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España: El Partido Popular comienza a fracturarse
Por Por Vicky Short and Paul Stuart
7 Julio 2008
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el autor
El derechista Partido Popular (PP) en la oposición en
España se encuentra en una amarga lucha política
interna al comienzo de un congreso nacional de tres días.
El diario pro-PP, El Mundo, declara que el ambiente dentro
del partido se asemeja a "un estado de paranoia". De
acuerdo a la cadena de televisión ABC, representantes del
PP están tratando de prevenir que estas tensiones surjan
en el congreso, "y abran la caja de Pandora y resulten en
enfrentamientos en la calle".
Las raíces del conflicto se encuentran en las dos derrotas
consecutivas que el PP sufriera en dos elecciones generales consecutivas:
en marzo, 2004 y marzo, 2008. Más fundamentalmente, éstas
representan la fractura del partido creadas por el ministro franquista
Manuel Fraga, autor de los arreglos constitucionales de 1978 que
se pusieron en práctica durante la "transición
a la democracia" a partir de la muerte de Franco en 1975.
Poco antes de las elecciones de marzo, 2007, la popularidad
del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) había
alcanzado un mínimo y los comentarista anticiparon una
estrecha victoria por parte del PP. Sin embargo, el PSOE fue reelegido
debido a la hostilidad popular hacia la política económica
neoliberal y su apoyo a la guerra de Irak; es decir,a la misma
hostilidad política que llevó al PSOE, como inmerecido
beneficiario de una radicalización izquierdista de la clase
trabajadora, al gobierno en marzo 2004.
El PP reaccionó a la derrota con manifiesta furia. Tras
denunciar al nuevo gobierno como ilegítimo y producto de
un golpe izquierdista, el PP y su derrotado dirigente, José
Maria Aznar,lanzaron una campaña de cuatro años
de "confrontacioness" en liga con la Iglesia Católica
y sectores del ejército, incluyendo repetidas provocaciones
referentes al tema de la autonomía de la regiones, las
negociaciones con el grupo armado y separatista vasco ETA, la
política social del PSOE y la defensa del legado de Franco.
A principios de 2007, Aznar declaró que el pacto bipartidista
de la era "post Franco" estaba "destruido".
Esta ofensiva derechista mostró a los políticos
del PSOE, quienes había sido atacados violentamente, a
obispos a la cabeza de marchas derechistas, y a militares que
amenazaban con ocupar a Madrid. Esto galvanizó la hostilidad
popular hacia el PP y ayudó a la reelección del
PSOE. Poco antes del las elecciones del 2008, Gabriel Elorriaga,
jefe de prensa del PP, admitió que tenía "en
ese momento una imagen derechista muy dura" y que "Incluso
nuestros propios votantes piensan que son mas centristas que el
PP".
Otros declararon que era imposible derrotar al PSOE con ese
tipo de campaña. El fundador de El Mundo, Pedro José
Ramírez, provocó un malestar cuando le pidió
al PP que abandonara la hostilidad hacia el matrimonio entre homosexuales,
la investigación con embriones y las negociaciones con
ETA. El problema, sin embargo, estaba en que, mientras mantuvieran
dichas posturas, el partido podía asegurar una ventaja
electoral temporal, pero eso podría verse como el comienzo
de la ruptura que enajernaría a las capas fascistas más
feroces.
A pocas horas de la derrota en las elecciones del año,
la prensa derechista, encabezada por El Mundo, desvío su
fuego hacia Rajoy, al cual consideraban más metido en la
"política de la confrontación". Se preguntó,
"¿Es Rajoy el líder que el PP necesita para
derrotar a Zapatero en 2012? Él mismo mostraba dudas en
seguir al frente del partido e incluso sugirió lo lo contrario.
El poco entusiasmo mostrado por él cuando se dirigía
hacia sus seguidores-honesto y concienciado como siempre-nutre
la especulación".
En vez de dimitir, como muchos esperaban, Rajoy anunció
que quería seguir como líder para llevar el partido
al "centro político". El aparente cambio de dirección
es sólo una táctica. A pesar de apoyar la ofensiva
derechista para desestabilizar y desbancar al PSOE, ha llegado
a la conclusión, como Elorriaga y Ramírez, que en
tal campaña les ha salido el tiro por la culata. Él
mismo advirtió que el PP está en peligro de convertirse
e un partido de "dos millones de votos"?es decir, el
núcleo duro fascista-y que "ha de integrar maneras
diferentes de ver las cosas...ser capaz de encontrar el apoyo
de 12 o 13 millones de votos en las próximas elecciones
generales".
A principios de junio, insistió otra vez que el PP ha
de estar otra vez en el centro, dirigirse a todos y no estar siempre
en la esquina" y criticó a aquellos que han estado
públicamente oponiéndose a sus "principios".
