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Las lecciones de la ocupación de Chicago13 de diciembre del 2008Utilice esta versión para imprimir | Envíe esta conexión por el email | Email el autor | formata PDF El miércoles por la noche, luego de cinco días, aproximadamente 250 obreros abandonaron la fábrica Republic Windows and Doors en Chicago Illinois, luego de lograr un acuerdo que cumple con sus principales demandas. Lo que hicieron estos trabajadores de Republic ha sido un inmenso paso hacia adelantela primera respuesta independiente de una sección de la clase obrera en Estados Unidos a la crisis económica actual. Los obreros actuaron con valentía y con decisión, insistiendo que no dejarían la fábrica hasta recibir los beneficios que por ley les correspondían. La lucha de estos obreros rápidamente se ha convertido en un símbolo para todo el países más, para todo el mundosímbolo de una creciente ira y de una creciente resistencia a los despidos en masas y a una política gubernamental que despilfarra miles de millones de dólares para los bancos e instituciones financieras a la vez que cientos de miles de obreros comunes siguen perdiendo sus empleos. Lo que hicieron estos obreros cuenta con amplio apoyo a través de todo el país. Los obreros desfilaron de la fábrica el miércoles por la noche declarando victoria. Cada obrero recibirá $6 milincluyendo ocho semanas de indemnización, pagos de vacaciones, y dos meses de seguro médico. Se podría decir que esta fue una victoria desde el punto de vista de las demandas inmediatas de los obreros. Sin embargo, fue una victoria agridulce. Los trabajadores de Republic pierden sus empleos bajo condiciones donde ya no existen empleos decentes. En dos meses no tendrán seguro medico. Las economías norteamericana y mundial están en la antesala de la peor crisis económica desde la Gran Depresión de los años 1930. Los obreros de Republic, junto con millones más a través del país, enfrentan esta crisis sin empleos estables y sin una red social de seguridad. La dirección de United Electrical Workers (UE), y no los trabajadores mismos, es responsable del carácter limitado de esta lucha. Por el contrario ésta, en vez de oponerse abiertamente al cierre de la planta, desde el principio se propuso encarrilar la resistencia obrera para más subordinarla al Partido Demócrata. Para financiar el acuerdo, el principal acreedor de Republic, Bank of America, contribuirá $1.35 millones. J.P. Morgan Chase, dueño de un 40% de la compañía, contribuirá $400 mil más. Bank of America y J.P. Morgan, dos de los más grandes bancos estadounidenses, juntos han recibido $25 mil millones, parte del rescate bancario de $700 mil millones aprobado en octubre. Para Bank of America esta suma representa 20 mil veces lo que el banco destinará a los obreros de Republic, una suma que también es apenas una pequeña fracción del ingreso anual de los principales ejecutivos del banco. Los bancos han usado el dinero del rescate, dizque una medida necesaria para "preservar empleos", para fortalecer sus balances y para adquirir otras compañías y no para prestar más dinero. Es más, desde que recibieron el rescate con dinero de los que pagan impuestos, han anunciado miles de despidos de sus propios empleados. Un obrero de Republic lo dijo así: "A ellos los rescataron y a nosotros nos traicionaron". La toma de la planta de Republic sorprendió e intimidó a la elite empresarial estadounidense. Bien conoce ésta el enojo popular que existe contra el rescate multimillonario de Wall Street y su esencia clasista. Al ocupar la fábrica los obreros lazaron un reto implícito contra los cimientos del dominio capitalistala propiedad privada de los medios de producción. La clase dominante está acostumbrada a imponer sus demandas sin serias consecuencias. El hecho que obreros hayan tenido que ocupar una fábrica para hacer valer sus derechos legales a estos beneficios es una señal del pobre estado actual de las relaciones de clase en Estados Unidos. Que unos pocos cientos de obreros en una fábrica relativamente pequeña hayan tomado la iniciativa acarrea consecuencias mucho más grandes. El pronto acuerdo, que vino después que los obreros recibieran apoyo verbal de políticos demócratas, incluyendo el nuevo presidente Barack Obama, indica un intento de prevenir luchas más grandes, de contenerlas antes que se fueran de la mano Hay un mar de diferencia entre la férrea determinación de los obreros de Republic y la actitud pusilánime del sindicato automotriz UAW. Éste acaba de aceptar masivas concesiones para las tres principales compañías de automóviles sin siquiera fingir resistencia. Al actuar como actuaron, los obreros de Republic han demostrado que la ausencia de una amplia resistencia obrera no se debe a la falta de capacidad combativa laboral. Desde hace casi 30 años los sindicatos han suprimido despiadadamente todas las luchas independientes de la clase obrera. Cuando surgen esas luchas las direcciones sindicales las han aislado y traicionado sistemáticamente. La lucha de Republic es la primera señal de un incremento en las luchas de clase alrededor del mundo. Estas luchas surgen inexorablemente de las contradicciones y crisis del sistema capitalista mismo y se originan en las militantes tradiciones de la clase obrera que remontan muchas décadas y que incluyen las grandes ocupaciones y huelgas de los años 1930. La cuestión básica que confrontan millonestanto en los Estados Unidos como en el mundoes la cuestión de perspectivas políticas. Para responder a la crisis económica los obreros no pueden limitarse a luchar por indemnizaciones que enfilan a los obreros hacia el desempleo. Deben combatir directamente y oponerse a los cierres de fábricas, a los despidos, a los recortes de sueldos, y a todos los intentos de hacer que la clase obrera cargue con la crisis económica. Deben extender su lucha a una demanda global por empleos y condiciones de vida decentes para todos. Desde un principio tal lucha plantea la siguiente interrogante: ¿Quién controlará las fuerzas productivas y bajo cuales principios serán organizadas? La ocupación de la planta Republic es un reto implícito a la propiedad privada capitalista. Este reto debe formar, a sabiendas y deliberadamente, la base de una nueva perspectiva política. Los obreros de Republic fueron despedidos, al fin y al cabo, porque la explotación de su trabajo ya no daba beneficio; ya no servían los intereses de esa pequeña capa de la población que controla la mayor parte de la riqueza mundial. Al mismo tiempo que millones de personas confrontan condiciones de penuria las fuerzas productivas necesarias para proveer lo que ellos necesitan están siendo eliminadas. Las principales fuerzas productivas y las grandes instituciones financieras ya no pueden quedar en manos privadas y con fines de ganancias privadas. Deben ser nacionalizadas y convertidas en empresas públicas controladas democráticamente por los obreros. Esto requiere romper con los dos partidos de las grandes empresas y establecer la independencia política de la clase obrera para luchar por un gobierno obrero. Aún si sólo en una forma inicial y limitada, la lucha de los obreros de Republic ha demostrado el poder social de la clase obrera y reivindicado la idea que la crisis objetiva impulsará a la clase obrera hacia nuevas luchas y creará las condiciones de una consciencia socialista. La cuestión crítica es establecer la nueva dirección de la clase obrera centrada en el Partido Socialista por la Igualdad. Joe Kishore Copyright 1998-2012 World Socialist Web Site All rights reserved |