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Han pasado cinco días desde que los trabajadores iniciaron
ocupación de fábrica
Por Tom Ely
11 de diciembre del 2008
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El lunes pasado la toma de la fábrica Republic Windows
and Doors por 250 trabajadores entró en su quinto día.
El 2 de diciembre habían recibido información que
dentro de tres días la fábrica cerraría permanentemente
sus puertas y que serían despedidos. En la actualidad,
los trabajadores exigen pago por licencia de vacaciones e indemnización
por despido como indemnización por la empresa haber quebrantado
la ley federal, la cual estipula que toda empresa ha de notificar
a los trabajadores 60 días por adelantado de todo despido
que ocurra debido al cierre de fábricas. La empresa asegura
que no puede pagarle a los trabajadores debido a que Bank of
America, entre sus principales acreedores, le había
cancelado el crédito.
La lucha de los trabajadores de Republic ha atraído
amplio apoyo. Desde el comienzo de la ocupación, trabajadores
y estudiantes de Chicago-y más lejos todavía-han
visitado la fábrica y expresado su solidaridad con mensajes
de apoyo y donaciones. La ocupación también ha recibido
el intenso escrutinio de la prensa, así como el apoyo ficticio
de los políticos del Partido Demócrata, inclusive
del presidente electo Barack Obama y del gobernador Rod Blagojevich,
quien recientemente fue arrestado.
Sin embargo, la situación todavía no se ha resuelto.
Bank of America (BOA) emitió una declaración
el lunes, a medida que las negociaciones avanzaban, indicando
que estaba dispuesto prestar un monto no determinado para que
Republic pudiera cubrir la nómina. BOA puntualizó
que estaba listo para ofrecer cierta cantidad limitada de
préstamos adicionales y lamentó que la empresa
dejara pagar a sus empleados los reclamos que respalda la ley.
No obstante, United Electrical Workers (UE), sindicato
obrero que representa a los trabajadores, lanzó su propia
declaración en su website el martes: Bank of America
nos ha informado que dicha declaración había sido
un error.
El gobierno federal de Estados Unidos, por medio de la agencia
TARP [Programa de Rescate a Empresas con Dificultades] le otorgó
al banco $25 billones en rescate, dinero proveniente de los impuestos
que el pueblo paga. Además, el gobierno también
le había brindado participación, cuya definición
hasta ahora es secreta, en los $4 trillones que la Reserva Federal
entregó directamente a las principales instituciones financieras
norteamericanas.
La gerencia de Republic tenía toda intención
de clausurar la fábrica desde por lo menos octubre. Ya
era claro que había comenzado a mudar equipos y materiales
a una fábrica ficticia no sindicalizada en el estado de
Iowa, que limita al oeste con el estado de Illinois. Los trabajadores
se dieron cuenta que mercancías en el inventario habían
desaparecido de la fábrica, y dicen que vieron como los
equipos se desaparecían del local durante la noche. Republic
asegura que el mes pasado sus pedidos disminuyeron estrepitosamente.
Los trabajadores dudan que la empresa esté en bancarrota,
pero si esta puede demostrar que su línea de crédito
fue cortada repentinamente, técnicamente Republic
pudiese no estar sujeta al pago de indemnizaciones.
El dueño de Republic es Richard Gillman. Anteriormente
había sido inversionista en la empresa, pero en 2006 la
compró por completo. Gillman se ha jactado de que bajo
su mando la empresa redujo sus gastos en un 47% y aumentó
la productividad en un 30%, pero afirma que Republic ha sufrido
económicamente por el desplome del mercado inmobiliario.
Un grupo de corresponsales del World Socialist Web Site
[WSWS] visitó a la fábrica bajo ocupación
para conversar con los trabajadores y otras personas que se encontraban
allí brindando su apoyo. La planta se ubica en una zona
industrial al noroeste del centro comercial de Chicago, a corta
distancia de los famosos proyectos de vivienda urbanos Cabrini-Green
y del centro de distribución del periódico Chicago
Tribune, que acaba de anunciar que presentará una solicitud
de declaración de quiebra para obtener protección
bajo las leyes que rigen la bancarrota.
Varias docenas de trabajadores se encontraban en la entrada
de la fábrica. Los acompañaban un globo gigante
en forma de rata como símbolo de los propietarios de la
empresa, así como también varias furgonetas pertenecientes
a agencias de prensa.