El 17 de junio, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón,
íntimo partidario de Rajoy, dirigió sus críticas
hacia el ala derecha y fascista, diciendo que "La clave de
nuestra próxima victoria es asegurarnos que cuando los
ciudadanos piensen en el PP, piensen en el futuro. Debemos ir
con un proyecto que mira al futuro, no en uno atrapado en el pasado".
El contrincante más agresivo de Rajoy como líder
del PP ha sido Ramírez, quien hizo una incendiaria declaración
sin precedentes en la estación de radio COPE, de la Iglesia
Católica, en la que describió a Rajoy como un "mocoso
malcriado quien actúa con modales despóticos",
un "líder inepto" y un "político
caníbal". El famoso presentador de radio COPE, Federico
Jiménez Losantos, salió del aire pidiendo perdón
por aconsejar a sus oyentes que votaran a favor de Rajoy en las
elecciones generales. Aznar se sumó a la refriega, declarando
que el PP necesita un liderazgo que no tenga "complejos"
acerca del pasado.
Ramírez pidió a los políticos del PP "se
rebelaran" contra el líder del PP e hizo ofertas a
las afinidades del diputado y líder del partido Juan Costa.
Costa ha dicho que la generación que creció a la
sombra de Aznar está ahora "dispuesta a tomar el relevo
con experiencia, talento y determinación", tal como
lo ha hecho el Ministro de Relaciones Exteriores del PP, Gustavo
de Aristegui, o como "alguien...del equipo de Esperanza Aguirre,
en el que algunos jóvenes creen en los ideales democráticos".
Aguirre, presidente de la región de Madrid, es uno de
los pocos que han insinuado que hay que deafiar a Rajoy como dirigente
del partido. Rajoy respondió que Aguirre siempre puede
unirse al Partido Liberal.
Después de las elecciones, y en lo que sus adversarios
consideraron como una capitulación al PSOE, Rajoy se dedicó
a nombrar a militantes más jóvenes a puestos del
partido, entre ellos a Soraya Sáenz de Santamaría,
nueva portavoz del PP en el Congreso y de 36 años de edad.
Santamaría declaró que ahora el PP aboga por la
"defensa de la salud pública y la educación
y una indispensable red de seguridad social". Rajoy le ofreció
un puesto destacado a Ruiz-Gallardón, adversario de Esperanza
Aguirre, quien dijera: "Hoy en día, no sé,
pero en 2012, si logramos hacer una buena labor, muchos votantes
del PSOE votarán a favor del PP porque el centro es el
único espacio político".
Desde la derrota electoral, varias figuras de la extrema derecha
han renunciado. El 29 de abril, Eduardo Zaplana, ex Ministro de
Trabajo y Asuntos Sociales y principal portavoz del PP en el Congreso,
anunció su salida, seguida unos días más
tarde por la de Ángel Acebes, Ministro del Interior español,
cuando se produjeron los atentados de Madrid. Acebes aseguró
repetidas veces que los atentados habían sido obra de la
organización separatista vasca ETA, a pesar de las pruebas
comprobables de que las atrocidades habían sido obra de
terroristas islámicos.
A finales de mayo, María San Gil, presidenta del PP
vasco, y José Antonio Ortega Lara (activista del PP y ex
funcionario de prisiones secuestrado por ETA en 1996 por más
de un año) también anunciaron sus renuncias. Ciertas
publicaciones describieron estas renuncias como acciones organizadas.
Ambos dicen que Rajoy estaría capitulando al Partido Nacionalista
Vasco (PNV), partido nacionalista moderado, que gobierna al País
Vasco y que está planeando un referéndum cuya aprobación
sería el primer paso hacia la separación de España.
San Gil ha adelantado la fecha de la conferencia regional del
PP vasco. De inmediato ha recibido el apoyo de Aznar, quien anunció
que se sentía "profundamente infeliz" acerca
de la crisis, y se refirió a su esposa, Ana Botella, como
un "punto de referencia moral, político y emocional".
Aznar hizo su declaración a su regreso de Perú.
Tiene que hacerle frente a graves acusaciones de que el PP, en
colaboración con la CIA, está formando y fomentando
movimientos de derecha de toda América Latina. En enero,
2006, refiriéndose a la aparición de dirigentes
populistas en América del Sur, tales como Evo Morales y
Hugo Chávez, Aznar le dijo al diario chileno Mercurio,
"Yo espero que la ola populista se detenga. Alguien tiene
que hacerlo, alguien tiene que decir que éste no es el
camino. Estoy dispuesto a hacerlo y sé que tengo un montón
de amigos en la región dispuestos a ayudar. Así
que vamos a ver si podemos organizarnos y hacerlo".
