partidos distintos, incluyendo la RC y los Demócratas de Izquierda (que también salió del Partido Comunista Italiano), se ha colapsado, con nuevas elecciones previstas para mediados de abril. Ambos partidos se mantuvieron fieles a Prodi a la vez que la oposición popular a su gobierno se intensificó. El largo tiempo líder de RC, Fausto Bertinotti, ha actuado como vital puntal del Gobierno Prodi, en su función como presidente de la Cámara de Diputados.

La popularidad de Prodi cayó en picado después de que garantizara la expansión de una base militar de EE.UU. en el norte de Italia y la participación de tropas italianas en Afganistán y el Líbano. Adoptaron estas medidas ignorando la oposición masiva de una población que también está ahora empezando a sentir las consecuencias de la dura política presupuestaria de Prodi. RC, que anteriormente se opuso a la presencia militar italiana en Afganistán, ha votado con el gobierno en este sentido. IU no actuaría de forma diferente si logra su ambición de ingresar en el gobierno.

RC está ahora tratando de establecer una nueva alianza con el nombre de “La Sinistra Arcobaleno” (la Izquierda Arcoiris), que sigue casi exactamente el modelo defendido por Llamazares en España.

En un momento en que vastas capas de la clase obrera finalmente abandonan a la social democracia, los estalinistas y sus aliados radicales se han agarrado a lo que conciben como una aberturas para hacer nuevas alianzas con los “grandes nombres” entre los socialdemócratas y izquierdistas en los sindicatos y de esta manera integrarse más directamente en las estructuras de la política oficial.

Nada progresista, y mucho menos de izquierda, puede salir de ninguna de esas nuevas formaciones. El resultado neto de cada uno de los recientes proyectos de reagrupación ha sido un desastre. La escisión en IU demuestra una vez mas que la clase obrera no puede depender de ninguno de los representantes de la burocracia del trabajo o sus defensores para ofrecer un liderazgo alternativo. No hay sustituto para la construcción de un nuevo y genuino partido socialista a través de una irreconciliable lucha contra todas estas fuerzas.

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