Varios obreros le informaron al WSWS que no se les permitía
hablar con la prensa. El sindicato de ellos, United Electrical
Workers (UE), ha restringido la comunicación con la prensa
al nombrar a varios trabajadores como voceros y limitar el acceso
de la prensa a pequeños períodos. Leah Fried, una
sindicalista a tiempo completo, se ha designado a sí misma
como encargada de contestar las preguntas de las agencias de prensa,
sobre todo las de cobertura nacional.
A los reporteros tampoco se les permitió entrar más
allá de una antesala a la zona de producción, donde
aproximadamente 30 trabajadores se sentaban en semicírculo.
Según la información presentada a estos corresponsales,
esta restricción es parte de un arreglo con los dueños
de la empresa para que la ocupación continuara.
Tandas de ocupadores entraban y salían por la antesala.
Los trabajadores son en su mayoría hispanos, pero la fábrica
también cuenta con una cantidad significante de trabajadores
afroamericanos. Los reporteros del WSWS lograron conversar con
varios trabajadores y representantes del UE y con partidarios
de la ocupación provenientes de Chicago.
Los trabajadores expresaron su cólera hacia Republic
y Bank of America. Están muy conscientes e iracundos
acerca de la desnuda contradicción entre el rescate de
Wall Street por una parte y por otra el aumento del desempleo
y la pobreza que enfrentan los trabajadores de Republic,
quienes consideran que su lucha es histórica y por el beneficio
de trabajadores mucho más allá de las paredes de
la fábrica.
La ocupación de la empresa representa la primera reacción
independiente de la clase obrera estadounidense a la crisis económica,
que empeora cada día. Al ocupar la fábrica, los
trabajadores han embestido lo más sagrado de la vida política
oficial de Estados Unidos: la santidad de la propiedad privada
y la dictadura de los capitalistas sobre la producción.
El ejemplo de los trabajadores de esta empresa le da dirección,
en todo el país y más allá de sus fronteras,
a los trabajadores que enfrentan el cierre de fábricas,
despidos y reducciones salariales.
Esta acción contrasta duramente con la reacción
de la burocracia del Sindicato de los Trabajadores Automovilísticos
(UAW) a la amenaza de quiebra de las tres grandes empresas de
automóviles. El UAW ya ha dado a entender que todo
está sobre la mesa en sus esfuerzos por ayudar a
resucitar las ganancias de estas empresas, lo cual incluye el
cierre de fábricas, una enorme cantidad de despidos y reducciones
virulentas en salarios y beneficios. El UAW ha ofrecido todo esto
antes de comenzar las negociaciones y sin siquiera considerar
la más mínima lucha en nombre de los trabajadores
que representa solo en nombre.
Con la ocupación que ahora se desarrolla en Chicago,
ahora los trabajadores en la industria automovilística
y otros sectores de la fuerza laboral tienen un ejemplo diferente
de cómo luchar; ejemplo que recuerda a las huelgas sentadas
que resultaron en la sindicalización de la industria automovilística
en 1937.
En cuanto a los trabajadores de Republic, la perspectiva
de su propia dirigencia sindicalista se limita a ganar la indemnización
debido al despido pero no a la restauración de los empleos.
Estos límites no surgen de la misma lucha de los trabajadores-la
cual, en su valentía, no tiene precedente en la reciente
historia de Estados Unidos-sino del enfoque puramente sindicalista
de los líderes del UE, quienes únicamente exigen
que los trabajadores reciban un despido justo y que
cooperan con el Partido Demócrata para prevenir que lleguen
a conclusiones políticas mucho más amplias.
Para luchar contra la destrucción de los empleos y el
cierre de las fábricas, los trabajadores tienen que armarse
a sí mismos con una política independiente de los
dos partidos políticos principales y de los burócratas
que gobiernan a los sindicatos. Ambos se unen en defensa del sistema
capitalista de ganancias privadas que ha causado la crisis económica
de hoy día.
La ocupación de la fábrica Republic Windows
and Doors plantea implícitamente la lucha por el socialismo.
Hay que quitarles a los capitalistas las industrias y las finanzas
y reorganizarlas mundialmente para poder defender los empleos
y la calidad de vida y así resolver las necesidades sociales
esenciales.
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