Tras la renuncia de San Gil y Ortega Lara, una multitud aglomerada
frente a la sede del PP lanzó insultos a Rajoy pidió
que éste renunciara de inmediato. Gritaron ellos, "¡Rajoy
ha traicionado mi voto!", "¡Devuelve mi voto!"
y "¡Que se vaya ya!".
Elorriaga, de los aliados más íntimos de Rajoy,
declaró, "Tenemos un proyecto, y tenemos gente [...]
Lo que necesitamos ahora es una dirección renovada, sólida
y unida, y ésto es algo que, a pesar de que me duela decirlo,
Mariano Rajoy no está en condiciones de ofrecer".
Es significativo que también haya habido críticas
acérrimas a Manuel Fraga, las cuales exigen que se retire
y deje de interferir. The Irish Times informó que en una
reciente ceremonia dedicada a la memoria de una víctima
de ETA en Madrid, una multitud compuesta en su mayoría
de la clase media cantaba para Aguirre con entusiasmo, "¡Presidente,
Presidente!", a la vez que silbaban a Rajoy y Gallardón
y abucheaban a Fraga.
Fraga, entre los más experimentados y pragmáticos
políticos derechistas, ha estado consciente, desde la caída
de la dictadura franquista, de que para que la extrema derecha
pueda sobrevivir tiene que desarrollar una trayectoria más
populista y, a la vez, distanciarse de sus raíces fascistas.
Fue Ministro de Información y Turismo durante el régimen
franquista entre 1962 y 1969, y así como también
Ministro del Interior en el breve primer gobierno de derecha después
de la muerte de Franco en 1975. Al año siguiente, Fraga
ayudó a fundar la Alianza Popular (AP) y se convirtió
en su presidente.
Fraga representa un ala de los franquistas que entiende la
necesidad de revisar la política económica nacional
basada en el aislamiento que había conducido al estancamiento
y a la decadencia. Después de la muerte de Franco, pensó
que esto podría llevarse a cabo mediante la maquinaria
del Estado fascista, pero la perspectiva pronto se vio amenazada
por las aspiraciones revolucionarias de la clase obrera. En 1978,
colaboró con el Partido Comunista estalinista de España
(PCE) y el PSOE para elaborar una nueva Constitución y
efectuar una "transición pacífica hacia la
democracia" que dejó intactos a los fascistas y aseguró
la continuidad de la dominación burguesa.
En 1989, ayudó a crear el PP de las cenizas de la AP,
con la incorporación de auto-proclamados conservadores,
liberales, demócratas-cristianos y monárquicos.
Pero como un comentarista ha señalado, "algunos en
la jerarquía del PP en realidad nunca han revelado sus
verdaderas inclinaciones ideológicas en público".
Como Rajoy intenta ahora mover el PP al centro, estas tendencias
ideológicas, ocultas durante tanto tiempo, están
emergiendo.
Algunos observadores comparan la presente agitación
en el PP con divisiones y crisis en la Autoridad Palestina a comienzos
de los años 1980. Existen importantes paralelos: un período
de crisis permanente para la derecha fascista en que las facciones
rápidamente aparecían y desaparecían y que
no tenían ninguna base política estable. Pero hay
diferencias significativas. En 1989, fuera del período
de crisis, se formó el PP. Fraga gestionó las facciones
basándose en una economía que se expandía.
La presente agitación en el ala derecha se presenta cuando
la estabilidad del régimen económico se encuentra
en crisis. El Fondo Monetario Internacional ha advertido que España
será uno de los países mayormente afectados por
la creciente crisis económica mundial.
Los más políticos más perspicaces del
PSOE se encuentran profundamente inquietos a causa del aumento
de las tensiones en el PP y con razón temen que se trata
de una nueva etapa en el colapso de los acuerdos políticos
establecidos durante la transición. El PSOE está
consciente de que las tensiones políticas están
desgarrando a otras tendencias políticas que son signatarias
de las disposiciones constitucionales de 1978, especialmente la
organización que representa el ex socio de coalición
del PSOE, Izquierda Unida (IU), integrada por las sobras del Partido
Comunista, cuyos votos se hundieron en las elecciones de marzo.
Durante los últimos cuatro años, Zapatero ha
tratado de animar a Rajoy a que se desplazara hacia el "centro"
y que se apartara de la extrema derecha, mientras argumentaba
con la extrema derecha que ésta volviera al proceso "democrático"
y así evitar tal conflicto público. Zapatero y Rajoy
están trabajando calorosamente para evitar que los conflictos
lleguen a degenerarse en un verdadero estado de crisis, lo que
ocasionaría un conflicto abierto con una radicalizada y
combativa clase obrera. A medida que la hostilidad popular hacia
el PP se expande y la crisis económica empeora día
a día, el proyecto de la transición se va aniquilando
a pedazos.
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